En el jardín de la noche

En el jardín de la noche

hay una rosa, luminosa

que me mira fijamente a los ojos.

Parpadea y me quiere decir cosas

—tantas cosas que no sé—,

y es cuando alargo los brazos

para llevarle mis manos, tan abiertas

que casi me siento llegar con el pie.

Pero yo,

quiero ser de noche el dueño

de los ojos de la altura,

y he de fundir la montura

para galopar mi sueño.

Volaré,

tengo que domar el fuego

para cabalgar seguro

en la bestia de futuro

que me lleve a donde quiero.

En el jardín de la noche

hay una rosa, luminosa

que me mira fijamente a los ojos.

Parpadea y me quiere decir cosas

—tantas cosas que no sé—,

y es cuando alargo los brazos

para llevarle mis manos, tan abiertas

que casi me siento llegar.

Volaré,

volaré al jardín del cielo

en un pájaro violento,

en un corredor del viento,

en un caballo de fuego.

Volaré,

quiero ser de noche el dueño

de los ojos de la altura

y he de fundir la montura

para galopar mi sueño.

(1975)