Pensando en ti
Por Luz Cornwell
Capitulo 1
Marzo
Una rubia de ojos esmeralda contempla por el ventanal del comedor del hospital, los radiantes rayos del sol que iluminan el jardín, el murmullo a su alrededor no la distrae de su contemplación, pareciera que mirara más allá de ese jardín, la comida seguía intacta en su plato, hacia solo tres meses que su vida había cambiado drásticamente, su mente rememoro el momento en que llego de aquel viaje que no debió emprender, ese viaje donde se dio cuenta que el amor que decía sentir por aquel compañero de instituto, aquel inglés arrogante solo había sido un enamoramiento, un amor de estudiante, que lejos parecían esos días en que todo era color de rosa, esos días en que se permitía soñar en que su relación pese a la distancia podía sobrevivir que ilusa había sido al pensar que ese viaje cambiaría su vida
Evocar ese momento la hizo suspirar y una sonrisa afloro a sus labios, si, ese día cambio su vida pero no de la manera que ella imagino, ni mucho menos estaba al lado de la persona que pensó, en vez de eso ahora cada noche un rubio de ojos celestes la recibía en casa con una suculenta cena preparada por el mismo ¡cómo podía haber sido tan ciega! Albert era ante todo su amigo aunque últimamente esos detalles que le prodigaba ¿eran en realidad los de un amigo? O ¿eran los de alguien interesado en demostrarle su afecto? Justo esa era la cuestión, esa era la pregunta que hacía días rondaba su mente y la cual la tenía en ese estado tan pensativo y reflexivo, una voz a su derecha la hizo girar por primera vez desde que se sentó en la mesa, se encontró con una compañera mirándola fijamente, supuso por su aspecto que no era la primera vez que la chica le hablaba un poco sonrojada por la vergüenza le contesto
---Lo siento estaba distraída
***** ***** ***** ***** *****
Abril
El día había sido largo y extenuante lo que ansiaba más que nada era llegar a su casa al lado de Albert y poder sentarse en el confortable sillón con una taza del aromático café que él preparaba y poder descansar, eso de cubrir turnos dobles la tenía agotada aunque por otro lado las atenciones prodigadas por Albert cuando ella llegaba a casa le encantaban, al principio los detalles de él la tenían intrigada pero conforme habían pasado las semanas se fue encariñando cada día más con él, sentir sus fuertes brazos cada mañana antes de salir rumbo al hospital o cada noche antes de irse a su habitación era algo que anhelaba cada día
Su sonrisa era abierta y franca como el sol de la mañana, el destello en sus ojos celestes cada vez que se despedían le hacía hormiguear todo el cuerpo
Siguió caminando por las calles de Chicago, las farolas iluminaban el camino, una silueta recargada en un poste le pareció familiar aun así decidió caminar con cautela dispuesta a correr si eso fuera necesario
La silueta cambio de postura conforme ella se acercaba y fue hasta que llego casi a su altura que pudo reconocer el semblante del caballero apostado en el poste, ese cabello rubio, esa sonrisa y esa mirada no podían ser de nadie más que de su atractivo amigo, con una cara de asombro y a la vez de picardía se acercó cada vez más a él, quien mostraba una sonrisa capaz de derretir un tempano de hielo
---Hola Albert, por un momento me has asustado ---dijo mientras se colgaba de su brazo
---Hola pequeña, no era esa mi intención, ¿Qué tal tu día? ¿Todo bien?
La rubia mostrando su mejor sonrisa respondió ---Si Albert todo bien, me sorprende que hayas venido por mí, creí que tenías mucho trabajo hoy en el restaurant
Albert rozo la mano que descansaba sobre su brazo, ese simple toque hizo ruborizar a la rubia, él ignorante de lo que su caricia había provocado a su acompañante continua la charla
---Salí temprano y decidí venir por ti ¿acaso será que no debí hacerlo? ¿Tienes algún enamorado esperando por ti? ---contesto en un tono bromista mirándola de reojo deseaba saber si ella sentía algo por él, algo que no fuera simplemente amistad, en el fondo deseaba saber si tendría una oportunidad de poder conquistar su corazón, Candy tomada por sorpresa ante aquellas preguntas se paró en seco y volteo a ver a su acompañante y mirándolo fijamente a los ojos contesto
--- ¡Albert! Tu puedes venir por mí las veces que quieras, no tengo ningún enamorado ---soltó un suspiro que el rubio interpreto como una clara señal de que ella aun recordaba a Terry, el inglés que le había roto el corazón no hacía mucho, ella continuo, ---Sabes muy bien que solo en ti y en Archie confío y el últimamente pasa más tiempo con Annie y Paty ---dijo mientras reanudaba su camino
El rubio por un segundo no supo que contestar ante las palabras de la rubia ¿solo en mi confía? Puedo venir cuando quiera, pequeña ¿será acaso que te estoy malinterpretando y solo estas diciéndome que por el momento no hay nadie que ocupe tu corazón?
