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2. Hállense y reúnanse textos de autores, sobre todo de obras de bella literatura, que contengan dichas palabras y permitan precisar más su sentido. (148)

3. Lectura en clase de los pasajes de Cicerón (Cuestiones Tusculanas, V, 3) y Diògenis Laercio (Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos, VIII, I, 5) que refieren la tradición del hallazgo de la palabra por Pitágoras. (226)

4. Adúzcanse casos y cítense nombres de filósofos autodidactos o profesionales, de filósofos creadores y expositores de la filosofía, que los alumnos conozcan. (159)

5. Compruébense las diferencias establecidas entre filosofía, religión, arte y ciencia, en ejemplos de grandes personajes de la humanidad o de la patria que han actuado en esas varias dirrecciónes de la vida espiritual.(219)

6. Ensáyese la construcción de un árbol del saber humano.