Amor de Juventud
Por Luz
Capítulo 1
Albert llega a las inmediaciones de un rancho en las afueras de Edimburgo, decide acercarse para investigar si estaban solicitando personal, él como buen jinete y amante de los animales puede ser empleado en ese rancho, al menos ese es su pensamiento
Un vaquero lo ve llegar y enseguida lo analiza, joven, alto, rubio vagabundo quizá, deduce al ver su indumentaria, pantalones azules, camisa negra, botas y chaqueta, con un bolso de viaje al hombro
El vaquero se encuentra cerca de la entrada del establo y Albert decide dirigirse a él
--Buenas tardes, señor, ¿sabe si de casualidad están contratando personal?
--mmm…puede ser…el señor MacLeod siempre está necesitando jinetes, pero no creo que tu sepas nada de ese oficio
--Al contrario señor…
--Ferguson, mi nombre es James Ferguson
--Al contrario señor Ferguson, soy buen jinete y me encantan los caballos, siempre he montado y he cuidado caballos—dice muy seguro de sí mismo
James Ferguson se da cuenta enseguida por su acento que es extranjero, aunque su acento no le es tan desconocido, pareciera que ha vivido mucho tiempo lejos de su tierra por lo que decide preguntarle su nombre y de donde es –dime ¿cómo te llamas y de dónde eres?
--Me llamo Albert Johnsson, mi padres eran escoceses, pero yo me crie en Estados Unidos
--mmm…ya veo…mira Albert el señor MacLeod no está ahora en el rancho, volverá en un par de días si gustas puedes pasar la noche aquí y mañana hablaremos con el hijo del patrón el joven Ian y él decidirá si eres bienvenido o no, que te parece
--Estupendo—contesta el rubio— ¿dónde puedo pasar la noche?
--Si no te molesta compartir la cabaña con los demás mozos de cuadra puedes venir conmigo a menos que estés alojado en la posada del pueblo
--No, no estoy alojado en ningún lugar aún, prácticamente acabo de llegar
--Entonces vamos déjame terminar de hacer algunas cosas por aquí y nos vamos para presentarte a los muchachos
Albert le ayuda con los caballos y algunas otras cosas más y al terminar se encaminan a la cabaña donde ya están más jóvenes que han terminado sus labores y se disponen a cenar, para después cantar canciones o simplemente pasar el rato
A la mañana siguiente Albert se levanta muy temprano es una costumbre que tiene muy arraigada, sin preguntar a nadie va hacia los establos donde empieza las faenas propias de un mozo de cuadra, alimentar a los caballos y a cepillarlos, el señor Ferguson lo ve pero no le dice nada, lo deja trabajar mientras va a buscar al joven Ian, para comentarle sobre el nuevo vaquero que llego por la noche
Albert esta tan entretenido con los caballos que no ve a una joven que viste una larga falda que le llega casi a los tobillos y solo deja ver sus botas, con una voz que delata que está acostumbrada a mandar le dice
--Prepárame el alazán – dice mientras sale de la cuadra
Albert sorprendido por esa orden y más por la actitud de la joven, se queda mirando los caballos buscando el que ella quiere, lo encuentra y lo ensilla, aunque se pregunta cómo lo montara con esa falda tan larga que lleva, sonríe imaginando las peripecias de la joven pero sale con el caballo jalándolo de la rienda
Al llegar a la entrada de la cuadra se encuentra con un joven casi de su misma edad, alto, de cabello cobrizo parecido al de la joven que le ordeno prepararle el caballo, por lo que supone que deben ser hermanos, se queda parado esperando la respuesta del joven
Ian MacLeod, al verlo enseguida se da cuenta que es alguien de confianza, el semblante tranquilo y sereno del joven se lo indican, sus ojos azules son casi como los de él, su mirada a pesar de tenerla fija en él no es penetrante, sin perder más tiempo le pregunta
--¿De dónde eres? – con su marcado acento escoces
--Soy Americano, pero mis padres eran escoces –contesta con un acento que le indica a Ian que tal vez diga la verdad
--Ya veo, así que ¿Johnsson? he, no creo que sea un nombre escoces
Albert le sostiene la mirada pero no dice nada, solo lo observa, la joven llega en ese momento enfundada en un traje de montar rojo y blanco, con botas negras, se acerca a Albert y este le ayuda a montar, sin darle tiempo de nada, toma las riendas, mientras observa a su hermano
Albert quien ha vuelto a fijar la mirada en Ian, le pregunta
--¿Me dará el trabajo o tiene algún inconveniente conmigo?
