Comentario de Sonia Moreno Ortiz, Cuenca, marzo de 1997

Cuando no conocemos al autor, y solo tenemos en nuestras manos un libro de pasta azul eléctrico con enternecedoras ilustraciones como la dedicada al cuento de Sara, deducimos que solo tenemos ante nosotros la posibilidad de las palabras, los conceptos, el lenguaje de añoranzas y obsesiones, nos animamos entonces a encontrar el camino, la puerta para aproximarlos a la esencia secreta del libro.

TAMBIÉN TUS ARCILLAS, de Modesto Ponce Maldonado, libro de cuentos conformado por trece creaciones, el mismo número escogido por César Dávila Andrade para sus Trece Relatos, el número que carece de la tradicional mala suerte, según García Márquez. En esta obra se plasman diversos ternas, tratados de manera novedosa y original, casi siempre narrados desde un punto de vista múltiple en cuanto a su espacio y tiempo, rodeados o impregnados de un cierto misterio que envuelve al argumento o personajes, obligando así al lector a ser además un escudriñador del asunto que se trama. 

Algunos de sus cuentos giran en torno a temas obsesivos como el de la traición, observarnos que esta idea se repite en los siguientes textos: Nos veremos pronto, mi amor, Todo es cuestión de tiempo, Renata, Esta vez con zapatillas de cuero, Hijo de Hombre, De ese azul opalino, cuando…, relato este en el cual a la esposa se la representa como la belleza que se va y la amate es la belleza que empieza y se ofrece; la esposa es la que se aleja y a la que casi no se la soporta por su exceso de cosméticos, de joyas, de pieles, mientras la otra está presente “con su dulce sabor de perennidad”. Tanto que en ese cuento como en Todo es cuestión de tiempo, Renata, se manifiesta el ansia del hombre sesentón, el uno un rico empresario, el otro un ex ministro, próximo a ser condecorado, una ansiedad por evadir o encubrir su realidad en la aventura de la mujer joven. 

Aunque desde otro punto de vista y ambiente, el tema de la traición de igual manera se da en Hijo del Hombre, un texto extraño, con referencia bíblica, pero apartándose de la Biblia ,un personaje que entrevera el pasado con el presente mientras recorre la antigua Jerusalén, Naín y Cafarnaún, lastimándole les recuerdos de su doble, traición y abandono. 

Igual en Esta vez con zapatillas de cuero, un esposo prisionero dentro del cristal de un espejo observa a su mujer en los brazos de otro que resulta ser el mismo pero solo en apariencia. Aquí se resalta lo fantástico a la manera de Cortázar en forma similar a lo que acontece en el cuento de Lezama, en el que también se produce una duplicidad dentro del mismo personaje. 

Otro de los temas que se repiten en un nivel simbólico en dos de sus relatos es el del niño que hace sin haber sido esperado, o haberlo deseado, o este con su nacimiento causa estragos y por lo tanto no se adaptará al mundo. Ese niño que nació medio muerto, morado, aterido, su primer su primer alarido con los ojos secos, grandes y asustados (Hay un bosque espeso hacia el oeste, pág. 24). La madre no pudo soportar al inquilino. Ese niño nació con los párpados cerrados, con frío, con miedo. Muchos años más tarde, Juan Manuel se percató de que no quiso ser parido(También tus arcillas, págs.145-146). 

El término corral se repite en los dos cuentos citados: tanto Lucho hasta más allá de sus seis años, como Juan Manuel fueron encerrados, encarcelados en el corral como un castigo por haber nacido, sintiendo desde entonces un frío inexplicable recorrer sus pequeños cuerpos. Y que podía hacer el pobre Lucho, crecido ya, metido todo el día en el corral (…) El lucho ,metido en el corral, aprendió el miedo (…) y a pesar de arroparse y meterse bajo todas las mantas de desecho que había acumulado, un frío que le salía a empujones desde las entrañas le entumecía la piel y le secaba la boca. (Hay un bosque…, pág. 31). Envuelto en la tromba sacudida por los recuerdos, regresa, no hubiese podido evitarlo, al corralito de madera de su niñez: es un buen lugar, opinaron, para el advenedizo (…) De pupilas pálidas y labios morados, siempre padeció frío (…) Juan Manuel fue el primer hombre que sucumbió por congelamiento bajo el sol directo de la mitad del mundo (También..., págs. 147, 148,153). 

