1:16

"E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas."

ויעש אלהים את־שני המארת הגדלים

את־המאור הגדל לממשלת היום

ואת־המאור הקטן לממשלת הלילה ואת הכוכבים

וַיַּעַשׂ אֱלֹהִים, אֶת-שְׁנֵי הַמְּאֹרֹת הַגְּדֹלִים: אֶת-הַמָּאוֹר הַגָּדֹל, לְמֶמְשֶׁלֶת הַיּוֹם, וְאֶת-הַמָּאוֹר הַקָּטֹן לְמֶמְשֶׁלֶת הַלַּיְלָה, וְאֵת הַכּוֹכָבִים

LXX:

και εποιησεν ο θεος τους δυο φωστηρας τους μεγαλους τον

φωστηρα τον μεγαν εις αρχας της ημερας και τον φωστηρα

τον ελασσω εις αρχας της νυκτος και τους αστερας

Vulgata:

fecitque Deus duo magna luminaria luminare maius ut

praeesset diei et luminare minus ut praeesset nocti et stellas

Estrellas*. La palabra "hizo" ha sido añadida.

כוכב kwkb [kôkâb] "cuerpo celeste", "estrella". Gr. αστηρ [astêr].

En cuanto al origen de las estrellas, se han presentado dos puntos de vista principales:

(1) Las estrellas fueron llamadas a la existencia durante la semana de la creación, junto con el sol y la luna.

(2) Las "estrellas" aunque fueron creadas antes, son mencionadas aquí de paso por Moisés pues está tratando de las lumbreras de los cielos.

El primer punto de vista lleva a la conclusión de que antes de la semana de la creación el vasto universo era un vacío completo. Esta conclusión no parece justificable.

Sin embargo, acerca de ésta, como de otras declaraciones crípticas de las Escrituras de la forma misteriosa en que actúa Dios, debiéramos ser lentos para dogmatizar. No debiéramos olvidar que la verdad esencial que Moisés procuró presentar en cuanto al origen del sol, la luna y las estrellas es que, sin excepción, son el resultado del poder creador de Dios. Aquí hay una refutación adicional a la antigua pero siempre presente herejía de la eternidad de la materia.

------------------------------------------------------

* Estrellas. Atrajeron la atención de los antiguos, y sus movimientos, su número y su agrupación aparente llegó a ser el tema de mucho estudio y análisis. Cuando la humanidad perdió de vista a Dios como creador, consideró las estrellas como objetos de veneración más bien que como evidencias del poder divino. Las supersticiones de los pueblos paganos en relación con las estrellas dio origen a la seudo ciencia de la astrología, que enseña que los cuerpos celestes tienen influencia no sólo sobre el mundo natural sino también sobre los asuntos humanos. Durante algunos períodos los astrólogos tuvieron cargos de gran importancia en las cortes reales (Dan. 2:2). Los astrónomos de Babilonia, Asiria y Egipto determinaron los límites de las constelaciones, y asignaron las 12 constelaciones del plano de la eclíptica a los 12 signos del zodíaco. Establecieron los calendarios y predijeron los eclipses con asombrosa exactitud. Las naciones paganas que rodeaban a Israel en Palestina incluían las estrellas (así como el Sol y la Luna) en su panteón, y tanto Israel como Judá, durante su apostasía, adoraron a la hueste del cielo (2 Reyes 17: 16; 21: 3; cf Deut. 4: 19). Dios se refirió a las incontables estrellas para ilustrar a Abrahán las ilimitadas bendiciones y la incontable descendencia que tendría el patriarca (Gén. 15: 5; 22: 17). Job menciona ciertas constelaciones en su descripción del poder de Dios (Job 9: 9; 38: 31, 32), y otros escritores bíblicos reconocieron que las estrellas están bajo el poder de Dios (Isaías 13: 10; Jer. 31: 35) y que habían sido creadas por él (Sal. 8: 3, 4; 19: 1).

1:15 1:17