Arroz basmati: cocido del día antes y frío de la nevera. Receta -> aquí
1/2 cebolla grande: pelada, limpia y cortada en trozos medianos
4 lonchas cuadradas de jamón cocido, ahumado: cortadas en trocitos
1 huevo campero: batido con una pizca de sal
1 zanahoria mediana: pelada, limpia y rallada
5 cucharadas de aceite de girasol
1 ramito de perejil o cilantro fresco: limpio, picadito y sin los extremos de los tallos
Pimienta negra molida al gusto
Sal fina al gusto
Opcional: chorrito de aceite de sésamo
Preparación
En una sartén antiadherente y a fuego fuerte, vamos a verter una cucharada de aceite de girasol.
Una vez caliente, bajaremos el fuego a la mitad y echaremos el huevo batido. Removeremos sin parar, en movimientos circulares, con ayuda de una cuchara de madera y hasta que el huevo quede bien cuajado. Se nos va a formar una especie de tortilla rota: podéis romperla en trozos más pequeños con la cuchara de palo.
Una vez conseguido, retiraremos y reservaremos.
Ahora vamos a verter 4 cucharadas de aceite de girasol en una sartén profunda o wok, que vamos a poner a fuego fuerte.
Una vez caliente, echaremos la cebolla, bajaremos el fuego a la mitad y unos segundos después, agregaremos la sal al gusto. Yo le voy a poner 1/2 cucharadita.
Dejaremos cocinar unos 4-5 minutos, removiendo de vez en cuando.
Añadiremos el jamón cocido, removeremos y dejaremos al fuego unos 30 segundos más.
Ahora vamos a incorporar la zanahoria rallada, mezclaremos enérgicamente y cocinaremos 2 minutos más.
Y por último, vamos a añadir el arroz basmati cocido y la tortilla rota que teníamos reservada.
Removeremos unos segundos y con cuidado. Veréis que conforme vayáis mezclando, el arroz se irá soltando e irá tomando un color anaranjado gracias a la zanahoria rallada.
Una vez conseguido, apagaremos el fuego, rectificaremos con sal, si fuera necesario, añadiremos la pimienta negra molida y las hojas de perejil o cilantro fresco.
Y si tenéis, os recomiendo verter un chorrito de aceite de sésamo, va a dar un toque asiático riquísimo.