ADVERTENCIA..... Contiene una narrativa no apta para menores (+18)
La Princesa y el Pirata
Por Nayr
Febrero 2017
Está sentada leyendo una revista y él está frente a ella también leyendo como siempre un periódico, hay veces que frunce el ceño con alguna noticia y otras en los que se concentra tanto que puede seguir a distancia el movimiento de sus ojos sin que se de cuenta, en ese momento hacia o mismo, lo observaba disimuladamente a través del borde por si en algún momento decidiera mirarla seguir fingiendo que no se da cuenta, su mirada recorre su cabello, sus ojos, su nariz perfilada y… su boca, se detiene por mas tiempo del necesario justo allí deseando por un instante estar mas cerca, baja por su cuello y su pecho, tiene las piernas cruzadas en su posición favorita con una respiración lenta y tranquila, está en paz y ella desea por un instante romper su calma, el reloj de la pared y los autos al pasar por la calle es el único sonido que logra captar en el magnolia, intenta desesperadamente concentrarse en otra cosa pero no, esta a un metro de él y no puede evitar que las imágenes le nublen la mente, que su cuerpo reaccione con una ráfaga de calor, lee algo que parece interesante y a ella no le interesa otra cosa que mirarlo, entonces observa como su mano se pasa por su cuello lentamente y se posa en su rodilla….. su mano es perfecta ladea la cabeza y quisiera con todas sus fuerzas que esa mano se pasee por su cuerpo que la toque con malicia y con delicadeza, reprime un suspiro, sacude la cabeza para alejar pensamientos que le suban la temperatura y parpadea varias veces, ese movimiento obtuvo su atención y solo levanta la vista, sus ojos…. ¡Dios bendito! Esos ojos azules tan claros se cruzan con los suyos, la única manera de que no haga lo de siempre entrando en su cabeza y lea esos pensamientos es sonreírle como si todo estuviera bien y continuar lo que sea que estaba leyendo o que tenia intenciones de leer, ¡funcionó!! continuo la lectura pero ella tenia mucho calor, cerro la revista de golpe y se abanicó removiéndose en el asiento…..
- ¿Hace Calor hoy o soy yo? - Preguntó con una sonrisa, debía sacar algún tipo de conversación que la ayudara a devolverle la paz a sus hormonas
- Sonrió – eres tu… la temperatura está baja casi entramos en invierno pequeña
- ¡¿Ahh si?! – se sonrojo – que distraída… debería ir a abrir una ventana porque yo…- se levanto como un resorte – creo que estoy ardiendo… - La palabra salió de su boca sin pensar y puso los ojos en blanco mientras caminaba
Se acercó y abrió un poco la ventana, el aire frío le golpeó la cara y sintió escalofríos, no supo cuando o si era él en realidad pero sentía su cercanía, su mano se paseo por su brazo cálida tocándola como si no lo hiciera, cerro los ojos y aguantó la respiración, entonces la abrazó por la espalda con cariño, con un solo roce de su cuerpo recordó como fue que esta necesidad se hizo insoportable.
Ella y sus geniales ideas por devolverle un poco de memoria a su mejor amigo, los chicos pedirían dulces y le pareció divertido disfrazarse, entró en una tienda, salió con una sonrisa y un par de cajas con disfraces
- Seguro que le encantará, además será tan divertido que pasaremos riendo toda la noche – rió sola mientras caminaba hacia el departamento que compartían
- Cuando llegó con las cajas Albert la miró fijamente y supo que traía alguna travesura, se le notaba en la sonrisa y en la forma en que entrecerraba los ojos – ¿y… fuiste de compras?
- Si, traje algo para esta noche – corrió hacia la mesa y abrió las cajas tirando todo envoltorio al suelo – Tarán!!
- ¿¡Que…..!? Disfraces… ¿piensas salir a pedir dulces?
- !Claro que no! – saco su contenido y lo puso en sus brazos conteniendo la sonrisa
- ¿Quieres que me disfrace de… Pirata?
- Asintió – Cuando nos conocimos tu me pareciste un pirata – saco el suyo y se colocó una tiara – y me llamaste Princesa Candy
- Alzó una ceja disimulando una sonrisa – ¿entonces no un príncipe?
- Rió a carcajadas – No Albert para ser un príncipe tendrías que vestir el Kilt – dejo de reír y lo miro detenidamente, frunció en ceño pero cualquier pensamiento lo desecho estaba feliz por aquella idea, sacó de la caja una barba falsa oscura y un parche – Cuando te conocí tenias lentes oscuros pero el parche..- se puso de puntitas y se lo colocó – me da mas miedo ¿Que dices? ¿Jugamos?
- Quiero entender este tipo de juego, dices que cuando nos conocimos te parecí un pirata y tu me parecías una princesa y… ¿debo hacer de malo? No se si lo sabes pero los piratas secuestraban princesas, ¿a eso jugamos?
- Sus ojos brillaron…. – aquel día pensé que me había secuestrado señor
Casi lo obligo a ponerse el disfraz y ella se encerró en el baño a colocarse el suyo, cuando salió y lo vio era mas de lo que esperaba, se veía realmente aterrador y le recordó mucho a aquel señor Albert con un toque divertido, la camisa blanca de otra época tenia una abertura en V que lo hacia parecer muy apuesto y el largo abrigo de cuero lo hacia lucir fiero, le encantó.
