Esta historia es la continuación de “Navidad Inolvidable”, “Un Nuevo Comienzo” “Una Andrew sin igual” y “Sueños de un inventor” todas pueden leerse de manera independiente al igual que esta, aunque algunas cosas de esta trama se relacionan con esas historias
Esta historia es mía y llevo planeándola desde hace un largo tiempo
Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Kyoko Misuki y Yumiko Igarashi
Junto a Ti
Por Luz
Enero 1915
Candy se encontraba en el departamento que Albert había alquilado pues después de todo aunque viviría en Chicago, no quería aun vivir en la mansión sino hasta su presentación, se aferraba de alguna manera a esa libertad que sabía cuando asumiera su posición y puesto dentro de la familia se acabaría, así que después de una larga discusión con su tía, donde ella le pedía que viviera con ella en la mansión, el se rehusó rotundamente.
Al final la tía Elroy había cedido después de todo solo faltaba medio año para la presentación y una vez hecha William no podría seguir rehusando sus obligaciones, solo le había pedido que la fuera a ver de vez en cuando y se mantuviera al tanto de los negocios, pues cada vez se acercaba el momento de tomar las riendas.
Albert había llevado a sus sobrinos y a Candy a su departamento para que conocieran donde vivía y sobre todo para que si necesitaban algo supieran donde localizarlo, así que Candy se encontraba observando la sencillez del departamento, donde su mejor amigo se encontraba en ese momento en la cocina preparando café, para todos.
Anthony y Archie se gastaban bromas entre ellos, pensando cuando podrían tener su propio departamento de soltero y dejar la ancestral mansión sin que la tía abuela pegara de gritos.
---Dime Candy ¿te gusta?
---Si Albert es muy cómodo y muy bonito, me encanta como lo has decorado
---Seguro que si lo ve la tía Elroy, se molesta –dijo Anthony, --¿tío alguna vez la vas a traer?
---Por supuesto que no Anthony, no quiero que sepa donde vivo, seguro que si se entera la tendría aquí, todos los días –dijo Albert con una sonrisa de medio lado
---Tienes razón Albert, no dejaría de meterse en tus cosas, como lo hace con nosotros –dijo Archie
---Sabes tío me gustaría pasar algunos días contigo, seguro será muy cómodo estar aquí, sin que la tía nos este vigilando a cada momento –dijo Anthony en tono de broma
Candy se había quedado callada por alguna razón estaba algo distraída, cosa que no paso desapercibida por el rubio, pero no quiso preguntarle delante de los chicos, al final de la velada y después de que los chicos regresaron en el auto de la familia, Albert acompaño a Candy al hospital, decidieron ir caminando después de todo no era un trayecto largo, además le gustaba mucho el recorrido pues pasaban por el Parque Nacional de Chicago algo por lo que había escogido ese departamento, después de todo quería tener un lugar donde poder disfrutar de la naturaleza, sin que nadie se lo impidiera o reprochara, al llegar a la entrada del parque Albert la invito a dar un paseo por el mismo, ella acepto encantada, al parecer no deseaba llegar al hospital por alguna razón que Albert desconocía.
---¿Dime princesa pasa algo?, te noto extraña, diferente, ¿tienes algún problema en el hospital?
---La verdad si…bueno no es un problema en sí, pero…
---Pero ¿algo te molesta?
---La gente a veces hace comentarios que no me gustan eso es todo
---¿La gente?, ¿te refieres a tus compañeras?
---Lo que sucede es que cuando vino Stear a la ciudad fue a buscarme al hospital más de una vez y …
---Y eso que tiene de malo Candy
---Pues nada, solo que, una de las chicas se dio cuenta que en realidad soy una Andrew, yo nunca me presente con mi apellido –dijo casi en un susurro
Albert se quedo inmóvil, por primera vez pareciera que ella se sentía incomoda de pertenecer a su familia, la miro directamente a los ojos y le pregunto
---Dime Candy ¿tienes algún problema con ser parte de mi familia?
---¡¡¡¡No claro que no!!!! – se apresuro a contestar la rubia
---Entonces cual es el problema con que sepan que eres una Andrew, después de todo lo eres Candy, ---dijo el rubio algo confundido
La joven tomo aire y suspirando contesto, --me gusta formar parte de tu familia Albert, es solo que mi compañera siente que el hecho de que yo sea una Andrew y desee estudiar enfermería es un capricho, no me gusta cómo me lo dijo y lo peor es que comparto habitación con ella y cada vez se muestra más fría conmigo, y eso en el fondo me molesta y me disgusta, tu sabes que yo quiero ser enfermera por que deseo ayudar a la gente y ser alguien que pueda valerse por sí misma aunque pertenezca a tu familia, si me entiendes verdad –dijo Candy mirandolo a los ojos.
Albert al ver una banca cercana la tomo del brazo y la dirigió a la misma donde ambos tomaron asiento
---Entiendo, Candy por un momento pensé que no querías ser más parte de mi familia, --Candy se le quedo mirando de una manera que Albert no pudo interpretar, pero no era la primera vez que se daba cuenta que ella lo miraba diferente --Que te parece si en vez de vivir en el hospital, te mudas a la mansión, así no tendrás que seguir escuchando y conviviendo con tu compañera, salvo cuando tengas guardias juntas
---Si lo había pensado, pero también pensé en que si me mudo tendré otros problemas o inconvenientes
---¿Como cuáles?
---Primera ella sabrá que me he mudado y seguirá hablando algo que después de todo hará, aunque yo haga lo que haga, segundo tendré a la tía Elroy supervisándome y sabes que en el fondo no siente un gran aprecio por mí, ella no quiere que enlode el apellido Andrew dedicándome a la enfermería y si me mudo a la mansión seguro encontrara manera de estar dando su opinión aunque yo no quiera
---Entiendo, entonces, que piensas hacer
---No lo sé Albert, seguir en el hospital después de todo ya falta poco para que termine de estudiar, para el verano ya seré una enfermera titulada, --dijo Candy con una gran sonrisa en los labios
---Si se que serás una gran enfermera, vamos continuemos o llegaras tarde y no quiero ser el culpable de otra llamada de atención por parte de tu compañera---dijo en tono de broma
Cuando por fin había regresado a su departamento, Albert se preparo un café y se dispuso a leer un libro, las obras de Shakespeare siempre lo entretenían durante horas y en ese momento no tenia tanto sueño por lo que decidió leer un rato, después de un tiempo una idea no dejaba de rondar su mente y si le digo que viva conmigo, no, no aceptara además que diríamos, que soy su amigo, su hermano, su novio, no eso no puedo decirlo, su reputación se vería afectada y si digo que soy su tutor, eso suena más factible, pero si se entera la tía Elroy no se cansara de recriminarme y a ella la reprenderá aun más duramente, y además los chicos se darán cuenta, no, esa no es la solución después de unos minutos continuo con la lectura pero en el fondo la idea de vivir al lado de Candy no dejo de rondar su mente aun mucho tiempo después de haber dejado el libro.
A la mañana siguiente como era costumbre se preparó su desayuno y se alisto para salir, ese día tenía una reunión con George en el banco al que llego como un cliente más, vistiendo unos pantalones de mezclilla una playera negra algo ajustada que dejaba ver su musculatura, una chamarra café y su foulard al cuello, sin olvidar las gafas para ocultar sus ojos azules de la vista de la gente, se presento ante su amigo
perfectamente rasurado, daba la impresión de ser alguien informal pero elegante a la vez, cuando se encontró en la oficina de su asistente y amigo personal se dejo caer en el sofá sin muchos ánimos.
---Vaya el vivir en la ciudad no te gusta mucho después de todo, creí que te acostumbrarías
---No es eso George, me gusta vivir en la ciudad, no tanto como en el campo pero sabes que me adapto muy fácilmente, lo que sucede es que no dormí muy bien
---¿En serio?, que sucede, tienes algún problema con alguna chica—dijo George de manera divertida
---Pues si, pero no es lo que piensas – el pelinegro arqueo una ceja --- no me mires así, es sobre Candy
---¿La señorita Candy?, que sucede con ella – dijo George aun más intrigado
---Al parecer una compañera la molesta por el hecho de pertenecer a mi familia
---Seguro que solo es eso – le pregunto su amigo aun más insistentemente, pues era la primera vez en mucho tiempo que veía a su muchacho como le decía él, algo desanimado
---La verdad, después de que ella me lo conto le sugerí mudarse con la tía Elroy y los chicos, pero no estuvo de acuerdo, por la tía Elroy ya sabes cómo es
---mmm…
---Después pensé en llevarla a vivir conmigo
---¿Queeeeeeeé?, William no estarás pensando en que es buena idea ¿verdad?
---Justo por eso no dormí bien, la idea me rondo la cabeza toda la noche, sé que es una locura, pero…pero
---Nada de peros William, si lo haces y la señora Elroy se entera, nadie podrá ayudarte, te lo digo yo, además ¿y tus sobrinos?
---Justo esa es una de las razones por lo que más lo pensé, que les voy a decir si se enteran,---George lo miraba incrédulo ya que no podía creer que su muchacho lo estuviera pensando ---si lo considere, deja de mirarme así ¿quieres? no tendría nada de malo, soy su tutor después de todo ¿o ya lo olvidaste? ---George solo asintió sin decir ni una palabra ---además ella tal vez ni acepte si se lo propongo, en fin, empecemos con los pendientes ¿quieres?
Una vez que empezaron a trabajar Albert se olvido por un momento de su loca idea de llevar a Candy a vivir con él, se concentro en los pendientes y en las cosas que George le dijo respecto de las empresas y como iban avanzando los negocios en Nueva York al mando de Richard Legan, quien desde su llegada se había establecido en esa ciudad con su familia
Capitulo 2
Esa misma noche Albert fue por Candy al hospital, tenía ganas de dar un paseo y que mejor que hacerlo con su mejor amiga, cuando llego por ella más de una compañera de la rubia se quedo mirando a ese guapo rubio que aun vestido de manera informal tenía cierta elegancia en su andar y en sus modales, en cuanto Candy lo vio corrió por el pasillo para refugiarse en sus brazos, algo que él agradeció enormemente, desde que ella había partido de Lakewood esa cercanía que compartía con ella era lo que más echaba de menos, y al parecer ella también, una vez que se separaron ella sin pensar en nada más le dio un beso en la mejilla algo que en verdad sorprendió al rubio pues esas muestras de afecto no eran muy comunes en público menos si las personas no eran familiares pero seguir las reglas no era algo que Candy hiciera muy a menudo, así que tomándola del brazo, salieron a la calle dejando atrás un par de ojos que los siguieron hasta que se perdieron de vista.
Una vez que llegaron a la cafetería donde eligieron una mesa, Candy seguía emocionada pues no se esperaba que Albert la fuera a buscar esa misma noche, apenas lo había visto el día anterior, entre tantas cosas en el hospital lo último que le cruzo por la cabeza fue volver a ver a Albert tan pronto.
---Dime Princesa como te fue hoy --dijo el rubio una vez que el mesero se retiro con su orden
---Bien, todo bien y a ti como te fue –dijo la rubia juagando con sus manos, tratando de entretenerse mientras llegaba su comida
---Bien estuve revisando algunas cosas con George, ya sabes inmiscuyéndome un poco para tomar las riendas pronto, --dijo el rubio con poco entusiasmo
---Pero mientras puedes divertirte, conocer personas, una novia tal vez
---Jajajajaja, acaso te pondrás del lado de la tía Elroy, Candy
Candy se quedo callada por primera vez hablo sin pensar, lo último que deseaba era ver a su príncipe con alguna chica, Mi príncipe, desde cuando no lo había llamado así que me sucede
---Pasa algo Candy de pronto te has quedado callada
Candy al escuchar lo que le dijo Albert levanto la mirada encontrándose con dos pupilas tan azules que sin saber cómo sintió las mejillas ardiendo, por lo que volteo la mirada a la calle sin contestarle a Albert, el pensó que no le había gustado que la comparara con la tía Elory, así que tratando de no hacer sentir mal a Candy decidió cambiar el tema.
---Sabes me quede pensando en lo que me contaste, sobre tu compañera de habitación
Candy volteo a verlo porque había cambiado el tema, era mejor seguir hablando con él o de otra manera se delataría por pensar en él como su Príncipe ---Y que has pensado, porque a mí no se me ocurre nada, además pronto se le pasara –dijo no muy convencida
---Que te parece si te vas a vivir conmigo, compartiremos el departamento, ¿qué dices?
CCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCC
Candy se encontraba en su habitación meditando en lo que le había propuesto Albert, compartir el departamento ¿que dirá la tía Elroy cuando se entere', casi la puedo escuchar, no es mala idea Candy, a ti te encanta estar en su compañía, si me encanta, pero…que dirá la gente, además los chicos y sobre todo Anthony, que dirá Anthony, cuando se entere, por más vueltas que le daba al asunto y por más que quería convencerse de que era una mala idea, algo en corazón o en su cabeza le decía que aceptara, sin poder resolver el dilema esa noche decidió mejor dormir, pronto llegaría Flammy de su guardia y lo último que quería era escuchar sus quejas por tener la luz prendida a altas horas de la noche, así que envolviéndose en las cobijas trato de conciliar el sueño.
Paso una semana en la que ni Albert ni Candy se vieron, cada uno pensando en que pasaría si vivieran juntos y sobre todo que decirle a Anthony, Archie pero sobre todo a la tía Elroy.
Albert estaba casi seguro de que no aceptaría, como se me ocurrió decirle algo así, ¿en que estaba pensando?, como si no lo supieras, sabes que te gusta estar en su compañía y todo este tiempo la has extrañado así que piensa mejor que le dirás a los demás cuando te pregunten, él rubio con ese pensamiento en la mente trato de conciliar el sueño por quinta vez en esa semana.
Anthony y Archie, visitaban la mansión cada ocho días pues en el colegio al que asistían solo permitían salidas los fines de semana, por lo que disponían de algunos fines de semana para pasarlo al lado de su tía y de vez en cuando, dependiendo de las guardias de Candy lo pasaban con ella.
