Comportamiento del Servicio de la Deuda en el Proyecto de Ley de Presupuesto 2022


#MonitoreoCGR-IT2022 N.° 18

30 de setiembre de 2021

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Las intenciones de gasto incluidas en el proyecto de presupuesto para el año 2022 reflejan que el servicio de deuda continuará contribuyendo en la inflexibilidad del gasto y limitando el accionar del Gobierno, en particular en el contexto de regla que se debe cumplir el año entrante

El servicio de la deuda del Gobierno continúa ejerciendo presión en el presupuesto y para el año 2022 se estima que requiere el 43,3% de la intención del gasto plasmado en el proyecto de ley.

Durante más de una década este título presupuestario se ha constituido en el de mayor peso relativo dentro del gasto devengado total del presupuesto nacional[1], representando del 2015 al 2017 un promedio de 31,3%. Posteriormente empieza a incrementarse hasta llegar a un promedio de 36,5% en 2019 y 2020; y según el presupuesto aprobado al mes de agosto, para 2021 representaría un 42,1%. Por lo que el porcentaje de gasto que el proyecto estima se destinaría al servicio de la deuda en el 2022 no se ha presentado desde hace aproximadamente 15 años.

Según la intención de gasto que presenta el Gobierno ante la Asamblea Legislativa para el 2022 se va a destinar al pago de amortización, intereses y comisiones generados por el endeudamiento del Gobierno Central un monto de ¢4.987.618 millones equivalente a un 12,4% del PIB, ligeramente inferior al presupuesto aprobado para 2021 (12,7% del PIB) pero 2,8 p.p. por encima del promedio del gasto devengado en 2019-2020.

Gráfico N.° 1
Comportamiento del servicio de la deuda del Gobierno Central1, 2007-2022
-Millones de colones y cifras relativas-

Comportamiento del servicio de la deuda del Gobierno Central, 2007-2022
1: Corresponde al título presupuestario Servicio de la Deuda2: Las cifras del 2007 al 2020 corresponden al gasto devengado. Para el 2021 al presupuesto aprobado al mes de agosto y 2022 el proyecto de presupuesto.Fuente: Elaboración CGR con cifras del SIGAF, BCCR para el PIB y Proyecto de Presupuesto 2022.

Según las cifras del proyecto de presupuesto 2022, este título presupuestario debe atender los vencimientos de la deuda existente y los de las nuevas contrataciones, por lo que se le destina un monto para amortización de ¢2.757.813 millones (6,8% del PIB), constituyéndose en la partida de mayor peso relativo (55,3%) dentro del servicio de la deuda, le sigue con un 44,2% el pago de los rendimientos que generan los préstamos y títulos valores hacia los acreedores (intereses) a los que se estima destinar ¢2.205.392 millones (5,5% del PIB) y las comisiones que corresponden al costo originado por las emisiones de títulos en el mercado interno y externo equivalen al 0,5% (¢24.413 millones).

Para el año 2022 se estima que el servicio de la deuda presente un crecimiento de 3,0% con respecto al presupuesto inicial de 2021 y un 2,6% con respecto al presupuesto aprobado al mes de agosto, producto del comportamiento de sus dos principales componentes (amortización e intereses)[2]. La magnitud de estas variaciones puede asociarse a que el presupuesto inicial del servicio de la deuda para el 2021 creció un 41,5% con respecto al devengado en 2020 y de igual manera el presupuesto aprobado a agosto 2021[3] refleja una variación del 42,1% con respecto al gasto efectivo de 2020 en este título presupuestario.

Según la estimación de la Dirección de Crédito Público (DCP) es posible que en el 2021 se presente una subejecución cercana a un 10% en este título presupuestario[4], lo que implicaría que el gasto incluido en el proyecto de presupuesto 2022 presente un crecimiento de un 13,6%. De igual manera al considerar la posible subejecución, se observa que la variación de la amortización pasaría de un 2,1% con respecto a la ley de presupuesto, a un 13,8% con respecto a la estimación de la DCP. Por su parte los intereses también reflejarían un crecimiento importante con respecto a la estimación de la DCP para ubicarse en 13,1% en lugar del 3,5% que se visualiza al comparar los presupuestos iniciales.

A través de los años los pagos de amortización e intereses se han convertido en una fuerte limitación para el accionar del Gobierno, pues parte importante de sus recursos debe destinarse a los compromisos que implica el endeudamiento en detrimento del resto del gasto y la inversión. El comportamiento esperado en las cifras del título servicio de la deuda para el 2022 no difiere de años previos y evidencia la necesidad de implementar medidas que ayuden a reducir la presión que este título genera en el presupuesto nacional.

