¡BORRARÉ SU NOMBRE!
Name: MARTHA, ORGULLOSAMENTE ALBERTFAN
Date Posted: Jun 22, 04 - 9:25 PM
Message: ESTE ES UN FANARTFIC
Borraré su nombre.
Fanartfic.
Era una cálida noche de primavera, algo inusual en el frío estado de Illinois, quién por su cercanía a los grandes lagos, se veían continúamente azotada por gélidos vientos del norte. Y esta agradable temperatura no era ajena en una de las provincia de Chicago, específicamente en Lakewood, lugar de residencia de una de las familias de más abolengo y rancia alcurnia, la mutimillonaria famila Andrew.
Un joven rabiosamente atractivo, no podía conciliar el sueño, le estaba costando trabajo controlar sus instintos naturales, su cuerpo le exiguía saciarlos y la temperatura que se dejaba sentir no le estaba ayudando en nada. Luego de batallar por más de 20 minutos por tratar de conciliar el sueño, decidió abandonar su lecho y darse una refrescante ducha, tomó una toalla y se la colocó al cuello, se despojó de su camisola y dejando al descubierto un bronceado y torneado pecho, entró al cuarto de baño y mientras llenaba la tina, desabrochó el pantaloncillo del pijama. Entonces, alguien tocó a su puerta.
-¡Diantres, qué inoportunos!-Pensó para sí-¿Quién?. Esperaba escuchar a cualquiera, pero la voz que detrás de la puerta, sobrepasó todas sus expectativas.
-Albert, estas dormido, ¿Puedo pasar?. Preguntó una voz femenina en tono muy tenue.
El hermosísimo rubio, entreabió la puerta y el espéctaculo que contempló lo dejó sin palabras, frente a él una hermosa jovencita, de larga y ensortijada cabellera rubia, con un camisión traslúcido, a la rodilla, que dejaba ver un bien torneado cuerpo de sinuosas y naturales curvas, brazos descubiertos y un escote en “V” que se pronunciaba generosamente, y a la altura que lo contemplaba el rubio, podía observar más allá de lo moralmente permitido.
-¡CANDY!-Casi gritando.
-Shhhhhhtt, baja la voz, que vas ha despertar a todos- la rubia al contemplar que Albert, se encontraba semidesnudo, se sintió muy apenada e intentó dar la media vuelta y retirarse, pero no podía desviar su mirada de ése torso desnudo-¡Mejor, hablamos mañana!
Albert, la tomó del brazo y con un firme jalón la introdujo a su habitación, cerrando la puerta tras de ellos.
-¡No, ya me interrumpiste y ahora hablamos!. Resplicó un Albert, con un matiz en la voz, que Candice nunca le había escuchado y que le hizó estremecer, pero le incómodo más, sentir la mirada de Albert recorrer todo su cuerpo, de una forma como nunca antes le había mirado, con deseo, pasión…como un hombre desea a una mujer.
Fue entonces que la distraída rubia, se dio cuenta de lo endeble de su vestuario, al igual que el rubio no podía conciliar el sueño, pero ella por otras razones, durante varios días le había dado vueltas un pensamiento: necesitaba darle un nuevo giro a su vida, necesitaba emprender nuevos proyectos para tratar de olvidar un pasado no tan reciente y que no terminaba por sepultar, gracias a que a diario sus amigos se encargaban de recordarle como enterna cantaleta cada vez que podía ¿Candice aún no has podido olvidar a Terry?
A..aalbert, será mejor que te deje descansar, mañana hablaremos con más calma ¿Sí?-Tratando de cubrir con sus brazos su pecho y sus desnudos hombros. Dio media vuelta, tomó el picaporte y se disponía abrir la puerta y salir huyendo de esa situación tan comprometedora, cuando sintió como Albert, con uno de sus fuertes brazos, tomarle firmemente por la cintura y sentir el peso del rubio, reposar sobre su frágil cuerpo, sentir muy cerca de su oído, la respiración agitada del joven, mientras con el otro brazo cerrar de un golpe la puerta, impidiendo que la rubia pudiera huir.
