A la espera
Festival de Tartán 2018
Por Luz
El joven se encontraba recargado en la pared con una pierna flexionada apoyada en posición relajada, después de todo tenía algo de tiempo esperando a su compañera, entre sus manos de manera distraída tenía un diente de león, con el cual jugaba, pasando el rato, levanto la vista y ante él solo se extendía un campo verde, con montañas en la lejanía, a su lado descansaba una cesta y un objeto envuelto en una manta, si el joven hubiera tenido un reloj en su muñeca se habría dado cuenta que ella llevaba más de 60 minutos de retraso
Algo cansado de esperar camino hasta el borde de la barda donde había un árbol y a su sombra descansando se encontraba su caballo, se acercó a él y de manera cómplice empezó a hablar
---En verdad si se tarda un poco más me iré…---el caballo movió la cola, el joven prosiguió con su monologo ---no sé cuántas veces me ha pedido que venga hasta aquí la espere y a la mera hora no llega, porque su tía no ha dejado que salga sola por los campos
Volteo al escuchar un ruido y pensó que era ella, pero no, era un conejo que pasaba por ahí, volviéndose a su caballo, lo acaricio mientras continuaba hablando
---Sé que debería darme por vencido pero es que me gusta mucho y sé que no le soy indiferente, muchas veces la he sorprendido observándome cuando ella piensa que no me doy cuenta, además nos hemos visto muchas veces a escondidas, seguro es por algo o ¿no?---unos pasos ligeros lo hicieron voltear en esa dirección y su sonrisa afloro a sus labios cuando la diviso
La chica corrió hasta él y se lanzó a sus brazos –menos mal que me escabullí mi tía no me dejaba salir hasta que terminara mi costura, --dijo mientras unos brazos amorosos la envolvían, ella aspiro el aroma del joven y subiendo un poco su barbilla lo miro a los ojos, ---gracias por esperarme
El joven la miro con ternura y aun sonriendo le contesto ---te esperaría toda la vida, ahora vamos he traído una cesta con comida sé que no tenemos mucho tiempo pero me gustaría que podamos pasar un rato juntos--- con una sonrisa en los labios ambos caminaron por el sendero, más adelante había un lugar donde podían sentarse a la sombra de un gran árbol y disfrutar de ese pequeño refrigerio
Aunque lo último que tenían en mente era justo eso, él rápidamente quito el broche del plaid y lo extendió sobre la hierba y sin perder tiempo mientras ella sacaba las viandas de la cesta él se acercó un poco más y su mano acaricio la mejilla acto que la hizo estremecer, sus manos se detuvieron mientras él continuaba su recorrido por el cuello de la joven quien soltó lo que tenía en las manos y las deposito en el amplio pecho sobre la camisa blanca de su acompañante, él la giro hacia si con un movimiento suave, las enaguas de ella cubrieron parcialmente las piernas desnudas del joven, la distancia entre sus cuerpos era mínima, el aroma de sus alientos se entremezclaba y sin poder contenerse más el joven la beso en los labios acercándola si era posible cada vez más a su regazo, la joven se dejó envolver en esos brazos fuertes y bien marcados, sus manos se deslizaron sobre el pecho en dirección al sur, donde el kilt se arremolinaba en la cadera del joven, sin perder mucho tiempo la joven bajo un poco más la mano y el sobresalto en el beso le indico que había logrado su cometido
El joven no se quedó atrás y también bajo su mano hasta el bajo de la enagua donde se abrió camino hasta la flor que lo esperaba ya un poco húmeda, humedad que lo hizo gemir de placer, tomándola con delicadeza la recostó sobre el plaid, los besos y caricias prodigadas solo fueron interrumpidas por un lejano relincho del caballo, que parecía indicarles que el tiempo había transcurrido sin ellos darse cuenta apenas
Acomodándose las ropas y sonriendo cómplices ante el momento compartido ambos comieron con un poco de prisa, antes de que la tía de la joven mandara a buscarla con algún granjero, se despidieron con la promesa de volver a verse en el baile de la primavera
Cuando la joven ya se había ido, el joven saco la gaita debajo de la manta y empezó a tocar la melodía Auld Lang Syne que su padre le había enseñado desde que era un niño
Poco después se dirigió hasta su propia casa, a lomos de su caballo, cuando llego la primera en verlo fue su madre que lo amonesto por perderse toda la tarde
--- ¡William! ¿Dónde has estado?, tu padre te estaba buscando ¿recuerdas que ibas ayudarle con la recaudación de los granjeros?, él lo ha hecho solo
El joven se encogió de hombros y solo atinó a decir
---Lo siento madre, lo olvide ahora mismo me presento ante mi padre
---No, mejor sube a darte un baño ya casi es hora de cenar---decía mientras el joven caminaba hacia las escaleras en dirección a su dormitorio cuando su madre alcanzo a divisar la gaita bajo su brazo--- ¡William! ¿Otra vez has estado en las colinas, con esa muchachita verdad?---pregunto mientras señalaba la gaita de su hijo
---Si madre he estado en las colinas---dijo el joven sacando debajo de la manta familiar la gaita, sin comentar nada más
---Vamos, ve a darte un baño y no tardes tu padre querrá verte y recuerda que tu obligación como el primogénito es hacerte cargo de las tierras cuando él ya no este
---Si madre lo tengo muy presente, ---contesto mientras seguía subiendo las escaleras decoradas con retratos familiares y el escudo de la familia, un águila con las alas extendidas y en el centro una A