Comportamiento del Fondo Nacional de Emergencias (FNE)

al mes de julio de 2020


#MonitoreoCGR-EFP2020 N.° 17

27 de agosto de 2020

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El aumento en los gastos para atender la pandemia ha presionado a la baja los recursos libres del Fondo Nacional de Emergencias (FNE)

Entre enero y julio de 2020 el 58,0% de los recursos del FNE se ha destinado a la atención de la emergencia por COVID-19.

Entre enero y julio de 2020 se ha destinado un total de ¢50.105,0 millones del FNE[1] a la actividad extraordinaria de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE), la cual se enfoca en la atención de emergencias declaradas y no declaradas[2]. De este total, en promedio ¢1.520,3 millones mensuales corresponden a la atención de eventos de naturaleza súbita derivados de fenómenos sísmicos, hidrometeorológicos y climáticos extremos; excepto por el mes de marzo, en el cual se destinaron ¢10.762,8 millones provenientes de una donación de la Presidencia de la República y otras instancias, a la emergencia por la tormenta tropical Nate, ocurrida en octubre de 2017.

Por su parte, entre los meses de marzo y julio de 2020 se han destinado ¢29.064,4 millones del FNE a la emergencia del COVID-19[3], lo que equivale a un 58,0% del total de recursos destinados a emergencias declaradas o no declaradas en los meses de enero a julio de este año. De lo anterior, sobresale el mes de abril, en tanto concentra la mayoría de recursos destinados a la pandemia, con ¢18.750,8 millones. El gráfico 1 muestra la relación mensual de los recursos destinados al COVID-19 con respecto a otras emergencias.

Gráfico 1
Fondo Nacional de Emergencias: Composición mensual de los recursos destinados a la atención de la emergencia COVID-19 y demás emergencias entre enero y julio de 2020
-millones de colones-

Fuente: Elaboración CGR, con datos de la CNE.Nota: El dato negativo del mes de abril corresponde a una reasignación de fondos en favor de la emergencia COVID-19 por un neto total de ¢2.083,6 millones, los cuales originalmente estaban destinados a otras emergencias.

El 84,9% de los recursos destinados al COVID-19 se han empleado en acciones de asistencia humanitaria.

De los ¢29.064,4 millones del FNE destinados a la emergencia del COVID-19 entre marzo y julio de 2020, el 84,9% se ha empleado en acciones de asistencia humanitaria, principalmente relacionadas con la distribución de víveres a diversas poblaciones, así como en el otorgamiento del Bono Proteger.

Así, en términos de partidas de gasto del FNE, un 43,8% de los recursos se han destinado a Materiales y Suministros (p.ej. Alimentos y bebidas, materiales de limpieza), en tanto que las Transferencias Corrientes corresponden a un 41,1%, las cuales, según se indicó están asociadas principalmente al Bono Proteger. Además, la partida de Servicios (p.ej. alquileres) acumula un 12,8%, y las partidas de Remuneraciones y Bienes Duraderos (p.ej. equipo de comunicación), representan un 1,7% y 0,6% respectivamente.

La Figura 1 muestra el detalle del gasto y la composición porcentual por partida para atender la emergencia sanitaria por COVID-19.

Figura 1
Fondo Nacional de Emergencias: Detalle del gasto y composición por partida de los recursos destinados a la emergencia sanitaria por Covid-19, entre marzo y julio de 2020
-millones de colones y porcentajes-

Fuente: Elaboración CGR, con datos de la CNENota: El 99,94% de la partida de Transferencias Corrientes corresponde a recursos destinados al Bono Proteger.

Los recursos libres del FNE tienen una tendencia decreciente desde el inicio de la emergencia COVID-19.

Para hacer frente a la atención de la emergencia por COVID-19, se han destinado recursos provenientes de donaciones de instituciones públicas, organismos internacionales y sector privado, así como recursos libres del Fondo.

Con respecto a las donaciones, se han recibido un total de ¢14.596,2 millones al mes de julio[4] de 2020 para atender la emergencia por COVID-19, de las cuales, se han destinado a partidas de gasto un total de ¢1.268,6 millones, lo que representa un 8,7% del total recibido. Esto quiere decir que ¢13.327,6 millones aún están pendientes de ser asignados a alguna partida de gasto y de ser ejecutados. El cuadro 1 detalla las entidades que han realizado donaciones y el respectivo monto.