-¿Qué pasa Candy? ¡Acaso me tienes miedo! ¿Por qué quieres huir? ¿Querías hablar, entonces vamos a hacerlo?
La cercanía del cuerpo semidesnudo del joven y ese matiz en la voz de él, le hacían sentirse muy nerviosa, no entendía el porqué su cuerpo parecía tomar vida propia ante las atrevidas insinuaciones del rubio.
-¡Tú lo has dicho, quería, pero ahora ya no quiero!¡Ahora, abre esa puerta y dejame salir!-Armándose de valor, empujó el cuerpo del joven y lográndo safarse del brazo que la tenía aprisionada y girando su cuerpo para enfrentarsele.
Albert, sonrío ante la respuesta de la chica y agregó-¡Es cierto me tienes miedo!- En el tono más seductor y acercándo su rostro al de la chica, que equivocadamente se había recargado sobre la puerta, buscándo un sostén que le permitira sentirse más fuerte. Bastante tarde se dió cuenta de su error, cuando el atractivo rubio rompió peligrosamente la distancia entre ellos, atrincherándola contra la puerta que le había servido de sostén.
-¡Basta, Albert no me gusta tu juego!¡Ahora déjame salir o empezaré a gritar!. Buscando una forma de evadirse.
-JAJAJA, apuesto a que no lo harías, no te gustaría que te encontrarán sola en la habitación de un hombre soltero ¿Qué les dirías, que yo te traje por la fuerza? O serías tan valiente de admitir que tú me veniste a provocar vestida tan seductoramente?
-¡Estúpido cretino, yo no vine a provocarte!- Mientras cruzaba el rostro del hermoso rubio con una bofetada.
-¡Admítelo, dí que me amas, que me deseas como yo te deseo a tí! Albert, ya había logrado inmovilizar a la joven, recargando todo su peso sobre la joven y sus labios recorrer su ensortijada cabellera, aspirando la frangancia a rosas tan propia de ella.
-¡Claro que no, te odio, ere muy malo!¡Eres un maldito abusivo!¡No me gustas, nunca me has gustado y nunca me gustarás maldito cretino!¡Déjame salir, por favor!
-¡Vaya que vocabulario para una bella damita!¡Sabes, sé que mientes, te he visto como miras de reojo! ¡Sé que te gusto como tu me gustas a mí!. Y………
-¡NO ME GUSTAS!¡CÓMO PUEDO HACERTELO SABER!¡YO, yo…sólo amó a Terruce…el és el único hombre que he amado……La rubia enmudeció, al ver la mirada fría y llena de ira de Albert.
-¡Así, que no has podido olvidarlo!¡Estoy cansado de verte languidecer por un imposible!¡Él no te merece, si te hubiera amado de verdad, nunca se hubiera separlo de tí!
-¡No me importan tus palabras, ahora que lo sabes déjame salir!. Candy suplicaba por salir, pero su cuerpo se negaba a partir, su mirada tenía un raro destello y sus labios entreabiertos y trémulos suplicaban por ser besados por ese hombre que esta frente a ella. Si, ella no quería huír, también lo deseaba, lo necesitaba y lo amaba….Si, Candice White esta irremediablemente enamorada del atractivo rubio, pero se negaba a admitirlo. Y de pronto, el pánico se apoderó de ella, le había gritado en la cara a Albert que no lo amaba y no era verdad, lo amaba sólo a él, a nadie más.
-!Así que no lo has olvidado! ¡Te juro que borraré su nombre de tu mente, de tus labios, de tu piel! ¡Y también te aseguró que dejaré indeleble el mío en cada poro de tu piel, pensamiento y nunca más desearás que tus labios sean besados por otros que no sean los míos!
El rubio se apoderó de los labios de la hermosa rubia, que no opuso resistencia, pues Albert, hacía mucho tiempo que había logrado borrar el recuerdo del otro.
FIN