Año nuevo
Por Poule
2006
Una vez mas, la fiesta de año nuevo se preparaba, toda la familia presente, y como siempre, las chicas del foro llegaron armando un alboroto.
Todas hablando al unisono, y sacando papelitos de un saco de tela, según ellas para obtener el lugar correspondiente a la hora de bailar con Albert.
Sorprendentemente Poule no formaba parte del corro, las demás volteaban a mirarla sospechando que algo tramaba, por el brillo malicioso de su mirada, caracterísitico cada vez que anda planeando una nueva locura.
La miran correr de un lado a otro pidiendole a Stear su caja de herramientas y una escalera. Stear gustoso cooperaba y ambos se miraban divertidos.
- ¡Creo que estos andan tramando algo ! – era el suspiro resignado que escapaba de los labios de Fran y que coincidía con los pensamientos de todas y cada una de las chicas del grupito. Por un instante habían dejado la querella por los turnos a un lado.
Todas siguieron su camino intentando olvidar la escena, pero de vez en vez echaban un vistazo, al mismo tiempo que continuaban con los preparativos de la fiesta.
Loly ayudaba a la tía abuela a preparar el banquete, claro que había unos cuantos chefs de cocina que hacían la ardua labor mas soportable.
La tía abuela no podia dar crédito a sus ojos la primera vez que había entrado a la cocina. Era personal nuevo, que Albert había autorizado. –¿Qué estaba pensando ese chico cuando se decidio a delegar a Poule a tal tarea ?- era la exclamación de la tía abuela, pero con el paso del tiempo, se había acostumbrado y hasta había llegado a gustarle el uniforme riguroso de estos hábiles empleados.
Lo mejor de todo, es que hasta la mundana Eliza comenzaba a interesarse por las tareas domésticas, tanto que ahora ella se disponía a preparar la entrada : Una ensalada navideña, pero al mirar al cocinero se le cayo un poco de baba en la vinagreta, que había quedado más viscosa que lo acostumbrado, Neil le hizo la observación cuando entró a la cocina a vigilar que las manos de Loly no se pasearan por otras cosas que no fueran las pastas para hornear galletas.
Su hermana, descontenta con la observación de Neil hizo otra de sus acostumbradas pataletas y derramó toda la vinagreta que tenía lista sobre el piso de la cocina. Con ello se vio en la necesidad de salir y dejar los menesteres domésticos entre las manos expertas de Loly y de la tía abuela, que no tardaron en tomar las riendas del asunto.
Karla y Carlita hacendosas como siempre, se precipitaban a dar órdenes al equipo de limpieza que pulía, fregaba, frotaba y acomodaba al ritmo que las dos chicas lo dictaban.
Martha y Mar se ocupaban de la decoración, pues era el mejor método de tener un ojo al gato y otro a Poule y Stear, que seguían cuchicheando y yendo de un lado para otro cargando herramientas, riéndose y de vez en cuando se peleaban por colgar una que otra ramita de una misteriosa planta por aquí, allá y acuyá. Poule cuidadosamente marcaba una cruz en un pequeño mapa de la mansión, indicando cada rincón en el que una ramita de esta enigmática planta colgaba del techo.
Fran con su innata curiosidad se dirigió a la biblioteca e investigó los orígenes de la planta, que resultó ser nada menos que un « gui » el por que la excitacion de Poule cada que la miraba, y los cuchicheos entre ella y Stear aparecieron ahora justificados. Fran los había visto colgar una de esas ramas en la puerta de entrada y ahora sabía cuales eran las negras intenciones de Poule.
Indignada, Fran bajó a la estancia, donde todos estaban ya casi listos. La cena eperaba humeante en la cocina, Loly y la tía abuela no se decidían a salir de allí, pues ahora ayudaban a los chefs a seleccionar el uniforme de gala.
