La cal

Es imposible que las olas quemen

todo el recuerdo en nuestros pies

llenos de cosas diarias, mundos y sueños.

La cal reluce hoy frente al ardiente sol

y hoy huesos sólo son aquellos días del amor.

Tú te empeñaste en que el amor

se alcanzaba con tus juegos.

Yo te enseñé que amarse

es toda mi verdad sin tu miedo.

Mas no tuviste fe.

Con un violento adiós

sólo dejaste cal,

tus huesos fríos junto al sol.

En el amor no basta cielo

de una aventura de rosas.

Nací desnudo,

amarse es tanto como olvidar esas cosas.

No hay límite al nacer;

uno se lo da y ya.

¿Por qué cubrir de cal

lo que a la larga hemos de amar?