Ante esas preguntas aun sin contestar continuo caminando al lado de la persona que hacia latir su corazón con mucha fuerza
Capitulo 2
Mayo
La víspera de su cumpleaños Candy estaba de guardia en el hospital esperando la hora de salida, tenía planeado llegar a su departamento tomar un buen baño de espuma y poder relajarse tras una larga semana, Albert esa noche tenía que quedarse en el restaurant ya que había un evento y tenía que encargarse del buffet, Archie y Annie tenían planeado ir al teatro y Paty, ella estaría lo más seguro con su abuela, además todos habían planeado reunirse al día siguiente a la hora de la comida para festejar su cumpleaños, por lo que Candy esa noche solo estaba esperando la hora de salida para dedicarse un tiempo para ella y un buen baño de espuma era una buena opción, quería apapacharse, consentirse y disfrutar de ese pequeño placer por lo que a las 8 de la noche, tarde se le hacía para dirigirse a su hogar, salió un poco después y se encamino a su departamento recorriendo el trayecto en muy poco tiempo, subió las escaleras del edificio hasta la puerta de su hogar y traspaso la puerta, la oscuridad reinante no la sorprendió después de todo Albert estaría trabajando a esas horas.
Sin embargo un haz de luz se colaba por debajo de la puerta de la cocina intrigada decidió acercarse, mientras pensaba que Albert había olvidado apagar el interruptor, al llegar a la puerta, por el vidrio alcanzo a ver a Albert agachado frente al horno sacando un pastel ¡Albert está en casa! Dijo en un susurro mientras se recargaba al lado de la puerta y se llevaba las manos a la boca ahogando un grito de asombro, alcanzo a escuchar que dentro de la cocina el rubio acomodaba platos y cacerolas y sin más unos pasos acercándose le indicaron que el rubio pronto la descubriría
Al tratar de correr hacia la entrada del departamento alcanzo a escuchar el grito de sorpresa de Albert
--- ¡Candy!
--- ¡Albert!
---Pero ¿qué haces aquí? ---dijeron los dos al mismo tiempo, caminando uno en dirección del otro, ambos estaban más que asombrados por la presencia del otro, el primero en reaccionar fue el rubio quien dejo en la mesa las cosas que llevaba en las manos, Candy balbuceo una explicación incoherente hasta para ella y se dirigió a su recamara, pensando que sus planes se habían ido por la borda justo en ese momento
Albert termino de preparar la cena, mientras tanto en su recamara Candy se cambiaba el uniforme, poco después el rubio fue a la habitación de la rubia y tocando a la puerta le dijo
---Pequeña sé que te dije que hoy trabajaría en el restaurant que habría un evento pero…pero solo lo dije porque quería darte una sorpresa…---al no escuchar nada del otro lado de la puerta lanzo un suspiro y apoyando la frente y la palma de la mano sobre la puerta murmuro…---solo quería darte una sorpresa
Al otro lado de la puerta Candy recargada sobre la puerta escuchaba como latía su corazón una sorpresa, una sorpresa para mi sin perder más tiempo y reponiéndose de su asombro decidió salir después de todo se estaba comportando como una niña caprichosa y ella en ese momento lo que menos deseaba era que él la viera como una niña ¿Candy en verdad deseas que él te vea como mujer?, mentalmente se preguntó a si misma bueno no lo sé…solo quisiera que no me siguiera llamando pequeña, se contestó a si misma
Albert preocupado porque Candy no le respondía ni salía de su encierro volvió a tocar la puerta llamándola al mismo tiempo
---Candy, Candy ¿estás bien pequeña?