Martha, Mar, Carla, Karla, Kathya y Fran, se miraban con un dejo de tristeza, pues sabían que había muchas ausentes, y Poule se frotaba las manos pensando que « mientras menos burros mas olotes » y su mirada chispeante se ensombreció un poco ante la información que Fran diera a todos los presentes : la tradición celta indica que una pareja que se encuentre debajo del « gui » tiene que darse un beso, para atraer la buena suerte y el amor el año venidero.
Esta declaración hizo eco en todas las chicas, que miraban ansiosas acercarse la gran limusina que conducía al patrono de los Andrew a su morada.
Albert, que había trabajado hasta el ultimo dia del año, llegaba por fin a casa, donde ya todo etaba listo para la celebración.
No había olvidado ni un solo detalle, y dentro de su lista de propósitos había incluido no volver a dejar que Poule contratara más personal para el cuidado de la mansión.
Si bien el entusiasmo por las tareas domésticas por parte de las chicas y hasta de la tía abuela, había aumentado exponencialmente, la moral de los chicos Andrew se había venido abajo pues la atención de las chicas se disipaba cada que los nuevos empleados se paseaban en sus escasos uniformes distrayendo las miradas. Incluso él se sentía un poco abandonado pues las chicas no peleaban más por sus atenciones, y ahora resultaba mas fácil que antes saber que dia de la semana le tocaba a cada chica.
Menuda sorpresa se llevaría al bajar de la limusina y subir los escalones de la escalera. Podía ver por los cristales de la puerta que detrás de ella se encontraba una bola de chicas locas, que como en los viejo tiempos, se disputaban el honor de darle la bienvenida a casa.
No pudo evitar sonreir ante tal espectáculo, y dirigir sus pasos hacia su destino, pero había algo inusual en todo eso. Poule había sido dominada con relativa facilidad por Martha, Carlita y Karla.
Aprovechando esta situación Fran por fin había llegado en primer lugar sin que la aplastaran en medio de tanto alboroto y sin pensarlo abrió la puerta para bien dispuesta recibir su regalo de año nuevo y darle un besazo lleno de amor al dueño de sus quicenas y de todo su tiempo libre.
Cerrando los ojos, Fran paró el piquito exclamando feliz un « ¡bienvenido a casa ! » mientras abrazaba efusiva al hombre que abría la puerta y le plantaba sendo beso justo debajo del portal.
Desafortunadamente para Fran, no era Albert quien había abierto la puerta esta vez, pues Neil regresaba del jardín, después de haber apaciguado el berrinche de su hermana, y sorprendido recibía el apasionado beso de lengüita que le propinara la tímida Fran.
Semejante espectáculo enfrió todos los ánimos y todas las chicas esperaron calmadas que Fran abriera los ojos y saliera de su error. Incómoda, Karlita hizo un ligero « ejem » para liberar un poco de tensión, y nadie supo como hizo Poule para liberarse de sus captoras y dirigirse a la entrada donde Fran, no sabia que explicaciones dar. Neil había quedado literalmente sin aliento, y a punto de desmayarse.
Con un simple gesto y cerrandole el paso a Albert que se disponía a entrar, Poule señaló la planta e hizo un guiño a Albert, que divertido comprendió lo que acababa de pasar. Albert dió un besito en la mejilla de la decepcionada Poule que esperaba más, y cedió su turno a todas las demás chicas que ya estaban en fila detras de ella. Una a una, todas las integrantes del foro cumplieron con la tradición que indica que para el año nuevo tendrán mucho amor y buena salud.
Como siempre la última en recibir los favores del señor Andrew fue la más ferviente de todas, pero como dicen por alli, « los ultimos siempre serán los primeros ».
Con cariño para todas ustedes, de su amiga Poule.
PD. Las demás ramitas de gui colgadas en la mansión, estaban tan bien escondidas que los únicos que pudieron encontrarlas fueron Stear y Poule, que como los buenos niños que son, se esmeraron en perpetuar la tradición.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO !!