El colibrí

(Anónima)

Crecía una flor, a orillas de una fuente,

más pura que la flor de la ilusión

y el huracán tronchola de repente

cayendo al agua la preciosa flor.

Un colibrí que en su enramaje estaba

corrió a salvarla solícito y veloz,

y cada vez que con el pico la tocaba

sumergíase en el agua con la flor.

El colibrí la persiguió constante

sin dejar de buscarla en su aflicción

y cayendo desmayado en la corriente

corrió la misma suerte que la flor.

Así hay en el mundo seres

que la vida les cuesta un tesoro;

yo soy el colibrí, si tú me quieres,

mi pasión es el torrente y tú la flor.