Con respecto al tercer nivel temático, se destaca además otro asunto que se repite en algunos de sus cuentos , es el tema de los desaparecido. Los Hombres sin rostro, narración poética, elaborada en torno al martirio, muerte y desaparición de los hermanos Restrepo, a través del testimonio de Pedro, el hermano mayor, se nos presenta la crueldad sanguinaria de leí sociedad contemporánea. En forma similar, aunque de manera indirecta en Todo es cuestión de tiempo, Renata ,los desaparecidos son utilizados por grandes empresarios, quienes pretenden usurpar su tiempo y energía para ellos seguir sobreviviendo. Un hipotético experimento, terrible que en esta época de la clonación no nos parece tan improbable y lejano en los últimos años de este agonizante siglo. Casi no nos sorprendemos leerlo, pero sí nos produce un escalofrío ante el desarrolló inhumano de — la ciencia y la tecnología que no reparan en el respeto a la vida. 

Esas aves migratorias -uno de sus mejores textos- es la historia de los padres que envejecen solos y se ven limitados a recordar a los hijos tan solo en las distantes fotografías de la infancia. La hija vive en el extranjero y el hijo se ha encumbrado en la “jaula dorada del poder". El padre que ha perdido a la esposa -luego de una larga enfermedad- decide desaparecer en busca de un paraíso que en este sistema de cosas será solo un sueño. 

Este mismo tema también se repite en Hay un bosque espeso hacia el oeste. ¿Qué pasó con el pequeño Lucho? ¿ Se alejó la sociedad en la cual no fue aceptado, valorado? ¿ Se integró al mundo de las animales más puros que los hombres? 

Pasando a otros cuentos, cabe destacar el titulado Tengo un compromiso a las doce, narración irónica, que describe la vida de un típico chulla. El autor, en un reconocimiento cómplice a Jorge Icaza, dedica este cuento a Luis Romero y Flores, el clásico ciudadano que vive más de las realidades ajenas que de las suyas propias, que se acomoda y depende de los compromisos de las embajadas, de la Casa de la Cultura, de los sepelios de desconocidos , ingeniándose siempre motivos para vivir artificiosamente y de mentiras. 

Los personajes de estos cuentos se identifican en cierta medida en lo que se refiere a una forma de ser y sus metas, es decir, tal vez en forma inconsciente presentan semejanzas entre sí. Son personajes solitarios que terminan en la muerte, en la separación, en el engaño o en la desaparición sin siquiera haber dejado un rastro, como lo apreciaremos en el siguiente listado: 

Hay un espeso bosque hacia el oeste(Lucho desaparece); Esas aves migratorias (el padre viejo decide desaparece); Los hombres sin rostro (Los hermanos Restrepo, desaparecidos). 

Tengo un compromiso a las doce (la muerte de la madre del protagonista, que será el compromiso realmente propio al cual asiste Humberto). 

También tus arcillas (muerte de los dos protagonistas) 

Nunca me dejes laura (muerte). 

De ese azul opalino, cuando,.. (muerte del ministro próximo a ser condecorado) 

Nos veremos pronto mi amor (traición de Julia al esposo). 

Todo es cuestión de tiempo, Renata (traición). 

Esta vez con zapatillas de cuero(traición imaginaria o involuntaria). 

Hijo del hombre (traición de las tradiciones) 

Solamente me gustabas un poco ( separación). 

Entre todos ellos se ubica como una excepción en cuanto a lo registrado, el texto de Sara, aun cuando de el también se desprenda esa atmósfera de secretos ocultos que no se descifran, queda como una pista flotando ese pañuelo de gasa que parece tener el verde claro del a agua cuando se la toma en las palmas de las manos”.. Ese pañuelo que ondea solitario en los más alto del faro. 

Sus personajes fluctúan entre los niños como Sara de 10 años, o Lucho también de 10 años, quien se le identifica como el tontito, que es segregado desde su propia familia por su deformidad física, y no se si decir por su retraso, puesto que este niño a quien se le ha criado en un corral corno a un animal más, se comunica a la perfección con animales y plantas. Lucho desaparece misteriosamente, tal vez hacia ese bosque espeso del oeste en donde viven ardillas, loros, venados… Si alguien se interna allí, nunca sería encontrado. 

Además de los niños están esos personajes ministros, empresarios, mujeres hermosas, frívolas, viejos desolados, hijos indiferentes, Humberto, el desempleado de más de 45 años, lampiño y sin dientes, estancado en un tiempo y espacio al que no se pertenece, viviendo ajenas realidades, cada vez con nuevos compromisos imaginarios, que recorre un Quito más existente en la memoria, en busca de una aventura inalcanzable. 

