9:1

"Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra."

LXX:

και ηυλογησεν ο θεος τον νωε και τους υιους αυτου και ειπεν αυτοις αυξανεσθε και πληθυνεσθε και πληρωσατε την γην και κατακυριευσατε αυτης

Vulgata:

benedixitque Deus Noe et filiis eius et dixit ad eos crescite et multiplicamini et implete terram

Bendijo Dios a Noé y a sus hijos.

Noé y su familia recibieron una bendición que fue similar a la pronunciada sobre Adán y Eva después de su creación (cap. 1: 28). Así como Adán había sido el progenitor de todos los miembros de la raza humana, Noé llegó a ser el progenitor de todos los seres humanos después del diluvio. En ambos casos la bendición consistió en una orden divina de fructificar y llenar la tierra.

Sin embargo, faltaba una parte de la bendición previa, a saber, el encargo de sojuzgar la tierra. Fuera de duda esta omisión refleja el hecho de que el dominio del mundo asignado al hombre durante la creación se había perdido por el pecado. El pecado había alterado la relación que originalmente existió entre el hombre y los animales, y éstos, por lo menos hasta cierto límite, quedaban fuera del control del hombre.

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