Después de otra semana en que Albert evito ir por ella al hospital, decidió que ya era tiempo para escuchar su respuesta por lo que decidido paso por Candy, quien en cuanto lo vio corrió de nuevo a sus brazos eso era buena señal para el rubio quien como la vez anterior la abrazo con fuerza, separándola a penas para darle un beso en la frente antes de que ella se lo diera en la mejilla.
---Vaya Albert que sorpresa, ya me tenias pensando en porque no habías venido –dijo Candy en cuanto salieron del hospital
---Perdóname Princesa –dijo algo turbado el rubio
---Pensé que a lo mejor te habías arrepentido de la propuesta que me hiciste, de mudarme a tu departamento
---No, no era eso más bien al contrario, quise darte el tiempo para que lo pensaras ¿Dime que has pensado?
---Que acepto --dijo Candy con una sonrisa en los labios
---Eso es maravilloso, pensé que no aceptarías
---Vamos Albert si ya sabes que me encanta tu compañía, y seguro será mejor que la de Flammy jajajaja
---Eso seguro princesa jajajaja
El resto de la tarde lo pasaron planeando las cosas que comprarían para que ella se sintiera aun más cómoda en el departamento, Albert deseaba redecorarlo totalmente para que ella pudiera opinar sobre los muebles, y los enseres que pudieran hacer falta, ella no acepto pues le comento que justo como estaba era lo que ella hubiera escogido, así que solo compraron algunos blancos para la recamara de Candy y algunas cortinas a su gusto, de lo demás según ella no era necesario, por lo que una vez terminadas las compras se dirigieron al departamento que desde esa semana compartirían, pues Candy estaba decidida a mudarse al siguiente día.
Al llegar se encontraron a los chicos bajando del auto
---Vaya que sorpresa a que debo el honor de su visita muchachos, dijo el rubio nada más al verlos
---Lo que sucede es que ahora que estas aquí en la ciudad pues podemos frecuentarte más a menudo Albert,
--contesto un sonriente Archie
---Así es tío, después de todo solo te hemos visto estos años en vacaciones y ahora que estas aquí pues que mejor que convivir ¿no te parece? –dijo Anthony mirando a Candy de manera intrigada pues no esperaba encontrarla ahí
Todos entraron al departamento, Albert dejo las cosas en su recamara y fue a poner un poco de café para todos, después de todo no era como él hubiera querido darles la noticia pero al final se enterarían así que era mejor afrontar las consecuencias de una buena vez.
Cuando el café estuvo listo y todos disfrutaban del mismo, Albert le hizo una seña a Candy la cual ella devolvió casi sin que nadie lo notara, pero para un rubio que solo la miraba desde que habían llegado esa mirada no había pasado tan desapercibida.
---Chicos les tengo…tenemos una sorpresa, dijo Albert sin más preámbulo
---En serio, ¿qué?, por fin ya tienes novia Albert, --dijo Archie mirando a Candy y guiñándole un ojo
Candy no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran en ese momento, al percatarse Archie, trato de desviar la mirada hacia Albert, esperando la sorpresa
---No Archie, no tengo novia...aun, la sorpresa es que Candy a partir de mañana vivirá conmigo…
Capitulo 3
Anthony quien no podía creer lo que había escuchado, abrió los ojos por la sorpresa
---Queeeeeeeeeeeeee, dijo Anthony levantándose del sofá casi de un salto
---Anthony, que sucede, ¿tienes algún problema con eso?, ----le pregunto su tío mirándolo muy seriamente
Anthony cerró los puños de golpe y sin dejar de mirar a Albert se acerco hacia él, quien al ver que se acercaba también se levanto de su lugar, Candy se levanto por impulso quedando muy cerca de Albert, Archie al notar que las cosas se saldrían de control entre ellos, tomo a Candy de la mano e intento sacarla del departamento, pero ella se resistió
---No Archie no me voy, si tiene algo que decir, es mejor que me lo diga ahora
Archie solo miro a los tres a la cara sin decidirse a quien apoyar, después de todo a los tres los quería mucho
---Sal un momento Candy es mejor que Anthony se tranquilice antes de que ustedes hablen, -- dijo mirando a Archie y haciéndole una seña para que la llevara afuera
Candy salió del brazo de Archie quien solo volteo a ver a los rubios que dejaba en la sala a punto de golpearse, confiaba en que Albert pudiera tranquilizarlo de alguna manera sino se vería en la necesidad de llamar a George algo que no deseaba después de todo pues si se enteraba la tía abuela Elroy seguro que acusaría a su gatita por lo sucedido
Mientras tanto Albert se enfrentaba a su sobrino por primera vez
---Dime Anthony que sucede contigo
---Y todavía me lo preguntas, “tío” --dijo con un tono de voz que denotaba coraje
---Anthony, porque me hablas de esa manera
---¿Desde cuándo la amas?, le grito ya sin poder contenerse
---¿Qué? ¿A qué te refieres Anthony?
---Ya me escuchaste, ¿desde cuándo la amas? O vas a negarlo
---Claro que lo niego, ella es mi pupila al igual que ustedes o ¿ya se te olvido?
---Al que parece que se le olvido es a ti “tío”, si según dices que somos tus pupilos porque no vivimos todos juntos ¿eh?
---Ustedes viven en la mansión Anthony,--- le contesto Albert algo exasperado
---Ella también puede hacerlo, pero espera, ella ya vive en el hospital o ¿no?, si mal no recuerdo esa fue su elección
---Si, esa fue su elección
---Entonces como es que ahora vivirá contigo, vuelvo a preguntarte ¿desde cuándo la amas?
---Te vuelvo a repetir, no la amo, Anthony, vivirá aquí porque ya no quiere vivir en el hospital, eso es todo, y como mi pupila que es, puede vivir aquí no hay ningún problema con eso o ¿sí?
---Crees que es correcto que la traigas a vivir aquí, que pensara la gente,
---No me importa lo que diga la gente
---Pues debería importarte “tío” --dijo Anthony a punto de golpearlo
---Anthony no me importa lo que la gente diga, ella es mi pupila y punto, --dijo cerrando los puños en señal de advertencia para Anthony pues seguro que si empezaban a pelear él ganaría
Mientras tanto Candy se encontraba con Archie algo inquieta pues en el fondo no deseaba haber salido del departamento, él la había llevado a una café cercano mientras tanto
---¿Dime Candy como fue que se les ocurrió algo así?
---Lo que sucede es que tengo una compañera de cuarto que piensa que para mi estudiar enfermería es solo un capricho, porque soy una Andrew, además de que es una persona muy fría y distante y comparto habitación con ella y en el fondo no me gusta mucho su actitud, es muy buena enfermera pero…
---Pero no deseas seguir lidiando con ella ¿no es así?
---Pues sí, se lo conté a Albert, el me ofreció que me mudara a la mansión pero ya sabes cómo es la Tía abuela Elroy conmigo
---¿Te has puesto a pensar lo que dirá cuando se entere?
---Si, pero no se enterara a menos que tú o Anthony le digan
---¿Ahora mentiremos por ustedes Candy?, --dijo algo desconcertado Archie
---No te pido que mientas Archie, más bien que no le digas, si ella se da cuenta por otro lado, pues le diremos la verdad
---Sabes que por mí no hay problema gatita pero no se qué hará Anthony después de esto, creo que en el fondo aun te quiere
---Lo dudo, si en verdad me quisiera ya me lo habría dicho no crees –dijo dándole un sorbo a su café y mirando a Archie muy detenidamente
Albert y Anthony habían logrado serenarse un poco, ambos estaban sentados pero aun así las miradas dirigidas por el menor de los Andrew eran clara advertencia de que aun le hervía la sangre
---¿Dime Anthony si aun la amas porque no se lo has dicho?, lleva aquí desde mayo y me vas a decir que no has encontrado el momento idóneo en estos nueve meses
---No lo sé…no estoy seguro
---¿De que no estás seguro de decírselo o de amarla?
---No estoy seguro de aceptarla como es
---Perdón, no te entiendo
---Se que la conocí cuando era niña y era muy vivaz y amable y sobre todo así…libre, pero…
---Pero en el fondo esa actitud y personalidad de ella no te gusta
---Es que si me gusta, me gusta mucho tío solo que…
---Solo que quisieras que se comportara como una dama de sociedad, ¿no es así?
---si, creo que tienes razón
---Pues no creo que ella en este momento quiera ser una dama de sociedad, ella es libre…y puede hacer lo que desee
---¿Como vivir contigo?
---Si, como vivir conmigo
Anthony por primera vez bajo la mirada, ya no desafiaba a Albert sabia que en el fondo él tenía razón, si hubiera querido continuar su relación con ella, tuvo bastante tiempo para hacerlo, pero no podía cambiar su forma de pensar sobre ella, Candy era libre y él después de todo él no lo era tanto, si ella quería estudiar la dejaría seguir su camino, por mucho que le doliera.
Albert al verlo más calmado le puso una mano en el hombro
---Solo espero que no le digas nada aun a la tía Elory, seré yo quien se lo diga de acuerdo
---Sí tío, será lo mejor, solo prométeme que la cuidaras
---Te lo prometo Anthony
Candy al ver que se tardaban en salir le pidió a Archie que volvieran al edificio, solo para confirmar que todo estaba bien, el joven pago la cuenta y salieron en dirección al departamento al llegar, los encontraron en la puerta pues Anthony ya se despedía para ir a buscar a Archie.
---Todo bien Albert, --pregunto el joven
---Todo bien Archie es mejor que vayan a la mansión por favor no le digan nada a la tía Elory
---No te preocupes –le contestaron al mismo tiempo los jóvenes
Candy se acerco a Anthony quien al verla solo le sonrió y le dijo
---Perdóname Candy, no debí exaltarme, eres libre de vivir con quien tú quieras
Candy sin poder evitarlo lo abrazo y el dio un beso en la mejilla
---Gracias Anthony, eres un gran chico
Los chicos Andrew salieron del departamento camino a su automóvil mientras Albert acompañaba a Candy al hospital
Capitulo 4
Albert fue al día siguiente por ella al hospital, al llegar ella ya estaba lista con su pequeña maleta había informado a la señora Smith, la jefa de enfermeras de su cambio de residencia, cuando la señora Smith la interrogo sobre porque se iba del hospital ella solo le comento que porque su tutor había llegado a la ciudad y ya no era necesario que ella permaneciera todo el día en el hospital pues ahora viviría con su tutor mientras terminaba de estudiar, la directora de la escuela la señorita Mary Jane quién llegaba en ese momento alcanzo a escuchar la conversación y acercándose a Candy le pregunto que desde cuando su tutor se hallaba en la ciudad, la rubia le contesto que había llegado a penas unos días atrás, la mirada de Mary Jane la examino por un momento pero al ver la sinceridad en su rostro no dijo nada más y la dejo partir, no sin antes ver con quien lo hacia.
Se sorprendió mucho al verla partir con un caballero tan joven pues no pareciera un tutor, pero sabía que Candy no le había mentido, se guardo sus observaciones para ella misma, tal vez escribiera a la señorita Pony para informarle, camino hacia su despacho con la intención de hacerlo pero por el camino fue abordada por otra enfermera y se dispuso a seguirla hasta llegar a una sala donde un paciente aquejado por dolores muy fuertes en la pierna lastimado hizo que se abocara al trabajo olvidándose momentáneamente de la pecosa
Al llegar al departamento Albert le pidió a Candy que se instalara en la recamara que había al lado de la suya, Candy emocionada por vivir por primera vez al lado de su mejor amigo y tutor se encamino hacia la misma, dejándose caer en la cama sintiendo que todo era un sueño.
Al día siguiente empezó su rutina, Albert se levantaba siempre antes que ella, se duchaba y mientras preparaba el desayuno la rubia se levantaba y se duchaba, para posteriormente desayunar juntos, antes de partir a sus clases en el hospital, en ocasiones Albert la acompañaba y otras se iba sola.
Durante el día Albert se dedicaba a ponerse al corriente junto con George en los negocios familiares, tomaba decisiones o simplemente daba sus opiniones sobre alguna empresa en particular, algunas veces George iba al departamento y en otras era Albert quién hacia visitas al banco como un cliente más que era atendido con la mayor prontitud, fue durante una de esas reuniones que George le pregunto a Albert sobre Candy.
---Dime William como van las cosas entre ustedes
---¿Entre nosotros? ¿A que te refieres exactamente George?
---William, se que eres el tutor de la señorita Candy pero en el fondo ¿no te parece que esta situación puede malinterpretarse?
---No entiendo como pueda malinterpretarse, --dijo el rubio mirándolo a los ojos
---William eres un hombre próximo a los 25 años, los cumplirás en unos cuantos meses y ella ¿cuántos tiene? casi 17 le falta poco para cumplirlos, acaso ¿no te das cuenta de la situación?
---Solo sé que me gusta su compañía, soy feliz de tenerla cerca, pero nunca me ha pasado por la mente lo que tú propones
---¿Estas seguro?
Albert volteo a mirarlo nuevamente, algo del semblante de su amigo le dio a entender que todo mundo podría pensar exactamente lo mismo que él, ¿era en verdad cierto eso?, en verdad no había pensado en ello, ¿esa convivencia en verdad podría malinterpretarse?, sin dejar de pensar en ello le contesto.
---Estoy seguro, me encanta su compañía y a ella le gusta vivir aquí, no veo nada malo en ello
---Entiendo, --dijo George, sosteniéndole la mirada, ---se que eres un hombre muy prudente y que no harás nada que pueda perjudicar a esa chica, pero piensa bien que algunas personas puedan interpretar esta relación como amorosa y no como lo que es, de tutor y pupila.
---Entiendo tu preocupación, amigo pero en este edificio todos saben que tengo sobrinos pues Anthony y Archie me visitan de vez en cuando y Candy es mi pupila así que no te preocupes por eso
George decidió cambiar el tema y seguir revisando los pendientes, después de todo su muchacho ya no era un chiquillo al que tenía que cuidar constantemente, pronto se haría cargo de las empresas y sobre todo tomaría las riendas de la familia como el jefe de la misma sin embargo sentía cierta curiosidad por saber a dónde llevaría a ambos rubios esa convivencia y cercanía que compartían.