--Que sucede Ian, ¿acaso este mozo es nuevo?
--Si, Katherine, llego por la noche, --dirigiendo su mirada a Albert le dice—estarás a prueba un mes si eres capaz de manejar los caballos podrás quedarte
--Gracias, joven MacLeod
Ian junto con Ferguson continuaron con sus actividades, mientras Albert se incorporaba a su nuevo trabajo, después de todo creía que podría hacerlo, un mes trabajando con los caballos pasaría rápido, ya después vería que haría si regresaba a la escuela en Londres o seguía en el rancho
Capítulo 2
William
Sé que deseas tener tiempo para ti y que deseas mucho estar al aire libre, recorrer las praderas y los lagos de tu natal Escocia y por lo menos ahora podrás hacerlo tienes el verano para ello, he logrado convencer a la señora Elroy que es mejor quedarnos en Londres para que conozcas un poco de los negocios que hemos iniciado aquí
Así que muchacho se libre por lo menos este verano, pero recuerda que tienes que estar aquí para iniciar el siguiente ciclo escolar, por favor no me falles y mantenme al tanto de tus movimientos, yo estaré en las oficinas de Londres todo este tiempo
Esperando te diviertas
George
William volvió a ver la pequeña carta que le había mandado George al colegio antes de partir, gracias a él tenía tiempo para ir hasta Escocia sin que su tía pusiera el grito en el cielo y sobre todo gracias a su buen amigo podía estar nuevamente al aire libre, lejos de las estrictas reglas del colegio y sobre todo podía estar en aquel lugar que lo vio nacer hacia tanto tiempo y del cual por los negocios de su padre se había alejado casi siendo un niño
Guardo la carta y se dispuso a emprender sus obligaciones de mozo de cuadra por lo menos tenía un mes por delante para ello, el lugar que le había indicado el señor Ferguson para guardar sus cosas y la pequeña cama eran todo lo que necesitaba
… …. … … …
Al salir de la cuadra se topó de frente con la señorita MacLeod que como cada mañana le había pedido que ensillara al caballo alazán, quien lo observaba como si lo estuviera estudiando, él se paró de frente a ella sin inmutarse por su mirada y le pregunto
--¿Desea que ensille al alazán señorita?
--Si ensíllalo --dijo y se quedó ahí esperando su caballo
Albert ensillo al caballo y salió con el jalándolo de las riendas, el caballo no era del todo manso pero tampoco era muy brioso, algo que al parecer a la joven le gustaba
--Aquí tiene señorita, desea algo más
Katherine lo miro de arriba abajo y sin decir nada más salió al galope, Albert la observo alejarse, era toda una belleza, alta, hermosa, con el cabello cobrizo peinado en una larga trenza y los ojos de un tono verdiazul claros, que lo miraban con mucha atención, sin dejar de pensar en ella volvió a sus quehaceres
Al poco tiempo vio al señor Ferguson dirigirse en su dirección, sin dejar de cepillar al caballo miro al hombre
--Dime Albert ¿la señorita Katherine no ha vuelto?
--No, aun no regresa ¿pasa algo? –pregunto al mismo tiempo que dejaba de cepillar al caballo
--No, solo que hace mucho que salió y el joven Ian está preocupado por ella, pero…–el hombre se quitó el sombrero y se rasco la cabeza como pensando en alguna posibilidad para el retraso de la señorita --…no pasa nada muchacho después de todo ella conoce muy bien estas tierras, estate al pendiente, si no llega en la próxima hora me avisas para salir a buscarla
--Si, estaré al pendiente
--Gracias, puedes seguir con lo tuyo
El señor Ferguson se alejó en dirección a la casa donde se encontró con el joven Ian y le dijo que aún no volvía su hermana, este al escuchar lo dicho por su capataz se puso algo tenso un gesto que no pasó desapercibido para él, por lo que le informo que había dado órdenes de que estuvieran al pendiente y si no regresaba en la próxima hora saldrían a buscarla
Ian pareció algo más tranquilo al escuchar lo dicho por Fergusson y lo despidió para entrar en su despacho y encargarse de algunas cosas en ausencia de su padre el cual no tardaría en llegar, pues los negocios en Edimburgo habían terminado
Albert después de que se marchara el señor Ferguson ensillo un caballo y sin avisarle a nadie salió en busca de Katehrine no iba a esperar una hora más, seguro algo le había pasado y era mejor encontrarla cuanto antes
Cabalgo por la pradera en la misma dirección que ella había tomado, siempre iba en esa dirección por lo que esperaba encontrarla, después de cabalgar por más de media hora aun no la había encontrado por lo que decidió rodear el río que atravesaba la propiedad y seguir por la otra orilla seguro la joven había ido más allá del río, donde el camino era algo más abrupto, sin dejar de mirar por todos lados empezó a llamarla
… … … … …
Ian y Ferguson empezaron a organizar una partida para buscar a la joven cuando vieron llegar a su caballo solo y para colmo Albert no estaba por ningún lado, Ian empezó a sospechar que seguro él tenía algo que ver con la desaparición de su hermana, después de todo era el último que la había visto y a quien Ferguson le pidió que estuviera al pendiente, como era posible que ninguno apareciera por ningún lado.
