Óleo de mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido

conocer el delirio y el polvo,

se ha perdido esta bella locura,

su breve cintura

debajo de mí.

Se ha perdido mi forma de amar,

se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila

y promete dejarnos a oscuras.

Veo un perro ladrando a la luna

con otra figura

que recuerda a mí.

Veo más: veo que no me halló.

Veo más: veo que se perdió.

La cobardía es asunto

de los hombres, no de los amantes.

Los amores cobardes no llegan a amores,

ni a historias,

se quedan allí.

Ni el recuerdo los puede salvar,

ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable

huye como una gaviota

y yo rápido seco mis botas,

blasfemo una nota

y apago el reloj.

Que me tenga cuidado el amor,

que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,

como un cuadro del viejo Chagall,

corrompiéndose al centro del miedo

y yo, que no soy bueno,

me puse a llorar.

Pero entonces lloraba por mí,

y ahora lloro por verla morir.

(1970)