Después de la partida de George, Albert se quedo pensando en las palabras de su amigo, y en las palabras que le había dicho Anthony, en verdad todo lo había hecho ¿porque sentía algo por ella en el fondo? o solo por ser su tutor, cierto era que Candy se había convertido en un muchachita muy bella y muy dulce pero…pero en verdad sentía algo por ella, por primera vez en mucho tiempo recordó que hacía tiempo que no estaba con nadie a nivel romántico mucho menos carnal, trato de recordar cuando había estado por última vez con una mujer y la sorpresa lo golpeo como una cubetazo de agua fría, la última vez había sido mucho antes de reencontrase con Candy, casi 3años atrás, podría ser posible que en el fondo su amigo tuviera razón, recordaba ese encuentro entre ellos había sucedido cuando había regresado a Lakewood, se encontraba en las inmediaciones de la cabaña a orillas del lago cuando escucho los gritos de ayuda de alguien dentro de un bote, que caía por la cascada, se levanto para auxiliar a la persona y grande fue su sorpresa al encontrarla a ella, una niña tan tierna, dulce, gentil, que llevaba del cuello su insignia, sin poder ocultar su turbación toco el broche que pendía del cuello de la rubia y al descubrir que era aquel que había perdido años atrás no le quedo duda sobre quien era esa niña que había rescatado del agua.
La había cobijado y llevado a la cabaña donde despertó sobresaltada, pero por difícil que pareciera no le había tenido miedo o desconfianza, nació ente ellos una comunicación inmediata, era como si algo los uniera sin darse cuenta, habían platicado sobre sus vidas, bueno más bien ella había platicado sobre su vida, él solo se limito a escucharla, algo dentro de él quiso protegerla inmediatamente, saber que vivía en la casa Legan no le agrado para nada.
De momento no pudo hacer nada más que ofrecerle un plato de comida y cuidarla por esa noche para que no se resfriara, al día siguiente la vio partir pero sin olvidar todo lo que le había contado y sobre todo sin olvidar la sensación de protección y cariño que había sentido por ella, le ordeno a George, su mano derecha que se encargara de la adopción de la niña, grande fue su asombro cuando recibió las cartas de sus sobrinos pidiéndole ayuda para una amiga que vivía con los Legan y a quienes ellos deseaban ayudar.
Los tramites ya habían empezado, George se informo de la procedencia de la niña que vivía bajo el techo de los Legan y había visitado el Hogar de Pony para informales que Candy White, seria adoptada por el señor William A. Andrew, mientras tanto Albert se había mantenido en contacto con ella, la había visto un par de ocasiones antes de saber que oficialmente era parte de su familia, fue así como siguió en contacto con ella fue una lástima que Anthony hubiera caído del caballo y se lesionara en aquella presentación, pero gracias a Candy pudo conocer a Stear y Archie y eso lo había llevado sin querer y sin pensarlo a aquella cena navideña a la que había sido invitado por ellos sin saber realmente su identidad.
La sorpresa de su tía y el asombro de sus sobrinos por conocer su identidad, le demostró que posiblemente había actuado precipitadamente pero él quería convivir con ellos, conocerlos y estar más al pendiente de la rubia, sería posible que todo eso lo hubiera hecho solo por un sentimiento de cariño o sería posible que su corazón albergara otro sentimiento sin él saberlo.
Al ver que pronto llegaría la rubia, dejo atrás todos esos recuerdos y se concentro en preparar algo delicioso para recibirla, después de todo y a pesar de todo, se sentía contento de compartir esos momentos con su pequeña, el tiempo se encargaría de resolver sus dudas, y sobre todo se encargaría de demostrarle lo que en realidad sentía por ella, pero todo a su tiempo.
Capitulo 5
Los días se sucedieron sin mayor problema para los rubios, Albert seguía concentrado en sus reuniones con George y tomando poco a poco más decisiones en lo concerniente a las empresas, pero aun no había visitado a la tía Elroy lo cual era algo que no podía aplazar más, pues la matriarca cada vez le pedía por medio de su asistente que fuera a la mansión para concretar algunas cosas relacionadas a su presentación.
George había recibido una carta de Richard Legan, la cual estaba dirigida a William A Andrew, después de terminar con los pendientes por ese día, el pelinegro saco de su escritorio la carta que le entrego a Albert
---Llego esto, de parte del Señor Legan
---Que será esta vez, --- dijo Albert sopesando el sobre
---No lo sé, tal vez un informe detallado de los últimos movimientos de las empresas a su cargo,-- dijo no muy convencido su amigo
---jajaja, sabes que esos informes los entrega en persona en las oficinas de la corporación, no esto debe ser algo familiar, --- dijo mientras tomaba el abrecartas y lo deslizaba por la orilla
---jajaja, seguro quiere algún cambio o pedirte algún favor, --- dijo mientras Albert desdoblaba la carta
---mmm… puede ser, ---- dijo mientras empezaba a leer la misiva, ---vaya es una invitación
---Una invitación, ¿para qué?, no te parece algo informal, una carta, debió mandar una invitación más formal
---En realidad es un aviso, la invitación fue mandada a la mansión de Chicago, seguro por eso la tía Elroy insiste e verme, probablemente ya esté en su poder, se casa Eliza
---Vaya, al parecer no quieren esperar al termino de la guerra para concretar ese matrimonio
---Eso parece, según esto el enlace se llevara en Nueva York
---¡¡¡En Nueva York!!!-- dijo sorprendido George---pensé que sería en Inglaterra después de todo es el hijo de un Duque
---Son malos tiempos George, seguro quieren asegurar ese matrimonio, esta guerra les ha significado mucho
---¿Dice para cuando será?
---Si, será en Agosto, al parecer no quieren esperar más, aunque siento curiosidad ¿quién habrá adelantado la boda Eliza o el Duque?, --dijo Albert con una sonrisa en los labios
---Ni la más remota idea, visitaras a la señora Elroy para comentarle
---Tengo que hacerlo George, tomando en cuenta que la boda será después de mi presentación no puedo eludir ese compromiso, solo espero que mi tía no tenga ya una lista de las posibles candidatas para ser mi acompañante
---Te aseguro que esa lista ya la tiene hecha, y no para ese evento William, sino para tu presentación
---Eso es lo que más me temo, ---contesto el rubio levantándose del sofá para dirigirse al ventanal detrás del escritorio de George
---Tienes pensado ¿que harás en ese caso?
---Si, lo he pensado, no aceptare a ninguna señorita de la alta sociedad
---Pero William…
---Hare mi presentación al lado de mi pupila Candy, ---dijo girándose para, mirar a George a los ojos, quien al ver la determinación en la cara del rubio solo atino a asentir con la cabeza
---Me marcho, si no hay más pendientes por el día de hoy, me retiro, el resto de la semana me lo tomare libre
Albert salió del despacho de su amigo y se dirigió al departamento donde tan solo con cruzar la puerta se sentía en su hogar, en su verdadero hogar, tenía que visitar a la tía Elroy pero lo haría el sábado cuando Candy pudiera acompañarlo y estuvieran los chicos y así decidir los últimos detalles de su presentación así como para informarles de la boda de Eliza.
El sábado muy temprano, Albert se levanto, se ducho y preparo el desayuno como siempre mientras Candy se levantaba y se duchaba, aunque esa mañana le costó más tiempo hacerlo pues era la primera vez que irían juntos a la mansión, aun no le habían comentado nada a la tía Elroy sobre que compartían el departamento, así que seguro ese día seria largo pero sobre todo tenso, pues a pesar de que Albert trato de minimizar la situación Candy sabía que la reacción de la tía abuela Elroy no sería nada buena para nadie.
Una vez que ambos estaban listo salieron para tomar un carruaje que los llevara hasta la mansión, los chicos ya se encontraban en la sala cuando ellos llegaron, la tía Elroy fue avisada por el mayordomo de la presencia de su sobrino y de la señorita Candice, la señora Elroy salió de su habitación para bajar a recibir a su sobrino, al llegar a la sala los encontró platicando de manera alegre sobre los últimos acontecimientos en la escuela de los chicos, Albert en cuanto la vio se levanto de manera inmediata para saludar a su tía, Candy hizo lo mismo, la mirada de la matriarca de la familia fue cortes.
---Vaya William pensé que te presentarías solo y por supuesto desde antes y no hasta ahora, tenemos
muchos temas que tratar para el evento de tu presentación, ---dijo mirando a William de manera acusadora
---Tía he estado trabajando con George en las empresas y organizando ciertos proyectos por lo tanto no había tenido tiempo de venir
---Algo que no sucedería si vivieras en esta mansión y no en ese departamento en que insististe en vivir, desde que llegaste a la ciudad
Los chicos se habían sentado al lado de Candy mientras que Albert y la tía Elory habían tomado asiento uno frente al otro
---¿Dime Candice como te enteraste que vendría William o fue casualidad que llegaran juntos?
---No tía, no fue casualidad, yo le informe que vendría a verte y que necesitábamos estar la familia al completo reunida, por eso vino --se adelanto a contestar Albert
---Entiendo, ---dijo la matriarca mirando a Candy quien solo sonrió
---Dime como van los negocios, ¿has encontrado algún problema?,---Continuo la matriarca dirigiéndose a Albert
---No tía, ninguno, por cierto recibí una carta de Richard
---Ah, que bien entonces ya sabrás que Eliza contraerá matrimonio este mismo año
Al escuchar aquellas palabras los chicos que esta ese momento se encontraban platicando aparte dejaron de hacerlo para poder poner atención
---Si ya me entere, tía podemos pasar a la biblioteca
---Claro, pasemos
La señora Elroy se encamino a la biblioteca, seguida por Albert y los chicos a los que les hizo una seña para que los siguieran, Anthony y Archie no sabían mucho sobre el futuro matrimonio de Eliza, pero Candy sabía lo que le había contado Albert tras recibir la carta, una vez que llegaron la matriarca de la familia se sentó en el sofá junto a la chimenea rodeada por sus sobrinos, Candy se había sentado con disimulo cerca de Albert
---Bien William ya estamos aquí que deseas decirnos a todos, puesto que veo que les has pedido a los chicos que nos acompañaran
---Tía la boda de Eliza se llevara a cabo en Nueva York, en una fecha posterior a mi presentación, se que para todos será una gran sorpresa verme a mí como jefe de la familia pero sobre todo para los hijos de Richard quienes creen que soy un viejo excéntrico
---¿A qué viene eso? William no entiendo tu punto
---No sé si sepas ¿cuál fue la razón para adoptar a Candy tía?, ---dijo el rubio interrogándola con la mirada
---No la verdad es que nunca supe la razón por la que la adoptaste, pero eso que tiene que ver con el matrimonio de Eliza o con tu presentación
Albert continuo hablando sin tomar en cuenta el comentario de su tía de manera directa---Sucede tía que yo conocí a Candy hace tiempo, ---dijo mirando a Candy con una sonrisa en los labios---ella en ese entonces estaba al servicio de los Legan, quienes la trataban mal, yo mismo pude darme cuenta de ciertas cosas, y el día que la encontré en la cascada ella había estado en un bote tratando de tranquilizar su corazón herido por culpa de Neil y de Anthony, ---el rubio al escuchar su nombre se mostro algo contrariado pero guardo silencio, Albert continuo, ---Neil la había acusado falsamente de querer molestar a una invitada de los Legan, algo que no era verdad, por impulso se defendió y fue cuando Anthony, la amonesto por su actitud ¿es eso verdad no es así?—dijo mirando a Anthony
---Si tío así fue pero en ese momento yo no sabía que él mentía
---Entiendo, el punto es ---continuo el rubio mirando a su tía----que tras salvarla me conto todo lo que ellos le hacían y esa fue la razón por la que la adopte, además de que me llegaron cartas de los chicos pidiéndome que así lo hiciera, ---La matriarca por el rabillo del ojo veía a Candy quien se mantenía erguida aun bajo su mirada---por lo que ahora que sepan que ella es mi heredera y sobre todo quien soy yo, no me gustaría algún desplante de su parte tía, si eso sucede, le aseguro que tomare medidas pertinentes ante el desaire que hagan, no autorizare la boda de Eliza, y por supuesto el arreglo al que habíamos llegado con Richard se acabara, todos en la sala que habían quedado callados y expectantes ante la respuesta de la matriarca
---Entiendo William, Richard será informado de todos tus puntos antes de que llegue siquiera a la mansión
---Justo eso es lo que no quiero tía, no quiero que sean advertidos, lo que deseo ver es si en realidad son capaces de comportarse como deben, se les dio una última oportunidad y hasta el momento Richard no ha faltado a nada de ese arreglo solo espero que sus hijos y Sarah se comporten a la altura
La tía Elroy bajo la mirada ante Albert y no dijo nada por algunos minutos, posteriormente incorporándose muy lentamente le dijo---Todo se hará como tu indiques, si eso es todo lo que deseabas decirme, me retiro a mis habitaciones
Capitulo 6
Albert y Candy habían llegado al departamento ese mismo día por la noche, sin haberle revelado a la tía Elroy que vivían juntos, Candy no pudo evitar preguntarle sobre lo que había dicho en la mansión, él le comento que en aquella navidad en que se presento ante ellos, había mandado llamar a Richard cuando estos regresaron a su mansión, le habían explicado todo lo ocurrido en su ausencia, todas las maldades que habían cometido sus hijos en contra de Candy y como ahora ella formaba parte de la familia Andrew no quería más problemas con ellos por lo que le dio a escoger entre vivir en Florida o en Inglaterra donde tendría la oportunidad de encauzar a sus hijos hacia el bien, no volverían a molestar a la rubia y sobre todo se harían cargo de algunas de las empresas y demostrar que seguían siendo dignos de confianza, claro si incurrían en alguno de esos puntos, serian otras las medidas tomadas contra ellos, como dejar de apoyarlos financieramente y por supuesto también dejarían de formar parte de la familia Andrew.
