Información general e índice

Una de las más intensas obsesiones de Ponce Maldonado —pues el escritor vive también de fantasmas y sombras— es la idea del "doble", de la "multiplicación". En las poquísimas páginas que escribió a los 22 años, existe un cuento que reproduce un personaje que se miraba al espejo —símbolo del doble— como una forma de enfrentar el día. Este relato fue publicado en Letras del Ecuador a comienzos de los años sesenta (véase en esta página web "Perfil personal"), al igual que un poema que habla de "su excelencia mi otro yo". En El Palacio del Diablo la presencia de la duplicidad es evidente: un narrador advenedizo (¿coautor ficticio?) escribe con el omnisciente varios capítulos de la novela en primera persona del plural; existe un alter ego sin nombre que se presenta como amigo del personaje principal; hay un narrador más entre los personajes; más de un personaje hablen en segunda persona, dirigiéndose a otro.

El personaje principal de La Casa del Desván es un individuo que termina recluído en un sanatorio, después de una vida de frustraciones y fracasos. La novela tiene dos bloques definidos: el primero, que se desarrolla en el mismo sanatorio por espacio de dos meses, narrado en forma de monólogo por el propio personaje; y, el segundo, en tercera persona, que cuenta los últimos seís meses antes de ser internado. La obra tiene la particular de que el primer bloque es contado en forma inversa al tiempo, o sea de presente a pasado, y se inicia con el último día en el sanatorio. Los capítulos de este bloque están precedidos de las respectivas fechas. El segundo se sujeta al tiempo cronológico ordinario, de modo que al final del libro los tiempos se "encuentran" el día del ingreso a la casa de salud. La novela está dividida en 21 capítulos, los cuales, en grupos de tres, se alternan entre los dos cuerpos de la obra.

Esta novela, aún inédita, fue presentada al Concurso Planeta-Casa de América 2008, bajo el seudónimo de Sergio Lozada, uno de los personajes de El Palacio del Diablo. Fueron analizadas por el jurado 557 obras provenientes de toda iberoamérica y la novela fue ubicada entre las diez mejores finalistas. (Ver página siguiente). 

La ilustración de la portada es obra del artista Eduardo Villacís y el diseño fue elaborado por María Mercedes Moreno.

La novela fue publicada por Planeta-Ecuador en junio de 2008.

La Casa del Desván fue presentada en el auditorio de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), el 18 de junio de 2008. La escritora María Gabriela Alemán y la periodista Andrea Ávila dialogaron con el autor. El periodista Omar Ospina hizo una crítica de la obra que se reproduce en Presentaciones. Estuvo presente el gerente general de Planeta-Ecuador Oswaldo Obregón.


En la contratapa del libro se dice:

"Quizás la mente sea más basta y compleja que una comarca o una ciudad. El cerebro es un universo insondable. Un gran desconocido. ¿Qué sucede en una mente desencajada, fragmentada por la locura? ¿Qué alternativas tiene quien carece de la conciencia de su ser? ¿Hasta dónde es capaz de llegar un ser humano en la lucha contra la extinción? Este es el panorama de La Casa del Desván. Está escrita en dos bloques perfectamente identificados, que se alternan entre sí. El autor cuenta en el primero una historia que se mueve en sentido contrario al tiempo, a partir del último día de sanatorio, semejante al planeta Urano que gira inversamente. En el segundo bloque, se desarrolla el proceso emocional y psíquico del protagonista, hasta que es recluido en el lugar donde tratará inútilmente de reencontrar la esperanza, hundido en el desquiciamiento. En La Casa del Desván, el cerebro del protagonista, cortado en pedazos, en la verdadera voz de la historia. La novela ocurre casi íntegramente en su mente. Anisha, la enigmática hindú, guarda secretos impredecibles que se revelan conforme avanza (o retrocede) el texto. Es una obra delirante, sin duda fantasmal, acaso una novela negra que nos deja muchos interrogantes sobre los límites imprecisos entre la realidad y los sueños, la normalidad y la locura, la vida y la muerte". 


