Comportamiento de los ingresos y gastos del Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) de la CCSS
al mes de junio de 2020
#MonitoreoCGR-EFP2020 N.° 10
05 de agosto de 2020
5 minutos de lecturaIngresos corrientes del SEM caen a junio 2020 en ¢52.354 millones en el contexto de la pandemia
Afectaciones en el empleo presionan a la baja los ingresos por contribuciones a la seguridad social del SEM.
Al mes de junio 2020, los ingresos corrientes ejecutados en el SEM (Seguro de Enfermedad y Maternidad) de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) alcanzaron la suma de ¢1.145.216 millones, inferior al registrado en el mismo período del 2019 lo que representa una reducción de ¢52.354 millones (es decir un -4,4%). Esto responde a una combinación de la caída de las contribuciones a la seguridad social y de las transferencias corrientes del Gobierno (ver cuadro N° 1), con una declaratoria de emergencia nacional en el país que se decretó el 16 de marzo del año en curso.
Dentro de los ingresos corrientes se encuentran las contribuciones a la seguridad social, que al primer semestre del 2020, ascienden a ¢946.046 millones, monto que muestra una disminución de ¢7.002 millones con respecto al mismo período del 2019 (es decir un -0,7%). Dicha contribución que realizan las empresas y personas empleadas, está asociada principalmente al incremento en la tasa de desempleo del país, la cual según datos del INEC pasó de 12,5% en marzo a un 20,1% en el mes de mayo, la cifra más alta desde que se instauró la Encuesta Continua de Empleo (ECE) en julio de 2010. Asimismo, se han registrado suspensiones y disminuciones de jornadas laborales, todo lo anterior producto de la afectación generada por la emergencia sanitaria por COVID 19[1]. Dichas contribuciones son el principal componente de los ingresos corrientes del SEM, administrado por CCSS.
Asimismo, esta situación se refleja en el comportamiento de la masa cotizante[2], la cual en los primeros 5 meses de 2020 presentó una disminución del 17,4%[3], registrándose principalmente en el sector de la empresa privada[4], que de febrero a mayo muestra una caída en la cantidad de trabajadores cotizantes de 83.737 (-8,4%).
Situaciones similares de afectación en los ingresos percibidos por los sistemas de salud, dada la reducción de cotizantes, se han presentado en otros países, como el caso de Uruguay, en el cual se presentó una caída de los ingresos promedio del 20% para el Fondo Nacional de Salud (FONASA)[5] entre los meses de febrero a abril respecto al mes de enero de 2020; producto de la emergencia sanitaria por COVID-19.
Adicionalmente, es conveniente señalar que las transferencias corrientes[6], otro componente importante dentro de los ingresos corrientes de la CCSS, muestran a junio de 2020 una reducción del 37,5% con respecto al primer semestre de 2019, explicado principalmente por una caída en ciertas transferencias corrientes del Gobierno Central[7], dada la complicada situación fiscal, agudizada por el efecto de la emergencia sanitaria. Una acción que tiende a amortiguar esta circunstancia, se observa en el Segundo Presupuesto Extraordinario de la República para ejercicio económico 2020, Ley N.° 9879[8], donde se incorpora una transferencia del Gobierno Central para la CCSS particularmente al SEM, por un monto de ¢28.012 millones, para mitigar el efecto de la rebaja en la base mínima contributiva producto de la crisis por el Covid-19; así como la firma reciente de un acuerdo con el Gobierno de la República como compromiso para el pago de la deuda que el Estado arrastra con esa entidad[9], lo cual depende de la respectiva incorporación en el Presupuesto de la República.
Toda la situación descrita, pone en evidencia los impactos que está recibiendo el sistema de salud en sus ingresos, producto de la pandemia COVID-19, lo cual podría afectar su situación financiera y por tanto la prestación de sus servicios. De modo tal que es necesario tomar decisiones oportunas ante esta situación, sin dejar de lado la atención primaria requerida en este momento de urgencia nacional; máxime en un marco, donde de las proyecciones macroeconómicas[10] para el II semestre 2020, no se infiere un comportamiento alentador del empleo, lo que podría impactar aún más los ingresos del SEM.