Candy al darse cuenta en realidad de lo que había pasado tiempo atrás no pudo evitar asombrarse por las medidas dispuestas por Albert en contra de los Legan si no acataban los términos del arreglo
---Albert, crees que ellos no han cambiado
---Por su bien espero que lo hayan hecho, pero eso ya lo veremos a su tiempo
Los días y semanas pasaron con asombrosa rapidez y pronto llegaría el cumpleaños de Candy, Stear quien se mantenía en contacto con ella, Anthony y Archie, les informo que lamentaba no ir a su cumpleaños para darle personalmente su regalo, pero sus exámenes se lo impedían, además como en un mes se celebraría la presentación de Albert como el jefe de familia, prefería quedarse a presentar sus exámenes para asistir a la presentación de Albert y posteriormente pasar el verano en Lakewood antes de asistir con todos los demás al enlace de Eliza y ese Duquesito como lo había apodado Archie nada más saber que era el próximo Duque de Grandchester, claro una vez que su padre muriera.
Candy al leer la carta le comento a Albert las intenciones de Stear de quedarse en la Universidad hasta terminar sus estudios para poder estar presente en su presentación y pasar el verano en Lakewood, Albert estuvo de acuerdo con lo dispuesto por Stear, lo que le recordó que debía preguntarle que deseaba para su cumpleaños, primero pensó hacer una fiesta en la mansión, pero luego cambio de idea, posteriormente pensó en hacer una cena en el departamento con los chicos, pero eso era algo que hacían a menudo así que también lo descarto, la última idea en la que había pensado era llevarla al Hogar de Pony para que estuviera con sus madres, sabía que no había vuelto en todo ese año desde el verano pasado, así que la sorprendería, pero en el último momento, pensó en preguntarle tal vez ella quería algo diferente o especial.
---Dime Candy que has pensado que hagamos para tu cumpleaños, ya solo faltan dos semanas
---No lo sé, no lo había pensado
---Te gustaría ir al Hogar de Pony
La chica se entusiasmo mucho aunque luego cambio un poco su expresión, --- ¿sabes que me gustaría hacer’, --dijo mirándolo a los ojos de manera diferente con algo de complicidad
---Dime que te gustaría hacer, --dijo Albert sosteniéndole la mirada cómplice
---Me gustaría pasar mi cumpleaños en la cabaña –dijo Candy guiñándole un ojo
---Muy bien iremos a la cabaña, les comentare a los chicos para que estén listos
---Si me gustaría pasarlo en la cabaña pero…
---Pero…
---Pero me gustaría que solo nosotros nos quedemos en la cabaña, como aquella noche en que me rescataste, ¿recuerdas?
---Entiendo, así será princesa, arreglare todo para pasar el fin de semana en Lakewood y una noche en la cabaña estás de acuerdo
---Si Albert, muchas gracias, se levanto de la silla y le dio un beso en la mejilla para posteriormente meterse en su habitación dejando a Albert en la sala
Durante la semana siguiente Albert se dedico a planear su estancia en Lakewood pero sobre todo en la cabaña quería que estuviera bien abastecida para que no les faltara nada, además de que mando cambiar todos los blancos y el cortinaje, quería sorprenderla.
Candy se dedico a estudiar pues pronto tendría sus exámenes finales y quería graduarse sin problemas para estar lista para la fiesta de presentación de Albert que además coincidiría con su cumpleaños.
Los chicos se sorprendieron al recibir noticias de que el cumpleaños de Candy lo pasarían en Lakewood, ambos deseaban estar presentes e hicieron todo lo necesario para estar listos y a tiempo, cuando se enteraron que Stear no iría a la fiesta empezaron a especular cual sería la razón, ¿los estudios tal vez?, ¿una chica a lo mejor?, ¿terminar su invento?, total que decidieron que tal vez era mejor, así pasarían más tiempo con ella.
Anthony después de todo quería mucho a Candy y aunque las cosas no habían salido como él deseaba en un principio y cada uno había tomado caminos diferentes siempre le guardaría un cariño muy especial por ser su primer amor, ese amor tierno y lindo que se da cuando uno es apenas un niño-adolescente.
La noche previa a la salida a Lakewood, Candy no podía dormir de la emoción de saber que su cumpleaños lo pasaría con Albert en la cabaña hacía tiempo que deseaba pasar tiempo con él a solas a pesar de vivir juntos casi no se veían, pues entre sus clases y sus guardias era poco el tiempo que tenía libre y como cada vez se acercaba más el día de la presentación de Albert, ella sentía que esa convivencia terminaría muy pronto, Albert ahora pasaba mucho tiempo con George y con la tía Elroy la cual aun no sabía que vivían juntos, gracias chicos, gracias por guardar el secreto, Candy por más que intentaba dormir no podía su emoción y ansiedad era mucha, paso de un pensamiento a otro y otro recordando momentos de sus últimos cumpleaños donde siempre e invariablemente Albert estaba presente así como sus primos, pero el recuerdo que más presente tenía era el de su cumpleaños pasado aquel en que por primera vez se había visto como mujer y no como esa chiquilla aniñada, a su mente vino el beso que compartió con Anthony antes de terminar, ese beso que había sido tierno, dulce pero también demandante, paso su dedo índice por sus labios pensando en Anthony pero otra imagen de otro joven se superpuso a la de Anthony, y la sonrisa en los labios de ese chico rubio hizo que ella misma sonriera imaginando lo que sería besar esos labios dulces, suaves y sensuales, inmediatamente se incorporo en la cama tratando de borrar de esa manera la imagen y las sensaciones que habían invadido su cuerpo tan solo con esa imagen.
Se levanto y se dirigió al baño se enjuago la cara y se quedo mirando su reflejo en el espejo, sería posible que se estuviera enamorando de Albert o era solo que su cercanía le provocaba toda esa clase de sensaciones, Candy es tu tutor, ¿lo olvidas?, además seguro que él ni siquiera te ve como mujer, tratando de sacarse esa imagen de la cabeza, fue a la cocina por un vaso de leche, paso por delante la puerta de la habitación de Albert y suspiro, llego a la cocina, calentó la leche y añadió un poco de miel y mientras la tomaba se sentó a la mesa tomando la leche con demasiada lentitud, al final enjuago el vaso y volvió a la cama esperando poder dormir.
Capitulo 7
La llegada a la mansión de las rosas fue entre el barullo de los cuatro jóvenes quienes iban cantando, contando anécdotas y riendo en general de cualquier cosa, pero sobre todo haciendo planes para el gran día de la presentación de Albert, Archie ya tenía a su acompañante, después de todo no era un secreto que Archie seguía frecuentando a la chica que se habían encontrada aquella vez en el concierto en navidad, por lo que no era de extrañar que cuando la tía abuela empezó con si platica sobre la importancia de las acompañantes de los chicos a tan distinguida fiesta Archie enseguida hubiera mencionado a la señorita Annie Britter como acompañante, algo que aprobó de inmediato la tía Elory pues su familia era muy bien conocida dentro del circulo social de los Andrew en más de una ocasión se habían visto reunidos en algún evento, ya sea en la villa de los Britter o en la de los Andrew.
Anthony aun no estaba muy convencido de a quien elegir para dicho evento pero sabía que su tía le tenía una larga lista de señoritas de entre las cuales pudiera elegir.
Albert y Candy solo escuchaban a los chicos animándolos a hablar de sus gustos y sus aspiraciones en dicho evento, además de la presentación de Albert el otro tema que ocupaba su plática era justo la boda de Eliza, todos concordaban en que su futuro esposo seguro era alguien Arrogante, Malcriado, por supuesto antipático y sin una pizca de modestia, porque solo alguien así podía fijarse en ella, ese comentario por parte de Archie hizo que todos soltaran la carcajada.
El primer día lo pasaron todos juntos en la mansión, salieron a los alrededores, cabalgaron, organizaron un pic-nic, leyeron en la biblioteca, tomaron el té y a la hora de dormir cada uno se fue a su habitación, Candy pensaba cual de todos esos días de viaje lo pasaría con Albert en la cabaña, él no le había dicho cuando irían, después de todo solo pasarían ahí cuatro días y ella deseaba que no fuera el ultimo pues eso implicaba que tendrían que salir muy temprano a la mañana siguiente y ella deseaba pasar no solo una noche con Albert sino también parte de la mañana, Candy ya deja de pensar en eso quieres, después de todo él te dijo que pasarían una noche en la cabaña ¿qué más quieres?, cumplió tu deseo o ¿no? Candy solo movió la cabeza intentando apartar esos pensamientos, se metió en la cama y aspiro el aroma del jardín que se colaba por la ventana de su cuarto.
Al día siguiente todos se levantaron temprano menos Candy quien como fiel a su costumbre cuando no tenia clases en el hospital se levantaba hasta que Albert la despertaba con el aroma del desayuno, así que todos estaban en el comedor menos ella, Albert al darse cuenta que no la había despertado mando a Dorothy a avisarle que todos la estaban esperando.
---Señorita Candy, buenos días, --dijo la muchacha en cuanto abrió la puerta, Candy aun somnolienta abrió los ojos y al ver a Dorothy a quien no había visto desde que se marcho al Hogar de Pony le sonrió
---Hola Dorothy como estas, es un gusto saber que aun trabajas para los Andrew
---Buenos días señorita, si aun trabajo para los Andrew, el señor William es muy bueno con nosotros desde que llego aquel día de navidad las cosas han cambiado un poco por aquí, ya todos sabemos quién es en realidad pero no decimos nada
---Vaya, así que ¿ya lo sabes?
---Si todos en esta mansión lo sabemos, él sabe que puede contar con nuestra discreción
---Bueno entonces, ayúdame a vestirme no quiero llegar tarde a desayunar, ---la chica al oír aquello se llevo una mano a la boca como tratando de no reírse.
---Dime Dorothy pasa algo
---Si señorita, en realidad yo venía a ayudarla por que los jóvenes y el señor William ya la están esperando en el comedor
---¿Cómo? ¿Tan tarde es?
---Si señorita Candy, ya son las 10 de la mañana
---En verdad, no puedo creerlo Dorothy, --dijo Candy levantándose enseguida para entrar en el cuarto de baño y darse una ducha rápida
Mientras tanto los chicos seguían esperando a Candy
---En serio no sé cómo llega temprano a sus clases si se levanta tan tarde --dijo Archie en broma
---Seguramente tiene un despertador que le ayuda, y por esa razón aquí se le ha hecho tarde, ¿no creen?
---añadió Anthony, mirando a su tío
---Pues si tiene un despertador…soy yo…ella es incapaz de levantarse sola ---dijo Albert al borde de la risa, Archie al ver los esfuerzo a que hacía por no reír soltó la carcajada
---Vaya Albert así que Candy necesita un despertador jajajaja
---Pues sí, aunque no lo creas, --dijo Albert también sonriendo, Anthony se unió a la broma y continuaron así por unos minutos, hasta que llego Candy
Al terminar de desayunar todos salieron a cabalgar un rato llegaron hasta la cascada, la cual estaba muy cerca de la cabaña, los chicos bajaron a pescar, mientras Candy recogía flores, Albert habló un momento con los chicos, cuando llego la hora de comer, todos se dirigieron a la cabaña, Albert se encargo de cocinar el pescado, los chicos sacaban algunas cosas de la alacena para acompañar la comida, Candy decoro la mesa y cuando todo estuvo listo todos se sentaron en la mesa a compartir la comida y seguir haciendo planes para el futuro
A la hora de partir y cuando ya habían terminado de levantar y recoger todo Albert salió a despedirlos, Candy se asombro y él le dijo que esa noche la pasarían en la cabaña pues deseaba pasar una noche en ella, le guiño un ojo y ella no se opuso a la idea, Archie y Anthony se despidieron de ella y ambos partieron a caballo rumbo a la mansión.
Una vez que los chicos se habían marchado, Candy entro a la cabaña para poner un poco de agua para preparar café, pues en la alacena había visto esas galletitas que tanto le gustaban y deseaba saborearlas en ese momento, en compañía de esa persona que era tan especial para ella.
---¿Te sorprendí? –dijo el rubio
---Pues no me esperaba que viniéramos todos juntos a la cabaña, que les has dicho para que se fueran sin preguntar nada
---Eso es otra sorpresa princesa, otra que te tengo preparada para el día de mañana
---No me digas que nos levantaremos tan temprano
---Claro que no, puedes levantarte a la hora que desees, dormilona
Una vez que el agua estuvo lista Candy dispuso de las tazas de café y ambos se sentaron a degustar esas galletas que tanto le gustaban
---Entonces ¿dime que haremos esta noche?
---Lo que desees Candy, tu deseaban pasar una noche aquí para tu cumpleaños y aquí estamos princesa
Candy se llevo una galleta a la boca y sin poder evitarlo le guiño un ojo a Albert al mismo tiempo que se sonrojaba por la idea que le había pasado por la mente
---¿Dime Candy que se te ocurrió?, esa mirada me dice que algo tramas jajaja
---Si Albert, --dijo Candy aun sonrojada---se me ocurrió que podemos ir a nadar al lago, ¿qué opinas?
---¡¡¡¡A nadar!!! Candy, pero si casi anochece, el agua debe estar…fría
---No lo creo estamos en primavera así que el agua debe de estar templada, vamos ¿si?—dijo mirándolo directamente a los ojos
Albert por primera vez se sintió cohibido, una cosa era compartir el departamento con ella pero cada uno tenía su habitación y aunque compartían el cuarto de baño, el siempre la había considerado su pupila, a pesar de que era una joven muy bella, pero nadar con ella era algo diferente, así que volvió a preguntarle
---Candy estás segura que ¿deseas nadar?, podemos hacerlo mañana…
---Albert ---lo interrumpió ella,--- me gustaría mucho hacerlo ahora, ¿qué dices?