Édgar Freire Rubio escribió en el Diario LA HORA de 29 de junio de 2008 lo siguiente:

La casa del Desván de Modesto Ponce fue leída por este, su amigo, en primera versión. Grata experiencia devorarla en su edición definitiva y saber que fue merecedora de ser finalista del Premio Planeta-Casa América. Novela densa, morosa, apta para buenos lectores. Difícil saber al final qué es la normalidad y qué es la locura. ¿No sé porqué uno se remite a Memorias del subsuelo de Dostoievski? ¿Hagan la prueba y no saldrán defraudados! Modesto Ponce está en su plenitud…


En un comentario aparecido en la revista Domingo (diario HOY), de 7 de septiembre de 2008, el autor opina lo siguiente sobre su propia novela:

LOS ESPEJOS Y YO 

La noticia llegó de Buenos Aires: La Casa del Desván, entre 557 novelas iberoamericanas, estaba entre las diez finalistas del Premio Planeta-Casa de América 2008. Cuando me comunicaron, no me moví del asiento de mi escritorio en una hora, casi sin hablar. Me serví dos tragos y, al fin, mi mujer me dijo: “¿Qué haces allí sentado? Vamos a comer algo para festejarlo”. Ahora, Editorial Planeta ha editado la novela y está en todas las librerías.

Al examinar la portada y mirar ese rostro sombrío multiplicado en el espejo roto, recojo pasos, examino mis textos, y luego la memoria retrocede cuarenta y cinco años. En una caja de cartón se halla un cuento mío que se publicó en Letras del Ecuador en 1962: el personaje se mira en un espejo cada mañana como un rito para enfrentar la jornada. 

He descubierto que mantengo en el subconsciente una obsesión por la duplicación, por la multiplicación. ¿Somos todos también otros seres simultáneos? En También tus Arcillas hay tres cuentos con referentes de espejos. En El Palacio del Diablo intervienen dos alter ego, un “narrador” que es como otro autor, aunque ficticio. Seres desdoblados. 

En La casa del Desván, el personaje principal, loco, internado en un sanatorio, multiplica personalidades y situaciones, y desaparece el límite —impreciso y ambiguo— entre realidad y sueños, normalidad y locura, mientras el sujeto enajenado se traslada a una casa que sólo está en su cerebro, y que, por motivos de la trama, carece totalmente de espejos y los relojes no marcan la horas. En esta casa sucede el 60% de la novela.

No sabemos cuántos somos en cada uno, ni los niveles a los que pueden llegar los ascensores interiores que van a nuestros abismos de fantasmas y de sombras.


En la Revista Familia del diario EL COMERCIO de 8 de marzo de 2009, el autor, en respuesta a una pregunta hecha por un periodista, escribió:

  ¿DE DÓNDE SURGE LA CREATIVIDAD?

Escribir me ha ayudado a vivir. Con cada libro soy otro. Me cambia el lenguaje, me cambia la actitud ante las cosas, me reajusta el sistema emocional. Soy un escritor que empezó tarde. 

Un día, cuando tenía 56 años, dije, voy a escribir. ¿Por qué? No sé. Fue una necesidad interna, algo que salió de adentro. Es una forma de vivir, de respirar, de creer en algo. Me puse a escribir tres o cuatro años sin saber adónde iba. Lo hacía una o dos horas diarias, fines de semana… 

Escribí con miedo, porque a esa edad no hay cómo equivocarse mucho. De joven no importa. Empecé hace 14 años. Hoy tengo 70. 

No hay que perder de vista que realmente uno, es en mi caso, se escribe al reescribir. Yo escribo absolutamente lento. Puedo ser un gran mecanógrafo, pero el ritmo interno ya preexiste. Me levanto a las cinco de la mañana, prendo la computadora. En dos horas de trabajo no paso de una página, en promedio. Por eso me tomó cinco años hacer un libro.

Soy extremadamente lento, porque soy perfeccionista. Me demoro mucho, porque no creo en que se escriba por emoción o inspiración, no creo en entusiasmos. Eso no lo hago casi nunca y cuando lo hago, rompo lo que hago, ni siquiera lo archivo. 

Escribo por oficio, por la constancia. Hay una suma de elementos que tiene que ver con toda una vida vivida, con todo lo procesado, lo dicho y lo gozado. 

Hay otro elemento más: el subconsciente escribe cosas que no están a flor de la mente, afloran cuando uno escribe, cuando se va donde el psiquiatra, en situaciones extremas... También escribe el instinto. No me rijo por razones, por ecuaciones, por lógica ni por deducciones, sino por inducciones. 

En mi caso, la escritura es un goteo. A veces, un segundo antes, la idea no existe. El asunto del tiempo no existe. Una vez que yo he realizado una primera revisión, la novela se va al cajón por seis meses. En la literatura no hay plazos. Yo empecé a escribir una nueva novela para olvidarme de la otra. 

Cuando la una ya ha madurado y yo he adquirido distancia la miro de nuevo. Cuando está editado el libro también lo vuelvo a leer. Y uno descubre las razones por las que ha puesto eso. 

