Rodrigo Villacís Molina (1997)

Rodrigo Villacís Molina Diario HOY, 12 de enero, 1997

Nuevos cuentistas

Una legión de aspirantes a narradores escribieron a partir de los años sesenta pretenciosos textos que no han sobrevivido. 

Se repite con frecuencia que vivi­mos en un país de cuentistas, desde los que engañaban con sus embelecos al prójimo y también al pueblo, hasta los escritores que prac­tican ese género literario, a los cua­les voy a referirme ahora. Entre ellos son pocos los que producen obras importantes, pues se trata de un arte muy difícil: exige gran oficio y un sentido especial de la composi­ción, a fin de decirlo todo brevemente y de tal manera que el lector tenga la gozosa impresión de que no falta ni sobra nada.Entre nosotros, una legión de aspi­rantes a narradores escribieron a partir de los años sesenta innumera­bles y pretenciosos textos que no han sobrevivido. Eran los tiempos de la literatura "difícil" y "comprometi­da", que solo consiguió alejar a los lectores. 

Ahora hay una suerte de reacción a esas poses que no hacían sino disfrazar la incompetencia, y es­tán apareciendo libros de cuentos de cuya lectura podemos disfrutar. En­tre ellos "Blues de la cama vacía", de Francisco Parra Gil (Guayaquil, 1929), presentado hace poco en Cuen­ca, y "También tus arcillas", de Mo­desto Ponce Maldonado (Quito, 1938), cuyo lanzamiento acaba de realizarse en esta ciudad.

Los dos autores tienen en común el hecho de constituir lo que podría pa­recer "vocaciones tardías", aunque en realidad lo "tardío" en ambos ca­sos no es sino la publicación de su primer libro. Porque uno y otro han venido escribiendo desde muy jóve­nes -sin tomarse muy en serio, si se quiere-, e inclusive han obtenido ya menciones y premios literarios. Otra cosa en común es la amenidad de sus cuentos, porque tanto los de Parra como los de Ppnce están pensados pa­ra el entretenimiento del lector. La diferencia, en cambio, se halla en el alto porcentaje de imaginación que tiene "También tu arcilla", versus la carga autobiográfica -a veces con nombres propios- o al menos de una realidad muy próxima de "Blues dela cama vacia”. En dicha obra, en la cual se destaca la precisión de la pin­tura de ambientes y la hábil descrip­ción de situaciones, Parra rescata de la memoria ciertos episodios que so­mete a un eficaz tratamiento litera­rio, para componer estos ágiles, vivos y en muchos casos divertidos relatos premiados en el II Concurso Nacio­nal de Cuentos Ismael Pérez Pazmi-ño, de El Universo, así como elogia­dos por críticos de la talla de Ángel Felicísimo Rojas.

La visión de Modesto Ponce es más trascendente (véase la foto de la sola­pa del libro), y sus temas (la muerte, la desgracia, el amor y el engaño, el misterio, los desaparecidos y hasta una interpretación muy heterodoxa de la filiación de Cristo) le imponer un tono muy serio y a veces sombrío que el autor maneja con solvencia, así como dibuja cuidadosamente a sus personajes. No es difícil adivinar muchas lecturas, mucho trabajo y mucha pasión tras estas páginas de un autor que debuta con los mejores auspicios.

En resumen, dos libros de cuentos y dos autores que en nuestro medio re­flejan, quizás, una nueva tendencia, a tono con los tiempos, de este género que en el Ecuador ha dado grandes fi­guras.