Katherine alcanzo a escuchar que alguien la llamaba y trato de moverse pero le fue imposible, la pierna le dolía mucho y estaba sangrando de la cabeza, al parecer tras la caída había perdido el conocimiento, al ver que no podía moverse empezó a gritar pidiendo auxilio
Albert alcanzo a escuchar la voz de la joven y orientándose en medio del camino, logro encontrarla, no muy lejos de donde estaba, la sangre escurría por un lado de su pálido rostro, la ropa estaba manchada y el caballo no estaba por ningún lado, Albert desmonto y se acercó a ella quien le indico que la pierna le dolía mucho, con sumo cuidado el rubio reviso la pierna pero enseguida se dio cuenta que no era nada de cuidado por lo menos no la tenía rota, seguro el dolor solo se debía al golpe
Ketherine temblaba de frio y estaba algo nerviosa, al menos era la primera vez que él la veía así
--Señorita su pierna estaba bien, no está rota, pero debo vendarle la cabeza, para detener la sangre –dijo mientras tomaba el pañuelo del cuello de la joven con la intención de utilizarla como venda, al hacerlo rozo la piel de Katherine quien se estremeció con el contacto y bajo la mirada –todo estará bien, la llevare a la casa su hermano debe estar muy preocupado por usted
--Gracias…gracias Albert –dijo la joven mirándolo con las mejillas algo sonrojadas
--De nada señorita –Albert la levanto con sumo cuidado para no lastimarle más la pierna, la ayudo a subir al caballo y él monto detrás de ella, no dejo que montada a horcajadas sino que la había colocado de lado para evitarle más dolor pues no sabía bien donde se había golpeado
Katherine sintió el calor del rubio, su mente empezó a fantasear y deseo estar en esos brazos musculosos que más de una vez había observado sin que él se diera cuenta, al percatarse que él la envolvía con sus brazos para que no cayera de la montura, ella se acomodó en el regazo del rubio, al tocar el pecho de Albert pudo escuchar los latidos de su corazón así como aspirar el aroma que emanaba de él
Albert sin decir nada emprendió la marcha hacia la casa donde estaba seguro que ya los estarían buscando por todos lados
Capítulo 3
Albert durante el trayecto trato de mantenerse emocionalmente alejado de la chica, aunque era imposible no sentirla temblar en sus brazos, tanto por el dolor de la pierna como por el frio que seguro sentía, a pesar de ser verano la brisa no era tan cálida como en otros días, al bordear un recodo en dirección a la casa de los MacLeod, vio a algunos hombre dirigirse en su dirección, levanto uno de los brazos para indicarles que la había encontrado
Ian inmediatamente salió a su encuentro en cuanto lo diviso a la distancia y con sumo cuidado lo ayudo a bajarla del caballo, la llevo en brazos a su habitación y mando llamar al doctor, mientras Ferguson interrogaba a Albert
--Cuando me di cuenta que no llegaba no quise esperar el plazo que usted me dio y salí a buscarla enseguida
--¿Por qué no nos avisaste muchacho?