Albert mirándola a los ojos solo atino a contestarle
---Esta bien Princesa como desee
Capitulo 8
Albert le comento a Candy que tenía trajes de baño que podían usar, algo que ella le agradeció con una sonrisa, cuando ambos estaban listos, salieron de la cabaña con rumbo al lago, al llegar Candy se metió inmediatamente al agua y se zambullo en ella, Albert solo la observaba desde la orilla al salir a la superficie, Candy se echo el cabello hacia atrás con un movimiento natural pero a Albert lo hizo palpitar pues el movimiento de sus brazos lo dejo ver su pecho perfectamente moldeado y sus senos que aunque no eran voluptuosos, eran de un tamaño ideal para la figura de Candy, conforme salió del agua la respiración de Albert se volvió más agitada, Candy agitaba el agua con sus largar y torneadas piernas, se acerco a él y tomándolo de la mano le dijo muy cerca de su rostro.
---Que pasa Albert porque no entras el agua esta deliciosa ---Albert tragando en seco le contesto
---Seguro que si Princesa --- y dejándose guiar por ella ambos se zambulleron en el agua
Albert por primera vez la vio en todo su esplendor, era una chica joven, bella, hermosa, de largas y torneadas piernas, de cabello rizado que le llegaba hasta los hombros, con una linda figura, y unos ojos color esmeralda donde podía reflejarse cada que la veía, si, por primera vez la veía y era hermosa, que hermosa es se dijo para sí mismo y continuo observándola mientras ella se alejaba de él para alcanzar una roca que se encontraba en medio del lago.
Albert era un buen nadador y pronto la alcanzo, ella continuo nadando por un buen rato mientras él la observaba, de vez en cuando la seguía, cuando la alcanzaba jugaban como unos chiquillos aventarse agua al rostro, Candy sonreía complacida de poder disfrutar ese momento a solas con él y para él hacerla feliz era su mayor alegría, así que paso un buen tiempo en que ambos disfrutaron, nadaron y jugaron en el lago mientras la noche los envolvía con la luz de las estrellas, poco después ambos se dejaron caer en la roca donde descansaron por un momento, Albert empezó a platicar sobre la fiesta de presentación, Candy recordó algo que había pensado cuando venían de camino a la mansión y pensó en preguntarle directamente.
---Albert has pensado ¿con quién iras a esa fiesta?
---¿A qué te refieres?, princesa
---Si, ya sabes, la tía Elroy, te ha dicho quien será tu acompañante, ya ves que tiene una lista de señoritas para Anthony, seguro que tendrá una para ti, o ¿ya has escogido a tu acompañante?,--esto último lo dijo casi en un susurro
---Si Candy, ya escogí a mi acompañante –dijo Albert mirándola de soslayo
---Oh, me lo imagine, sabes si la tía tendrá una lista de caballeros para mí también --dijo con la mirada baja
---No la tiene Candy, le deje bien claro que tu irías con la persona que desearas, así que no te preocupes, --le dijo el rubio mirando su reacción
---Pero con ¿quién puedo ir?, no conozco a nadie y además…
---¿Además que Candy?
Candy se quedo callada, mirando el azul profundo del agua que bañado con la luz de las estrellas daba cierto reflejo de luz en la roca, por un momento no supo que contestar, Albert esperaba su respuesta con una ligera sonrisa en los labios
---¿Candy?
---Solo…solo pensaba que me gustaría mucho poder ir contigo…pero…pero tú ya escogiste pareja y yo…y a mí…me hubiera gustado serlo
---jajajaja jajaja Candy claro que yo ya escogí con quien ir, solo esperaba el momento de preguntarte ¿aceptas ser mi pareja para ese baile?, pues solo si me aceptas iría contigo de otra manera me presentaría solo
Candy al escuchar aquellas palabras de la emoción se volteo tan rápido que estuvo a punto de resbalar por la roca, por lo que Albert la tomo del brazo y la acerco hacia él, con un movimiento natural que los dejo a ambos muy cerca él uno del otro, Candy pudo ver su reflejo en esas pupilas azules, mientras él observo como brillaban esas esmeraldas, por un instante se quedaron entrelazados en esa mirada sin poder articular palabra, sintiendo el latido de su corazón, el primero en romper aquel mágico momento, fue Albert quien acomodándose en la roca desvió la mirada para posteriormente volverla a mirar y preguntarle.
---Y bien que dices, ¿aceptas ser mi pareja?
Candy al ver lo que él había hecho poso ambas manos en la roca para afianzarse mejor y contesto
---Claro me encantaría, después de todo no conozco a nadie –dijo con una sonrisa en los labios y creo que no quiero conocer a nadiedijo para si
Albert al verla un poco tensa le propuso una carrera a la orilla mientras pensaba me alegro que me aceptaras, creo que no me gustaría verte del brazo de nadie más. Ambos se zambulleron en el agua y nadaron hasta la orilla, Albert dejo que se adelantara solo un poco, pero al final él gano la carrera y al salir la ayudo tendiéndole la mano.
Al regresar a la cabaña iban platicando por el sendero que conducía a la misma bajo la luz de las estrellas y la luna, Candy iba tarareando una canción mientras Albert se deleitaba escuchándola
---Sabes Albert ha sido maravilloso pasar un tiempo juntos, te lo agradezco
---De nada Preciosa…---Albert dejo inconclusa la frase al darse cuenta que le había dicho preciosa en vez de princesa como siempre le decía, ella al escuchar lo que él había dicho volteo a verlo sin decir nada, sintiendo como se sonrojaba con su comentario
Al volver a la cabaña, Albert decidió encender la chimenea mientras Candy se duchaba, al salir del baño solo se puso el camisón y la bata de seda que estaba en el armario, un juego de elegante diseño en color rosa pastel, se cepillo su cabello y lo dejo suelto como lo hacía cada noche, salió a la sala, el calor que la inundo fue avasallador, la estancia era cálida y acogedora pero lo que en verdad hizo que su cuerpo reaccionara fue ver a Albert solo portando los pantalones, pues se encontraba descalzo y sin camisa dejando al descubierto sus pectorales, sus bien torneados y marcados brazos así como su abdomen plano que acentuaba su cintura aun más, el corazón de Candy latió aun con más fuerza, Albert al sentir su mirada volteo a verla e indicándole con un movimiento de la mano que se acercara, ella sin dudarlo así lo hizo y se encontró de pronto sentada a su lado con una taza de humeante chocolate y con las galletitas que tanto le gustaban acurrucada en el sofá que compartían ambos, él con un movimiento natural se coloco la camisa pero dejo desabotonada la parte superior
Albert y Candy platicaron un momento mientras tomaban su refrigerio, Albert al terminar, tomo de la mesita de al lado un libro que había empezado a leer hacia poco, a Candy le gustaba que le leyera pues podía escuchar su dulce voz mientras lo hacía.
Al terminar de saborear el chocolate y deleitarse con las galletas, Candy bostezo ligeramente situación que Albert aprovecho para tomarla entre sus brazos y acomodarla en su regazo, mientras continuaba con su lectura, Candy disfrutaba de ese momento, la voz de Albert era dulce y varonil al mismo tiempo, conforme paso el tiempo y la lectura avanzo, Candy se fue quedando profundamente dormida en los brazos del rubio quien al darse cuenta que ella se había quedado dormida dejo el libro en la mesita y levantándola en brazos la llevo a hasta su habitación donde la arropo y antes de salir deposito un beso en su frente
---Dulces sueños Preciosa –Candy se acomodo en la cama mientras sus labios mostraban una ligera sonrisa
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Mientras tanto en la mansión de las rosas, los chicos llegaban y se dirigieron a la sala del té, les gustaba mucho pasar el tiempo en esa mansión veraniega, le pidieron a la chica de servicio que les llevara unas bebidas mientras ellos empezaron a platicar sobre la fiesta de Albert y a quien llevarían.
---Dime Archie llevaras a esa chica con la que últimamente has salido, ¿cómo se llama?
---Si, ya la invite es Annie Britter, y tu ¿ya pensaste con quien iras?
---Pues no lo sé, seguro que terminare invitando a Alice Murray o tal vez a Isabel Macallister
---Pues si tuviera que elegir entre ellas supongo que escogería a Alice, es muy delicada y tierna igual que Annie
---Si tal vez la invite a ella, a mí también me gusta un poco, esos ojos azules son muy expresivos aunque es menos tímida que Annie ¿No lo crees?
---Jajaja, si Annie es algo tímida pero me gusta, creo que tenemos mucho en común, a ella le gusta estar siempre a la moda y le encanta tocar el piano, cuando voy a su casa siempre terminamos tocan el piano juntos, tiene una sensibilidad que me atrapa
---Vaya, parece que si te atrapo después de todo –dijo el rubio burlándose de su primo
---Si, creo que sí, aun no le he pedido que sea mi novia ni mucho menos, pero me encanta su compañía
---Que bueno, pues yo tengo algunos días aun para pensar en quien será mi acompañante, solo espero que mi tía no se me adelante y elija a alguien que no me agrade tanto
Ambos chicos rieron de buena gana y siguieron platicando sobre sus planes para el colegio y demás cosas sin mucha importancia hasta que llego la hora de la cena.
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A la mañana siguiente Candy se sentía feliz y extasiado había pasado la noche con Albert en la cabaña como había sido su deseo pero no solo eso habían nadado juntos a la luz de la luna y bajo las estrellas y algo que la tenía aun soñando era saber que sería su pareja en el baile de su presentación todo era en conjunto algo maravilloso para empezar ese nuevo día en que cumplía 17 años, por fin dejaba atrás la adolescencia, se sentía más segura de sí misma y sobre todo más hermosa, las curvas que delineaban su cuerpo eran un poco más marcadas haciendo que su figura fuera aun más atractiva, no es que fuera vanidosa, pero se sabía bonita, al recordar que Albert la había llamado Preciosa se sonrojo nuevamente, el aroma de café recién hecho le llego de pronto por lo que estaba a punto de levantarse cuando tocaron a la puerta e inmediatamente apareció Albert con una bandeja en las manos, llevando el desayuno consigo.
---Buenos día princesa, feliz cumpleaños, ---dejando la bandeja en la mesita de a lado, tomo la rosa que llevaba y se la dio a Candy, quien al verla le dio un abrazo y un beso a Albert
---Wooow gracias Albert, iba a levantarme para bajar a desayunar pero me has ganado, que hermosa rosa, gracias –dijo tomando la rosa y observándola detalladamente
---Se que alguna vez Anthony te regalo la Dulce Candy pero esta rosa, --dijo señalando la hermosa rosa que Candy tenía en la mano—es mi favorita, --dijo mientras le guiñaba un ojo
---¿En serio?
---si, se llama Rosa William Shakespeare, y es mi favorita
---Oh, es muy bella Albert, muchas gracias, en verdad, me gusta mucho, gracias –dijo nuevamente mirándolo a los ojos, Albert tomo la bandeja de la mesa y colocándola en la cama anuncio
---Bien, es hora de desayunar, pues aun tenemos cosas que hacer
---¿En serio?, pensé que ¿podríamos pasar más tiempo juntos?
---Y lo haremos princesa solo que no aquí, que te parece visitar a tus madres en el Hogar de Pony podemos ir, tenemos los caballos y será más fácil ¿qué dices?
---Adelante, sabes que adoro visitar el Hogar de Pony cada que puedo
Ambos desayunaron se alistaron y cuando estuvieron listos partieron al Hogar de Pony, donde los esperaban todos reunidos para darles la bienvenida
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Esa mañana los chicos se levantaron muy temprano pues habían quedado con Albert que ellos llevarían todo lo necesario para la comida al hogar de Pony, mientras Candy estaba con Albert y así le darían la sorpresa, sabían que a ella le encantaba estar con sus madres y con los niños pero lo que no sabía era que ellos planearon todo un banquete para su cumpleaños, así que una vez que estuvieron listos, partieron rumbo al Hogar, donde la ya los esperaban además de los niños Tom y Jimmy, quienes también festejarían el cumpleaños de su hermana, como ellos la llamaban, entre todos los chicos del Hogar de Pony había nacido ese sentimiento, habían pasado tantos años juntos que para ellos los demás eran su familia, sus hermanos.
Cuando ya todo estaba listo, Anthony se dispuso a jugar con los niños mientras Archie, les daba un paseo en el auto por los alrededores, Tom y Jimmy subían a los más pequeños en los caballos para que pudieran dar un paseo pues no siempre podían hacerlo, la Señorita Pony y la Hermana María veían a sus niños y estaban muy agradecidas con los chicos pues hacían todo con tal de complacerlos aunque solo fuera un día, algo que los niños recordarian durante mucho tiempo
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Al llegar Candy y Albert ya todos estaban listos y solo esperaban a Candy la festejada, para dar comienzo a la fiesta, la rubia se alegro mucho de ver ahí a todos, pero se alegro aun más al darse cuenta que Albert había nuevamente organizado algo para ella, la emoción salto a sus ojos que sin querer mostraron un pequeño indicio de lagrimas, unas que no llegaron a salir pues Albert al verla tan emocionada fue directamente a ella para felicitarla nuevamente y darle la oportunidad de ocultar su rostro en su pecho, ella le dio las gracias con un beso depositado en su mejilla y soltándose salió en dirección de Anthony y Archie para recibir también sus felicitaciones así como las de todos los demás
Capitulo 9
Albert y los demás habían regresado a Chicago, los chicos se fueron a su colegio mientras Candy siguió con sus clases de enfermería pues ese era casi el último mes de clases, si todo salía según lo previsto se graduaría un poco antes de la fiesta de Albert, pocos días después, al medio día Candy recibió una visita de los más inesperada, conforme se acercaba a la sala de espera, vio a la chica que la esperaba, se encontraba de espaldas a ella y se veía algo nerviosa e impaciente, al llegar hasta ella, Candy la saludo
--Hola Annie, que sorpresa que te encuentres aquí, ¿Estas enferma?
---No, no nada de eso, lo que sucede es que…habrá algún lugar donde podamos hablar a solas sin nadie que nos interrumpa --le dijo la chica
Candy la condujo a un consultorio que sabía que se encontraba vacío y le dio el pase cerrando la puerta tras de ella
---¿Dime Annie de que deseas hablar?