Cuadro N.° 1
SEM: Evolución de los ingresos corrientes al 30 de junio 2017-2020
-millones de colones y porcentajes-
Gastos corrientes del SEM se concentran en la atención de la pandemia, pero posterga servicios de importancia en el sistema de salud.
A junio de 2020, los gastos corrientes del SEM[11], alcanzaron la suma de ¢1.017.769 millones, lo cual equivale a un crecimiento de ¢33.850 millones con respecto al primer semestre de 2019. Crecimiento que se encuentra concentrado en gastos operativos, como son las remuneraciones y la compra de bienes y servicios (ver cuadro N.º 2).
Al respecto, la CCSS ha incurrido en gastos extraordinarios a raíz de la pandemia del COVID 19[12], referidos a la compra de instrumental médico, útiles y materiales de resguardo; equipamiento del CENARE; costos incrementales en atención hospitalaria; contratación de personal; sustitución de funcionarios; incapacidades, entre otros. De forma tal que los gastos de operación para atender la labor sustantiva del SEM, para el primer semestre de 2020, alcanzaron la suma de ¢954.682 millones, ¢47.227 millones más que a junio del 2019, considerando la atención de la pandemia. Entre los rubros de gastos operativos que registran crecimientos, están el pago de las remuneraciones, las cuales presentan un incremento del 3,2% (¢20.876 millones) con respecto al primer semestre de 2019; y el incremento por adquisición de bienes y servicios que muestra un crecimiento del 10,3% (¢26.351 millones).
Si bien los gastos corrientes al primer semestre 2020, presentan un crecimiento menor que en los dos años anteriores, dicho aumento ha tenido un énfasis en la atención de la pandemia, dejando de lado otros servicios en los diferentes centros hospitalarios, como cirugías y citas de consulta externa, según lo han manifestado las autoridades de la CCSS[13]. Lo anterior, implica que posterior a la pandemia, la CCSS deberá tomar medidas para el restablecimiento de la actividad de dichos servicios, lo que podría significar costos importantes para el SEM.
También se destaca un incremento importante en el contexto de la pandemia, de los gastos en construcciones, adiciones y mejoras, que aumentan en el I semestre 2020 ¢24.052 millones, con respecto al mismo período 2019[14], principalmente por acondicionamiento de la infraestructura hospitalaria por la pandemia.
Cuadro N.° 2
SEM: Evolución de los gastos corrientes al 30 de junio 2017-2020
-millones de colones y porcentajes-
Gráfico N.° 1
SEM. Balance de ingresos y gastos corrientes a junio de 2017-2020
-millones de colones-
Brecha positiva entre ingresos y gastos corrientes del SEM tiende a disminuirse, lo que requiere monitoreo y atención.
Hay evidencia de reducción en la razón ingresos/gastos corrientes[15] para el SEM; así, para el período 2017-2019, por cada colón de gasto, dicho régimen tenía ¢1,21 de ingreso, pero a junio del 2020, por cada colón de gasto se tiene ¢1,13 colones de ingreso. Así, la brecha positiva entre los ingresos y los gastos corrientes es cada vez menor. Tendencia que es importante de monitorear y atender por parte de la CCSS (ver gráfico N.° 1).
La importancia del análisis de la razón ingresos/gastos corrientes, radica en que estos se vinculan directamente a la operación ordinaria del régimen, siendo que los ingresos corrientes dependen directamente del comportamiento de las contribuciones a la seguridad social, y estas a su vez de la actividad económica y de cantidad de personas empleadas. Por su parte, los gastos corrientes se asocian a la atención ordinaria de la salud de la población.
