Rut Román (HOY)
Rut Román, Diario HOY, 18 de julio 1997
Una obra cocida a fuego lento
Reminiscencias y viejas nostalgias se perciben en los trece cuentos de "También tus arcillas"
Especial para Hoy
Modesto Ponce (Quito, 1938), autor que se estrena con esta primera producción cuentística, confiesa -casi avergonzado- que ha laborado largos años entre las "actividades gerenciales". Sin duda, en la vida de Ponce, la literatura ha sido una amante negada y paciente a la que, en la madurez se le reconoce y se le entrega una constante y definitiva pasión. Borges decía que un autor tiene derecho a ser juzgado por su mejor página. Entre los cuentos de "También tus arcillas", Edit. Quipus, 1996, revisemos el cuento "Hijo de hombre", sin duda, la mejor página de esta colección.
Narración hipertextual bíblica -desde su título-, en la que se propone una superposición sabia y eficiente, casi un palimpsesto de aquel calvario que a todos nos pesa. Cuento bien logrado, mantiene en el anonimato la identidad del protagonista sobre quien se cierne la sombría atmósfera que antecede a la tragedia.
La voz narrativa logra descripciones bellas y tristes y nuevamente bellas como La Piedad de Michelangelo: "... una mujer de rodillas en la tierra bañada en la sangre de tanto ajusticiado, ha dejado de implorar por su hijo y asiste, desfallecida, dolorosa por siempre, irredenta -alguien debía haberla llamado Nuestra Señora de las Resignaciones-, al remate final, al lanzazo del centurión introduciéndose en el pecho del condenado"
El libro consta de trece cuentos de similar extensión y formato. La temática no ha sido un factor aglutinante, pero sí la tónica de la reminiscencia.
Reminiscencias y viejas nostalgias se perciben desde "Sara", cuento con el que se ingresa en la lectura. "Sara", acierta, -sin caer en el consabido empalago- en un retrato de amor filial entre niña y abuelo. "Nunca me dejes Laura" logra transmitirnos por "impregnación", en palabra de Sus-kind, la volátil y evanescente sensación de quien se diluye entre la última conciencia y el sueño final.
En cuentos como "Hay un bosque espeso hacia el oeste" capturamos el guiño cómplice de lecturas comunes: en él se reedita el nacimiento del inodoro e indeseado Jean Baptiste Grenouille, el antihéroe de "El Perfume".
Así también en "Todo es cuestión de tiempo Renata' encontramos una versión de esos hombres grises de Michael Ende con quien Momo luchó a nuestro favor.
Compren, lean, disfruten de "También tus arcillas", obra amasada con arcilla de calidad y cocida al fuego lento y delicado del trabajo con las palabras.