Este fic pertenece a la saga de Juntos para siempre, por fin le he puesto nombre a la saga la cual incluye: Navidad inolvidable, Un nuevo Comienzo, Una Andrew sin igual, Sueños de un inventor, Junto a ti y Sin mirar atrás, por obvias razones ya no puede leerse sin leer los anteriores, pues la trama va enlazada con alguno de ellos.
Los personajes le pertenecen a sus autoras Kyoko Misuki y Yumiko Igarashi, la historia es mía es algo que he planeado desde hace tiempo
Descubriendo el Amor
Por Luz
Septiembre 1915
Anthony se encontraba en el jardín de la mansión de Chicago, cuidando sus rosas, era algo que a pesar del paso del tiempo y de que ya no pasaba tanto tiempo en la mansión hacia cada vez que podía, estaba a punto de volver al colegio donde pasarían su ultimo año antes de entrar a la Universidad.
Stear y Paty después de regresar de Nueva York donde se había llevado a cabo la boda de Eliza y que termino en escándalo a causa de la misma pelirroja, habían regresado a Massachusetts para continuar con su segundo año de estudios en el Tecnológico de Boston.
Candy se había negado a instalarse en la mansión, pues ahora menos que nunca quería ser señalada como una engatusadora y manipuladora de Albert y al haberse quedado la tía Elroy en Nueva York ella había preferido seguir en su departamento, algo a lo que Albert al principio se opuso pero que al final acepto a regañadientes.
En los periódicos de Chicago el escándalo sobre la boda de Eliza se había dado a conocer de manera insistente al principio pero con el paso del tiempo las cosas habían regresado a su cauce normal sobre todo porque Albert dio una conferencia de prensa donde repudiaba a la familia Legan y dejaba en claro su distanciamiento de ellos, después de esa conferencia no volvió hablar del tema y la noticia se diluyo con algún otro tema en esos días.
Anthony y Alice continuaron su relación, los Murray estaban muy complacidos con ello, pues veían con beneplácito esa relación, los vínculos con Los Andrew se consolidaban y los negocios entre ellos eran cada vez más fructíferos.
Anthony continúo con el cuidado de las rosas y sus pensamientos cuando escucho una voz a sus espaldas, una voz dulce que reconoció en seguida.
---Anthony, sabía que estarías aquí
---Hola tío como te va, ¿todo bien?
---Si Anthony todo bien, tengo algo que informarles a ti y a Archie los espero en la terraza cuando termines aquí, ya le avise a Archie también
---Vaya eso suena como algo importante, --dijo Anthony sin poder evitar pensar que probablemente fuera algo relacionado con cierta rubia
Albert al ver la mirada que le dedico su sobrino y leyendo sus pensamientos solo le contesto
---Si es algo importante, pero nada tiene que ver con Candy
---Yo no dije nada tío ---dijo Anthony con una cara de sorpresa fingida
---Lo pensaste, lo sé –dijo Albert riendo al mismo tiempo---recuerda, te espero en la terraza ---se dio la vuelta y salió del invernadero
---Si tío ahí estaré, no tardo
Archie después de ducharse y arreglarse, llego a la terraza donde ya lo esperaba Albert, casi enseguida llego Anthony y los tres chicos, tomaron asiento, los más jóvenes, se quedaron mirando a Albert esperando que su tío hablara al fin.
---Muchachos, los reuní porque después de lo que sucedió en Nueva York, George se está haciendo cargo de esa sucursal por el momento, yo emprenderé un viaje a las principales ciudades del país, Boston, Filadelfia, Nueva York, Washington, Atlanta, Detroit, Cleveland y por su puesto Chicago, revisare que todo este marchando como debe, será un viaje largo, me ausentare casi por un año, la tía abuela volverá para estar en esta mansión a finales del año y cuando George haya dejado todo listo en Nueva York me alcanzara en la ciudad en que me encuentre en ese momento.
---Pero ¿cuándo partes? ---pregunto Anthony
---Saldré en quince días, primero tengo que arreglar algunas cosas y hablar con Candy para decirle lo mismo que a ustedes
---¿Que pasara con ella?, Albert ---pregunto Archie
---Por el momento no lo sé, ella no quiso regresar a la mansión quiere ser independiente y no seré yo quien se lo niegue, ella seguirá en el departamento mientras guste estar ahí, trabajando en el hospital así que todo seguirá igual con ella ---la voz de Albert denotaba cierta tristeza, pues después de regresar de Nueva York ya casi un mes atrás, no había tenido el tiempo suficiente para verla al no contar con su asistente personal tenía que estar al pendiente de todo en la oficina
Tanto Archie y Anthony se dieron cuenta de la tristeza que sentía su tío por no tener cerca a Candy, ellos también la habían visto poco, pues se había refugiado en su trabajo y a ellos les dedicaba poco tiempo, mucho menos tiempo le dedico a Albert en ese mes. El primero en romper el silencio fue Archie.
