Terezín

Una pesadilla blanca

de chimeneas quemando sangre,

para hijos de Judea

con rara estrella y rostro de hambre.

En invierno y verano es igual:

tras alambres no hay estación.

Terezin de los niños jugar

con la muerte común

mientras pintaban el cielo azul,

mientras soñaban con corretear,

mientras creían aún en el mar,

y los llevaban a caminar

para no regresar.

Terezin,

Terezin,

Terezin,

pelota rota.

Sed de tardes ya increíbles

saltaron locas las altas tapias.

Y el amor, irreductible,

quedo colgado en alambradas

de Terezin.

Terezin,

Terezin,

Terezin,

pelota rota.

(1968)