---Candy, no sé por dónde empezar
---¿A qué te refieres Annie?
La chica se tomo las manos en actitud nerviosa, pero tomando aire empezó a hablar---Es sobre Archie
Candy levanto al ceja en forma interrogativa pero no dijo nada, Annie continuo hablando—Estoy decidida a decirle la verdad, que soy huérfana y que tu y yo crecimos juntas
Candy lanzo un gemido y se llevo las manos a la boca cuando iba a hablar, la pelinegra se lo impidió con un ademán de la mano
---Me entere que él a convivido con los niños del Hogar de Pony, que en tu ultimo cumpleaños lo paso ahí junto a la señorita Pony y la hermana María, se que te pedí que no le dijeras a nadie sobre mí, y has cumplido tu promesa, pero ahora se que Archie no me despreciaría por ser una huérfana y como me ha invitado a la fiesta de la presentación del señor William Andrew, creo que es hora de que le cuente la verdad, solo quería decirte, para que estés enterada y me des tu opinión
La rubio se quedo de momento sin palabras y unas lagrimas asomaron a sus ojos, se acerco a la chica y la abrazo ---Annie no sabes cuánto me alegro que por fin podamos decir que nos conocemos y no solo saludarnos cuando nos hemos cruzado en algún parque, cuando vas del brazo de Archie, para mí él siempre ha sido muy especial, se que muchas personas piensan que solo le importa la moda y estar elegante, pero en realidad tiene un gran corazón y para nada es frívolo, para él las clases sociales no son lo más importante, se que él siente algo por ti y siento que debes confesarle la verdad y me alegro que hayas tomado la decisión, ¿cuando piensas decírselo?
---Tal vez antes de la fiesta o posiblemente después aun no me decido
---Entiendo, te deseo suerte, se que el comprenderá y claro que no te rechazara eso es seguro, ten confianza Annie, que todo saldrá bien, por cierto ¿has pensado en como reaccionara tu madre cuando se entere?
---Si Candy he pensado mucho en ello, pero la verdad no quiero perder a Archie y creo que debo decirle la verdad, estoy decidida
---Te felicito Annie
---Gracias Candy, pues eso era todo, ahora debo irme
Ambas chicas salieron del consultorio y se despidieron en la sala de espera
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La fiesta de Albert estaba a la vuelta de la esquina y todos corrían para tener todo listo, la tía Elroy le había pedido a Albert que se cambiara a la mansión unos días antes pues ya no era bueno que siguiera viviendo en ese apartamento, pues era necesario su presencia en la mansión para arreglar cualquier cosa que surgiera en el último minuto. Los invitados empezaban a llegar y era necesaria su presencia sobre todo para recibir a los ancianos del concejo, pues ellos habían estado al frente de las empresas la mayor parte del tiempo, mientras William crecía, ahora todo recaería en sus hombros aunque aun los señores tuvieran voz en algunas decisiones, pero la última palabra era la de él, por eso era importante que él estuviera en la mansión, Albert no estaba muy convencido pero al final accedió.
Candy, se sentía triste ante la inminente partida de Albert, pues en esos pocos meses de convivencia se había acostumbrado a su presencia, a las pláticas que mantenían antes de dormir, las sesiones de lectura que ambos disfrutaban sentados en el sofá con un buen libro en la mano, algunas veces leyendo en voz alta para él otro, los días de descanso en que paseaban por el parque o iban a cualquier restaurant o cafetería a tomar un café y algunos pastelillos de chocolate los preferidos de ella, pero sobre todo Candy extrañaría su presencia, su aroma, la calidez de sus brazos cuando llegaba del hospital y él la recibía con un beso y un abrazo, nada más cruzar la puerta.
Albert sentía casi lo mismo pues sabía que una vez que ocupara su lugar en las empresas y en la familia nada volvería a ser igual, extrañaría a Candy más que a nada en el mundo, para él ella se había convertido en su mundo, en su hogar, en su mejor amiga y compañera, esa espontaneidad de ella, su alegría, su vivacidad era algo que a él le gustaba tanto de ella, pero sobre todo eran los abrazos, las caricias, los besos, los momentos compartidos los que atesoraba en lo más profundo de su corazón.
Cuando hubo terminado de empacar todo y George se había ido con el último paquete que mandaría a la mansión, Candy sin poder evitarlo se arrojo a sus brazos y abrazándolo por la cintura le dijo lo mucho que lo echaría de menos, lo mucho que lo extrañaría, pero sobre todo lo mucho que le agradecía por haberla dejado compartir ese tiempo con él.
Albert con los ojos humedecidos por las lagrimas contenidas, la abrazo aun más fuerte y le dijo
---Princesa, no me voy al otro lado del mundo, solo viviré en la mansión, tu puedes ir conmigo, si lo deseas
---No Albert mi lugar no está ahí, hace tiempo que lo sé, la tía abuela no ha terminado de aceptarme
---Candy, sé que mi tía es algo severa algunas veces pero…pero dale la oportunidad de conocerte, seguro cambiara de opinión cuando realmente te conozca como yo
---No Albert, deseo seguir aquí, como ya lo habíamos platicado antes, al menos quiero terminar mis estudios, ya posteriormente decidiré, si continuo en la ciudad o vuelvo al Hogar de Pony, aunque tal vez haga más falta aquí, ya ves que con eso de la guerra de vez en cuando se enlistan jóvenes americanos que regresan lesionados y heridos del frente y aunque no son tantos como debe de ser el Europa, quiero ayudar en lo más posible a que se restablezcan.
---Preciosa recuerda que lo que tú decidas para mi esta bien, solo deseo que seas feliz y si tu decisión el día de mañana es regresar al Hogar de Pony no me opondré, solo quiero que recuerdes que te quiero, te quiero mucho y me gustaría poder seguir manteniendo comunicación pero sobre todo quisiera que estés cerca pues me harás mucha falta
---Oh Albert, no quiero que te vayas, yo también te quiero mucho
Ambos continuaron abrazados sin darse cuenta que el tiempo pasaba a su alrededor, para ambos era difícil esa separación después de todo lo compartido, pero era aun más doloroso para ellos, el no haberle dicho al otro lo que su corazón deseaba en realidad
Capitulo 10
Menos de una semana antes de la fiesta de la presentación llego Stear a la mansión acompañado de una linda señorita que respondía al nombre de Patricia O´Brien, tanto su hermano y su primo se dieron cuenta enseguida que el inventor no tenia ojos para nadie más que para ella, en cuanto llego la presento como su novia, algo que sorprendió a la tía abuela Elroy, pero que a los chicos les gusto mucho, ahora sabían cual era en realidad el motivo de la ausencia de Stear en el cumpleaños de Candy, pues de seguir soltero y sin novia hubiera asistido a pesar de que se encontrara estudiando en Boston.
La chica tenia la misma edad de Stear y no solo eso compartía con el su interés en las ciencias carrera que estudiaba en el Tecnológico, Albert al conocerla le complació que fuera tan inteligente e independiente pues después de todo su familia continuaba en Inglaterra por causa de la guerra no habían podido salir, ella al igual que Stear vivía en la Universidad y solo mantenía correspondencia con su abuela que vivía en Florida
Ese mismo día llegaron a Chicago los Legan, con sus hijos y el prometido de Eliza, Terrius Grandchester, quien los acompañaba en ese singular evento, pues después de todo formaría parte de la familia en apenas unos cuantos meses, por lo que de acuerdo a las reglas sociales, no había inconveniente en que asistiera a la presentación del Patriarca de la familia de su futura esposa, el recibimiento afectuoso y caluroso de Stear y Paty contrasto con el recibimiento de Sara, Richard y sus hijos, los cuales después de todo seguían siendo muy cortantes y fríos en su trato.
A Albert le cayó bien el chico Grandchester después de todo, era lo que se esperaba de la nobleza inglesa, un chico arrogante aunque educado, a Archie definitivamente no le cayó bien, y solo lo saludo por educación evitando en lo posible dirigirse a él con el apodo que le había ´puesto tiempo atrás Duquesito, Paty al verlo hizo una ligera reverencia después de todo era el hijo de un Duque y aunque en Estados Unidos no había realeza ella era Inglesa y conocía perfectamente al chico pues su padres trabajaban en el parlamento, Terry al darse cuenta del recibimiento de Paty, le tomo la mano y le dio un beso en los nudillos haciéndola ruborizar al instante, algo que no paso desapercibido por su prometida que inmediatamente lo tomo del brazo.
Cada uno de los invitados fue conducido a su habitación para poder descansar del largo viaje y estar listos a la hora de la cena, Terry solo se ducho y salió de la habitación, pues quería conocer el jardín que en cuanto lo vio lo atrajo profundamente, además de que la decoración de la mansión le llamo mucho la atención, era una mansión suntuosa con decorados esplendidos y cortinajes de terciopelo en las ventanas, las cuales iluminaban la amplia sala y el salón principal, la persona que la había decorado tenía muy buen gusto eso era innegable, al dar la vuelta para salir de la estancia se topo con Albert quién lo saludo y lo invito a tomar una copa en la biblioteca, donde charlaron amenamente, Albert se pudo dar cuenta que el chico aunque arrogante era un buen tipo.
---Asi que tu eres el Patriarca de esta familia, jajaja estaba seguro que me toparía con un tipo viejo y enfermo jajaja
---Seguro eso piensa todo el mundo, menuda sorpresa se llevaran al verme jajaja
---Si algo parecido les paso a Eliza y a Neil, aunque no me dijeron mucho me dieron a entender que me llevaría una sorpresa y mira, así fue
---Vaya así que ya sabias algo
---Digamos que Eliza solo me dijo que al final no eras como lo había pensado y que al parecer no te había visto nunca
---Si en eso tiene razón, desaparecí de la vida de todos cuando tenía ocho años, así que ella no me conocía, pero al parecer no se sorprendió tanto al verme, seguro que esperaba a un anciano jajajaja
---Como te digo, una noche me comento que no eras como te había imaginado, seguro su padre hablo con ellos o alguien les dijo algo pues Neil también lo confirmo
---Entiendo, seguramente así fue y dime ¿cómo te llevas con Neil?, porqué supongo que con Eliza las cosas van de maravilla o ¿me equivoco?
---La verdad con Neil me llevo bien, no es que lo trate mucho pero si me llevo bien, desde que llegue a Nueva York he estado algo ocupado viendo algunas escuelas y la posibilidad de estudiar aquí, debido a la situación de Inglaterra y esta guerra que no sabemos cuándo acabará, con Eliza aunque no lo creas y te sorprendas me llevo muy bien, es una chica encantadora
---Si tú lo dices, te creeré jajaja
---Se que tiene su carácter, pero yo también tengo el mío así que creo que por eso nos llevamos bien jajaja
---Sabes Terrius me caes muy bien
---Dime Terry, William, así me dicen mis amigos
---Dime Albert, Terry, así me dicen mis amigos
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A la hora de la cena, la tía Elroy dispuso los lugares entre los varios invitados que ya se encontraban en la mansión, para la fiesta, por lo que los Murray con sus hijos Alice y Alexander “Alex”, los Britter, con su hija Annie, los consejeros, así como los Legan con Terry y los chicos Andrew junto con Paty tomaron sus lugares precedidos de Albert y la tía abuela, por obvias razones Annie y Alice ahora conocían la identidad del Tío abuelo William, pero como sus familias eran tan allegadas a la familia Andrew no dirían nada sobre la identidad de William hasta llegado el momento
Capitulo 11
Candy como siempre se levanto tarde, se ducho a la carrera y desayuno solo un poco de café con un pastelillo había quedado de estar en la mansión a las 10 de la mañana y ya eran pasadas de las 9:30 am así que tendría que correr para llegar a tiempo, Albert le había recordado que todos tenían que estar listos para el almuerzo y ella como su pupila debía asistir a tan importante reunión pues en ella conocería a los hombres que formaban parte del concejo además de que debían como familia estar listos todos en la mansión antes de la llegada de todos los invitados ya que la presentación sería por la tarde y no quería que ella se perdiera de nada, pues tenía intenciones de presentarla ante toda la familia debidamente.
Al llegar a la calle se subió al primer carruaje que paso y le indico que la llevara a la mansión Andrew, no había necesidad de dar la dirección pues la mansión era una de las más importantes de la ciudad y como todo mundo sabía, ese día se celebraría un importante acontecimiento, sin darse cuenta llego a la puerta de la mansión le pago al chofer y antes de tocar ya le estaban abriendo la puerta, un lacayo de la familia la condujo hasta el interior donde enseguida fue recibida por Archie.
