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Amante anónimo
por
Sadness
Febrero 2017
(Fic loco especialmente para el Festival de San Valentín, escrito de a dedazo en el celular a la una de la madrugada y terminado a las 3 am, así que sí encuentran incoherencias, habrán de disculpar )
Como era ya habitual, se encontraban puntual, en confortable apartamento, sitio que había elegido su pareja para desbordar sin restricciones, su ardor sexual. Pudieron elegir un hotelito para dar rienda a su pasión, o quizá usar una de las tantas habitaciones de la mansión Lakewood.
Pero, estas escapadas a su nidito de amor, salpimentaban el fuego del deseo sexual, además de mantenerlos lejos de las habladurías del pueblo.
La esbelta joven, introdujo la llave con nerviosismo, a pesar de que sus visitas al apartamento, eran frecuentes, no podía evitar sentirse como la primera vez, que atravesó el umbral de esa puerta a un modo hasta ese momento desconocido para ella.
La chica se dirijo de inmediato a la recámara principal, observó sobre la cama lo que debía usar para esa ocasión, un corset en color negro, medias de seda, en el mismo tono.
Mientras se despojaba de su ropas, no podía dejar de pensar en cómo de ser una tímida y recatada jovencita se había convertido en una lujuriosa mujer. Es como si en su menudo cuerpo habitarán dos Annies, totalmente opuestas.
Era cierto que estaban comprometidos, y que tener relaciones sexuales antes del matrimonio, era del todo normal. Y además, no era un pecado como siempre le habían dicho, y en cambio sí era casi tocar el cielo. Con este último pensamiento, la joven no pudo evitar esbozar una pícara sonrisa.
Lo cierto, es que a lado de Archie había despertado su sexualidad reprimida, él, le había mostrado tantas maneras de practicar el sexo, algunas tan antinaturales de acuerdo a su estricta educación religiosa, pero deliciosamente estimulantes.
Ella, era materia maleable para los deseos de su novio.
Y allí, estaba de nuevo dispuesta a cumplir sus caprichos. Se observa al espejo, su negrisima cabellera en armonía con el corset, que destaca aún más la blancura de su piel, tan blanca que puede observarse las menuditas líneas azules de sus venas.
Alta, delgada pero de pechos generosos y piernas interminablemente largas y bien torneadas, enfundadas en la seda negra de las medias, cintura breve, nalgas de ensueño, toda ella, una tentación.
Al observarse al espejo, Annie no puede evitar estremecerse. -¿Qué sorpresa le prepara, Archie?- algunas, no le han resultado tan gratas.
Ensimismada en sus propios pensamientos, no le escucha entrar, sólo alcanza a exclamar un -¡Ah!-De sorpresa, cuando su novio le toma de la cintura y le besa en el cuello, para agregar -Estas tan hermosa, amor- casi en un susurro, una invitación carnal.
Ella, voltea y entusiasmada, se arroja a sus brazos, a veces no puede evitar esas actitudes que a Archie, le molestan por considerarle infantiles -Lo siento mi amor-Se disculpa.
Él, como única respuesta le da vuelta con brusquedad y le ata las manos, y enseguida le cubre los ojos con una mascada, asegurándose que no puede ver, la deja en esa posición vulnerable. Ella, no puede evitar que su corazón palpitar con frenesí.
Archie, sale un momento de la habitación para regresar casi de inmediato en compañía de otro joven, le da indicaciones al oído, y el desconocido asiente con un movimiento de cabeza.
Archie, se hace con desesperación de los labios de su mujer. Annie si tranquiliza y se entrega al placer que esa boca amada le proporcionan, ahora sus turgentes pechos suplican de atención de su dueño.
El no poder tocarle y tener cubiertos los ojos, dimensionan el placer en la joven y experimenta un mundo de novedosas sensaciones.
Él, la tira boca abajo sobre la orilla de la cama. Y rasga la tela que cubren su hermoso derriere, quedando expuesto y vulnerable, Anne sabe lo que viene, Archie siempre la poseído así, porque así le gusta a él, y así evitar un riesgo de embarazo, antes de celebrar la boda.
Y aunque, ella sabe que será sodomizada, y que nunca más le habrá de dolor como la vez primera, y a pesar, de que ya disfruta este acto, no deja de serle incómodo, todavía.
Y siente las salvajes acometidas del miembro viril de su novio, escucha sus jadeos.
Y de pronto, un trozo de carne pugna por entrar en su boca- Si, Archie, está detrás. ¿De quién...?- no le da tiempo de protestar. -Abre la boca, Annie y tragalo- Le ordena su amante.
Ella, obedece. No puede evitar sentir un poco de asco, al principio. Luego, se acostumbra al sabor y grosor de ese huéspede inesperado.
La joven, siente venirse en un orgasmo, es inevitable no sentir placer cuando es está recibiendo estocada doble.
Anne, siente llenarse boca y entrañas al mismo tiempo, de tibio y viscoso líquido.
Ahora, la giran de frente. Y Annie, ignora quien se apodera de sus pechos y quién de su intimidad, -¿Es el desconocido o será Archie?- se pregunta, mientras se entrega al disfrute de ese placer proporcionado por partida doble.
Las posiciones cambian, los amantes cambian posiciones, en un frenético frenesí sexual.
Finalmente, le desatan las manos, con la condición de no quitarse la venda de los ojos.
Ahora, ella explora la complexión, la textura y sabor de la piel, el tamaño del miembro viril de ambos hombres, tratando de adivinar, ¿quien es el desconocido con el que comparte intimidad?
Ella, es ensartada por dos mástiles, uno taladra su ano con brusquedad-Es Archie- piensa para sí. El otro, con delicadeza, le posee por su olvidada vagina -Es el desconocido, Archie nunca tendría coito vaginal- presume, la joven.
Arrobada en el placer más infinito, la chica no siente remordimiento, ni culpa.
Ella era inocente, pero le despertaron la bestia que dormía en sus entrañas. Y ahora, no puede detenerse, siempre quiere más.
Epilogo.
Meses más tarde de ese encuentro, Archie y Anne tuvieron que apresurar su boda.
Tuvieron un bebé sietemesino, de cabellos castaños, nada parecido a los padres. Pero, casualmente, el vivo retrato del padrino, el tío Stear.