(45) Vendiendo la BMW
Tenía la idea de viajar alrededor del mundo en motocicleta cuando salí de Japón. Sin embargo, me encontré con una mujer en Bogotá, Colombia. Nos encontramos casi todos los días durante cinco meses. Mientras tanto la visa de seis meses iba a expirar. En este país uno no puede conseguir más extensión de la visa y debe dejar el país durante los siguientes seis meses. Salí de Bogotá en motocicleta para una jornada alrededor de América del Sur el 11 de octubre de 2003. Viajé con la mujer para los primeros tres días. Le prometí que yo regresaría a lo más tarde hasta Navidad del año siguiente. Por eso yo viajé rápidamente. El 18 de septiembre de 2004 yo volví a Bogotá después de 11 meses, que era más temprano que lo prometido. Sin embargo, 11 meses parecen haber sido demasiado tiempo de espera para una mujer latinoamericana. Su amor hacía mí se había hecho frío.
Pensé sobre volar inmediatamente a Europa, pero supuse que haría frío pronto y empezaría a nevar allá. Aparte de eso, tenía a Hernan y algunos otros amigos en Bogotá. Los precios son bajos en Bogotá y es fácil vivir aquí. Decidí vivir en Bogotá de momento. Al poco tiempo pensé en quedarme por el resto de mi vida en Colombia. En primer lugar, conseguí una visa del estudiante durante un año, pero el permiso para la motocicleta expiraría y su extensión era imposible. Yo tenía que dejar Colombia antes del 12 de enero en 2005. En realidad quise registrar el BMW en Colombia. Por lo tanto visité varias oficinas gubernamentales. Pero no pode ni guardar ni vender la moto en Colombia porque el gobierno colombiano prohibe la importación de vehículos usados. Dra. Luz Marina Zuluaga, una mujer que es responsable de la aduana, me dijo que ella me daría el permiso de un año, que es la duración máxima, para mi próximo regreso al país. Aun así, sin embargo, yo tendría que dejar Colombia por lo menos una vez todos los años. La BMW se volvió una carga gradualmente para mí. Busqué algunos países sudamericanos donde yo podría venderla. Los países vecinos, Venezuela y Ecuador, eran improbables porque estos gobiernos habían estampado el permiso de la moto en mi pasaporte antes. Recibí un mal reporte que mi BMW no podría ser vendida en Brasil. Sin embargo, un Esperantista en Perú me informó en su e-mail que sería posible en Perú. También yo llamé a una tienda de la motocicleta en Santiago de Chile. El dueño me dijo que él compraría la BMW por aproximadamente $7,000. También pensé que podría venderla en Perú. De lo contrario tendría que viajar en moto hasta Santiago.
Yo no queía viajar en moto solo por la misma carretera que había viajado un año antes. Además, la carretera traspasa el desierto de 4,000km hasta la cercanía con Santiago poco después de entrar en Perú. Quería tener alguna mujer que me pudiera acompañar. Por ese tiempo, me encontré a Diana y María. Dania tiene 19 y María tiene 37 años. Las dos de ellas son mujeres bonitas. Fue el 21 de diciembre. Cinco días después, el 26 las invité a mi casa a comer, junto con Hernan, comida japonesa "sukiyaki". yo hablé sobre mi viaje a Santiago a las mujeres, pero ellas me contestaron que no podrían tomar las vacaciones tan largas. Yo perdí la esperanza en ese día. Varios días después, sin embargo, yo recordé que María me había dicho que ella tomaría vacaciones de una semana al principio del año. Pensé que aun una semana sería suficiente para mí. Yo la llamé. Ella me dijo que ella podría extender su vacación a diez días. Pensé que en diez días yo podría ir en moto a Quito, Ecuador con ella. Decidimos salir de Bogotá el 2 de enero.
Llegamos a la frontera ecuatoriana el 8 de enero. Era sábado aquel día. Nos hicieron saber que los colombianos necesitan un certificado judicial para entrar en Ecuador. Pero, nos dijeron que el certificado no se emitiría porque los bancos estaban cerrados. No obstante, en Colombia. Nosotros conseguimos el certificado y pagamos dinero tres veces más, y con éxito entramos en Ecuador. Pero, una cosa inesperada pasó. En la frontera había oficiales que sólo verifican los vehículos entrantes y la aduana que da el permiso de mi moto estaba en el pueblo de Tulcan, 5km más lejos. Los oficiales nos dijeron que la oficina estaba cerrada en sábados y nos ordenaron regresar a Colombia y volver de nuevo el lunes. Yo les pedí que nos permitieran quedarnos en un hotel en Tulcan hasta lunes, pero ellos siguieron diciendo "No". Les dije que nosotros regresaríamos a Colombia, pero en cambio, hice un desvío y avanzamos a Tulcan. No había ningún control de la policía afortunadamente y nosotros llegamos a la entrada de Tulcan. Justo al momento, cuando pensé que yo había logrado, un automóvil estaba acercándose por detrás. El chófer nos dijo que nos detuviéramos. Él fue uno de los oficiales en la frontera. Él nos dijo que nos arrestaría. Al escuchar esto, María dijo alegremente, "Éste es realmente un viaje aventurero!" Yo estaba intranquilo. Por suerte pudimos evitar el arresto y nos devolvimos otra vez a Colombia. Sin embargo, María, quien no esperaba la pérdida de dos días, pensó que esto perjudicaria su visita a Quito, entonces tendría que volar a Bogotá inmediatamente después de la llegada a Quito. Quito era el lugar que ella quería visitar más. Ella llamó a su oficina en Bogotá y tomó tres días más de vacaciones. Las vacaciones que eran sólo una semana se volvieron ser dos semanas. Yo estaba contento con la extensión de los tres días.
El lunes entramos en Ecuador de nuevo y llegamos a la aduana a las 9:30. Eran las dos pasadas de la tarde cuando me dieron el permiso de importación de la motocicleta. Sin embargo, encontré una cosa buena. La aduana no estampó el permiso en mi pasaporte esta vez y me dio sólo una hoja de papel de permiso. Además, yo dí testimonio del documento siendo escrito por el Microsoft Word. Supuse que la aduana no tenía un sistema de comunicación de datos con la oficina de inmigración. En ese caso, el gobierno no descubriría mi venta de la BMW en Ecuador en mi salida del país. Pensé que no tendría que ir a Santiago para vender la moto.
Ese mismo día nos quedamos en un hotel de las aguas termales. Nos bañamos en las piscinas termales en la mañana siguiente y dejamos el hotel para seguir a Quito después de la una de la tarde. Cuando llegamos cerca a un hotel en Quito, un hombre joven ondeó su mano y trotó a lo largo de nuestra moto. Él se presentó como Gerald, quen era un viajero de motocicleta desde Alemania. Él nos invitó a una cena de algunos motociclistas que se celebraría en esa noche. Nosotros aceptamos su oferta.
Fuimos al hotel donde Gerald estaba quedándose en el momento señalado. Inmediatamente después, Ricardo, un hombre ecuatoriano tan alto como 195cm, y Ralph y su esposa de Australia vinieron. Fuimos a un "sushi" bar en el automóvil de Ricardo. Ricardo viajó alrededor de Sudamérica en motocicleta y publicó hasta un libro escrito sobre sus viajes. Los motociclistas del mundo frecuentemente visitan su casa grande y se quedan allí. Ecuador era el único país en América del Sur que requirió un "carnet" para un turista con vehículo. El gobierno lo abolió en septiembre del año pasado. Ricardo logró convencer al presidente y Congreso y realizó esto.
Gerald me dijo que yo no podría vender mi moto en Chile debido a su sistema de la computadora que conecta la inmigración y aduanas por el Internet. La información de los Esperantistas peruanos todavía tenía un poco de incertidumbre. Por eso llamé a los dos hombres quienes me encontré antes y quienes me dijeron que querian comprar mi BMW en Quito. Pero yo no pude vendersela. Por lo tanto consulté a Ricardo. Él llamó a sus amigos inmediatamente para mí. Uno de ellos, Felipe (seudónimo), le dijo a Ricardo que la quería comprar. Ricardo me dijo que mi BMW costaría desde $4,000 a $5,000. Pensé que estaría bien si pudiera venderla en Ecuador. Esperé venderla por $5,000. Ricardo me hizo pensar en ir con él a un concurso de carreras de motocicletas en Latacunga, un pueblo 70km sur de Quito, donde Felipe que quería la BMW también vendría próximo sábado. Yo acepté su oferta, sin dudarlo.
El sábado, María estaría saliendo para Bogotá. Nos levantamos a las tres de la mañana. Fuimos al aeropuerto en taxi poco después de las cuatro. Después de despedirla en el aeropuerto, me devolví al hotel y esperé a Ricardo que me guiaría al concurso de carreras en su automóvil. En el concurso de carreras no había muchas personas porque el sábado era únicamente para la práctica. Felipe y sus amigos no se presentaron porque una de las motocicletas tenía una rueda pinchada en camino de Cuenca, una ciudad a 400km de Latacunga.
Fui al concurso de carreras el domingo de nuevo, porque Ricardo me dijo que Felipe vendría con seguridad . Mucho público y más de 100 motocicletas vinieron al concurso de carreras. Al principio Felipe vino a mí y me ofreció su precio de $4,000. Un hombre que vino luego me dijo $3,000. entonces pegué una hoja de papel escrita, que decía: "Se vende por $5,000". Muchas personas vinieron para ver mi moto. Porque dos de ellos me dijeron que me llamarían después, yo escribí el número telefónico de mi hotel en dos pedazos de papel y se los dí a los hombres.Pero no pregunté sus nombres y los números telefónicos. Ese fue mi gran error. Yo estuve esperando sus llamadas en mi habitación del hotel durante varios días, pero nunca me llamaron.
Debido a que sólo esperar no significó nada, revisé en el directorio telefónico y llamé a cinco tiendas de motocicletas. Dos de ellas me contestaron que querían comprar la BMW. Porque una de las dos tiendas estaba lejos y no fue fácil visitarla, entonces fui a la otra tienda más cercana. El dueño de la tienda me dijo que él no la compraría, pero que hallaría a alguien dentro de sus clientes. Cuando él preguntó mi precio, yo sólo le dije que una tienda de motocicletas en Santiago podría pagar alrededor de $7,000. Él también dio el mismo precio. Me dijo que se tardaría una semana. Esperé por cuatro días y me dijo que $7,000 era demasiado para la moto sin documentos apropiados y su precio razonable sería entre $3,000 y $4,000. Así, fui a la tienda más lejana al día siguiente. La tienda tampoco quizo comprarla, pero el dueño me dijo que él tenía un amigo que le interesaba. Yo le llamé, porque él no me llamó a la hora acordada de las cinco de la tarde. Él me dijo que la motocicleta que su amigo deseaba no era el modelo de mi moto, sino una moto de "enduro". Entonces desistí de intentar vender la moto en Quito.
Ricardo me dijo que la moto se vendería seguramente en Cuenca y me dio los numeros telefónicos de dos personas. Uno de ellos era Nicanor que, según Ricardo, es uno de los mejores amigos de Ricardo. Llegué a Cuenca después del viaje de 10 horas en motocicleta. Llamé a Nicanor. Él me dijo que era un periodista. Eso me recordó que él era la persona que había escrito el prólogo al libro de Ricardo. Él me dijo que no sólo llamaría a sus amigos de la motocicleta, sino que también pusiera un anuncio en Internet y en su periódico a la vez. Pero se prohibe para un turista vender su motocicleta. Yo obvié su idea del anuncio en el periódico porque sería demasiado arriesgado.
Mientras Nicanor estaba informando sobre mi moto para encontrar a un comprador por $5,000, llamé a las dos personas que me dieron sus precios de $4,000 y $3,000 respectivamente en el concurso de carreras. Ellos no cambiaron sus ofertas, aunque el mio era de $5,000. Aproximadamente dos días después, un hombre que había recibido la información de Nicanor vino a mi hotel. Él también salió del hotel, diciendo que $5,000 era muy alto. Yo esperé más tiempo. También me puse en contacto con algunas tiendas de motocicleta, pero fue en vano. Yo esperé una semana más después de todo, pero no pude encontrar otro comprador. Por eso, decidí venderle mi moto a Felipe por $4,000. Felipe consultó al abogado de Quito, cuyo número de teléfono yo dí a él, por teléfono sobre el registro de mi BMW en Ecuador. Él me dijo que la compraría. Pasaron dos días más mientras yo recibía el dinero y entregué la moto en la casa de Felipe. Hicimos un contrato por fin. Esa noche Felipe, que consultó además de algunos abogados en Cuenca, vino a mi hotel y me pidió que le acompañara al día siguiente a una oficina gubernamental llamada Notaria para matricular el certificado californiano y el permiso ecuatoriano de mi BMW que yo le había dado a él. Esto me hizo aplazar mi salida un día más. Al siguiente día a las nueve de la mañana, Felipe vino a mi hotel para recogerme, y durante este tiempo me dijo que él necesitaba la extensión del permiso para la BMW que expiraría en poco tiempo. Él me llevó a la oficina encargada. Yo lo esperé afuera. Felipe salió de la oficina y me dijo que él no podría comprar mi moto a causa de la imposibilidad de su matrícula.
Yo tenía que regresar a Bogotá en ocho días para informar sobre mi visa a una oficina gubernamental. No tenía suficiente tiempo para ir a Lima en Perú. En un proincipio decidí regresar en moto a Bogotá. Yo devolví el dinero y recibí la moto. Nececité un día más. Llamé a Ricardo en Quito y le dije que volvería a Quito al siguiente día. En ese momento Ricardo me informó que él tenía un amigo que quería comprar el BMW en Quito. Al día siguiente de mi llegada a Quito, fuí con Ricardo para visitar a su amigo. Y, yo le vendí mi BMW por $3,000.
Si yo huviera tenido más tiempo, habría viajado a Perú. Aunque vender la BMW era importante, mi visa era más prioritaria. Pienso que hice todo lo posible para vender la moto.Por todo esto estaba cansado. Quise sentirme libre de la BMW. Deseaba regresar a Bogotá porque allí estan mis amigos fiables y mi casa cómoda. Era un viaje de tan sólo un mes. Aunque me cansé, yo podía ver un aspecto diferente de los viajes en motocicleta anteriores a los que había hecho. Pude tener una nueva experiencia. Y, mi viaje en motocicleta alrededor de América del Norte y Sur acabó exactamente después de tres años y ocho meses.
Viaje en motocicleta durante dos semanas con María
Ricardo y su hijo que estaban practicando el día anterior del concurso de carreras
La BMW en el último viaje
Las Lajas, una iglesia cerca de la frontera de Ecuador
El cielo estaba claro el día de carreras. Volcán Cotopaxi estaba bonito.