Obras
"Una obra cocida a fuego lento."
Ruth Román
"...es apenas la punta del iceberg de una obra y de una vida decantadas en profundidad..."
Francisco Proaño Arandi
"Cuentos límpidos, escritos con un oficio que se ha ido decantando por cierto pudor a publicar y la madurez biológica del autor..."
Eliécer Cárdenas
"La novela, desde el punto de vista estructural, me parece un castillo inexpugnable".
Alfonso Barrera Valverde, escritor, catedrático y Académico de la Lengua, al presentar la obra.
"Esta novela cabalga como un animal de múltiples cabezas y bocas, a un ritmo realmente endiablado".
Raúl Serrano Sánchez, escritor y catedrático, al presentar la obra.
"Una novela capaz de ‘sacar la cara’ por nosotros en el concierto latinoamericano (...) Texto caudaloso, arrollador, trabajado a lo largo de cinco años con una tremenda tenacidad y, sin duda, por alguien bien dotado para el oficio".
Rodrigo Villacís Molina, crítico y periodista, HOY, 10-VI-05.
“Me ha quitado el sueño. Tuve pesadillas (…) No quise llegar al final”.
Edgar Freire, librero y crítico
“La Casa del Desván es una obra segura, de arquitectura avanzada”.
Gladys Jaramillo, periodista, Revista EL BÚHO
"La mente es una caja de espejos. La Casa del Desván retrata a un ser sin atributos redimido por la locura”.
Revista VANGUARDIA
"Obsesión por apropiarse de algo... soledad, insatisfacción... mujeres que observan y son observadas... personajes que luchan entre los sueños, la imaginación y la realidad... literatura dentro de la literatura (en Re-impresión)... importancia de las claves (en Año sabático).
María del Carmen Fernández. Catedrática y crítica española.
Los personajes (...) parecen buscarse a sí mismos. (...) Los relatos no se ubican en el plano de las acciones, sino que se hunden en la espesa materia que es la vida de sus protagonistas. Todos partes de un momento cuya aparente calma es como la quieta superficie de una ciénega. Pero en su profundidad habitan los demonios, amores, dolores, placeres y secretos que guardamos todos.
"La plenitud humana se vuelve posible gracias a una epistemología de lo sensible, del cuerpo, de la piel. Frente a la ciencia del mundo, deshumanizada y deshumanizante, está la ciencia de la plenitud, de lo dionisiaco, la ciencia de lo corpóreo, de las sensaciones, del amor, ciencia que afila su armas en el deseo y que descifra los mensajes del cuerpo. Sin embargo de lo dicho encontramos que hay otra forma de conocimiento, diferente en su basamento; pero idéntica en el resultado. Esta forma de conocimiento se produce mediante la palabra, y es la que lleva al mito y al arte."
Oswaldo Encalada Vásquez, de nota enviada al autor. (Diciembre 28 de 2013).
"Modesto Ponce reafirma en Los Lenguajes de la Piel su condición de gran narrador, capaz de sumir al lector en una eventura y una experiencia estética y existencial sin duda involvidables".
Francisco Proaño Arandi, Revista ROCINANTE número 62 de diciembre de 2013.