Albert se quedó callado un momento y luego continuo –lo importante es que la encontré, se había caído del caballo y estaba sangrando de la cabeza, el dolor en la pierna no creo que sea de gravedad no se ha roto el hueso, al menos eso creo –dijo con mucha seguridad, el viejo capataz, solo esperaba que el muchacho no se metiera en problemas a pesar de todo le caía muy bien y sentía que era honesto
--Esperemos a ver que dice el patrón, sigue con tus deberes
--sí señor,--- dijo Albert alejándose en dirección a la cuadra
Mientras tanto Ian interrogaba a su hermana de manera exhaustiva, pues quería asegurarse de que, el rubio no tuviera nada que ver con su accidente como ella lo llamaba
--Ya te dije Ian que no, él no tuvo nada que ver, me caí del caballo por que se espantó y no alcance a agarrarme bien de las riendas, eso fue todo, además sino fuera por él les hubiera llevado más tiempo encontrarme, pues cruce el rio
--Entiendo, ya viene el medico esperemos que todo esté bien y solo haya sido la caída
--En verdad como te gusta hacer un escándalo por todo –dijo de manera seria la chica y se volteo dándole la espalda, Ian al ver la actitud de Katherine le recordó que al día siguiente llegaría su padre y salió de la habitación
El médico no había encontrado nada serio en la heridas de la joven y solo cambio el vendaje de la chica, la herida en la cabeza había dejado de sangrar y no era necesario mayor cuidado, el dolor de la pierna era solo eso, dolor por la caída, no había huesos rotos como lo había predicho Albert
La mañana traía un nuevo día, quehaceres y sobre todo traía al dueño del rancho, él que llegaba después de un viaje corto a Edimburgo, en seguida fue recibido por su hijo y algunos hombres entre ellos Ferguson, el capataz, que le informo que habían contrato a un nuevo mozo de cuadra, el cual se encontraba a prueba por un mes, Ian le informo del pequeño accidente sufrido por su hermana el día anterior
Liam MacLeod se dirigió al cuarto de su hija inmediatamente, quería asegurarse de que efectivamente su accidente fuera algo sin mucha importancia como le había informado su hijo, desde la muerte de su esposa sus hijos eran todo su mundo y no quería perder a ninguno de ellos, menos a ella a Katherine que era el vivo retrato de su madre, la joven en cuanto vio entrar a su padre lo abrazo
--Que bueno que has vuelto, ya Ian te comento lo de mi accidente ¿verdad? –dijo la joven desde la cama debido al dolor de la pierna no había podido levantarse aun
--si ya me dijo, según él el medico dice que no es nada serio –miro a su hija esperando que ella se lo confirmara
--Así es padre, en realidad fue una caída leve solo que me golpee con una piedra en la cabeza y por eso sangre un poco pero no es nada de cuidado y la pierna solo está algo amoratada por lo mismo –dijo la joven tratando de quitarle importancia al asunto
--Ya veo, que bueno que el nuevo mozo te encontró –la joven al escuchar las palabras de su padre enrojeció sin querer
--¿Pasa algo Katie?
--No padre, y si fue una suerte que él me encontrara, pues el caballo se fue y yo no podía ni mantenerme en pie menos caminar
--Bien, me alegro que estes bien, voy un rato al estudio para hablar con Ian –mientras decía aquello se acercó un poco más a su hija para besar su frente y salió de la habitación dejando a una Katherine muy sonrojada y pensando en la forma que los brazos de ese joven rubio la habían envuelto proporcionándole protección y calor
Una vez en el estudio Liam MacLeod escucho todo lo importante que había sucedido en el rancho durante su corto viaje a Edimburgo, cundo Ian su hijo termino de ponerlo al corriente pidió que llamaran al nuevo mozo quería conocerlo y agradecerle personalmente por haber ayudado a su hija
Albert entro en la estancia poco después de que le informaran que el señor MacLeod quería verlo, se limpió las botas en la entrada y camino hacia donde le indicaba el criado, toco la puerta y al escuchar el pase entro saludando al patrón
--Buenos días señor –dijo el rubio quedándose parado en el centro del estudio
Liam MacLeod levanto la vista de los papeles que estaba leyendo y al hacerlo su sorpresa fue mayúscula frente a sus ojos estaba su amigo, William, pero eso era imposible, ese joven tenía aproximadamente la misma edad que tenía William cuando este partió a Londres, su mirada recorrió al joven de arriba a bajo sin dejar de sorprenderse por el gran parecido. No puedo creerlo, ese joven es idéntico a William, pero eso no puede ser posible
Capitulo 4
El señor Macleod reponiéndose de la sorpresa y carraspeando saludo al joven sin dejar de mirarlo
--Buenos días, ¿Albert?