---Albert si necesitas algo o si podemos ayudarte en algo cuenta con nosotros, te aseguro que nosotros estaremos al pendiente de ella, mientras la tía abuela llega
---Gracias Archie, eso es en realidad lo que me tiene un poco intranquilo, ustedes siguen en el colegio y no habrá nadie en la mansión después de que yo parta y si ella necesita algo…
---Tío nosotros estaremos al pendiente de ella, además no está sola, Alex trabaja con ella y si necesita algo los Murray pueden ayudarla mientras nosotros llegamos a la mansión
---Si lo sé, se que los Murray y los Britter pueden estar al pendiente de ella, pero me sentiría más tranquilo sabiendo que acepta vivir en la mansión así me sentiría más tranquilo, pero no sé si acepte al fin vivir aquí
---Inténtalo tío, si no acepta nosotros estaremos al pendiente, lo sabes –dijo Anthony
Albert lo medito un momento y luego siguieron hablando del viaje y sus futuros planes, les dijo que trataría de regresar para Navidad y esperaba que siguieran aplicándose en los estudios pues era el ultimo año antes de ingresar a la Universidad y que contaba con ellos, luego salió directo al departamento de Candy para entablar una conversación con ella y tratar de convencerla de que viviera en la mansión.
Capitulo 2
Candy había llegado al departamento no hacía mucho y estaba poniendo agua para hacerse un café y mientras tanto se metió al cuarto para desvestirse y ponerse algo más cómodo, Albert al llegar al departamento de Candy saco sus llaves para abrir, pero pensándolo mejor decidió tocar por si ella aun no llegaba, por alguna razón se sentía algo inquieto de estar ahí, ella cuando oyó que alguien tocaba a la puerta, sin pensarlo mucho tomo la bata de dormir y se la puso encima para ir a ver quien tocaba, Albert espero nervioso a que ella abriera la puerta, deseaba tanto verla, tenía que convencerla de que volviera con él a la mansión era lo mejor, no estaría tranquilo al saberla sola en la ciudad por mucho que los Murray o los Britter estuvieran al pendiente.
Candy llego a la puerta y al abrir se llevo la sorpresa de ver a Albert ahí parado con la mirada triste y cansada se veía que últimamente no había dormido bien.
---Albert que milagro, que guste que este aquí, pasa, ¿por qué no usaste tus llaves para entrar? Pasa, me estaba cambiando, dame un segundo y vuelvo contigo si ---dijo Candy con alegría mientras él entraba y ella se dirigía al cuarto para terminar de cambiarse de ropa
---Hola Candy, no sabía si estarías y además hace mucho que no vengo por lo que mejor decidí tocar –contesto Albert sentándose en la sala mientras ella seguía en el cuarto, al escuchar que había algo en la estufa se levanto y con toda naturalidad empezó hacer el café, después de todo sabia como le gustaba a ella
Cuando Candy salió del dormitorio, él ya tenía listas las dos tazas de café, ella entrando a la cocina le sonrió con naturalidad y saco las galletas que tanto le gustaban de la alacena
---Tú, nunca cambias Candy –dijo mostrando una gran sonrisa en los labios
Candy sintió desbocado su corazón parecía que el último mes se había evaporado y todo era como antes de que él se marchara hacia tampoco tiempo atrás, ella le respondió con un guiño, ambos tomaron su taza y Candy llevo las galletas al comedor donde se sentaron como antes de la partida de Albert
---Dime Albert ¿a que debo el honor de tu visita? –dijo de manera juguetona Candy
Albert le sonrió antes de contestar, ---Vine porque tengo algo muy importante que comunicarte Preciosa, salgo de viaje en quince días y tardare mucho en volver, tal vez un año, y no me gustaría dejarte sola en este departamento, por favor Candy acepta vivir en la mansión ---dijo mirándola a los ojos, esperando su respuesta
---Oh, te vas –dijo Candy en un susurro
---No quisiera irme Candy, pero es necesario, la tía Elroy volverá a fin de año y George me alcanzara en cuanto termine de poner en orden la oficina de Nueva York, como sabes los chicos solo están en la mansión cada quince días por el colegio y tú, me sentiría muy intranquilo si sigues aquí, en cambio en la mansión estarías más seguro, sé que puedes cuidarte a ti misma pero por favor hazlo por mí, no quiero partir y dejarte aquí, entiéndelo preciosa
---¿Te vas un año, Albert? ---la voz de Candy sonaba tan triste por la noticia que bajo la mirada
---Candy no me iría si no fuera necesario, pero tengo que hacerlo, el contratiempo en Nueva York solo adelanto el viaje pero era algo que tenia…que tengo que hacer, pero estaré al pendiente de ti, por eso deseo que aceptes irte a la mansión preciosa…hazlo por mí ---el tono de Albert era tan suave, le transmitió a Candy tanta ternura que levanto la vista solo para ver sus ojos azules y perderse en ellos
Albert alargo la mano para tocar la de ella, la corriente eléctrica que los atravesó fue instantánea, Candy deseo abrazarlo y decirle que no la dejara sola, Albert al ver esas pupilas verdes se sintió feliz y triste al mismo tiempo pues se dio cuenta de cuánto le dolía a Candy esa separación, lo cual le daba esperanzas al mismo tiempo de no tener todo perdido aun, por impulso se levanto dirigiéndose hacia ella la levanto y la estrecho entre sus brazos por primera vez desde la llegada de Nueva York, ambos se fundieron en ese abrazo que para los dos era tan necesario en ese momento.
