Nómbrame un beso

Nómbrame un beso, uno que vaya

limpio de voz de granada que estalla,

limpio de herida de costa sin playa.

Nómbrame un beso del todo bueno,

donde el veneno

no pudo pasar.

Nómbrame un beso sin quemadura.

Nómbrame un beso que sólo sea luna.

Nómbrame un río que entre piedra y piedra

no toque ninguna.

Nómbrame un sueño que no sea muerte.

Nómbrame algo

así, para adorarlo

y matarlo después.

Cualquier sonrisa, cualquier cariño

es una bestia cebada de niños

y de carbón que fue leña de armiño.

Nómbrame un beso que viva solo,

sin cierto lodo

que cuesta besar.

Nómbrame un beso sin tenso acecho.

Nómbrame un beso sin algo deshecho,

una caricia

con todo delicia,

con nada de preso.

Nombra un espasmo sin te perdono.

Nómbrame un modo

de ser abandono

y poderme creer.