Casa Piedra Pintada (Pinturas Rupestres)

Al noreste de la Ciudad de San Luís. A 6 kilómetros desde la ruta Provincial Nº 37 por la ruta provincial Nº 39 de ripio y en la primera bifurcación se dobla a la derecha, luego se recorren 2.5 kilómetros aproximadamente y luego de cruzar el río se dobla a la izquierda y se transita durante 3.5 kilómetros hasta llegar al pie del cerro. Uno de los tres paneles de pinturas rupestres se ubican en la base del cerro Sololosta en la “piedra del cuatro” como dicen los baqueanos. Exactamente se ubican entre oeste. Son tres paneles: uno ubicado a una altura 1480 metros s.n.m., otro a 1390 mts. y otro a 1500 mts. s.n.m., incluye Piedra pintada. Se ubican dentro del campo de propiedad de Gabriela Rojas, en grandes aleros y cuevas pequeñas. También se hallan cuatro morteros. Allí se han encontrado restos de cerámica gris fina lisa. Las pinturas son de color rojo, amarillo y blanco. Las mismas representan: círculos con punto central, concéntricos bicolores, contornos de cruz, guardas compuestas, figuras cerradas paraleliformes con puntos o zigzaguees de distinto color en la parte inferior. Combinaciones bicolores de figuras formadas por composición de líneas rectas y curvas con áreas internas pintadas, semejando zoomorfos o cabezas fantásticas. Cabe destacar que hay una tendencia a presentarse en franjas horizontales o verticales y la superposición de estilos. La mayoría de estas pinturas se encuentran rayadas. El tamaño de las figuras cerradas no sobrepasan los 36 cm. Los trazos alrededor de 8 cm. Guardas y cruces hasta los 50 cm. El nombre casa de piedra pintada viene a calificar adecuadamente esta conformación rocosa, que se ofrece como albergue y que fue aprovechado por tribus de aborígenes. En las piedras inferiores se observan algunos morteros, huella del trabajo diario de las mujeres, donde molían la algarroba, el maíz silvestre y otras semillas. Allí se afincaron tiempo atrás grupos humanos que dejaron grabadas en las piedras símbolos de su rudimentaria cultura. Se destacan tenues figuras geométricas y zoomorfas que debieron haber representado a animales y plantas que seguramente llamaron la atención de los habitantes de la zona o que, por sus características, eran esenciales en su alimentación y subsistencia.