---Preciosa…necesito saber que estarás bien, que no te faltara nada… necesito… ¿necesito saber que me esperaras? ---lo ultimo lo dijo con un susurro muy cerca de su oído
Las emociones contenidas durante tanto tiempo aunadas a las palabras de Albert hicieron estremecer a la rubia, Albert quería decirle todo lo que la amaba, lo mucho que le importaba, quería besarla, acariciarla y saciarse de ella pero se contuvo, no era el momento, no, sabiendo que la dejaría un año, pero necesitaba saber que ella lo esperaría, necesitaba mantenerla cerca de él de alguna manera, era egoísta lo sabia pero la amaba, qué más podía hacer por el momento más que sentirla vibrar entre sus brazos y aspirar su aroma.
Candy sentía la calidez del cuerpo de Albert, la fuerza de ese abrazo le indico que lo último que él deseaba era una separación entre ambos, pero esta era inevitable, el aroma de Albert la envolvió era tan varonil, que a su mente vinieron trozos del tiempo compartido, de su ultimo cumpleaños, que sin pensarlo se aferro aun más a ese cuerpo que emanaba esa calidez de la cual no quería separarse por ningún motivo.
Albert sentía el cuerpo de Candy vibrar y aferrarse cada vez más a él, por lo que ladeando su cabeza apoyo su mejilla en su rubia cabellera, sintiendo la suavidad de la misma, sin dejar de sostenerla volvió a preguntarle ---¿me esperaras? ---ella aspirando el aroma de su pecho en un murmullo le contesto ---siempre--- y así abrazados permanecieron por largo rato.
Poco antes de volver a la mansión Albert había logrado que ella aceptara vivir en la mansión, él le había prometido que trataría de volver para navidad.
Al día siguiente Candy llego a la mansión donde fue instalada en su habitación que él había dispuesto para ella, justo la que estaba al lado de la suya, lo chicos volverían al colegio en esos días y ella tendría al chofer de la familia a su disposición así como a toda la servidumbre, Albert había ascendido a Dorothy como dama de compañía para que estuviera siempre cerca de Candy, pues sabia del afecto que esta le tenía, además se encargo de dejar todo listo para que no le faltara nada mientras estuviera sola, esperaba que esos dos meses pasaran pronto.
El día de su partida todos se encontraban ahí Anthony, Archie, Candy y las novias de los chicos, Annie y Alice, quienes le habían prometido mantenerse cerca de ella, al momento de las despedías, Candy se mostro tranquila, segura que pronto lo vería nuevamente, él se despidió de todos y al llegar ante ella le tomo las manos, inclinándose un poco le dio un beso en la mejilla al mismo tiempo que le decía gad ionndrainn mo ghràdh *, beso su mano y girandose subio al carruaje que lo llevaria hasta la estación, Candy levanto la mano en señal de saludo mientras le decia sin pronunciar palabra, te esperare siempre, mi amor
*Te extrañare, amor mio
Capitulo 3
Candy, Annie y Alice se hicieron muy amigas rápidamente y todas juntas pasaban las tardes en la mansión, en la casa de los Britter o los Murray pues las chicas siempre que podían la pasaban una acompañando a las demás, como Alice y Annnie eran señoritas de sociedad la mayoría del tiempo estaban organizando alguna gala para ayudar a los pobres y desamparados niños de algún orfanato o a las madres de soldados que habían empezado a ir de voluntarios al frente de batalla, así entre alegres reuniones pasaron los meses y por fin llego Diciembre.
