Monitoreo más reciente: DFOE-FIP-MTR-00034-2025 | Conclusiones sobre la ejecución presupuestaria del Sector Público, al mes de junio de 2025
25 de febrero de 2022
5 minutos de lecturaEl último ejercicio presentó una sensible recuperación en los indicadores económicos y fiscales, conforme se logró superar el epicentro de la crisis del ejercicio 2020. El déficit financiero del sector público (ingresos sin considerar financiamiento menos egresos sin considerar amortización), en términos del PIB fue una tercera parte del observado durante ese año, y menos de la mitad del de 2019. En el caso del Gobierno Central, el déficit bajó 3 puntos porcentuales entre 2020 y 2021, a un 5,0%, según la información del Ministerio de Hacienda.
La programación macroeconómica del BCCR[1] prevé un déficit financiero de 3,7% en 2022 en el Gobierno Central, así como un superávit primario de 1,6%, tras el déficit primario del 2021 por 0,3% del PIB. En el Sector Público No Financiero, el informe del Banco Central presenta una estimación de superávit financiero del 1,0% en el presente ejercicio y el siguiente.
No obstante, estos indicadores, según señala el Banco Central, suponen ingresos adicionales convenidos con el FMI que requieren aprobación legislativa, por 0,9% del PIB, y la aplicación estricta de la regla fiscal. El máximo de la razón deuda/PIB, que se situaba en 76,2% para 2023 en la estimación del Programa Monetario hace un año, se espera en el informe citado de política monetaria en 70,3% al final del presente año, para iniciar un proceso a la baja.[2]
Estas medidas adicionales, tienen paralelo en algunas condiciones extraordinarias en los resultados del 2021; el BCCR estima ingresos percibidos originados en algunas leyes de aplicación transitoria, en 0,6% del PIB. Sin este efecto, el déficit primario habría resultado en 0,9%, lo que es insuficiente para una pronta recuperación del espacio fiscal en caso de mantenerse para el mediano plazo.
Cuadro N.° 1
Sector Público: Resultado financiero, 2019-2022
-Millones de colones y porcentajes-
Los valores del presupuesto inicial para 2022, en déficit financiero, corresponden a un 6,2% del PIB en el caso del Presupuesto de la República, de 8,1% en el Gobierno General y de 9,5% en el Sector Público (8,4% en el Sector Público No Financiero). La sub ejecución de los gastos normalmente permite resultados mucho más moderados, como se menciona más arriba según la programación monetaria.
A diferencia del Gobierno Central, el resto del Gobierno General o del Sector Público, si bien en el presupuesto se considera un déficit, alcanza resultados de equilibrio o superávit, por causa de una significativa subejecución de gasto.
Los Órganos Desconcentrados, afectados por las restricciones de gasto del Gobierno Central, y en alguna medida por el pago del IVA, ocasionalmente han presentado déficit financiero, especialmente en 2020. Para 2021, la mayoría fueron incorporados en el Presupuesto Nacional, con poco efecto en el resultado neto anual, aunque sí en las magnitudes de ingreso y gasto.
En forma análoga a la incorporación de dichos órganos al Presupuesto, es importante dar pasos hacia una gestión más integrada de las finanzas en el sector público, con mayor consolidación de resultados no solamente a través del crédito entre instituciones o de éstas al Gobierno Central, sino que considere también mecanismos de financiación más expeditos y de menor costo, como el proyecto de ley Manejo Eficiente de la Liquidez del Estado, tramitado en el expediente legislativo 22.661.
En 2021 se presentó una sensible recuperación, aunque la comparabilidad con años anteriores requiere ajustes. Si se consideran nuevos ingresos o por una sola vez, la recaudación estuvo cercana a la de antes de la crisis (2019).[3]
En cuanto al gasto, en el 2020 se redujo en forma nominal en el Gobierno Central y otros subsectores, dados los ahorros que permitió la crisis y la restricción en gasto de capital y transferencias. En 2021, la incorporación de los Órganos Desconcentrados al Presupuesto Nacional causa cierto aumento en términos netos, no obstante se observa un menor gasto en comparación con el 2019, medido sobre el PIB.
Cuadro N.° 2
Sector Público: Ingresos, no consolidados, 2019-2022
-Millones de colones y porcentajes-
La regla fiscal tiene por resultado este efecto, al permitir un máximo de crecimiento en el gasto corriente o total. Sin embargo, el pago de intereses aumenta 0,4% del PIB (de un ejecutado por 4,8% en 2021 a un presupuestado de 5,2% en 2022), lo que reduce el gasto primario casi un punto porcentual. Aun cuando se incorporen otras erogaciones por la revalidación de créditos externos, también es necesario que disminuya el gasto por intereses, para que se favorezca el cumplimiento de la regla fiscal sin afectar la capacidad de operación del Estado a mediano plazo.
Cuadro N.° 3
Sector Público: Gastos, no consolidados, 2019-2022
-Millones de colones y porcentajes-
Finalmente, es importante mantener y profundizar la ruta hacia el equilibrio fiscal, lo que en principio puede requerir de más ingresos, junto con una continua mejora en la eficiencia del gasto, dentro de los parámetros establecidos por la regla fiscal al gasto corriente y, al menos por algunos años, también al gasto total, de acuerdo con su efectividad social y económica.