Finalmente, resulta de relevancia el monitoreo de los ingresos y gastos corrientes del SEM y de su balance[16] para administrar los riesgos y tomar medidas estratégicas con el fin de no debilitar el seguro de salud y, en consecuencia, el bienestar social de la población en general.
La creación de estrategias complementarias ante las afectaciones en la producción nacional y el empleo, plantea serios retos y desafíos relacionados con la capacidad institucional para continuar con los servicios que se prestan, en el marco de una sana situación financiera del sistema de salud.
[1] BCCR, (2020). Revisión del Programa Macroeconómico 2020-2021. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyecta una caída del PIB real de 5,0%, comparado con una caída de 3,6% prevista en abril, dicha contracción se refleja en suspensiones temporales de contrato y reducciones de jornadas laborales.[2] Es la suma de los salarios e ingresos de los contribuyentes al Seguro de Salud, durante un periodo definido, usualmente se consideran masas cotizantes anuales.[3] Información suministrada por el Área de Estadística de la Dirección Actuarial y Económica[4] En el período 2017-2019, la empresa privada representa en promedio para el SEM un 51,1% de la masa salarial.[5] Fondo financiado en parte por empleadores y empleados.[6] Incorpora las siguientes transferencias: a) Trabajadores independientes y convenios especiales (¢22.555 millones), b) Convenio 2016 del Código de la Niñez y la Adolescencia (¢28.519 millones), c) Cuota Estatal a la CCSS (¢14.388 millones), d) Leyes especiales (¢1.383 millones), e) Ley de Control del Tabaco (¢6.948 millones), y f) Sistema Penitenciario (¢5.063 millones).[7] La disminución se presenta principalmente en Trabajadores independientes y convenios especiales y Convenio 2016 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que en el periodo 2019 alcanzaron ¢42.610 millones y ¢54.901 millones, respectivamente.[8] Publicada en el Alcance N.° 197 a la Gaceta N.° 186 del 29 de julio de 2020.[9] El Acuerdo se firmó el 31 de julio pasado, el pacto establece un aporte a la CCSS, de un 10% de los créditos de apoyo presupuestario que se tramiten en el 2020, así como la gestión de otro empréstito por $500 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para infraestructura hospitalaria. Por otra parte, el Gobierno de la República garantiza la totalidad de las transferencias a la CCSS, por concepto de aporte patronal y aporte del Estado. En el acuerdo también se establece la continuidad de las labores de la mesa de trabajo constituida para determinar el monto de la deuda del Estado con la seguridad social, esto en atención del informe DFOE-SAF-IF-00007-2019 del 16 de setiembre del 2019, de la Contraloría General de la República. Además, las partes prometen seguir trabajando de manera conjunta para la atención a la parte judicializada de la deuda.[10] BCCR. Revisión del Programa Macroeconómico 2020-2021. Publicado el 30 de julio de 2020.[11] Representan el 84,4% de los gastos totales.[12] La CCSS, ha informado del uso del Fondo de Contingencias que fue creado en el 2016 con el objetivo de proveer a la institución recursos de manera inmediata para la atención de eventos de riesgo epidemiológico, natural, antrópico o de liquidez, que puedan afectar la continuidad de la prestación de los servicios institucionales; indicando que actualmente a dicho fondo tiene asignado ¢85.000 millones.[13] Audiencia del Presidente Ejecutivo de la CCSS en la Comisión de Hacendarios de la Asamblea Legislativa. Acta N.° 4 del 3 de Junio 2020.[14] La cuenta de Construcciones, adiciones y mejoras se ha incrementado con el fin de dar atención a las necesidades de infraestructura acondicionada para la atención de pacientes con Covid-19, caso particular de la infraestructura del CENARE, así como la remodelación de otras instalaciones en diversos centros de atención de pacientes.[15] Relación entre los ingresos y los gastos corrientes.[16] Diferencia entre los ingresos y gastos corrientes.