En cuanto a los personajes, una de mis normas es desarrollar personajes bien fuertes. Eso permite al escritor aislarse y dar independencia a la novela. Pero en gran medida uno se transmite. No es que uno cuenta su vida, pero hay retazos, pedazos y cuestiones que se mezclan, se camuflan. Los personajes que más me agrandan y más me gustan son los femeninos”

La revista CRITERIOS de julio de 2008 comentó que la novela "desnuda con escalofriante certeza el indescifrable universo del cerebro humano. La novela lleva al lector por los insondables resquicios de la mente, en donde a veces basta un ´tris´ para transgredir los límites de la razón y romper las barreras de aquello que la sociedad ha estipulado como ´comportamientos normales´. Divagar por su propio mundo: ese se vuelve el objetivo de la mente; un mundo oculto, guardado celosamente tan solo por quien lo vive interiormente; un mundo donde la frustración no tiene significado. 

"La historia se desarrolla en un sanatorio donde el protagonista despliega sus anhelos reprimidos y vive una vida paralela en la que él es el gran personaje que en la vida real nunca fue; después de todo, a veces la vida nos da la oportunidad de trascender las fronteras de la razón y establecer un mundo propio en el que no interfiere ´el destino´ que a veces marca a los seres ´normales".


La revista DINERS de agosto de 2008 opina así sobre el personaje protagonista de esta novela: "Mario Ramón, 50 años, cerdoso, trompudo, lento, angustiado, con ataques de ansiedad, alucinaciones, delirios de grandeza y persecución, sexualidad desbordada, manías religiosas, es el intenso protagonista de La Casa del Desván. Un virus adquirido en su niñez, sumado a los dolorosos y fustrantes hechos de su vida, se convierte en una ´psicosis profunda´ que lo aleja de su familia, lo deja sin trabajo, lo lleva a tener una vida de vagabundo,  a ser internado en un hospital público, luego botado como un trasto viejo en el cuarto de la terraza de su propia casa y, por último, recluido en un manicomio.

´Desde ahí nos cuenta Mario Ramón su historia. Ahí esta la novela, su elemento más brillante: la voz del loco. Esta voz apuntala la especial estructura escogida por Modesto Ponce y, además, logra construir un personaje inolvidable, de imaginación inundada, no sólo por la demencia, sino, hasta cierto momento, por los ´locos´ deseos de vivir; una locura reconocible en partes de cada uno de nosotros; por ello resulta inquietante: nos lleva a una serie de  preguntas sobre las supuestas características de la normalidad, los límites entre la realidad, los sueños, las utopías y las locuras, de la vida y de la muerte.

´En fin, con panorama tan vigoroso, no es extraño que la novela haya sido seleccionada como una de las diez finalistas del II Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta- Casa de América". 


La novela La Casa del Desván está dividida en 7 partes y 21 capítulos: 


ÍNDICE

1. Junio 26. La escalera de caracol ....................... 5 

2. Junio 25. Los muertos no se reflejan ................. 12 

3. Junio 22. ¿Dónde están todos?........................... 23 

II 

4. La clínica psiquiátrica ........................................ 32 

5. La habitación trasera ......................................... 45 

6. Horas muertas .................................................... 54 

III 

7. Junio 21. La invitación de Anisha ....................... 64 

8. Junio 17. Matilde cuenta ..................................... 73 

9. Junio 5. Almuerzo en familia .............................. 81 

IV 

10. El director general ............................................ 89 

11. No hay nada adentro ........................................ 93 

12. En la madriguera ............................................. 103 

13. Mayo 27. Están en El Cortijo .............................. 110 

14. Mayo 27. La habitación de Isabella.................... 118 

15. Mayo 22. La primera visita ................................ 126 

VI 

16 Por tiempo indefinido ........................................ 134 

17. Otro espejo ....................................................... 141 

18. Al fin en casa .................................................... 148 

VII 

19. Mayo 11. Los peces rojos ...................................162 

20. Mayo 5. La litografía ..........................................170 

21. Abril 29. El muro de piedra y las hormigas.........179 

             

    

La Casa del Desván fue escrita entre 2004 y 2007. Una vez terminado el primer borrador de una novela, el autor la guarda para que "madure". La Casa del Desván se inició mientras El Palacio del Diablo "dormía" por seis meses, en espera de las revisiones finales. Retomada esta novela (que fue publicada en junio de 2005), el autor suspendió la escritura de La Casa que fue reiniciada en el segundo semestre de 2005 y en 2006. En los primeros meses de 2007 se repitió el ciclo de espera y maduración para dar paso a nuevos proyectos, pero a fines de este año la novela estaba lista.