El servicio de la deuda que pagan los Órganos Desconcentrados (ODs) si bien está incluido en el presupuesto nacional, no está incorporado en el título Servicio de la Deuda, sino que se registra en cada uno de los ministerios correspondientes, y para el 2022 el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) considera pagos de amortización, intereses y comisiones por préstamos del CONAVI y el CTP, eso genera que el servicio total de la deuda en el presupuesto nacional alcance un ¢5.021.250 millones (12,5% del PIB).

Si bien puede considerarse que en términos relativos el servicio de la deuda que pagan los ODs representa poco, es necesario trasladar estos gastos al título Servicio de la Deuda, en tanto responden a pagos generados por pasivos que ya están incluidos como parte de la deuda del Gobierno. Lo anterior considerando, además, que el clasificador institucional indica que dicho título “incorporará recursos para dar el servicio de amortización, intereses y comisiones de la deuda que financia a la totalidad de las instituciones en el Presupuesto Nacional de la República."

En síntesis el constante aumento de la deuda producto de los recurrentes déficits fiscales ha generado que tanto la amortización como los intereses incrementen su participación relativa dentro de los egresos totales y por ende contribuyan en la inflexibilidad del gasto público. El proyecto presupuesto para el año 2022 refleja una estructura similar de gasto a la de años previos, evidenciando la necesidad de tomar acciones que permitan reducir la presión que los vencimientos de deuda y, en especial los intereses imponen en el presupuesto, en particular en un contexto de regla fiscal, con el objetivo de dar espacio a la atención de las funciones del Gobierno incluida la inversión.

El peso de la deuda interna contratada a mayores tasas de interés en años previos continuará impactando el pago de intereses durante el 2022.

Para las estimaciones del presupuesto, el Ministerio de Hacienda indica que utiliza el saldo de la deuda contratada al mes de julio 2021, el cual alcanza un total de ¢26.384.898 millones (69,1% del PIB) y se estima que estos pasivos generen un servicio (amortización, intereses y comisiones) por ¢4.246.872 millones (10,5% del PIB)[5], mientras que la nueva deuda que se coloque en el segundo semestre 2021 y durante el año 2022 generará pagos por ¢774.378 millones.[6]

Propiamente el pago de intereses en el presupuesto de 2022 se estima que alcance un 5,5% del PIB (¢2.216.265 millones) ligeramente inferior al monto del presupuesto aprobado al mes de agosto para el año 2021 (5,6% del PIB); no obstante según la estimación incluida en la exposición de motivos del proyecto presupuesto el pago de intereses en el 2021 alcanzará un monto de ¢1.967.362 millones (5,2% del PIB)[7], por lo que, de cumplirse estas estimaciones se visualiza en el 2022 un crecimiento de los intereses superior al de la actividad económica, 12,7% y 5,6% respectivamente; y por ende un aumento de la relación intereses/PIB.

Si bien el ingreso de créditos externos para apoyo presupuesto puede ayudar a reducir la dinámica de los intereses al disminuir el costo del endeudamiento y la presión en el mercado interno sobre las tasas de interés, el Gobierno estima que en el presupuesto 2022 aún no visualizará una disminución en las tasas implícitas internas o externas[8].

Cuadro N.° 1
Deuda del Gobierno: Tasas implícitas1 2021-2022
-Millones de colones y porcentajes-

Deuda del Gobierno: Tasas implícitas 2021-2022
1: La tasa implícita calculada por el Ministerio de Hacienda corresponde a la relación entre el pago de intereses y el saldo promedio de la deuda para un determinado año.a: La información de agosto 2021 corresponde al gasto devengado en intereses de enero a agosto 2021 y al saldo promedio de la deuda de diciembre 2020 a agosto 2021.b: Para el 2021 se incluye la información que presenta el proyecto de presupuesto en la Exposición de motivos.c: Para 2022 se usa el saldo promedio de la deuda que indica la Exposición de motivos y las cifras de intereses que presenta el proyecto de presupuesto. Para el desglose entre internos y externos se reclasifican ¢4.487 millones por corresponder a deuda interna y no a externa como lo indica el proyecto de presupuesto.Fuente: Elaboración CGR con cifras del SIGAF, la DCP y el Proyecto de Presupuesto 2022.