---Gatita qué bueno que estas aquí, ---la abrazo y en un susurro le dijo –Eliza y Neil están en la mansión con su Duquesito
---Hola Archie me alegra verte –dijo la rubia al momento que el joven se separaba de ella
---¡¡¡Candy!!! Qué alegría verte, --dijo Stear acercándose a ella y abrazándola al mismo tiempo que depositaba un beso en su mejilla ---mira te presento a mi novia
---¡¡¡Tu novia!!! Vaya sorpresa –dijo la rubia volteando hacia la señorita que se encontraba al lado del chico
---Paty O´Brien, ella es Candy White Andrew, de quien te he hablado antes ---comento el chico con una sonrisa en los labios
---Mucho gusto ---dijo la castaña
---El gusto es mío ---contesto la rubia, quien al voltear nuevamente la mirada hacia Archie para preguntarle por Annie se encontró con un par de ojos color zafiro de mirada penetrante que la escudriñaban muy atentamente, antes de que pudiera formular alguna palabra, a sus espaldas escucho una dulce voz que hizo que su corazón palpitara aun más de prisa si se podía
---Candy que bueno que has llegado, me tenias muy preocupado. Ella volteo con una sonrisa en los labios a ver a su interlocutor, olvidándose momentáneamente de todos los demás, Albert que era quien le había hablado, la abrazo con fuerza y dándole un beso en la frente le dijo ---Ahora si está todo bien, la persona más importante ha llegado---Candy se ruborizo al escuchar aquellas palabras, al girar nuevamente para ver nuevamente al joven de la mirada penetrante lo encontró al lado de la pelirroja, quien ya lo tenía tomado del brazo
---Hola Candy, ¿como estas? --- dijo Eliza
---Hola Eliza, estoy bien, gracias, veo que tu luces esplendida
---Si así es –dijo con un ademan de la mano que dejo ver a la rubia el magnífico anillo de compromiso que portaba en la mano izquierda ---Te presento a Lord Grandchester Conde de Strathearn, Terrius Grandchester, hijo del Duque de Grandchester, mi prometido
Archie que se encontraba muy cerca de ellos pero a espalda de Eliza solo hizo una mueca al escuchar la presentación del prometido de Eliza, provocando la risa de Stear y de Annie, quienes estaban al lado de él
---Es un placer conocerlo --dijo la rubia, sin saber muy bien como saludarlo, al final tendió un poco la mano, que Terry tomo inmediatamente para depositar un beso en sus nudillos
---El placer es mío, llámeme solo Terry, es Usted muy hermosa si me permite decirlo ---Candy se sonrojo y los demás solo observaron la reacción de Eliza quién tuvo que controlar su rabia, pues estaba en presencia de su prometido y del patriarca para quién no paso desapercibida la mirada que el joven le dedicara a su pupila
Para aliviar la tensión del momento Anthony que aun no saludaba a la chica se acerco a ella y la saludo
---Hola Candy, me alegro que ya estés aquí, como bien dijo mi tío, ahora que ya estás aquí, ya todos estamos listos para el almuerzo, te parece si vas a tu habitación para cambiarte---dijo tendiéndole el brazo para que ella lo tomara, la rubia tomando el brazo que le ofreció se dejo conducir por él hasta las escaleras donde la escolto a su habitación para que se cambiara
Mientras en la sala todos intentaban hacer menor el momento embarazoso que se había producido instantes antes, Albert saludo a Paty y Annie, mientras Terry y Eliza salían un momento al jardín, por las escaleras iba bajando Neil listo para el almuerzo del brazo de la tía Elroy.
Candy con la ayuda de Dorothy, se cambio de ropa y se puso un vestido de corte ajustado que enmarcaba un poco su cintura con un ligero escote que dejaba al descubierto un poco de piel de sus redondeados senos, su cabello lo dejo caer por sus hombros y espalda acomodando solo un poco sus rebeldes rizos, cuando estaba lista, coloco un poco de perfume en la base de su cuello y unas gotas en el revés de sus muñecas, ese era el único toque de glamur que se permitía en ciertas ocasiones y esa era realmente una ocasión especial pues comería con la familia al completo y con los concejeros de Albert, sin contar con la presencia de la tía Elroy a la que no había visto a su llegada, pero que en cuanto apareciera, seguro encontraba algo que reprocharle
Una vez que estuvo lista salió al pasillo y se encontró de frente con Neil quien había subido por algo a su habitación, Candy lo saludo con cortesía mientras él hacía lo mismo, Candy se giro para caminar hacia las escaleras cuando escucho la voz de el chico castaño que le dijo.
---Candy, si me lo permites puedo acompañarte hasta la sala solo vine por algo a mi habitación
Candy un poco indecisa en aceptar, miro a ambos lados del pasillo pero al no ver a nadie miro nuevamente al joven quien le sonrió de manera franca, por lo que acepto su compañía
---Muy bien Neil, te espero
---Dame solo un segundo no tardo, --dijo el castaño dirigiéndose rápidamente a su habitación, al entrar dejo la puerta entreabierta y salió casi al mismo tiempo, para ofrecerle el brazo a la rubia
---¿Vamos?, me han dicho que ya conociste a Terry
---Oh si, --dijo para enseguida quedarse callada
---Espero que no te haya molestado, es algo arrogante
---¿En serio?
---Si a mí al principio me caía muy mal, pero cuando Eliza se hizo amiga de él y ahora que están comprometidos, lo he tratado más y me cae bien, aunque tiene sus momentos jajaja
Al llegar a la escalera, Candy pudo observar que todos se dirigían al comedor.
---Vaya al parecer he bajado a tiempo, no me gustaría que la tía Elroy me regañara por llegar tarde
---Al parecer hemos sido puntuales, Candy –acercándose un poco a ella, solo le susurro ---la verdad no se que estaba pensando mi primo al dejarte libre, eres muy hermosa
Candy se sonrojo, pues claramente, Neil por primera vez no la había tratado mal, y hasta la había halagado ---Gracias Neil ---alcanzo a contestar ella antes de que Albert le dirigiera la mirada y con un además imperceptible le indicaba que se acercara, ella soltándose del brazo de Neil, fue hasta donde estaba Albert quien le indico que su lugar era justo al lado de él a su mano derecha, Candy tomo lugar como le indico Albert y todos los demás tomaron asiento, para Eliza no paso desapercibido que la huérfana tenia mejor lugar que ella, pero oculto muy bien sus emociones, no quería molestar a nadie sobre todo después de la advertencia de su padre, así que se dispuso a tragarse su coraje, aunque pensándolo bien, yo seré condesa en muy poco tiempo y algún día Duquesa, y por lo tanto siempre estaré por encima de ti dijo para sí misma dirigiéndole una sonrisa fingida a Candy cuando ambas cruzaron sus miradas
La mirada de Terry estaba clavada en la rubia, a quien encontraba hermosa y por alguna razón le causaba gracia que su prometida se sintiera ofendida con su presencia, pues la mirada de esta no paso desapercibida para él así como la sonrisa fingida que le dirigió, tras observar a los rubios durante la comida se dio cuenta de ciertas miradas y gestos entre ellos que le indicaron que entre esos dos había algo que ni ellos mismos confesaban pero que a leguas se veía
La comida transcurrió sin incidentes y los concejeros felicitaban a Albert con beneplácito por tomar las riendas de las empresas, así mismo le dieron algunos consejos de última hora y detalles de ciertos contratos que eran importantes revisar inmediatamente, Candy solo escuchaba la larga lista de acciones, inversiones, clientes, y demás cosas que ella no entendía, pero que al parecer tenían toda la atención de Albert, lo que ella no sabía era que en realidad toda su atención estaba en la rubia
Capitulo 12
Llego la hora de la fiesta de presentación y todos lucían perfectos en sus smoking en el caso de los caballeros y vestidos de noche para ellas, Eliza portaba además joyas obsequio de su prometido las cuales lucia de manera magnifica, todos los ahí reunidos, no daban crédito a la belleza de Eliza a su porte y mucho menos que hubiera podido pescar a uno de los jóvenes de la nobleza tan joven y tan guapo, quien clásico en él lucia de manera exquisita y rivalizaba en sus modales con el elegante Archie, a quién no le hacía mucha gracia saber que era comparado con el Duquesito como lo llamara él
Annie y Paty lucían muy bellas junto sus respectivos novios esperando el momento de la presentación al pie de las escaleras, junto a su primo Anthony quien iba acompañado por la tierna y dulce Alice Murray, quien también lucia magnifica con la elección de su vestido, en los últimos días había pasado mucho tiempo en compañía del rubio algo que era del total agrado de la tía Elroy quien al darse cuenta, manifestó su beneplácito por tan brillante elección por parte de su sobrino, después de todo la familia Murray era descendiente de escoceses al igual que los Andrew, y la madre de Alice era Dama distinguida y honorable dentro de la sociedad de Chicago, al lado de los chicos Andrew se encontraban los Britter, padres de Annie y los Murray, padres de Alice con su otro hijo mayor Alexander “Alex” de hermosos ojos color azul y una sonrisa perfecta de cabello rubio rojizo perfectamente peinado pero que en la frente un mechón le caí de forma natural dándole una apariencia jovial y rebelde a la vez, el Doctor Murray tenía poco trabajando en el Hospital Santa Juana
Durante la comida se había percatado que Candy era una de las enfermeras del hospital pero no tuvo la oportunidad de hablar con ella antes de la presentación, la buscaba con la mirada entre los invitados sin saber que ella no se encontraba en el salón pues de acuerdo a Albert quería que bajara junto con él, al momento de su presentación por lo tanto se encontraba en su habitación ultimando con Dorothy los últimos detalles de su vestuario, Albert poco después de la comida la había llevado a su habitación para entregarle una gargantilla y un brazalete de esmeraldas y aguamarinas que deseaba que luciera esa noche, ella al principio no quería aceptarlas pero él había insistido tanto que acepto portarlas con orgullo por ser un obsequio de él, su amigo, su confidente, su apoyo pero sobre todo por ser algo que él le daba, con mucho cariño
A la hora convenida, Albert paso por ella y al verla lista casi se le fue el aliento se veía tan hermosa, Candy al verlo solo atino a sonrojarse pues él también se veía guapísimo y muy elegante con su traje de diseñador, le ofreció el brazo y ambos caminaron por el pasillo en dirección de las escaleras, abajo los músicos tocaba un vals suave y todo mundo estaba bailando Stear y Paty hacían muy bonita pareja al igual que Archie y Annie, Anthony había invitado a bailar a Alice Murray su pareja esa noche pero quien más llamaba la atención era la pareja conformada por Terry y Eliza, quienes se deslizaban por la pista de baile de tal manera que parecía que flotaban
El primer en darse cuenta de la llegada de la rubia fue Alex Murray quien no pudo quitar la mirada de ella, se veía hermosa y resplandeciente en ese vestido que acentuaba muy bien sus curvas, pero al mismo tiempo era elegante, las joyas que portaba le daban un toque de sofisticación a la vez, de pronto la música seso y todos escucharon las palabras de la matriarca de la familia quien se dirigió a los invitados
---Queridos amigos, socios y familiares, les agradezco su presencia esta noche, que para la familia Andrew es tan importante, después de mucho tiempo y sobre todo de mucha expectativa es para mí un honor presentarles al patriarca de la familia, presidente de la compañía y sobre todo mi muy querido sobrino William Albert Andrew –al termino de hablar indico con una mano a la pareja formada por Albert y Candy y añadió –Con su pupila la señorita Candy White Andrew ---el salón se lleno de murmullos, algunos expresaban sorpresa por la juventud del patriarca otros por la belleza de su acompañante
---Buenas Noches, es para mí un honor conocerlos a todos, algunos ya me conocen aunque no sabían en realidad mi identidad ---dijo Albert con una sonrisa en los labios, ---Caballeros, damas continuemos con esta maravillosa fiesta ---dijo dirigiéndose a todos y tomando la mano de Candy ---Se que esta es una gran noche y planeo pasarla al lado de mi linda acompañante, la señorita Candy White Andrew, mi pupila
Alex Murray no podía dejar de ver a Candy, y otros ojos color zafiro tampoco pero no eran los únicos, Archie, Stear y Anthony se acercaron al ver la invitación de su tía para que lo hicieran, pues los fotógrafos tomarían placas para imprimir la primera foto del jefe de la familia Andrew, el acaudalado y misterioso William Albert Andrew, una vez terminada la sesión de fotos cada quien retorno con su pareja y continuaron bailando
Albert llevo a Candy al centro de la pista de baile donde comenzaron a bailar por primera vez para ambos fue una sensación tan intensa y deferente a la vez, Candy lo primero que pensó era que bailaba con su Príncipe, Candy hace mucho que no piensas en Albert como tu príncipe, porque empiezas justo ahora, mientras Albert al tenerla entre sus brazos no podía dejar de pensar que hermosa es, que hermosa luce con ese vestido, porque no me había dado cuenta antes
Varios pares de ojos no dejaban de mirarlos a lo lejos, algunos con envidia y otros con curiosidad, pues a leguas se veía que entre los rubios había cierta complicidad, compañerismo pero ante todo se veía un brillo en sus ojos que no todos sabían explicar que representaba, Eliza dejo de bailar un momento para dirigirse a su madre, pues no podía dejar de ver que Candy al parecer había logrado llamar la atención del patriarca
---Madre has visto, ahora ella es la acompañante del tío abuelo William, no puedo creerlo
---Eliza deja por la paz, esa idea, recuerda que ahora eres la prometida de Terry, quien es el hijo de un Duque, recuerda que en cuanto te cases serás condesa, así que deja que la huérfana siga al lado de el tío abuelo William, además recuerda lo que te dijo tu padre antes de venir, recuérdalo bien
---Si madre tienes razón, yo seré una condesa y estaré siempre por encima de esa huérfana
Niel quien esta ese momento se había mantenido al margen de todo, se acerco a su hermana para recordarle que su padre había hablado con ambos, y en ese momento su padre la miraba desde el otro lado del salón esperando alguna reacción de su parte, así que con una gran sonrisa la saco a bailar, mientras Terry seguía entretenido con algunos invitados que lo reclamaban para conversar con él, Albert mientras tanto había sido interceptado por algunos invitados que querían platicar sobre los negocios y presentarle a sus hijas se vio de pronto lejos de Candy quien se dirigía hacia los hermanos Cornwell cuando Terry se cruzo en su camino, sin poder negarse a bailar con él se deslizaron por la pista de baile con elegancia, Eliza alcanzo a verlos de lejos mientras bailaba con su hermano y no fue la única que los vio, Alex Murray también se percato que ella bailaba en ese momento con otro caballero y Albert se encontraba platicando con algunos inversionistas, así que cuando la pieza termino, se acerco a ellos para poder bailar con la rubia
Mientras bailaban Terry no dejaba de verla lo cual la ponía nerviosa, algo que no paso desapercibido por él ---Sera que no le gusta bailar conmigo, ---le pregunto, ella sin entender solo parpadeo, ---¿Creo que preferiría bailar con cierto caballero o me equivoco?---Sonrojada, ella intento contestar, pero al pieza había llegado a su fin
Cuando termino el vals, Terry con gran elegancia, deposito un beso en los nudillos de la rubia, diciéndole al mismo tiempo –-fue un placer bailar con Usted, linda señorita, ---Candy le dio las gracias y al levantar la vista vio al doctor Alexander Murray parado frente a ella, por lo que agradeciendo a la providencia por tener a su lado a alguien conocido y tener una excusa para poder alejarse de él
---Doctor Murray, es un gusto verlo
---Señorita Andrew, el placer es mío ---Terry al observar aquella muestra de familiaridad, se disculpo y se alejo en busca de su prometida quien ya lo esperaba al lado de su madre
---Gracias Doctor, en verdad que me salvo de la presencia de ese caballero
---Es un gusto señorita Andrew, aunque debo decir que me sorprende darme cuenta que es una Andrew
---Es verdad en el hospital nunca utilizo mi nombre completo esa es la razón y dígame Usted vino con…
---Con mi familia, Alice, es la pareja de baile de Anthony Brown
---En serio, Usted es hermano de Alice
---Por favor dime Alex, si Alice es mi hermana
---Vaya sorpresa, pues un placer saber que es el hermano de una chica tan linda
---Si así es ---la música empezó a sonar por lo que el joven le dijo ---Me complace con esta pieza –tendiéndole la mano
---Será un placer bailar contigo Alex –dijo la rubia
Ambos bailaron al compas de la música, los bellos ojos azules de Alex le infundían confianza a Candy y su sonrisa perfecta la cautivó, el joven tendría la edad de Albert y casi media lo mismo, lo único que los diferenciaba a lo lejos era el tono del cabello, pues Alex lo tenía rojizo, Candy se dejo guiar por él, cuando termino el vals, el joven la condujo con sus primos, a donde llego Albert, quien presentándose saludo al joven doctor
---William Albert Andrew –dijo tendiéndole la mano
---Alexander Murray, es un placer –dijo el galeno estrechándole la mano al rubio
---Si me disculpan me llevare a mi acompañante, deseo bailar con ella, pues estas últimas piezas me han atrapado algunos caballeros, sus sobrinos sonrieron ante sus palabras y Candy tomándolo del brazo se alejo en dirección a la pista de baile
El resto de la noche paso tan de prisa para ambos que cuando se dieron cuenta ya estaban despidiendo a los invitados, Candy fue escoltada por Albert a su habitación donde se despidió con un beso en la mejilla y dándole las gracias por su maravillosa compañía
---Gracias princesa, por ser mi acompañante, pase una noche maravillosa a tu lado
---De nada Albert, para mí también fue maravillosa
---En verdad, seguro conquistaste al doctor, no te quitaba los ojos de encima
---No digas eso, él solo fue amable conmigo
---Me alegra saberlo, Princesa ---Albert la miro directo a los ojos, acercándose lentamente rozo su mejilla con los labios y acercándose al oído le dijo ---Fue un placer bailar con mi princesa
Candy al sentirlo y sobre todo al escucharlo, se sonrojo y se estremeció, algo que no paso desapercibido para Albert y esbozando una sonrisa la abrazo
Capitulo 13
Después de la fiesta de presentación Albert se involucro de lleno en los negocios, mientras Candy era ascendida como enfermera al área de cirugía donde estaba asignado el doctor Murray, cada día almorzaban juntos algo que no les gusto mucho a algunas enfermeras a quienes les gustaba el joven doctor, pues además de ser guapo, elegante y joven, pertenecía a una de las mejores familias de la ciudad.