La puerta se abrió intempestivamente dejando a Candy y Albert uno frente al otro, Albert aun preocupado por la rubia volvió hacer la misma pregunta
--- ¿Estas bien?
---Claro Albert solo que estaba terminando de cambiarme ---dijo mientras salía de su recamara y se dirigía al comedor---Así que me has preparado una cena eh, vaya me has sorprendido y yo que pensé que tendría una noche libre ---dijo guiñándole un ojo
Albert caminando a su lado contesto en el mismo tono bromista que ella ---Si lo deseas puedo salir a dar un paseo y de esa manera estarías sola
---y desperdiciar esta cena que por lo visto has preparado para mí---dijo señalando la mesa---o ¿acaso vendrá alguien más?
---No, esta cena solo es para ti, sé que mañana celebraremos tu cumpleaños pero…---el rubio se calló por un momento mientras sus ojos se perdían en las bellas esmeraldas
La rubia se sentía sofocada por la mirada del rubio y tratando de aparentar una tranquilidad que estaba lejos de sentir añadió ---pero mañana no estarás ¿es eso Albert?
---Para nada Candy, claro que mañana estaré---se apresuró a responder el rubio---solo que deseaba celebrarlo solo contigo ---su mirada inconscientemente recorrió la distancia desde las esmeraldas hasta los rosados labios, por un momento el silencio era el mejor dialogo, sus miradas se encontraron nuevamente y sin palabras ambos expresaron lo que sentían uno por el otro
Albert rompió el mágico momento y acercándose, la estrechó entre sus brazos algo que deseaba hacer desde que ella traspaso el umbral de su habitación, ella correspondió al abrazo, poco a poco el rubio bajo la cabeza para poder tocar la frente de Candy con la suya
---Feliz cumpleaños, preciosa…dijo en un tono que sonó como una caricia que hizo que la rubia se estremeciera aún más
Fin...
Parte dos
Pensando en ti
Capítulo 1
Un joven de rubios cabellos se encuentra sentado frente a un ventanal mirando los rayos del sol que anuncian un nuevo día, un nuevo día lejos de su amada, sentado frente a ese ventanal, a su mente vienen imágenes de unos ojos esmeralda, una cabellera rubia y una enorme sonrisa, si esa imagen tiene nombre, un nombre que él joven susurra para sí mismo Candy, Candy, al pronunciar el nombre de su amada un suspiro escapa de sus labios
Frente a ese ventanal el joven no puede dejar de pensar en la chica que le ha arrebatado el corazón más de una vez y pensar que el mismo fue quien se alejó de ella para su propia protección, para que nadie hablara de ella, para que nadie pudiera señalarla, aunque eso significara que su corazón se rompa en mil pedazos
El joven recuerda bien el momento en que recupero la memoria, y como poniendo el corazón antes que la razón se convenció a si mismo que no había nada de malo en seguir viviendo con ella, después de todo eran paciente y enfermera, los labios del joven se curvan en una sonrisa al darse cuenta que ese detalle fue solo al principio poco después durante la convivencia fueron más que eso, eran amigos…éramos más que eso, se dice a sí mismo y por eso mismo se alejó al darse cuenta que no podía seguir viviendo con ella al recuperar la memoria además que sus deberes y obligaciones lo reclamaban cada vez más
A su mente vienen perfectamente las palabras que él mismo se dijo en aquella ocasión
Me di cuenta de lo mucho que te amo desde hace tanto tiempo, pero no podía decirte nada aún, no era tiempo, no sabes cómo añoraba poder tenerte entre mis brazos, saborear tus suaves labios y cómo deseaba hacerte mía, no soportaba la idea de verte con él, aunque sabía que tu corazón lo había elegido.
