Mateo 3:2

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y diciendo: Arrepentíos,

και λεγων μετανοειτε

kai legôn metanoeite

[y] diciendo arrepentíos

porque el reino de los cielos se ha acercado.

ηγγικεν γαρ η βασιλεια των ουρανων

êggiken gar hê basileia tôn ouranôn

está cerca[2] porque[1] el reino de los cielos

Textus Receptus Stephanus 1550

και λεγων μετανοειτε ηγγικεν γαρ η βασιλεια των ουρανων

Vulgata

et dicens paenitentiam agite adpropinquavit enim regnum caelorum

Almeida Revista e Atualizada

Arrependei-vos, porque está próximo o reino dos céus.

La Nuova Diodati

e diceva: "Ravvedetevi, perché il regno dei cieli è vicino!"

Luther Bibel 1545

und sprach: Tut Buße, das Himmelreich ist nahe herbeigekommen!

y

Variante: και [kai]. conjunción: "y", "también".

diciendo

λεγων [legôn] Presente Ptcp. Act. nom. sing. masc. de λεγω [legô], "decir", "hablar", "mencionar", "declarar", "llamar", "contar".

Arrepentíos

μετανοειτε [metanoeite] Presente Imperativo Act. 2ª pl. de μετανοεω [metanoeô] "cambiar de opinión [mente, dirección]", "pensar en forma diferente después"; "cambiar de forma de pensar", "cambiar de propósito"; "arrepentirse de".

Comprende mucho más que la confesión del pecado, aunque esto también estaba incluido en la predicación de Juan (vers. 6). Desde el punto de vista teológico, la palabra no sólo incluye un cambio de ideas, sino también una nueva dirección de la voluntad, una modificación de propósitos y actitudes.

Si "pecado", etimológicamente, significa "errar el blanco", i.e. cualquier desviación de la voluntad revelada de Dios, ya sea no hacer lo que él ha ordenado definidamente, o realizar lo que específicamente ha prohibido, "arrepentirse" es regresar al camino correcto, el total retorno de la persona a Dios.

El verdadero arrepentimiento implica así un cambio radical en la actitud hacia el pecado y hacia Dios. No podemos arrepentirnos por nosotros mismos, pero todo lo que debe hacerse por orden de Dios, puede llevarse a cabo por su poder. Todos sus mandatos son promesas y habilitaciones. Es su generosa bondad la que lleva al arrepentimiento (Rom. 2: 4), operando en los hombres "el querer como el hacer" (Fil. 2:13). Está precedido por la convicción del Espíritu Santo que impresiona el corazón del pecador con la infinita justicia de Dios y su condición perdida (cf. Isaías 6:5; Hechos 2:37). A la convicción sigue la contrición, y un reconocimiento interior de nuestra necesidad de la gracia divina, unida a una disposición de permitir que Dios obre su justicia en nuestra vida (cf. Sal. 34:18; 51:17; Isaías 57:15; 66:2). El arrepentimiento se integra a la conversión y en ésta alcanza su culminación (Hechos 3:19).

porque

γαρ [gar], conjunción usada para expresar causa, inferencia, continuación o explicación: "pues [puesto que]". Nunca es la primera palabra en una oración.

el reino de los cielos

η βασιλεια των ουρανων

βασιλεια [basileia] (sust. fem.).

1) el derecho y/o autoridad para gobernar sobre un reino: "dignidad real", "dominio [autoridad, potestad, mando]".

2. un reino, un dominio (el territorio).

ουρανων [ouranôn] (sust. masc.) gen. pl. de ουρανος [ouranos] "cielo".

Westcott-Hort 1881

λεγων μετανοειτε ηγγικεν γαρ η

βασιλεια των ουρανων

Reina-Valera 1960

y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

King James Version

And saying, Repent ye: for the kingdom of heaven is at hand.

La Bible du Semeur

Il disait: Changez, car le règne des cieux est proche.

