Jugábamos a Dios

Jugábamos a Dios

con tiza, pizarrón y escuela,

cuando era ganador

el barco de más alta vela.

Jugábamos a Dios,

sin reparar en ser felices.

Saltábamos al sol,

sin tiempo para cicatrices.

Sin horas

ni lujos,

pelotas,

bromas y dibujos.

Gigantes,

divinos,

al aire

y además con trino.

Ahora que se fue

el tiempo bienaventurado,

te invito a conocer

de nuevo un corazón alado.

Modesto, gastado

que, al verte, ha recordado ser

un dios enamorado.

2010

(para el filme "Afinidades")