Cuando me encontraste en el hospital, estaba amnésico y decidiste cuidarme no sé cómo sucedió pero volví a enamorar de ti sin saberlo, te amaba aunque no tenía nada que ofrecerte, ni un apellido, por lo que nunca te dije nada, no podía, además tu seguías enamorada de él, pero ahora todo ha cambiado menos mis sentimientos hacia ti, esos sentimientos han crecido quemándome por dentro, ahora sé qué llevo tanto tiempo amándote en silencio que me doy cuanta qué yo necesito más de ti, que tú de mí, no puedo renunciar a ti, no quiero renunciar a ti.***
Y sin embargo he renunciado a esa convivencia, por tu bienestar, por tu propio bien, si tan solo pudiera decirte todo lo que te amo, si tan solo tuviera el valor de hablarte de frente y no solo en mis solitarias noches en vela
Alguna vez pensé en decirte todo, alguna vez pensé en ser paciente y esperar el momento idóneo pero este nunca llego y ahora estoy aquí lejos de ti y sin saber a ciencia cierta que sientes por mí
Un ligero suspiro escapa de los labios del joven y mirando más allá de los jardines que rodean la mansión escucha a sus espaldas unos pasos que se detienen ante la puerta y el leve toque en esta, su corazón se detiene por un momento y recordando que nadie sabe que está ahí bajo los hombros dando el pase esperando encontrarse con alguna mucama, su sorpresa es mayúscula cuando alcanza a escuchar la voz añorada, la voz de su amada llamándolo
---Tío William, ---el rubio cierra los ojos, tensa sus manos y lanzando un suspiro al mismo tiempo que un su corazón se detiene por un momento gira su sillón para encontrarse de frente a ella, a su amada, ahora la sorpresa es de ella, quien llevándose las manos a los labios murmura
--- ¡¡¡ ¿Albert?!!!... ¡¡¡Albert!!!
*** Fragmento de Te necesito, Luz Cornwell
Capítulo 2
La sorpresa inicial de ambos tras su encuentro dio paso a una larga charla entre ellos, una charla donde ambos conocieron las razones del otro para alejarse, para cuidarse y sobre todo para estar juntos en un momento dado, él le confeso su verdadera identidad y la razón por la que la había adoptado en su familia, le dijo que desde el día en que habían pasado en la cabaña él quiso ayudarla, sabía que era una niña huérfana necesitada de cariño y una familia, al saber que sus sobrinos la querían proteger tanto como él, fue que decidió hacerlo pues con ello tenía la excusa perfecta para hacerlo
Ante esta confesión la rubia se sorprendió y llevándose las manos a los labios soltó un ligero
--- ¡oh! Entonces desde ese momento tu sabias quien era yo
--- Sabia que trabajabas para los Legan, porque tú misma me lo comentaste recuerdas y si desde el momento en que ellos me escribieron, sabía que eras tú, la misma niña que yo deseaba proteger
Las confesiones continuaron a lo largo de varias horas mientras daban un paseo por los alrededores de la mansión, caminaron por el sendero de las rosa de Anthony, por las caballerizas, por el lago mientras el rubia le confesaba como había ido Londres con tal de cuidarlos a todos, como había soportado el dolor de la muerte de su sobrino Anthony
Al llegar al lago ambos se sentaron, por lo menos todo estaba más claro para ella, ahora todo tenía sentido, ahora ya sabía porque Albert cada que ella estaba pasando por un mal rato él aparecía de la nada solo para consolarla.
La rubia se quedó callada por un momento pensando en la última etapa de la convivencia entre ambos, a ella llegaron los recuerdos de las cenas compartidas, los paseos por las calles después de su turno en el hospital, las palabras de cariño con que siempre la recibía y sobre todo llegaron a su mente aquellos abrazos compartidos, sería posible que todo eso solo fuera una ilusión, algo que paso, pero que ahora al saber la identidad de él, ya no pudieran volver a experimentar, su semblante so volvió sombrío y su mirada se perdió en azul del lago, quería preguntarle al rubio sentado a su lado si todo cambiaria, si toda esa convivencia e intimidad se perdería, pero no tenía el valor para hacerlo, como se le pregunta a un tutor, ¿Qué pasara con nosotros? Como se le dice a un tutor estoy enamorada de usted
El rubio una vez que Candy se perdió en su silencio la observo tratando de entender lo que bullía por la cabeza de la rubia, pero sobre todo tratando de abordar el tema que en su propia cabeza bullía ¿cómo decirle a su protegida que estaba locamente enamorado de ella?, ¿cómo decirle a su protegida que se había enamorado de ella dos veces?, que esa había sido la razón por la que había puesto tierra de por medio cuando decidió partir a África, Cómo decirle que durante su pérdida de memoria se había vuelto a enamorar de ella
