¿Hasta dónde los empresarios?

Modesto Ponce Maldonado

Se dice que ha sido negativa la experiencia de presidentes empresarios en USA. Platón pensaba que son los filósofos quienes deberían gobernar. ¿Hasta qué punto el llamado "pragmatismo" es valedero por sí solo ante las concepciones, estrategias, complejidades y dimensiones que implican la tarea y el arte de gobernar? El fracaso del CONAM ("CONAM El Bárbaro", decía un grafito) puede ser una muestra.

Es claro que el predominio empresarial y las tesis librecambistas tiene relación, en gran medida, con la llamada "muerte de las ideologías". Juan Pablo II -recalcitrante conservador y hábil político- dice en la contratapa de su obra "Cruzando el umbral de la esperanza": las ideologías han muerto; ahora sólo habrá espacio para la "verdad". Igual que en lo religioso, el fenómeno se repite en lo político: con el fracaso del comunismo, sólo funciona ahora la verdad neoliberal del mercado, la casi exclusiva receta del "progreso". Pero, la muerte de las ideologías equivale a la muerte de las ideas, y, cuando éstas mueren, sólo queda la posibilidad del predominio autoritario de una sola ideología: la "verdadera", la ideología de quien tiene -como decía María Elena Walsh en una canción grabada hace muchos años- "el sartén por el mango y el mango también". (¿Es un verso de Benedetti?).

El neoliberalismo implica el gobierno de los empresarios, que se han convertido en "motores de la historia" y del "desarrollo". No obstante, los grandes líderes de este siglo no fueron empresarios. El fundamentalismo puede ser, no sólo teocrático, o racista, o ideológico; pueden ser también simplemente empresarial. ¿El triunfo de Mammón? Nada más inexacto que pensar que la actividad empresarial trae necesariamente bienestar para la colectividad. ¿Ejemplos? Con la venia del cuestionado INEFAN se están deprededando bosques y manglares; en diez años Galápagos se extinguirá, dicen los especialistas; en las épocas de auge de la construcción no mejoran los niveles de vivienda propia; el seguro privado no soluciona sino el problema de una reducida minoría. El neoliberalismo tiende además a menospreciar la actividad de otros entes sociales (sindicatos, grupos ecologistas, organizaciones a favor de los derechos humanos).

Para el año 2000 es posible que América esté cruzada de gobiernos autoritarios, a fin de contener la insurgencia social. Este es el punto clave: ¿cuándo y cómo la gente comenzará a cansarse? Es posible también que, para fin de siglo, el socialismo haya resucitado de entre los muertos y busque nuevas alternativas.

La liberación de las economías es auspiciada por los países industrializados (que no la tienen tan libres); y es, en cierto modo, una forma de coloniaje sobre los países pobres. ¿Por qué quiebran las empresas y dejan miles en la desocupación? No es solamente por los cortes de energía, la inestabilidad política y los altos intereses bancarios (otro efecto del "libre mercado"). Existe otra razón que no es reconocida ni declarada, ya que atenta contra los dogmas de moda: cada vez la gente compra menos y, las que pueden comprar, prefieren lo importado, en perjuicio de agricultores e industriales. Da la impresión que los mismos empresarios se ponen la soga al cuello. Es más fácil importar que producir.

¿Cómo puede crearse una economía de mercado en un país donde el ochenta por ciento de los pobladores no tienen posibilidad de adquisición, uso y consumo?, ¿en un país que no produce? Eduardo Galeano ha dicho, a propósito de los logros neoliberales: "la operación ha sido un éxito, pero el paciente se está muriendo". Al Ecuador le bastó la renuncia forzada de un vicepresidente o elecciones presidenciales para que la economía se fisure. ¿Qué nos sucedería si los Estados Unidos deciden bloquearnos por apenas seis meses? La respuesta sería aterradora: desapareceríamos como nación. Careceríamos inclusive de lo primordial: la capacidad sicológica para asimilar al impacto y buscar el camino.

La empresa tiene un rol insustituible. Existen empresarios con dotes extraordinarias. Pero la capacidad creativa y la inteligencia organizadora no pueden desvincularse de las consideraciones realistas sobre el entorno, y menos convertirse en estructuras superiores desde donde manan beneficios hacia abajo. La economía no es una ciencia exacta sino una disciplina social. "El principio de la economía de mercado ha supuesto la subalimentación permanente de millones" ha escrito el novelista alemán Günter Grass.

* (XII-95)