--Buenos días, si mi nombre es Albert Johnsson
MacLeod al escuchar ese nombre se sorprendió aún más estaba seguro de que ese joven era hijo de su amigo solo así se explicaría el gran parecido entre ellos, pero Johnsson no era un apellido de las higlanders, por lo que nuevamente le pregunto con algo de suspicacia— ¿Johnsson?
Albert sin inmutarse lo confirmo –si señor Johnsson
La mirada del patrón no dejaba de estudiar aquel rostro tan familiar para él –entiendo, quería agradecerle por ayudar a mi hija el día de ayer, me han dicho que estas a prueba y que eres muy bueno con los caballos
--Gracias señor, no tiene nada que agradecer la señorita necesitaba mi ayuda y yo se la proporcione
--Puedo preguntarte ¿de dónde eres? Tu rostro se me hace familiar
--Soy de Estados Unidos señor, mis padres eran escoces
--¿En serio? No recuerdo a ningún Johnsson, ¿seguro eran escoceses muchacho? –Al ver una ligera duda en el joven continua sin esperar su respuesta, --Sabes hace tiempo conocí a un joven muy parecido a ti, era el hijo de una gran familia escocesa era mi mejor amigo –hizo una pausa para ver la reacción del joven que seguía sin inmutarse, aunque sus ojos habían brillado solo un instante al escuchar sus palabras –William así se llamaba, partió a Londres cuando era aún joven con su esposa y su pequeña hija recién nacida
Albert al escuchar que ese señor había sido amigo de su padre y había conocido a su madre trato de mantenerse firme pero el recuerdo de su madre y su hermana fallecida no hacía mucho pudo más que él y su rostro mostro tristeza por primera vez, aun así siguió parado frente a ese hombre que seguía hablando
--Si alguien me preguntara en este momento a que familia perteneces, juraría que eres un Andrew, no un Johnsson, --MacLeod espero la reacción del joven que al escuchar su apellido solo pestañeo, sintiéndose descubierto
--Dime estoy en lo cierto, esos ojos y ese rostro no pueden mentirme, hijo, hace mucho que sé que William murió pero estoy seguro que eres su hijo ¿verdad?
Albert pensó en lo mucho que su tía Elroy había intentado ocultar su identidad, y lo mucho que George lo había ayudado para realizar ese viaje y ahora debido a su imprudencia lo habían reconocido, miro al amigo de su padre como queriendo evaluar la situación y sobre todo pensando si podía confiar en él, nadie en el consejo lleva el apellido MacLeod, por lo que no sabía si efectivamente era amigo de su padre o no, pero por otro lado no sabía que hacer pues al parecer ese señor decía la verdad, pues con solo verlo lo había reconocido
Sin emitir palabras Albert le sonrió al hombre que tenía en frente quien se acercó a él rodeando el escritorio y abrazándolo como a un hijo
--No puedo creerlo, en verdad eres el hijo de William, pero como puede ser, que estés aquí, ¿dime que paso?, lo único que sé es que William emigro a los Estados Unidos, que su esposa murió y pocos años él también, ¿dime como llegaste aquí?, --dijo indicándole el sofá donde ambos se sentaron
Albert le comento todo lo referente a su padre y la muerte de su madre cundo él nació y que su padre había muerto pocos años después así como su hermana Rosemary, que él estaba estudiando en Londres y solo había querido conocer la tierra donde su padre había nacido y crecido
Liam estaba triste de escuchar todo aquello pero feliz de tener en su casa, al hijo de su amigo, tras escuchar al joven una idea le vino a la mente
--¿Dime Albert, todo está bien en tu familia?, porque si eres el hijo e William…no entiendo como alguien más puede ser el jefe de esa familia…acaso te han hecho a un lado…Elroy ¿permitió eso? –pregunto algo sorprendido
--No, en realidad yo soy el jefe de la familia, pero pocos conocen mi identidad, es por seguridad, así lo dispuso mi tía Elroy, cuando tenga la edad suficiente seré presentado ante todos
--Entiendo, pero si lo que desea Elroy es que nadie te reconozca has hecho muy mal Albert en venir a Escocia, donde algunos aun recordamos a William, y sobre todo venir sin tomar medidas, tal vez en Londres no muchos recuerden a William Andrew y por lo mismo puedas pasar desapercibido pero aquí, en Escocia, eso es casi imposible, yo te reconocí enseguida, deberías dejarte crecer la barba y el bigote, para aparentar mas edad y ocultar tu rostro…aunque por otro lado esos ojos te delatan, son un sello inconfundible de los Andrew, tu padre tenía ese mismo color y su padre igual
--Si creo que tiene razón, si mi tía se entera que estoy aquí le dará un ataque
--Dime ¿cuántos años tienes Albert?