Cuadro 1
Fondo Nacional de Emergencias: Detalle de montos por donaciones de las entidades públicas y privadas para la atención de la emergencia por COVID-19 al mes de julio de 2020
-millones de colones-

Fuente: Elaboración CGR, con datos de la CNE.

De esta forma, el 95,6% del total de los recursos destinados a la emergencia por COVID-19 se han obtenido de recursos libres del FNE, los cuales ascienden a ¢27.795,8 millones. Los recursos libres del FNE, están compuestos del pago del tributo del 3% sobre las ganancias y superávits de instituciones públicas, así como recursos provenientes de liquidaciones e intereses de instrumentos financieros, y donaciones sin asignación a alguna emergencia específica.

Lo anterior ha implicado un decrecimiento del 40,9% en el total de recursos libres del FNE[5] desde el inicio de la emergencia por COVID-19, pasando de ¢47.444,6 millones en marzo del presente año, a ¢28.052,9 millones en julio. Esta tendencia se visualiza con mayor claridad en el gráfico 2.

Gráfico 2
Fondo Nacional de Emergencias: Comportamiento mensual de los recursos libres del Fondo Nacional de Emergencias y los montos destinados a la atención de la emergencia por COVID-19
-millones de colones-

Fuente: Elaboración CGR, con datos de la CNE.

Es probable que esta tendencia de disminución de los recursos libres siga observándose para el resto del año, toda vez que la mayor inyección de dinero del Fondo se percibió en el mes de marzo(¢10.578,4 millones), cuando las instituciones públicas transfirieron los recursos del precitado tributo del 3% sobre sus ganancias y superávit, siendo este el mayor ingreso que recibe el Fondo anualmente; sin detrimento de los ingresos por liquidación de inversiones[6] que en promedio ascienden a ¢3.542,8 millones mensuales[7]. Tal disminución también se puede observar respecto del total del FNE, pues los recursos libres pasaron de representar un 35,2% del total del Fondo en marzo, a un 22,4% para julio.

Esta tendencia implica un riesgo por cuanto los recursos libres serían en este momento la fuente de financiamiento principal para hacer frente a otras emergencias que puedan presentarse, como lo serían aquellas derivadas de las consecuencias de la época lluviosa.

Notas al pie:
[1] En cuanto a las fuentes de ingresos, el Fondo se nutre de aportes, contribuciones, donaciones y transferencias de personas físicas o jurídicas, recursos del presupuesto nacional y aportes e intereses obtenidos de instrumentos financieros (inversiones de corto y largo plazo). Asimismo, el FNE recibe recursos del tributo del tres por ciento (3%) de las ganancias y del superávit presupuestario de las instituciones de la Administración Central, la Administración Pública Descentralizada y las empresas públicas.[2] De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley N.° 8488 este tipo de emergencias comprende los casos de emergencias locales y menores que, por la alta frecuencia con que ocurren o la seria afectación que provocan en las comunidades, demandan la prestación de una atención extraordinaria.[3] Al respecto, a la fecha se han desembolsado un total de ¢18.748,2 millones de los ¢29.064,4 millones destinados, lo que implica que ¢10.316,2 millones se encuentran comprometidos y aún no han sido ejecutados.[4] De acuerdo con el reporte de comprobantes de Donaciones recibidas del 01 de marzo al 31 de julio de 2020 para el Decreto de Emergencias 42227-MP-S COVID-19, de la CNE.[5] Corresponden a los recursos denominados Disponibles de los Programas 003 Superávits de Instituciones del Estado y 004 Fondo Nacional de Emergencia sin Asignación.[6] Otros ingresos corrientes son las liquidaciones de títulos valores que ocurren para casi todos los meses del año y ya se encuentran programados sus vencimientos, derivadas de reinversiones en años anteriores.[7] Promedio mensual de ingresos por concepto de liquidación de inversiones entre enero y junio de 2020.