¿Por que siempre aceptaba ese tipo de locuras? Con tal de ver esa sonrisa hacía cualquier cosa por muy descabellada que fuera, esa barba falsa era tan molesta que … por un instante sintió que alguna vez había pasado por lo mismo colocándose un disfraz, de alguna manera no era nuevo, ella se había soltado el cabello, y ese vestido de seda rosa le quedaba…. exclamo una pequeña maldición para sus adentros preguntándose si no había algo mas indecente, tenia un corset bastante ajustado que hacia resaltar su cintura y sus pequeños pechos, no debía verla de ese modo, era su amiga, se obligó a dejar de detallar pero se había dado cuenta del maquillaje y lo hermosa que estaba, demasiado tarde, si parecía una princesa
- Entonces… soy un pirata….y….
- ¡No por favor señor! No me lleve lejos de mis padres - se acercó a el juntando las manos en una suplica – le daré lo que me pida, joyas y oro pero no me lleve en un barco en donde se aprovecharán de mi
- El juego comenzó y sintió como teniéndola tan cerca debía ser el pirata malo que ella quería, la acercó a su cuerpo bruscamente – vendrás conmigo a donde yo diga princesa y harás lo que quiera
Se soltó como pudo y comenzó a correr por detrás de los muebles, por un momento le sonrió era un juego muy entretenido, el caminaba lento como asechándola incrementando su miedo a que la atrapara y sus ganas a que lo hiciera, apago todas las luces quedando completamente a oscuras, el juego cobraba intensidad hacia que su corazón se acelerara y su respiración también, estaba en algún lugar escondida y eso lo sumía en un éxtasis, ya no controló el placer que le causaba jugar a atraparla, a seducirla, comenzó a hablar caminando y buscando, el lugar era pequeño, no tendría escapatoria seria suya, el personaje era suyo.. ”en donde estás princesa, entre mas te escondas aumentas las posibilidades de que jamás te deje ir” un movimiento claro paso ante sus ojos pero volvió a ocultarse detrás de un estante, resopló…”deberías hacerlo mas fácil para ti preciosa, soló déjate atrapar” ….. “Señor pirata, será mejor que se vaya por que no quiero hacerle daño” su voz sonaba entrecortada parecía asustada y por dios que le gustaba, le gustaba mucho, lo excitaba hasta un punto desesperante, sus pasos fueron lentos ella estaba cerca, antes de que lo atacara con algo que posiblemente tenia en las manos, esperó un poco, el silencio de la noche era perfecto para escuchar su respiración, olía su perfume dulce, era su presa y el era un depredador muy hábil, en un movimiento rápido la cercó y lo que sea que tenia cayo al suelo del susto “eres mía” susurro
No estaba segura si era miedo lo que sentía pero el corazón se le iba a salir, intentó escapar y el dejó que lo hiciera divertido, era mas fuerte y mas grande no tenía a donde escapar, y su forma de cernirse sobre ella la dejaba indefensa, su pecho subía y bajaba, las piernas le temblaban… detrás de ella la pared, lentamente se acercó, la rodeo apoyando las manos en la pared a ambos lados de su cabeza, se reclinó a su oído y la barba le hizo cosquillas en el cuello, cerro los ojos fuertemente aguantando la respiración y su voz ronca acaricio su mente cuando le dijo “voy a secuestrarte” el suspiro salió en forma de gemido lo que lo encendió aun mas e hizo que acercara involuntariamente su cuerpo al suyo, sentirlo tan cerca de aquella forma era estimulante, ella respiraba rápidamente pero no se movía, de pronto sintió sus pequeñas manos acariciar su cintura, estaba temblando pero era una invitación, con movimientos inexpertos se movió por su espalda mientras él perdía conciencia de lo que estaba pasando.
“Princesa Candy” mencionó despacio y su necesidad de sentirlo fue mas grande que su inexperiencia, se coló debajo de la camisa y su piel suave hizo que la sangre hirviera y su centro palpitara de deseo, necesitaba mas, se deshizo del abrigo de cuero y de su camisa con una rapidez sorprendente mientras la estrechaba por la cintura, su boca se perdió en su cuello y ella le dio acceso a su cuerpo como si siempre le hubiese pertenecido, el parche, la barba falsa y la tiara cayeron al suelo, sus dedos se enredaron en las cintas de su vestido y pronto cayo también, sus cuerpos desesperados buscaban la fricción, el calor, buscaban mas del otro, ella encerrada entre la pared y su cuerpo le hacia pensar en que sentirse dominada y presa la hacían sentir impotente, la excitaba. Concentrada en su vientre en donde él golpeaba con necesidad y en donde ella sentía todas las emociones se entrego a la pasión de aquel pirata, sentía la humedad en su entrepierna sostuvo su rostro por un instante y sus ojos parecían oscuros, estaba a punto de parar y no quería que lo hiciera, así que lo beso, besó su boca con frenesí probando y bebiendo de ella, o escucho gemir y perdió el sentido del tiempo, en un arrebato la levanto del suelo mientras por instinto ella enredaba sus piernas alrededor de su cintura, empujaba contra su centro y era delicioso pero habría mas, lo sabia y lo deseaba, se giro llevándola en volandas hacia el sofá y entonces hubo mas, el fue despacio y al hundirse toralmente esperó …ella se arqueo hacia su cuerpo con los ojos cerrados, mientras repartía besos en su cuello y su pecho sus manos se entrelazaron y el movimiento frenético los llevo hasta un punto sin retorno, sus manos se paseaban por su cuerpo y le encantaba, se pregunto por un momento si no estaría soñando aunque cada embestida le dijera que no, su respiración, los sonidos… todo parecía pertenecer a otro mundo…..
Abrió los ojos y la revista seguía en sus manos, miró por encima de ella y él seguía absorto en su lectura, se reprendió mentalmente, chasqueo la lengua y levanto la mirada, la sostuvo con la de ella por unos segundos, se humedeció los labios y le sonrió, le sonrió como aquel pirata de sus sueños.