El Universo, Guayaquil, 6 de abril 2008

Letras y Notas: Modesto Ponce Maldonado, escritor ecuatoriano


‘Me dijeron métete’

Abril 06, 2008


QUITO. Modesto Ponce Maldonado, escritor quiteño de 70 años. Ha publicado, hasta ahora, un libro de cuentos y una novela. Su nueva obra, La casa del desván, será editada por Planeta Ecuador. 


Clara Medina


El narrador, que quedó entre los diez finalistas del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa con la  novela titulada   La casa del desván,  cuenta su experiencia del certamen, al que se presentó con el seudónimo de Sergio Lozada. 

La noticia la trajo el cable internacional los últimos días de marzo: entre las diez novelas finalistas para el Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, que se fallaría el 1 de abril, en Buenos Aires, estaba la de un autor ecuatoriano, que se presentó al concurso con el seudónimo de Sergio Lozada. La obra se titulaba La casa del desván y fue escogida junto con otras 9, de un total de 557 novelas  procedentes de distintos países de Iberoamérica. El 1 de abril se anunció el veredicto: el ganador del premio fue el reconocido escritor chileño Jorge Edwards por su novela  La casa de Dostowieski. Se   hizo acreedor de  200.000 dólares.

Pero ¿qué escritor ecuatoriano se escondió bajo  el seudónimo de Sergio Lozada, cuya obra compitió  por ese codiciado galardón codo a codo  con la novela de Edwards, Premio Cervantes de Literatura 1999?  Editorial Planeta Ecuador lo reveló:  fue   el quiteño  Modesto Ponce Maldonado, un autor que se autodenomina tardío.  Acaba de cumplir los 70 años. Empezó a escribir hace  poco más de  una década.  Estudió derecho y no ejerció su carrera. Se dedicó  a la gerencia de empresas  relacionadas con el sector industrial, actividad en la que invirtió  casi 30 años de su vida, donde adquirió, según dice,  experiencias interesantísimas. “Aprendí  mucho de  la gente, de los trabajadores, de los  grupos poderosos. Después vino  la literatura, que estaba ahí, debajo de la mesa”, dice. Lo cuenta por teléfono.    Señala que La casa del desván será publicada por   Planeta  Ecuador. Se presentará en junio.


¿Cómo tomó la noticia de  ser finalista del Premio Planeta Casa de América? ¿Con qué ánimo la recibió?  

No puedo describir   el momento que supe que mi novela  estaba de finalista. Me quedé anonadado. No soy, en estos casos, de las personas que explotan. Recreé dentro de mí todo lo que significa escribir y cuándo empecé a escribir.  Soy un escritor tardío. Comencé a trabajar en la madurez.   Ser finalista de este premio me llena de  satisfacción y de humildad.  Porque eso es una de las primeras cualidades que debe tener un escritor: trabajar mucho y ser humilde.


¿Y de qué trata su novela La casa del desván?

Es  la historia de un hombre que terminó en la total demencia. Me fui  al universo del cerebro humano. Siempre me pregunté a mí mismo qué pasó. La verdad es que los temas no se escogen. Un día salió.  Es la historia de un demente. Es una novela de    200 páginas aproximadamente.


¿La escribió expresamente para el concurso?

Yo empecé a escribir  hace unos doce años,  y tuve la necesidad interna de seguir escribiendo. No puedo parar nunca. Tenía varios temas y  escribí también esta novela, pero no para concurso.  Fui a Planeta Ecuador con el deseo de que examinen la posibilidad de publicarla y allí me dijeron  métete al concurso a ver qué pasa. La envié en febrero  con seudónimo y en un sobre cerrado. 


Y lo que pasó fue  que quedó finalista y que ahora Planeta Ecuador la publicará.   

En quince días  recibo las pruebas  para chequearlas.  Estará lista a finales de mayo y estaremos presentándola quizá   a principios de  junio, en Quito y Guayaquil.  Estoy muy contento, deseo que se publique y tener la respuesta de los lectores, porque  uno escribe para los otros.  Aunque escribir es un   acto solitario, se escribe para alguien. Un  libro que nadie lee es un libro muerto aunque  esté impreso. El trayecto de la obra de arte va del creador al que recibe ese mensaje.  Ahí se completa, ahí acaba de ser una obra de arte, del tipo que sea. Sin el receptor todo queda trunco. 


¿En qué época y en qué territorio se desarrolla la novela?

Se  sitúa en 1996, en esta época, pero no  se ubica en ningún lado (su  novela  El palacio del diablo  tiene a Quito como  personaje).  Es una ciudad  imaginaria,  que ni siquiera se la nombra, pero la época sí. El personaje es un burócrata.  Siempre me han apasionado las historias humanas de un burócrata. Ese personaje siempre me ha llamado la atención. El de mi novela es un personaje mediocre, que está en proceso de descomposición hasta terminar en  la locura.  El 70% de la novela ocurre en la cabeza del enfermo mental, lo otro es la realidad propia del individuo. Es una historia que podría ser calificada  como una  novela negra por todo lo que cuenta.  


¿Y cómo fue el proceso de escritura? ¿Cuánto tiempo le tomó construirla?

Me llevó tres años hacerla  y la terminé  en el 2006, sino que la dejé descansar.  Soy bastante exigente, temático,  y cuando acabo una obra la dejo descansar y empiezo a hacer otra,  y luego la retomo para efecto de reedición.   Y llega un momento en que la imprimo y corrijo  a mano. Esa es la pulida final. Esa es una cuestión generacional, necesito tener en las manos el papel y el lápiz.


¿Por qué dejó pasar tanto tiempo para empezar a escribir?

La literatura  fue para mí una especie de amante clandestina, leía y leía y tenía la literatura adentro. No  fue una decisión de ‘ahora toca escribir’, sino  que fue una exigencia interna.  Poco  a poco el asunto fue perfilándose y apareció el libro de cuentos. Aprendí a través de los cuentos  (el autor publicó su primer libro en 1997 y se tituló  También tus arcillas). El cuento es tan exigente, a los trece cuentos les debo haber podido escribir estas dos novelas y a  haber leído, aunque he leído menos de lo que habría  deseado. Leer es el agua y el pan del escritor. Lo  demás lo pone la vida, los  procesos internos, lo que ha experimentado. Escribir en la madurez tiene la desventaja de  que no hay cómo equivocarse y eso  causa verdaderos estados de pánico. Pero tiene la ventaja de que se tiene mucho que contar.


PERFIL: Modesto Ponce

VIDA

Nació en Quito, en 1938.

OBRAS

En 1997 publicó su primer libro de cuentos: También tus arcillas,  que se reeditó en 1999. En   el 2005 presentó la novela El palacio del diablo.