Albóndigas de berenjena caseras: con salsa de tomate, sin gluten
Para preparar esta receta, estoy usando cucharas medidoras.
Ingredientes
Para las albóndigas
1 berenjena limpia (500 gramos)
1 diente de ajo
½ cebolla (100 gramos)
1 patata blanca (290 gramos)
4 cucharadas de aceite de girasol o de oliva
Sal al gusto
18 cucharadas de copos de avena: suaves e integrales
Maizena suficiente
Para hacerlas en la sartén
Aceite de girasol o de oliva, suficiente
Salsa de tomate casera (para 2 personas)
3 cucharadas de aceite de oliva
1/2 cebolla: pelada, limpia y picadita
3 tomates maduros (de rama): pelados y partidos en trozos
Sal al gusto (pongo 1/2 cucharadita)
1/2 cucharadita de azúcar
1/2 cucharadita de pimentón dulce de la Vera (ahumado)
4 cucharadas de tomate frito o puré de tomate
Preparación
Partiremos la berenjena en rodajas de 1 dedo de grosor. Cada rodaja, la vamos a cortar en tiras de 1 dedo de ancho y cada tira, la cortaremos en cuadraditos.
Pondremos nuestros cuadraditos en un colador, que vamos a colocar sobre un bol profundo.
Echaremos 1/2 cucharadita de sal gruesa, sobre nuestros cuadraditos de berenjena. Moveremos un poco el colador, para que la sal llegue a todos los rincones, y dejaremos reposar, a temperatura ambiente, entre 1-2 horas para que suelten el amargor. Los he tenido 2 horas.
Pasado el tiempo, enjuagaremos bien bajo el chorro del grifo, para eliminar el exceso de sal, escurriremos y reservaremos.
Pelaremos, lavaremos y partiremos el ajo en rodajitas.
Pelaremos, lavaremos y partiremos la 1/2 cebolla en tiras.
Pelaremos, lavaremos y partiremos la patata. Primero la cortaremos por la mitad y después, en láminas. Y, si las láminas son muy grandes, las dividiremos en 2.
En un wok antiadherente, o sartén profunda, que vamos a poner a fuego fuerte, echaremos 4 cucharadas de aceite de girasol o de oliva.
Una vez caliente, incorporaremos el ajo y la cebolla.
Moveremos un poco, bajaremos el fuego a la mitad y dejaremos cocinar 3 minutos.
Pasado el tiempo, añadiremos las patatas y sal al gusto (he puesto 1/2 cucharadita).
Removeremos, taparemos y cocinaremos durante 5 minutos.
Después de 5 minutos, destaparemos, agregaremos los cubitos de berenjena, mezclaremos, taparemos y dejaremos cocinar 5 minutos más.
Pasados los 5 minutos, destaparemos, moveremos, taparemos de nuevo y dejaremos cocinar 3 minutos más o hasta que la berenjena esté cocinada y la patata se pueda romper con facilidad, con la cuchara de madera.
Después de 3 minutos, ya tenemos nuestra berenjena lista y la patata se puede romper.
Apagaremos el fuego, retiraremos, taparemos y dejaremos reposar 5 minutos más.
Pasaremos todo a un bol y trituraremos, con ayuda de la batidora, hasta conseguir una mezcla pastosa.
Ahora, agregaremos los copos de avena, suaves e integrales, en varias veces, mezclando cada vez. También podríamos añadir pan rallado.
Podemos rectificar con sal, si hace falta, y dejaremos enfriar nuestra masa a temperatura ambiente.
Una vez fría, cubriremos el bol con papel film y lo llevaremos a la nevera 30 minutos, para que la masa adquiera mejor consistencia y podamos formar las albóndigas mejor.
Pasado el tiempo, sacaremos la masa de la nevera y formaremos las albóndigas.
Nos engrasaremos las manos con un poquito de aceite, para que no se nos peguen.
Tomaremos 1 cucharada de masa, que pasaremos a una mano, y haremos bolitas que iremos colocando en un plato con Maizena.
Rebozaremos las albóndigas con la Maizena, retirando el exceso, y reservaremos en otro plato. Han salido 17 albóndigas.
Las taparemos con papel film y las llevaremos a la nevera algunas horas, mejor toda la noche, para que tengan mejor consistencia y se concentren mejor los sabores. Podríamos congelarlas también.
Al día siguiente, podemos acompañarlas con la salsa que más nos guste. Hoy vamos a preparar una salsa de tomate casera para bañarlas. Voy a hacer para 2 personas, 3 albóndigas por cabeza. El resto, las congelamos para otro día.
En un wok, a fuego fuerte, verteremos 3 cucharadas de aceite de oliva.
Una vez caliente, bajaremos el fuego a la mitad e incorporaremos 1/2 cebolla: pelada, limpia y bien picadita (la que nos sobró ayer, cuando hicimos la masa).
Echaremos 1/4 de cucharadita de sal, mezclaremos y dejaremos cocinar 8 minutos, removiendo de vez en cuando.
Pasado el tiempo, agregaremos los tomates maduros, que ya tenemos pelados y partidos en trozos, 1/4 de cucharadita de sal y cocinaremos 8 minutos más, triturando el tomate con ayuda de una cuchara de madera.
Una vez conseguido, añadiremos 1/2 cucharadita de azúcar para corregir la acidez del tomate, 1/2 cucharadita pimentón dulce de la Vera (ahumado), 4 cucharadas de tomate frito o puré de tomate y dejaremos en el fuego 2 minutos más, removiendo. Si veis que se queda muy espesa, podéis verter un chorrito de agua.
Retiraremos y reservaremos.
Ahora, sacaremos nuestras albóndigas de la nevera y verteremos 2 cucharadas de aceite de girasol o de oliva en una sartén antiadherente (estoy usando la de hierro que curamos hace algunos meses). Pondremos a fuego fuerte. Si queréis, podéis echar más aceite, ya sabéis que suelo poner poquito.
Una vez caliente, bajaremos el fuego a la mitad y cocinaremos nuestras albóndigas hasta que se doren por todas partes, 2 minutos por lado.
Repetiremos este proceso con las otras 3 albóndigas, echando más aceite, si fuera necesario.
Una vez doradas, reservaremos las albóndigas en un plato con papel absorbente para eliminar exceso de grasa. También, podemos llevarlas directamente al wok en el que tenemos la salsa, para que cojan el gustito y calentarlo todo junto.
Servimos, vertemos un poquito de salsa y a disfrutar. Estoy decorando con albahaca fresca.