Este comportamiento responde a que el peso relativo del futuro endeudamiento aún no será suficiente para lograr impactar el comportamiento de los intereses. Según las estimaciones del proyecto de presupuesto 2022, el 90,6% del pago de intereses que se realizaría en el año 2022 (5,0% del PIB) responde a deuda ya contratada tanto a nivel interno como externo. Adicionalmente, el peso relativo de la deuda interna se refleja en el gasto de intereses del presupuesto[9]; y de los intereses correspondientes a esa deuda ya contratada, el 85,0% se pagaría por pasivos internos (4,2% del PIB).

Siendo el peso de la deuda interna contratada el que define principalmente el comportamiento de los intereses, se vuelve importante el hecho de que estas obligaciones durante este año reflejan que el 80,0% se encuentra a tasa fija y, de esos instrumentos el 40,1% fue colocado en los años 2018 y 2019, momento en que las tasas de interés del mercado interno se encontraban en niveles superiores, incluso parte de las colocaciones realizadas en el 2020 también se encuentran pactadas a tasas superiores. Por lo que, en tanto estos títulos llegan a su vencimiento, podría ser necesaria una gestión en los pasivos existentes con el objetivo de ver reflejado en el servicio de la deuda el beneficio de los menores costos que refleja el mercado interno.

Adicionalmente en relación con la nueva deuda que se contrate, el proyecto de presupuesto en su artículo 1 inciso B busca definir los plazos y las tasas de interés máximos permitidos en relación con el nuevo endeudamiento y con la renegociación de la deuda entre el Gobierno Central y las instituciones del Sector Público no Financiero.

Si bien las características que se indican en el proyecto de presupuesto constituyen montos máximos para dar la flexibilidad adecuada al Gobierno en los procesos de colocación, y es de esperar que dichas colocaciones se adecúen a las condiciones del mercado interno; las tasas y plazos considerados en el proyecto se alejan de manera importante de las condiciones actuales a las que coloca el Gobierno, así como de las condiciones del mercado.

El proyecto indica un plazo máximo hasta por cincuenta años, siendo que -según información de la DCP- las colocaciones durante el 2021 cuentan con plazos máximos de 10,8 años para los títulos en dólares, 15,4 para colones y 18,8 para los que se encuentran en unidades de desarrollo (UDES). Adicionalmente estas colocaciones representan un 21,0% de las colocaciones presupuestarias y un 12,9% de las colocaciones totales[10].

En relación con las tasas de interés, el proyecto de presupuesto 2022 indica una tasa de interés anual de 18% en colones, mientras que en el 2021 para los títulos en colones el promedio de las tasas faciales brutas no ha superado el 10,0% y el rendimiento máximo asignado a través de subasta ha sido de 9,39%. Para los instrumentos en dólares el proyecto presupuesto indica un máximo de 15%, sin embargo, el rendimiento máximo otorgado en subasta ha sido un 6,98% y la tasa facial un 8,0%.

Considerando que el objetivo de incorporar este tipo de información es brindar los elementos suficientes a la Asamblea Legislativa para que pueda medir el posible efecto del endeudamiento que se está autorizando y por ende ejercer el control político que le compete; debe valorarse la objetividad, razonabilidad y utilidad de lo que a la fecha se ha incluido en el artículo en mención en el proyecto de presupuesto. La información que se incluya debería permitir a la Asamblea el análisis adecuado que la faculte para decidir sobre la autorización de endeudamiento que se está incluyendo en el proyecto de presupuesto y a la vez definir “los límites o parámetros objetivos dentro de los cuales el Ejecutivo pueda actuar discrecionalmente- para la determinación concreta de los elementos del endeudamiento”[11].

En síntesis la disminución de las tasas de interés que se ha venido presentando en las colocaciones de deuda en el mercado interno y la contratación de créditos externos, a pesar de ser elementos que pueden disminuir el costo del endeudamiento, aún no se espera que sus beneficios se materialicen en los presupuestos 2021 y 2022 y por el contrario el pago de intereses continuará generando presión en el presupuesto principalmente por la deuda contratada previamente a tasas de interés superiores.

Perfil de deuda contratada al mes de julio 2021 refleja que los vencimientos seguirán demandando importantes recursos en el presupuesto nacional.