--Acabo de cumplir 19 años
--Espero que ya no falte mucho para que tomes las riendas de tu familia y seas presentado ante ella, pero recuerda lo que te digo, no puedes andar por allí así cualquier te reconocería muchacho
--Tiene razón, tendré que dejarme crecer la barba y el bigote, por otro lado le pido que guarde mi secreto, pronto volveré al colegio, solo estaré aquí este verano
--Muchacho puedes estar aquí todo el tiempo que lo desees y claro que guardare el secreto, eres el hijo de mi mejor amigo y no hare nada para ponerte en riesgo, es más puedes volver aquí en todas las vacaciones, por otro lado no puedo aceptar que sigas siendo el mozo de cuadra
--Pero…entonces no podré quedarme
--Claro que si diremos que eres hijo de mi amigo…Johnsson y que no habías dicho nada porque yo no estaba, entiendes…por otro lado has causado una grata impresión a mis hijos y estarán contentos de saber que no eres un mozo cualquiera, sino el hijo de mi amigo
Albert sonrió podía quedarse y el señor Liam guardaría su secreto, además estaba feliz de poder encontrar a alguien con quien platicar sobre su padre, alguien que lo había conocido siendo muy joven
Capítulo 5
A partir de ese momento Albert fue conducido a una de las habitaciones de la casa, Kate no podía creerlo él se quedaría con ellos y no solo eso era el hijo de un amigo de su padre, cuando él les conto que ese joven era hijo de su amigo Johnsson al principio no lo podían creer pero su padre había mandado que lo instalaran en la casa y eso fue más que suficiente para los hermanos MacLeod, esa noche durante la cena para nadie pasaron desapercibidos los modales refinados de Albert
Kete ayudada por él mismo había bajado al comedor para poder estar todos juntos, su padre les contó algunas de las anécdotas vividas por ellos cuando eran jóvenes, todos reían y se mostraban alegres por su presencia
Al siguiente día Albert junto con Ian salieron a dar un paseo por los alrededores, Albert mostró lo buen jinete que era e Ian quedo asombrado. Con el pasar de los días Kate se les unió y los tres se volvieron inseparables
Kate no podía ocultar la admiración que sentía por el rubio quien de vez en cuando la descubrió mirándolo fijamente, ella bajaba la mirada ruborizada o giraba la cabeza para que él no la observara, pero era imposible a él también le llamaba la atención era una muchacha muy bella y muy dulce
Albert se sentía atraído por la joven aunque sabía que en ese momento no podía hacer ningún plan sobre su futuro sobre todo porque pronto volvería al colegio y no era aun libre para decidir sobre su vida, la joven le atraía pero entre ellos solo había una atracción, quizás con el paso del tiempo pudiera convertirse en algo más, pero aun no
Decidió dejar pasar el tiempo y que fuera este quien le mostrara en realidad que sentía por ella, tras meterse bajo las sabanas se quedo dormido, soñando con unos encantadores ojos verdiazules
A la mañana siguiente Ian tuvo que ir al pueblo junto con su padre por lo que no pudo acompañarlos en su paseo rutinario, Kate fue junto con Albert hasta el río donde días antes había caído del caballo, ella desmonto y sin voltear a ver al rubio se acerco a la orilla donde dejo que el caballo saciara su sed, Albert hizo lo mismo y acercándose a ella por la espalda estuvo a punto de tocarla, pero al instante se arrepintió
El rubio se acerco a la orilla e inclinándose para refrescarse, sintió en la espalda un rocío frió y húmedo al mismo tiempo, al girarse pudo ver la sonrisa en los labios de la joven quien intentaba nuevamente aventarle agua pero esta vez en dirección al rostro, pequeñas gotas cayeron justo en su mejilla y algunas en sus labios, levanto la mano para secarse el rostro cuando las gotas cayeron nuevamente sobre él
Girándose por completo se levanto y salió corriendo tras ella quien no le llevaba mucha ventaja, ella corría por la ribera en dirección al prado cercano, cuando por fin la alcanzo ambos cayeron sobre la grana, gracias a la rápida reacción del rubio este evito que ella se lastimara
Los dos reían sin parar
--¿Así que te diviertes? eh
--Al parecer tanto como tú, debiste ver tu cara chorreando agua
--jajaja, eso fue porque tú lo provocaste
--Tienes razón no debí hacerlo, solo que… ---dijo de manera apenada
--Te pareció muy gracioso en ese momento ¿no es así?, no te preocupes hace tiempo que nadie me había aventado agua en el rostro, es más creo que nadie lo había hecho antes
--¿A qué te refieres?, ¿acaso no tienes hermanos o primos o amigos? –dijo algo sorprendida la chica
Albert la miro detenidamente como estudiándola y por fin contesto –La verdad no, no tengo muchos amigos, mi hermana murió hace algunos años y durante mucho tiempo estudie con tutores, de hecho esta es la primera vez que estoy en un colegio—el joven fue interrumpido por una muy sorprendida Kate
--¿Estudias en un colegio? Mi hermano estudia en Edimburgo ¿tú donde estudias?
--Estudio en la universidad de Cambridge, es mi segundo año, pero no tengo tantos amigos y sobre todo ninguno que me aviente agua al rostro –dijo mientras giraba para verla de frente
Kate al sentir su mirada sobre ella, giro un poco su rostro aun sorprendida por lo que le había comentado el joven, lo miro a los ojos sintiendo un ligero cosquilleo en el estomago, era tan guapo y lo tenía tan cerca, tratando de ocultar sus propias emociones, siguió haciéndole preguntas al rubio
--¿En serio creciste con tutores? Seguro me dirás que también tenias nana –dijo tratando de sonrojarlo a él
Albert se acomodo sobre su codo para poder mirarla fijamente, al mismo tiempo que doblaba su pierna para poder acomodarla sobre la grana y permitirle una mejor postura, extendió la mano libre y con suavidad acomodo el cabello de la joven detrás de su oreja y sin dejar de mirarla le contesto –si en su momento tuve nanas y también tutores, pero ahora ya no –dijo sonriéndole sin dejar de mirarla
Kate no podía moverse se sentía atrapada por esos ojos azul cielo que la inquietaban por las noches en sus sueños, sin siquiera darse cuenta mordió su labio superior e imitando la posición de Albert se acerco un poco más a él. Albert bajo su mano para acariciar el brazo de la joven quien al sentir la caricia sobre su piel cerro los ojos solo un instante, al abrirlos se encontró con un par de ojos color del cielo mirándola muy fijamente, sin advertirlo la joven paso su lengua por sus labios de manera inconsciente, Albert acorto la distancia que los separaba y con suavidad rozo apenas los labios de Kate
La joven bajo el rostro de manera turbada al sentir la cálida caricia de Albert, él suspiro al mismo tiempo que le decía
--Lo lamento, no debí…
--No, no te disculpes, en el fondo yo…yo también lo deseo –la joven levanto el rostro y acercándose a él lo beso, él no lo pensó más y le devolvió la caricia, era tan delicada, tan suave, tenerla entre sus brazos lo hizo vibrar
Capitulo 6
Desde ese momento Albert y Kate se volvieron inseparables, buscaban la menor oportunidad para estar solos y dar paseos por los alrededores, siempre disfrutando de su compañía
Albert por las noches pensaba en lo que todo lo que su futuro le deparaba, las muchas responsabilidades que tenía que asumir cuando por fin tomara las riendas de la familia y las empresas, recordaba las palabras de su tía eres el patriarca William no lo olvides, como olvidarlo si a cada momento se lo recordaba, como olvidar que había crecido lejos de todos precisamente por el papel que ocupaba en el clan
Albert no solo pasaba su tiempo con Kate también lo hacía con el padre de esta, pues era alguien que podía comentarle sobre la infancia y primera juventud de su propio padre, antes de que este se casara y dejara Escocia
Kate cada día se sentía más cercana a Albert y eso no paso desapercibido para el señor MacLeod, por lo que le pidió al rubio que no dejara que ella se ilusionara con él a menos que tuviera intenciones serias con ella
Albert esa noche decidió hablar seriamente con Kate, la quería mucho, pero no la amaba, solo era un amor pasajero, un amor de juventud, intenso, eso sí pero aun no estaba listo para comprometerse con nadie
A la mañana siguiente y cuando aún faltaba unos cuantos días para retornar a su rutina diaria, él decidió hablar con Kate, como acostumbraban desde ese primer paseo solos, montaron a caballo y fueron en dirección al río, una vez ahí la ayudo a desmontar y sin soltarla le dio un beso en los labios, la tomo de la mano y sin decir palabras camino junto con ella por la orilla del río, Kate sintió algo diferente en su actitud, sintió que ese día no sería como los otros que habían compartido y sin poder esperar más le pregunto
--Dime, ¿Qué pasa? Siento como si quisieras decirme algo
Él volteo a verla, algunos rizos de su cabello caían por los costados, dándole un aspecto cándido, sus ojos verdiazules limpios lo miraban con cierta duda, Albert se sintió un poco mal por ella, pero no podía mentirle ni darle falsas esperanzas, Kate bajo la mirada algo perturbada por el silencio del rubio
--Si, quiero decirte algo, pero temo lastimarte y no quiero hacerlo –la miro a los ojos mientras su mano subía hasta su mejilla y la acariciaba levemente
--¿Eso quiere decir que es grave?