Alexander Murray deseaba conquistar a la rubia, de quien había quedado prendado desde antes de saber que era una Andrew, sabía que era una excelente enfermera y también sabía que no vivía en la mansión de los Andrew, pues ella misma se lo dijo durante la primera semana posterior a la fiesta donde habían coincidido, por lo que la mayoría de las veces la acompañaba hasta su departamento que se encontraba cruzando el parque, donde algunas veces daban un paseo antes de llegar al domicilio de la rubia.
Albert después de su presentación empezó añorar las tardes compartidas con Candy por lo que un día después de salir de la oficina, fue a buscarla al hospital donde se entero que ella ya había salido, así que dirigiéndose al departamento a lo lejos alcanzo a ver a una pareja de jóvenes caminado por la calle muy cercana al parque, enseguida se dio cuenta que la joven era Candy y al observar con más atención a su acompañante distinguió al doctor.
Los vi entrar al parque, al principio pensó en entrar y buscar a Candy pero luego se lo pensó mejor y siguió hasta el departamento donde la esperaría, después de todo ella era libre de salir con sus amigos y él no tenía nada que reprocharle, así que siguió andando hasta llegar al departamento, donde una vez dentro, se despojo del saco y se dirigió a la cocina para poner agua y tomarse un café mientras esperaba a la rubia
Alex y Candy, se sentaron en una banca próxima a la entrada y platicaron un rato, Alex ante todo era todo un caballero, por lo que solo se contentaba con pasar un rato en su compañía, Candy le tenía confianza al doctor, durante esas salidas poco a poco comenzó a platicarle de sus orígenes y porque no vivía en la mansión de los Andrew, la cual en el fondo no consideraba su hogar pues solo pertenecía a la familia porque Albert era su benefactor, su tutor, desde hacia tiempo, él se dio cuenta que para Candy más que benefactor o tutor, para ella Albert era alguien especial por quien sentía un cariño muy grande, conforme paso el tiempo Candy decidió que era hora de marcharse así que le pidió a Alex que salieran del parque, él se levanto y ofreciéndole su mano la escolto hasta su departamento donde se despidió como era su costumbre con un beso en los nudillos
Al llegar a la puerta del departamento enseguida supo que estaba Albert pues el olor del aromático café que había preparado llego hasta ella, abrió la puerta y se lanzo a sus brazos, solo al verlo, Albert la estrecho con fuerza, levantándola en el aire girando con ella.
---Que sorpresa, al fin tienes tiempo para venir a verme –dijo Candy
---Ya te extrañaba, princesa, hace tanto que no te veía ---dijo con una sonrisa en los labios el rubio
Candy sonrió y se acerco a él para darle un beso en la mejilla, Albert la dejo en el suelo, para poder darle a su vez un beso en la mejilla, para después dirigirse a la cocina y servirle una taza de delicioso café que había preparado mientras la esperaba, Candy se dirigió mientras tanto a su cuarto a dejar su bolso y quitarse la cofia, dejando suelto su cabello, salió al comedor para degustar su taza de café, junto a Albert, ambos se sentaron en la mesa, para platicar.
---Dime como te ha ido Princesa
---Muy bien, como te dije la ultima vez, ahora que ya estoy titulada me han transferido al área de cirugía, donde trabaja el doctor Murray, ¿recuerdas al hermano de Alice?, la joven con quien Anthony bailo toda la noche de tu presentación
---Ah sí, me acuerdo de él, ¿así que trabajas en la misma área que él?
---Si es maravilloso, es tan atento y amable conmigo, me gusta mucho trabajar con él
---Que bueno que te sientas bien en tu trabajo, sabes tenía planeado pasar por ti y salir a cenar pero tus compañeras me dijeron que ya habías salido, por lo que pensé encontrarte aquí
---Oh Albert de haber sabido que irías te hubiera esperado, pero Alex, de vez en cuando me acompaña
---¿Alex?
---Si el doctor Murray, lo que pasa es que fuera del hospital lo llamo Alex, es mi amigo y me gusta mucho su compañía
---Entiendo
Albert se levanto de manera disimulada dirigiéndose a la cocina para ocultar su malestar ante esa confesión,---Sabes Candy venia para recordarte la fiesta de Eliza, recuerda que prometiste ser mi compañera, y tenemos que partir en tres semanas
---Claro que si Albert, ya pedí permiso en el hospital, pero ¿estás seguro que la abuela Elroy no se molestara que yo sea tu compañera?
---Porque lo dudas acaso tienes intención de ir con alguien más
---Claro que no Albert, es solo que…que pensé que a lo mejor tú habías cambiado de opinión…o tal vez la abuela te había presionado para que vayas con alguna señorita de la alta sociedad—esto último lo dijo Candy con voz apagada
Albert quien ya había regresado de la cocina se acerco a ella y poniéndose en cuclillas para quedar a la altura de su rosto, le dijo de manera seria pero dulce al mismo tiempo
---Princesa, no hay nadie con quien yo quiera ir sino es contigo
Candy esbozo una gran sonrisa que hizo que el corazón de Albert latiera desbocado
---A mí tampoco me gustaría ser la pareja de nadie más, ---sonrojándose en el acto, Albert al ver la reacción de la chica y para no sonrojarla más se levanto tomando su mano e invitándola hacer lo mismo la dirigió a la sala donde ambos se sentaron, para hablar sobre los preparativos del viaje
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Cuando llego el tan ansiado día para el viaje, la tía Elroy no podía creer que Candy no hubiera llegado aun, no entendía porque Albert se empecinaba en seguir consintiéndola, si era claro que para ella todo estaba antes que el deber que le debía a la familia, pero decirle algo a Albert era perder el tiempo, pues desde que había regresado a la mansión poco antes de su presentación decirle algo en contra de Candy, solo hacía que la defendiera de todo.
Albert casi se volvía loco mirando el reloj, sabía que algo así sucedería, pues Candy le había informado que de último momento había tenido que cubrir el turno de una compañera que no había llegado por reportarse enferma, aunque le aviso con tiempo a Albert mandando a un mensajero, Albert no creía que su princesa tuviera el tiempo suficiente para llegar a la mansión a la hora señalada, por la mañana, pues el turno de la noche terminaba a las 7 de la mañana y debía estar en la mansión a más tardar a las 7:30, pues el tren salía a Nueva York a las 9 de la mañana y apenas contaban con el tiempo suficiente para llegar y acomodarse todos en el vagón exclusivo con que contaba la familia.
Por lo que decidió mandar algunos de los invitados a la estación, los Britter partieron llevándose consigo a Archie y a la tía Elroy, quien solo se sentó sin expresar palabra alguna mostrando así su molestia por la impuntualidad de la rubia, Albert le dio indicaciones a Archie para que en cuanto llegaran a la estación dispusieran del vagón de los Andrew y de esa manera agilizar el acomodo de los demás.
Los Murray quienes también habían sido invitados habían partido con Stear, Paty y Anthony, dejando solo a Albert y a George en la mansión a la espera de la rubia, Albert le había dado las mismas instrucciones que a Archie a Anthony, para agilizar el acomodo de los invitados y a la llegada de Albert con los demás las cosas fueran más fáciles.
Una vez que partieron los dos carruajes, Albert se inquieto aun más al ver que eran las 8 de la mañana y no había indicios de la rubia, aunque se mostraba sereno por dentro su voz interior le decía que debió mandar un carruaje al hospital para que no tuviera que esperar un carruaje ella, sola y de esa manera asegurarse que llegaría a tiempo, como no se le había ocurrido antes, George que lo conocía muy bien le dijo.
---William será mejor que subamos al carruaje y vayamos por la señorita es un hecho que no llegara a tiempo y perderemos el tren
---No me importa perder el tren George, lo que me importa en este momento es saber que ella está bien y sobre todo saber porque se ha retrasado tanto…aunque tu idea es mejor vayamos por ella, solo espero que no nos crucemos por el camino.
Subieron al último carruaje con dirección al Hospital, al que llegaron en tiempo record, George enseguida se dirigió a la sala de enfermeras para preguntar por la rubia, la señora Smith, la jefa de enfermeras le indico que se encontraba en el quirófano ya que se había presentado una operación de último momento, George a lo lejos alcanzo a escuchar la voz de Candy, que lo llamaba, con sorpresa.
---¡¡George!!, ¿acaso te mando Albert por mi?
---Señorita Candy hemos venido por Usted, es muy tarde y perderemos el tren
Candy en ese momento volteo a la pared para ver el reloj y casi pego un brinco al darse cuenta de la hora y dirigiéndose a su acompañante le dijo.
---Doctor Murray, debemos apresurarnos o perderemos el tren, también asistirá a la boda de Eliza, según tengo entendido.
Alex en ese momento se dio cuenta al igual que Candy que era tardísimo y de seguro sus padres, lo estarían esperando en la estación donde quedo de reunirse con ellos, rápidamente corrieron a los vestidores se cambiaron y salieron a la calle donde George ya le había informado a Albert de todo.
Partieron rumbo a la estación alcanzando el tren, en el último momento, durante el viaje a Nueva York todos los invitados disfrutaron de las comodidades del vagón de los Andrew algunos compartieron camarotes, y algunos como Candy, Albert y la tía Elroy, tenían su propio camarote especial, por lo que el viaje fue muy relajado, durante el vieja Albert se propuso no decirle nada a Candy sobre el doctor aunque si presto atención a todas los detalles y atenciones que este le prodigaba a su princesa.
A la llegada a Nueva York todos se dirigieron a la mansión de los Andrew en esa ciudad, fueron recibidos por los Legan quienes la habitaban desde su llegada, una vez pasadas las formalidades cada quien fue conducido a su habitación ya que la mansión contaba con 20 habitaciones, suficientes para todos, los familiares de Terry y algunos invitados más se estaban hospedando en el Waldort.
Al día siguiente, el día de la boda todos estaban listos para el evento, Eliza se veía radiante, lucia hermosa con el vestido y las joyas que portaba, al salir rumbo a la iglesia todos se subieron a los carruajes destinados para ellos, cuando se subió Candy al suyo, vio que estaba vacío, detrás de ella subió Albert y cerrando la puerta partió en dirección a la iglesia, Candy algo extrañada por esa acción le pregunto.
---¿Solo iremos nosotros?, pensé que subiría la tía abuela o tal vez George
---No Princesa, este carruaje es para nosotros dos, por esta noche no pienso compartirte con nadie—dijo Albert mirándola directamente a los ojos ---desde nuestra partida de Chicago has estado rodeada de gente y no he tenido oportunidad de estar contigo a solas y te extraño mucho
Candy, esbozo una sonrisa al escuchar las palabras de Albert, por lo que acercándose un poco a él, le dijo casi en un susurro ---Prometes solo estar conmigo y no platicar con nadie sobre negocios o sacar a bailar a alguna señorita
---Te lo prometo Princesa --dijo Albert acercándose cada vez más a ella
¿Fin?