La estructura del saldo de la deuda considerado para la estimación del proyecto de presupuesto 2022 refleja que los vencimientos de las obligaciones contratadas representan el 5,5% del PIB y, según se indica en la exposición de motivos, la nueva deuda que se contrate para financiar el presupuesto generará vencimientos equivalentes al 1,3% del PIB, a lo que debe sumarse la amortización que registra el MOPT y el título Regímenes de Pensiones, para un total de 6,9% del PIB. Siendo las necesidades totales de financiamiento en el presupuesto 2022 del 13,5% del PIB, estos vencimientos de deuda representan el 51,2% de esas necesidades, porcentaje superior al promedio observado del 2015 al 2020 (45,0%)[12] y al 43,4% que refleja el presupuesto aprobado al mes de agosto.

Como parte de la gestión de pasivos para intentar disminuir la presión que los vencimientos de la deuda contratada generan, la Tesorería Nacional realiza operaciones de canje, los cuales consisten en comprar a los inversionistas títulos valores que se encuentran en circulación en el mercado interno y a cambio el Gobierno entrega nuevos instrumentos de deuda, con características diferentes y que implican un nuevo plazo de vencimiento.

Durante el año 2021 la Tesorería ha realizado canjes de deuda y al mes de agosto ha retirado del mercado títulos valores que vencían en 2021[13] y 2022 por un monto de ¢435.213 millones[14] (1,1% del PIB). De estos instrumentos el 56,5% (¢245.918 millones, 0,6% del PIB) tenía vencimiento en el año 2022, lo que representa un 12,0% de los vencimientos de deuda interna para 2022 con que se inició este año. A pesar de esta mejora, en el momento de realizar el ejercicio de la estimación del proyecto de presupuesto, el saldo de deuda al mes de julio indica que el año entrante deben atenderse vencimientos de deuda interna por ¢2.118.645 millones (5,3% del PIB).

Debe tenerse presente que las colocaciones que el Gobierno realice durante agosto y diciembre de este año, según su estructura de plazo, impactarán en los vencimientos para el 2022. De esta manera al mes de agosto se visualiza que el saldo de la deuda reporta un aumento de 4,5% con respecto a los vencimientos internos reportados en julio, incrementando principalmente las necesidades del primer trimestre. Si bien el proyecto de presupuesto 2022 considera amortización para la nueva deuda interna, el aumento de estos vencimientos representa un 17,7% de lo presupuestado en el proyecto para los nuevos pasivos.

Se vuelve relevante que el Gobierno logre colocar a plazos mayores a un año en el mercado interno, de manera que estas nuevas colocaciones no generen mucha presión sobre el presupuesto del año entrante. Aspecto en el que puede ayudar el ingreso de recursos externos que ponen al Gobierno en una mejor posición a la hora de negociar, así como el avance en las medidas de ajuste, ya que genera confianza en los inversionistas.

Considerando las cifras de deuda para el mes de agosto 2021, que si bien no son las utilizadas para realizar las estimaciones de 2022, son las más actuales, se puede observar que en un horizonte de mediano plazo el Gobierno deberá atender vencimientos de deuda interna y externa contratada que es de esperar representen un porcentaje importante de las futuras necesidades de financiamiento. De setiembre a diciembre 2021 tiene vencimientos por ¢645.694 millones por instrumentos en colones y US$817 millones por títulos internos en dólares y deuda externa para un total de ¢1.157.294 millones (3,0% del PIB).

En años venideros adicional a los vencimientos de deuda interna, en enero 2023 estarían venciendo los US$1.000 millones del eurobono CR23 colocado en noviembre de 2012 y en abril de 2025 US$500 millones del eurobono colocado en abril de 2013, ambos bajo el amparo de la Ley 9070 del 04 de setiembre de 2012.

Gráfico N.° 2
Vencimientos según saldo deuda al mes de agosto 2021, 2021-2026
-Millones de colones y cifras relativas-

Vencimientos según saldo deuda al mes de agosto 2021, 2021-2026
1: Corresponde a la deuda del Gobierno de la RepúblicaFuente: Elaboración CGR con cifras de la DCP y Proyecto de presupuesto 2022 para el PIB.

Los vencimientos que se representan en el gráfico reflejan solamente las necesidades de amortización de títulos valores, a las cuales deben unirse los vencimientos de intereses de los pasivos contratados. Según el saldo de la deuda al mes de agosto se deben cancelar intereses de setiembre a diciembre 2021 cercanos al 1,5% del PIB, 4,9% del PIB en el 2022 -porcentaje similar al estimado en el proyecto de presupuesto (5% del PIB)-, y durante el periodo 2023 a 2026[15] representarían en promedio un 3,3% del PIB.