Sus propios pensamientos lo obligaron a guardar silencio al igual que ella su mirada se perdió en el azul del lago esperando encontrar las respuestas a sus preguntas, el tiempo fue pasando y ambos estaban centrados en sus propios pensamientos contentos de volverse a encontrar de estar nuevamente juntos, ambos necesitaban abrazarse pero se contentaban con el roce de sus dedos, era como si tuvieran miedo de mostrar sus sentimientos, como si tuvieran miedo de hacer un movimiento que indicara sus verdaderas intenciones
Albert al verla tan callada se levanta y tendiéndole la mano la ayuda a levantarse, según caminando por la orilla del lago hasta llegar a una barca en forma de cisne, la invita a subir y dan un paseo, ambos desean hablar pero no saben bien como seguir, que tema abordar, pese a confesarse casi todo aún hay un tema que ninguno aborda, el lago esta tan apacible, tan tranquilo y ellos tan callados que pueden oír los murmullos del viento
Casi sin darse cuenta llegan al lugar donde se conocieron y eso le da una idea al rubio
--- Mira Candy por ese sendero podremos llegar a la cabaña, te gustaría visitarla ---dice mientras muestra su mejor sonrisa
--- Claro es una gran idea ---Albert rema en dirección a la orilla y ambos desembarcan caminando por el sendero, Albert poco a poco se anima y la toma de la mano algo que ambos desean hacer desde hace tanto
Al llegar a la cabaña Candy se da cuenta que todo está limpio y ordenado voltea a ver a Albert, quien le responde a una pregunta no hecha
--- Desde que llegue a la mansión mande acondicionar la cabaña, me gusta venir muy a menudo, he pasado mucho tiempo aquí recordando…---el rubio dudo en seguir hablando
--- ¿Recordando? ¿Recordando que?
El rubio solo la miro fijamente se acercó un poco más a ella y abrazándola susurro
--- Recordando el momento en que te conocí, recordando nuestra vida juntos en el Magnolia, recordando tu sonrisa, tu mirada, recordándote…
--- ¡oh Albert ¡ --dijo ella fundiéndose en ese abrazo tanto tiempo anhelado
Capítulo 3
Después de mirar el reloj por enésima vez el rubio se convenció el insomnio había hecho de las suyas nuevamente, tratar de conciliar el sueño era inútil por lo que se sentó en la cama y recargo la espalda sobre la cabecera, cerró los ojos en la penumbra sofocante de su habitación y deseo poder sumergirse en el lago cercano a su mansión veraniega, decidido a tomar un poco de aire fresco, prendió la luz y tomando unos pantalones de lino se los puso junto con una camisa a juego y salió de la habitación
Una vez en la recepción pudo percibir el aire fresco que se colaba por la entrada, sus pasos se encaminaron hacia el bar que a esas horas estaba casi desierto, pidió un wiskey y se sentó en una de las tantas mesas, dando un sorbo a su bebida sus pensamientos volaron hasta un par de ojos esmeraldas y cabellera rubia, una rubia que se encontraba a miles de kilómetros de distancia, llevando la mano hasta el bolsillo de los pantalones saco la carta que hacía poco había recibido
…“¡oh Albert! ¿Cuándo volverás?
Te extraño tanto”…
Esas pocas palabras encerraban para él una gran esperanza, a su mente vinieron como si de un rollo fotográfico se tratara imágenes de ella desde el día que la había conocido, siendo casi una niña, imágenes de su estadía en Londres y como habían convivido en el zoo, sus labios se curvearon en una sonrisa ligera solo de recordar el tiempo compartido en el departamento de Magnolia, una ligera sombra de tristeza llego a su semblante al recordar el momento en que ella se había ido al hogar de Pony, poco después de saber que él era el patriarca de la familia el excéntrico magnate William Albert Andrew
Recordó el tiempo que paso entre ellos antes de poder revelarle su gran secreto, que era además el príncipe de la colina aquel que ella conoció siendo casi una niña, soltando un suspiro tomo otro sorbo de su bebida, si ya no había secretos entre ellos o al menos eso pensaba ella, porque él aún tenía un secreto que confesar y las palabras de la rubia en esa carta le daban esperanzas, después de tanto tiempo no había sido capaz de revelarle que estaba enamorado de ella, ¿y si esas palabras encerraban algo más? ¿Y si con esas palabras ella tratara de decirle algo?
