Monitoreo más reciente: DFOE-FIP-MTR-00034-2025 | Conclusiones sobre la ejecución presupuestaria del Sector Público, al mes de junio de 2025
24 de febrero de 2021
10 minutos de lecturaLo anterior implica que el presupuesto inicial de ingresos que asciende a un total de ¢4.836.884 millones presentó una reducción de ¢728.154 millones con respecto a la ejecución del periodo anterior, disminución que equivale a más del doble del Presupuesto asignado al Ministerio de Salud para el año 2021. Dicho presupuesto, representa una asignación presupuestaria del 12,9% del Producto Interno Bruto (PIB)[1] y equivale aproximadamente a un 43% del presupuesto asignado al Gobierno Central este año. Los citados porcentajes reflejan con meridiana claridad la relevancia de la CCSS dentro del Sector Pùblico costarricense, y su impacto en la satisfacción de las necesidades de la población.
El referido presupuesto incorpora tres regímenes: el Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) que se enfoca en la atención de la seguridad social del país, el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) que proporciona las pensiones de las personas afiliadas al mismo y el Régimen no Contributivo de Pensiones (RNCP) que otorga ayudas a la población vulnerable del país. En el Gráfico 1 se puede apreciar el comportamiento de los ingresos totales de estos tres regímenes para el periodo 2015-2021.
Gráfico N° 1
CCSS: Evolución de los ingresos totales ejecutados al 31 de diciembre 2015-2020 y presupuestado 2021
-millones de colones-
Si bien el presupuesto de ingresos de la CCSS, desde el 2015 ha tenido una tendencia creciente, en el 2021 se observa un decrecimiento que se explica, en la disminución de los ingresos provenientes de la recuperación de préstamos y del superávit[2], con el propósito de adquirir activos financieros[3] y atender los gastos adicionales[4] del periodo 2020, estos últimos asociados a la atención de la emergencia sanitaria mundial por el coronavirus.
El comportamiento en los ingresos totales planteado representa un reto para las autoridades de la CCSS, considerando que las obligaciones en temas como salud pública, pensiones y ayudas a personas vulnerables tienden a aumentar en el mediano y largo plazo ante el comportamiento demográfico del país, donde la pirámide poblacional se está invirtiendo (cada vez más adultos, y menos jóvenes), lo cual podría estrechar el margen en la ejecución de los ingresos y gastos asociados con la gestión institucional y con la continuidad de los servicios suministrados a la ciudadanía.
Las estimaciones para este año por concepto de las referidas contribuciones caen en ¢18.265 millones (0,7%)[5] con respecto a la ejecución de 2020, como resultado del aumento en la tasa del desempleo[6] y la crisis en la actividad económica agravada por la pandemia del Covid-19, en tiempos en que la gestión institucional se ve mayormente presionada por la atención de la emergencia sanitaria.
En el cuadro 1 se puede apreciar el comportamiento detallado de los ingresos de la CCSS para el periodo 2015-2021.
Cuadro N° 1
CCSS: Evolución de los ingresos ejecutados al 31 de diciembre 2015-2020 y presupuestado 2021
-millones de colones y porcentajes-
En ese orden de ideas, resulta importante señalar que la CCSS está tomando medidas para paliar los efectos de esta situación, por lo que modificó la metodología de estimación de los ingresos[7] para los seguros sociales de Salud y de Invalidez, Vejez y Muerte. Lo anterior, con el objetivo de ajustar los ingresos reglamentarios a las perspectivas macroeconómicas del país y variables que inciden en las proyecciones, tales como: número de trabajadores, incrementos salariales, masas cotizantes, base mínima contributiva, entre otros; con el propósito de que el presupuesto contenga cifras más acordes a la realidad nacional y derive en proyecciones más conservadoras.
No obstante lo anterior, el Órgano Contralor visualiza riesgos asociados en la metodología planteada, por cuanto no se contemplan proyecciones que consideren distintos escenarios. Aspecto a ser valorado por las autoridades de la CCSS, de cara a contar con mayores elementos de juicio que sustenten la toma de decisiones oportunas y fundamentadas. Esto implica un reto para la CCSS, dadas las características dinámicas de variables macroeconómicas[8] que implican un ejercicio de monitoreo y actualización constante para verificar la pertinencia y suficiencia de esas proyecciones.
Otro riesgo que deviene de la disminución de los recursos de la CCSS, se asocia a la eventual postergación en el desarrollo de infraestructura hospitalaria, así como el equipamiento requerido[9] para el suministro de los servicios de salud, lo cual podría impactar las listas de espera y desmejorar la atención que se brinda a la población. Ello implicará a su vez un reto para las autoridades de la CCSS, en el tanto resultará importante realizar valoraciones periódicas de su planificación plurianual.
Los factores externos como el desempleo y la crisis económica potenciados por la pandemia, así como el cambio en la metodología de estimación de ingresos descritos pueden generar efectos críticos en la gestión de los servicios de la salud, así como de las pensiones y subsidios de la población vulnerable, de ahí la importancia y el gran reto para las autoridades de la CCSS de realizar valoraciones periódicas y fortalecer, su planificación plurianual. Así como el seguimiento a la ejecución de los procesos y proyectos institucionales, con base en distintos escenarios de estimación de ingresos y ejercicios de priorización en su ejecución.
Para el 2021, los ingresos corrientes son insuficientes para cubrir los gastos corrientes de la CCSS, lo que afecta los recursos asociados al Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM), Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), y Régimen No Contributivo de Pensiones (RNCP).
A pesar de que el balance entre ingresos y egresos es positivo para el año 2020 a excepción del RNCP, el panorama del año 2021 no es alentador, puesto que se visualizan brechas en todos los regímenes que administra la Caja, tal como se observa en el cuadro 2.
Cuadro N° 2
CCSS: Comparación de ingresos y gastos corrientes ejecutados al 31 de diciembre 2020 y presupuestados 2021
-millones de colones-
Si bien como indica la CCSS, para este año el déficit en los gastos corrientes es cubierto con recursos del superávit específico, ello resulta atípico dentro del presupuesto de la CCSS, puesto que, a diferencia de años anteriores dicha brecha no se presentaba, en el tanto los ingresos corrientes eran superiores a los gastos corrientes. Dentro de este contexto, de continuar dicho comportamiento, considera el Órgano Contralor, ello podría devenir en riesgos financieros de los seguros sociales, en el mediano y largo plazo.
En lo particular, entre los gastos corrientes que absorben una importante proporción del presupuesto de la CCSS se encuentra la adquisición de medicamentos necesarios para la atención de los servicios de salud a la población; así como las transferencias corrientes para otorgamiento de pensiones a los beneficiarios del IVM, y de pensiones no contributivas a la población vulnerable que atiende el RNCP.
Como conclusión, el presupuesto 2021 de la CCSS presenta retos en cuanto a los recursos asignados para atender a la población, como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia. Ante dicho panorama, resulta de especial relevancia que las autoridades de la CCSS mantengan un monitoreo periódico de factores externos e internos que impactan sus ingresos, tales como, la reactivación económica, la tasa de desempleo, el cambio demográfico, así como sus metodologías de estimación de ingresos. Monitoreo que se ve complementado con la valoración oportuna de medidas de contención del gasto, y uso racional de los recursos disponibles. Todo lo anterior en procura de una gestión eficiente y eficaz de la institución, y por ende, poder evitar una merma en los indicadores de salud, así como un desmejoramiento en los servicios de salud, pensiones y ayudas suministrados a la población vulnerable.