En síntesis los vencimientos seguirán ejerciendo presión en los siguientes periodos presupuestarios, por lo que es recomendable una adecuada gestión de pasivos que permita reducir estas necesidades de financiamiento. Considerando operaciones en las que, si bien el alargamiento de plazos resulta beneficioso, no debe constituirse en la única ganancia. De igual manera avanzar en las medidas de ajuste que permitan la generación de superávits resulta imperativo en el contexto actual.

Puede concluirse que las intenciones de gasto incluidas en el proyecto de presupuesto para el año 2022 reflejan que el servicio de deuda continuará contribuyendo en la inflexibilidad del gasto y limitando el accionar del Gobierno, en particular en el contexto de regla que se debe cumplir el año entrante. Asimismo la estructura actual de la deuda nos evidencia la necesidad de que las acciones para generar superávit en el presupuesto deben acompañarse con una gestión de pasivos que permita reducir la presión que las obligaciones existentes generarán en el 2022 y años subsiguientes.

Notas al pie:
[1] Con excepción del año 2014 en el que el gasto del Ministerio de Educación Pública (MEP) representó 0,2 puntos porcentuales más que el servicio de la deuda.[2] Al comparar con el presupuesto inicial 2021, se presenta un aumento de ¢145.398 millones, de los cuales ¢74.392 millones corresponden al aumento de los intereses y ¢57.813 millones a la amortización. En ambas partidas la variación corresponde en su mayoría al servicio de la deuda interna.[3] Durante el año se le asignaron ¢21.309 millones más al presupuesto inicial, ¢10.000 millones a comisiones, ¢11.307 millones a intereses y ¢2 millones a la partida de amortización.[4] Del 2017 al 2020 se presenta un promedio de subejecución de 16,4% -con respecto al presupuesto aprobado- en este título presupuestario.[5] En el proyecto de presupuesto 2022 se presenta el desglose de deuda contratada y nueva deuda solo para el título servicio de la deuda del Gobierno Central, pero considerando que el saldo de deuda a julio 2021 incluye los Órganos Desconcentrados, se agregan los pagos de amortización, intereses y comisiones que se registran en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes por un monto de ¢33.632 millones (0,1% del PIB) por la deuda contratada por CONAVI y el CTP.[6] El servicio de la deuda contratada representa el 84,6% del servicio total propuesto para el año 2022.[7] Exposición de motivos del Proyecto de Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la República para el ejercicio económico 2022, página 226.[8] La tasa implícita calculada por el Ministerio de Hacienda corresponde a la relación entre el pago de intereses y el saldo promedio de la deuda para un determinado año.[9] Del 2015 a 2018 los intereses internos han representado en promedio un 81,5% para incrementarse durante 2019 y 2020 a 86,0%. Según el gasto devengado al mes de agosto 2021 este porcentaje alcanza el 87,9% y para el 2022 con el posible ingreso de recursos externos se estima que represente el 83,6%.[10] Las colocaciones totales incluyen las presupuestarias (vencen en un año distinto al de su colocación), y las no presupuestarias (vencen en el mismo año de su colocación). Estas últimas por su plazo no trascienden periodo presupuestario y se constituyen en deuda del tesoro según el artículo 82 de la LAFRPP (Ley 8131).[11] Sala Constitucional. Resolución Nº 01695 - 1999 del 05 de marzo de 1999.[12] El promedio del 2015 a 2019 fue de 46,6%, sin embargo en el año 2020 se observa una disminución y representa un 37,4%.[13] Según la disposición 4.10 del Informe N° DFOE-SAF-IF-00007-2019: Auditoría de Carácter Especial sobre Endeudamientos no registrados del Sector Público no Financiero, a partir de 2020 los canjes de deuda que se realizan en el mismo año en el que vencen los títulos que se retiran del mercado, deben generar registros en el presupuesto del año en curso por la totalidad de la transacción realizada, de tal manera que se incluya el gasto por amortización de los instrumentos que se retiran del mercado y el ingreso de los nuevos recursos correspondientes a los títulos que se ponen en circulación.[14] Corresponde a la suma de los valores faciales (valor por el cual se emite el título) colonizados de los títulos comprados por el Gobierno para retirarlos del mercado.[15] Según información de la DCP para el perfil de vencimientos de los intereses y datos del PIB incluido en la Exposición de motivos, página 237.