La mente del rubio se llenó de innumerables posibilidades, solo había una forma de saberlo y esa era regresando a Chicago, después de todo ese viaje emprendido tiempo atrás a Brasil estaba llegando a su fin, debía volver lo antes posible y ser valiente y confesarle sus sentimientos a la rubia, dejando el vaso vacío sobre la mesa salió en dirección a su habitación.
Una vez en su recamara tomo una ducha para refrescarse y alistándose para dormir, se metió en la cama apoyo la cabeza en la almohada cerro los ojos y recordando las palabras de la rubia, susurro para sí mismo
---Pronto volveré, princesa, yo también te extraño
Capítulo 4
El rubio tamborilea los dedos impaciente, sabe que está por ver a su amada pero los nervios lo traicionan, no la ha visto en meses, la extraña tanto que su corazón late con fuerza solo de pensar en ver esas esmeraldas y esos rizos rubios, teme que pueda ser rechazado, tiene esperanzas después de aquella carta recibida, aun así teme haberse equivocado, pero no puede seguir callando, necesita decirle lo que siente por ella
El camino cada vez acorta la distancia que los separa, ya vislumbra a lo lejos el campanario, algunos niños corren a su encuentro, después de todo no siempre llega un automóvil hasta las instalaciones del Hogar de Pony y mucho menos un automóvil con el escudo de la familia, los niños lo reconocen en el acto y empiezan a saludarlo a lo lejos, algunos otros corren hasta la casa donde Candy seguramente está ayudando a sus madres, el corazón del rubio suelta un suspiro y una sonrisa asoma a sus labios
La rubia al escuchar la algarabía de los niños levanta la vista y a través de la ventana alcanza a distinguir el automóvil negro con la insignia de los Andrew, su corazón late desbocado, mientras su amado amigo estaciona el auto y saluda a los niños, sus madres salen al encuentro de su benefactor y lo saludan con alegría
El rubio entra a la casa buscando con los ojos a su amada la cual al verlo bajar del automóvil corrió a su recamara para cambiarse de ropa, no deseaba que él la viera en esas fachas, el rubio toma asiento mientras las madres de Candy lo colman de atenciones, él responde a cada una de sus preguntas, intentando acallar los latidos de su corazón.
La rubia una vez lista sale para recibirlo con una sonrisa en sus labios, al entrar a la estancia él enseguida se levanta y ambos por un instante se quedan observándose a los ojos sin ser capaces de hacer otro movimiento, cada uno empieza a caminar en dirección al otro y por un segundo todo lo demás pasa a segundo plano
El rubio la estrecha entre sus brazos aspirando el aroma de su cabellera mientras ella se refugia en esos brazos protectores que tanto anhelaba sentir alrededor de su cuerpo, ambos se separan algo apenados ante la presencia de sus madres que los miran con cariño
El rubio acepta la invitación de las madres a quedarse a comer con ellas y los niños, la rubia se mueve por el comedor alistando lo necesario para la comida, Albert ayuda a los más pequeños a lavare las manos y todos se sientan ante la mesa para disfrutar de los alimentos, durante la comida el rubio y Candy intercambian miradas llenas de cariño, el rubio cuenta algunas anécdotas de su viaje a los presentes los cuales le hacen infinidad de preguntas que él responde con entusiasmo
Al término de la comida, el rubio le pide permiso a las madres de Candy para poder estar a solas con ella un momento, ellas aceptan y ambos salen a caminar en dirección de la Colina de Pony, lugar que es emblemático para ellos de muchas maneras, al llegar a la cima de la colina, el rubio invita a Candy a tomar asiento, ella accede y con su ayuda toma asiento, él se sienta a su lado y empieza hablar
---Candy, Princesa, no sé ni cómo empezar, tengo algo que decirte que no puede esperar -- dice con una voz que indica que esta algo nervioso, la rubia tomándose de las manos patentando su nerviosismo le pregunta ---Albert ¿acaso, acaso ha pasado algo tan importante y es la razón de que te encuentres hoy aquí? --- dice mientras ve los ojos del rubio fijamente
