Blancanieves

Mi alma creció silenciosa y normal

hasta cuando cumplí cinco años.

Crecía yo en mi pueblo natal,

anhelando lo nuevo y lo extraño.

Fue entonces cuando hubo domingo

para una matinée infantil.

Era marzo, era abril, era el color

y era una luz del asombro

ilustrando el amor... el amor.

Soy de provincia y por eso tal vez

el seguro de mi alma es tan leve.

Confieso que bien pasados los diez,

volví al cine tras mi Blancanieves.

Aun me estremece inmaculada

frente a la infamia y el horror.

Fue mi primer amor y fue también

la única excusa para una alma ilusa

que mientras vivió, dio a Blancanieves

su leve, su primer canción.

(1986)