Era miel

(Eduardo Sosa)

Era miel en la paz de los domingos,

cada gesto, cada risa, cada espera.

Y colmábase de dicha mi esperanza

cuando sus manos me ofrecían el consuelo

de una caricia tan sublime como ansiada.

Era miel en la paz de los domingos,

la ternura de sus ojos al mirarme,

y el alivio de sus labios al rozarme,

enjaulaban con sus besos mi fiereza.

Por eso hoy que el dolor nos ha alejado

en mi pecho se ha posado la tristeza.

Era el motivo de mis sueños,

la razón de toda mi alegría.

Era miel en la paz de los domingos

y hoy que me falta

ya no hay luz para mis días.