Estos personajes se mueven en un ambiente e viajes, de lujosos edificios, de embajadas, de cocteles, de amantes. Es la atmósfera de la gran ciudad, como lo dice Humberto en Tengo un compromiso… Una ciudad llena de edificios que se levantaron desde la época petrolera. Un Quito tradicional al que le hicieron pedazos en nombre del progreso. Se describen sus barrios más tradicionales y populares, se vislumbra un dejo de añoranza por las casas antiguas de patios de piedra y pilas al centro con macetas de geranios y barandas, que hoy quizás son conventillos nacidos de la extrema pobreza. Cabe señalar que los cuentos de Sara Hijo del Hombre salen del contexto anotado, pues sus espacios son distintos a los anteriores. Sus descripciones casi pictóricas, como en una película, nos van representando en cada pincelada: imágenes, detalles, ademanes de los personajes, objetos y paisajes que nada tienen que ver con la vida moderna. En Sara se recrea magníficamente un ambiente marino único, de un pueblo abandonado de marineros que han emigrado (arena, rocas húmedas de espuma de mar); el abuelo y la nieta se vuelven oyentes de las olas (lamentos y gritos tragados por el mar). Además anota mos que Hay un bosque es el único cuento que se desarrolla en un ambiente campesino a diferencia de todos los otros textos. 

La manera que usa Modesto Ponce para elaborar sus historias es ágil y novedosa, un poco al estilo de Cortázar, a veces sin puntuación que detenga los monólogos. Lo llamativo es que muchos de estos cuentos son narrados en manera múltiple, se enredan los diálogos. Por ejemplo en No vemos pronto, mi amor, Julia, la delegada que va a Río de Janeiro con una ponencia, mientras escribe un fax a su esposo, a la vez habla por teléfono con un escritor peruano que se aloja en el mismo hotel de ella. Así, mediante estas dos realidades que se fusionan, se empieza a deducir como abandonará al marido por esta naciente aventura. En el cuento Ese azul opalino,… observemos lo dicho en el siguiente párrafo, en cuanto a la fusión de vivencias contrarias en el mismo segmento: ahora voy al vestidor y, claro, mujer, le contesto, hoy estaré con el gris a rayas, uno de los últimos que recibí de New York —servicio extra para el señor ministro— y las medias de seda que me regalaste, también la corbata perla, sí; porque sé lo importante que es para ella y su intolerable vanidad, con tantos invitados y la prensa y los diputados; y tan intrascendente para ti, amoramor, Monimoni, con tu suave olor a frescura tendida y sobreentendida este momento, sobre la cama apenas levantada del suelo y la colcha de líneas rojas y negras, y las sábanas azules, de ese azul opalino que te gusta, casi como el de tu pelo al alcanzarte la luz de la lamparita sobre el piso, cuando... bueno, estaré listo enseguida, no olvides la loción, por supuesto, respondo, y no te preocupes tanto y deja de pensar en todo y termina de una vez, Irene… (pág. 136). 

El léxico empleado por el autor es sobrio, enriquecido por un extenso vocabulario, sin excesivos adornos, pero no exento por ello de de belleza, que se logra por un lenguaje reiterativo (Los hombres sin rostro), o por el empleo de ciertas metáforas e imágines, produciéndose así expresiones poéticas: 

Las ventanas, adornadas con cortinas cuyas flores se escaparon hace tiempo (15). 

La negrura de la noche hundida en la misma arena(14). 

Un hombre joven de barba larga, de largo cabello y mirada de laguna oscura (59). 

Los humanos buscadores, nictálopes entre los eclipses y las umbrías(97). 

El lenguaje utilizado por el autor no deja en ningún momento de

ser selecto, elaborado de la manera más precisa. Si el lector se ve obligado a una relectura es por el tratamiento del terna que es innovador y sorprendente 

En síntesis estos cuentos son reflejos del ser contemporáneo. El personaje del fax, del celular, los negocios por encima de todo, el que quiere retener el tiempo,a quien margina la sociedad porque ya es viejo, o peor aun del ser humano que se encierra en su jaula de oro, olvidándose de amar, del humano que vive a prisa, que traiciona y mata, o de los desaparecido para quienes nadie puede ofrecer ni siquiera una flor. 

Como textos excelentes destacamos Sara, Los hombres sin rostro, Esas aves migratorias, que en conjunto con todos los enunciados en este análisis, ubican a Modesto Ponce Maldonado como una certera realidad en la narrativa ecuatoriana. Lo meritorio y de realce es que este es su primero y gran libro. Esperamos que continué en este arduo y vivificante universo de las palabras, dándonos lo mejor de su talento como lo ha hecho ahora en TAMBIÉN TUS ARCILLAS.


Cuenca, marzo de 1997