Russian Synodal Version

и говорит: покайтесь, ибо приблизилось Царство Небесное.

"Reino de los cielos" es una expresión empleada exclusivamente por Mateo para referirse al reinado del Mesías (32 veces)*. Mateo emplea cinco veces la expresión "reino de Dios", que es la única que usan los otros evangelistas (6:33; 12:28; 19:24; 21:31, 43).

El uso de la palabra "cielo" en lugar del nombre "Dios" responde a la costumbre de los judíos del tiempo de Jesús de no decir el nombre sagrado. Empleaban la expresión "nombre del cielo" en lugar de "nombre de Dios"; "temor del cielo" por "temor de Dios"; "honor del cielo" por "honor de Dios", etc.

La expresión "reino de los cielos" no aparece en el AT, aunque la idea está implícita en los escritos proféticos (Isaías 11:1-12; 35; 65:17-25; Daniel 2:44; 7:18, 22, 27; Miqueas 4:8; etc.).

"Reino de los cielos" o "reino de Dios" significa tanto el reino de la gracia como el de la gloria.

El reino de la gracia es presentado por Pablo en la Epístola a los Hebreos. Después de haber hablado de Cristo como del intercesor que puede "compadecerse de nuestras debilidades", el apóstol dice:

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia" (Hebreos 4:15, 16).

El trono de la gracia representa el reino de la gracia; pues la existencia de un trono envuelve la existencia de un reino. En muchas de sus parábolas, Cristo emplea la expresión, "el reino de los cielos," para designar la obra de la gracia divina en los corazones de los hombres. (Mat. 13:24, 31, 33, 45-47).

Asimismo el trono de la gloria representa el reino de la gloria y es a este reino al que se refería el Salvador en las palabras:

"Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,y serán reunidas delante de él todas las naciones." (Mateo 25:31, 32).

Este reino está aún por venir. No quedará establecido sino en el segundo advenimiento de Cristo.

El reino de la gracia fue instituído inmediatamente después de la caída del hombre, cuando se puso en marcha el plan para la redención de la raza culpable.

Este reino existía entonces en el designio de Dios y por su promesa; y mediante la fe los hombres podían hacerse sus súbditos. Sin embargo, no fue establecido en realidad hasta la muerte de Cristo.

Aun después de haber iniciado su misión terrenal, el Salvador, cansado de la obstinación e ingratitud de los hombres, habría podido retroceder ante el sacrificio del Calvario. En Getsemaní la copa del dolor le tembló en la mano. Aun entonces, hubiera podido enjugar el sudor de sangre de su frente y dejar que la raza culpable pereciese en su iniquidad. Si así lo hubiera hecho no habría habido redención para la humanidad caída.

Pero cuando el Salvador hubo rendido la vida y exclamado en su último aliento: "Consumado es," entonces el cumplimiento del plan de la redención quedó asegurado. La promesa de salvación hecha a la pareja culpable en el Edén quedó ratificada.

El reino de la gracia, que hasta entonces existiera por la promesa de Dios, quedó establecido.

se ha acercado.

ηγγικεν [êggiken] Perfecto Ind. Act. 3ª sing. de εγγιζω [eggizô] "acercar", "aproximar" (espacio y/o tiempo); "rayar [amanecer, alborear]", Perfecto: "estar cerca", "estar próximo". Los profetas habían predicho la venida del Mesías como un acontecimiento del futuro lejano; pero he aquí que se oía un anuncio de que se acercaba.

"Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos." (BJ)

Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (LBLA)

* Reino de los cielos - Mateo 3:2; 4:17; 5:3, 10, 19(2), 20; 7:21; 8:11; 10:7; 11:11, 12; 13:11, 24, 31, 33, 44, 45, 47, 52; 16:19; 18:1, 3, 4, 23; 19:12, 14, 23; 20:1; 22:2; 23:13; 25:1.