15:1

"Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande."

אחר הדברים האלה היה

דבר־יהוה אל־אברם במחזה לאמר

אל־תירא אברם אנכי מגן לך

שכרך הרבה מאד

,אַחַר הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה, הָיָה דְבַר-יְהוָה אֶל-אַבְרָם

בַּמַּחֲזֶה, לֵאמֹר: אַל-תִּירָא אַבְרָם, אָנֹכִי מָגֵן

לָךְ--שְׂכָרְךָ, הַרְבֵּה מְאֹד

LXX:

μετα δε τα ρηματα ταυτα εγενηθη ρημα κυριου προς αβραμ εν οραματι λεγων μη φοβου αβραμ εγω υπερασπιζω σου ο μισθος σου πολυς εσται σφοδρα

Vulgata:

his itaque transactis factus est sermo Domini ad Abram per visionem dicens noli timere Abram ego protector tuus sum et merces tua magna nimis

La palabra de Jehová.

Esta nueva revelación del Señor difiere de las previas tanto en la forma como en la sustancia, y constituye otro punto crucial en la vida de Abram. La notable frase "la palabra de Jehová", tan común después en las Escrituras (Éx. 9: 20; Núm. 3: 16; Deut. 34: 5; 1 Sam. 3: 1; Jer. 1: 4, 11; etc.), se usa aquí por primera vez. Esta frase, inseparablemente relacionada con la obra de los profetas, encuadra con exactitud en esta divina revelación a Abram (ver Gén. 15: 4, 5, 13-16, 18- 21), tanto más cuanto que Dios mismo se refiere a Abram como a un profeta (cap. 20: 7).

En visión.

Aunque ésta no es la primera visión registrada en la Biblia, la palabra "visión" se usa aquí por primera vez.

Las revelaciones de Dios se realizaron en formas diferentes, ya fuera para los patriarcas, profetas, evangelistas o apóstoles:

(1) Mediante la manifestación personal de la segunda persona de la Deidad, la cual más tarde se encarnó para la salvación de la humanidad.

(2) Mediante una voz audible, acompañada a veces por la aparición de símbolos, como en el bautismo de Jesús, en Mat. 3: 16,17.

(3) Mediante la ministración de ángeles que aparecieron como seres humanos y realizaron milagros para acreditar su misión, como en el caso de la madre de Sansón en Juec. 13: 3-7.

(4) Mediante la acción poderosa del Espíritu de Dios sobre la mente para impartirle un claro concepto y una vigorosa convicción de la verdad de las cosas percibidas, como en el caso de Pablo en Hechos 20: 23.

(5) Mediante sueños, como en el caso de Jacob de Gén. 28: 11-15.

(6) Mediante visiones realizadas de día o de noche, como en el caso que se trata aquí o el de Balaam de Núm. 24: 4,16. Las dos últimas fueron las formas más comunes que Dios usó para comunicar su voluntad a los hombres. Esto está de acuerdo con el anuncio divino: "Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él" (Núm. 12: 6).

No temas.

Estas tranquilizadoras palabras tenían el propósito de que la mente de Abram quedara en paz. Los reyes de Mesopotamia podrían volver para vengar su derrota, o los paganos cananeos, ya celosos del poder creciente de Abram, podrían atacarlo. Pero Dios le prometió ser "su escudo", el símbolo de protección en las guerras antiguas (ver Sal. 3: 3), y su "galardón". Ambas cosas había experimentado Abram durante la expedición militar anterior, pues Dios lo había protegido en la batalla y lo había recompensado con la victoria. Debía creer que Dios continuaría haciendo por él lo que había hecho en lo pasado.

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