---Si ha pasado algo importante y es necesario que lo sepas, ---la rubia contiene el aliento esperando la noticia que tiene que darle, sin interrumpirlo lo escucha atentamente—hace tiempo que debí hacerlo pero nunca encontré el momento idóneo para hacerlo, ¿sabes?, ---la rubia con aquellas palabras mueve las manos con impaciencia, el rubio se lleva la mano a la cabellera y se arregla un mechón mientras mira fijamente a la joven frente a él, continua hablando al ver que ella guarda silencio---hace tiempo conocí a una linda joven y quede prendado de su belleza, pero por diversas razones no pude hablarle de mis sentimientos, ella…ella era muy joven aun y necesitaba crecer y conocer el mundo, yo…yo solo podía ser su amigo mientras ella crecía
La rubia ante tales palabras palidece, nunca se esperó que él tuviera alguien a su lado, nunca espero que él tuviera un amor escondido, secreto, intenta mantener la compostura pero es difícil cuando siente que su corazón late por él, se acomoda un poco y le indica con un gesto que continúe, el rubio al ver que ella tal vez malinterprete sus palabras continua hablando tratando de explicarse--- siempre me mantuve cerca de ella dejándola elegir su camino, fui su amigo, su confidente…hasta que ella se enamoró de alguien más, yo me aleje…---la mirada del rubio se pierde en el horizonte mientras las palabras mantienen a la rubia callada---si me aleje pensando que era lo mejor para todos, durante esa ausencia sufrí un accidente y perdí la memoria, ---voltea ver las esmeraldas de la rubia que para ese momento se encuentran al borde de las lágrimas, pensando que su amor es imposible, pensando que él después de todo ese tiempo ha encontrado a la joven
El rubio al ver que sus palabras se han malentendido se acerca cada vez más a ella y la toma de la barbilla para que lo mire a los ojos, y con un susurro continúa su relato ---por casualidades de la vida y una feliz coincidencia llegue nuevamente ante la joven que me había arrebatado el corazón tiempo atrás, pero el destino había jugado en mi contra y no la reconocí --- la rubia sin poder ocultar su sorpresa abre la boca para hablar pero se calla incapaz de pronunciar una palabra, su cerebro intenta entender las palabras del rubio, que la mira fijamente acercándose cada vez más a ella
Esa feliz coincidencia me hizo pasar los mejores momentos de mi vida, los más añorados, pude convivir con ella y volví a enamorarme sin saberlo por segunda vez de esa rubia preciosa que es un ángel, ---el rubio guarda silencio por un momento dejando que sus palabras sean procesadas, la sorpresa reflejada en el rostro de la joven le indican que ella ha empezado a entender por fin sus palabras ---en ese entonces yo no tenía nada que ofrecer solo mi amor, pero ella se merecía algo más, por lo que decidí esperar el momento idóneo para confesarle mis sentimientos, ---suspirando cierra los ojos recordando el momento en que recuperando la memoria se encontró en una encrucijada--- espere tanto que recupere la memoria y pude darme cuenta que entre ambos había muchas cosas que…que en ese momento obstaculizaban confesar mis sentimientos por ella nuevamente…---suspira y dejando caer la frente sobre la de ella cierra los ojos mientras la rubia se muere el labio superior ante las palabras de su amado---ahora me encuentro por fin frente a ti confesándote mis sentimientos por ti, confesándote que te amo, que te he amado por mucho tiempo y ya no puedo callarlo por más tiempo,---la rubia se estremece y lo abraza murmurando su nombre, él se aleja un poco solo lo suficiente para mirarla a los ojos mientras le hace la pregunta que ella tanto desea escuchar ---Candy ¿quieres ser mi novia? ---ella lo mira y acercándose cada vez más a él susurra ---sabes que al igual que tú, yo también me enamore de ti desde hace tanto, que poco a poco ese amor evoluciono y ahora te amo con todo mi ser y durante este viaje te extrañe tanto mi amor---el mirándola con ternura, susurra solo para que quede claro y no haya duda, --- ¿eso quiere decir que no me rechazas?, ¿eso quiere decir que me amas?---ella con lágrimas de felicidad rodándole por las mejillas le contesta, ---te amo, te acepto y no, nunca te rechazaría mi amor ---tras esas palabras ambos se funden en un beso tanto tiempo anhelado
Fin