--No, no es grave, más bien es algo que tengo que dejar claro –lo ultimo lo dijo mirándola a los ojos, ella guardo silencio, esperando sus palabras—Kate te quiero mucho, pero en este momento no estoy listo para una relación a largo plazo, aun no –Ella se llevo una mano a la boca tratando de acallar sus propios sentimientos, Albert beso su frente y continuo –Estoy en la universidad y aun me falta mucho para graduarme, pero aun así tengo responsabilidades a futuro las cuales no puedo evadir cuando llegue el momento, pero aun, aun soy libre, y deseo serlo por un tiempo y tú te mereces un buen hombre un hombre que te quiera y que te ame ahora, no mañana, un hombre con el cual formes una familia y yo no soy ese hombre Kate, no puedo negar que me gustas y que te quiero, pero no puedo dejar que te ilusiones, que te crees falsas esperanzas
Ella se alejo de él y camino por la vereda, sumida en sus pensamientos y dejando que las lagrimas rodaran por su mejilla, quería gritarle que era capaz de esperarlo, de estar a su lado sin compromisos, pero también pensó en su padre, él no aceptaría que ella se mantuviera esperando toda una vida por él y mucho menos que siguiera a su lado sin un compromiso de por medio, pero él había dicho algo que ella no podía dejar pasar por alto
--Porque dices que tienes responsabilidades que no puedes evadir, ¿a qué te refieres? –le pregunto girando para encararlo
--Kate…perdóname, debí decírtelo hace tiempo, tu padre…
--Mi padre que ¿acaso es él, el que te está obligando a alejarte de mí? – la joven casi había gritado, esperando su respuesta
--No, claro que no, solo que él si sabe mi verdadera identidad, Kate –ella abrió mucho los ojos ante esa información
--¿Cómo dices? –dijo una contrariada Kate
--Mi nombre es William Albert Andrew, y soy el patriarca del clan Andrew, aunque aun no soy presentado ante la familia, seré presentado en algunos años y esas son las responsabilidades que no puedo evadir, Kate ---dijo el rubio en un tono de voz más apagado
--Oh…--fue lo único que pudo decir antes de voltear y seguir llorando
--En verdad Kate, te quiero, pero no estoy listo para un compromiso, no aun, tal vez en algunos años, pero no puedo pedirte que me esperes, no puedo robarte las oportunidades que tendrás…eres una chica muy bella, una mujer muy hermosa –se acerco a ella y la abrazo de manera cálida, ella lloro en sus brazos mientras él la besaba en la frente –Te quiero Kate y mereces ser feliz
El regreso a la casa fue en silencio, en cuanto Liam MacLeod los vio llegar supo que él rubio había hablado con ella y pese a gustarle la idea de que entre ellos hubiera algo, también sabia de las muchas responsabilidades que el rubio asumiría algún día y si él no estaba listo para formalizar una relación con su hija quien él era para exigirle algo
Pocos días después el rubio partió dejando un corazón roto detrás de él y la promesa de que algún día regresaría, Albert recordaría siempre a Kate como su primer amor, su amor de juventud.
Fin