Anthony y Archie como le habían prometido a Albert se habían encargado de que los fines de semana, ella estuviera con ellos, realizaban paseos o iban a conciertos u obras de teatro que esporádicamente llegaban al teatro de Chicago, invariablemente el acompañante de Candy era Alex Murray quien durante esos meses se había convertido en su gran amigo y único confidente, pues durante la semana cuando no estaba con las chicas él era el que le hacía compañía algunas tardes ya sea en la mansión o la llevaba a tomar alguna café pues los helados habían quedado descartados por el frio que ya se sentía en la ciudad previa a la primera nevada.
Alex deseaba ser algo más que amigo para ella, pero después de darse cuenta de la reacción de la rubia cuando recibió la primera carta de Albert se dio cuenta que eso sería muy difícil por no decir imposible, pero lejos de desalentarlo aprovecho su ausencia para estar más tiempo al lado de la rubia y ser su pareja en esas salidas de los fines de semana que entre todos planeaban.
Alice cada vez se veía más enamorada de Anthony quien tenía muchos detalles con ella, pues siempre trataba pese a todo estar en compañía de la rubia de ojos azules, cada que podian se escabullían de los demás para pasear a solas lejos de las miradas indiscretas de su primo y su futuro cuñado, la semana previa a la llegada de la tía Elroy los chicos decidieron pasarla en la mansión pues el clima era cada vez más helado, mientras Archie estaba platicando con Annie en el salón de té y Candy platicaba con Alex sobre los últimos pacientes que estaban atendiendo, Anthony tomo de la mano a Alice y la condujo a través de la puerta lateral hasta el jardín, el cual por la estación no tenía muchas flores, pero aun así tenia cierto atractivo que a ellos les llamaba la atención además de que era una parte de la casa en donde podían estar a solas por algún tiempo, Anthony rompió el silencio.
---Te extrañe mucho estos días, corazón
---Lo bueno es que tendremos las vacaciones para estar juntos, mi amor
---Si tienes razón…pero me gustaría estar contigo siempre y no tener que asistir al internado, --dijo Anthony acariciando su mejilla, al contacto ella se ruborizo un poco
---Mi amor, recuerda que tus estudios son muy importantes y yo sabré esperar ---Anthony tomándole el rostro con ternura se acerco para besar a su novia de manera delicada y tierna, ella le correspondió el beso llevando sus manos al cuello de su novio, poco a poco se fueron separando, Alice tomo asiento e indicándole con un gesto que hiciera lo mismo Anthony se sentó a su lado, Alice mirándolo a los ojos le pregunto
---Mi amor, ya has decidido a que Universidad asistirás, a Harvard o al MIT junto con Archie y Stear
---Si…--dijo Anthony inmediatamente ---iré a Boston, al fin me he decidido, creo que extrañaría mucho a mis primos si nos separamos, además la carrera que quiero también la imparten ahí así que sería fabuloso volver a estar juntos –dijo de manera alegre pensando en todo lo que compartirían nuevamente al estar juntos y tener a Stear nuevamente con ellos
---Me alegro mucho amor, por cierto, ¿ahora que se acerca la navidad crees que Stear y Albert regresen?, tengo entendido que la señora Elroy regresa en estos días, Candy nos ha comentado que se siente algo cohibida por estar en la mansión a solas con ella, a pesar de que ella la aceptado bien …ella siente que se la pasara en reuniones de alta sociedad y no está muy convencida ---dijo casi riendo
---jajajaja seguro que si así será, jajaja no sé si Albert llegue a tiempo, Stear ya nos comento que si vendrá y traerá a Paty con él
---Me alegra que Paty venga con él, es una linda chica
---Si, al parecer él se siente muy bien en su compañía, así como yo contigo –dijo acercándose para abrazarla, Alice al sentir el contacto de su mano en su cintura sonrió, disfrutando del momento
Al caer la noche los chicos llevaron a sus novias a su casa, Alex le había insistido a Anthony que no había necesidad, pero él no acepto, le gustaba comportarse de manera caballerosa con su novia, era algo que su tía Elroy les había inculcado a los chicos y ellos complacidos lo hacían, al final Candy subió a su habitación mientras ellos partían, al llegar a su habitación tomo el diario del escritorio y sentándose decidió escribir las últimas novedades.
Hoy me llego una carta de Albert, me ha dicho que tal vez no llegue a tiempo para Navidad, deseaba tanto verlo, esta ausencia me duele mucho, cada día lo extraño más y pensar que aún faltan tantos meses para que vuelva a vivir con nosotras...la tía Elroy llega en estos días estoy nerviosa, desde...desde lo de Eliza no he podido hablar con ella, no sé cómo comportarme con ella, no sé qué piensa en realidad de todo lo que paso...Oh Albert como me gustaría que estuvieras aquí, te extraño...
La llegada de la tía Elroy cambio ciertas actividades de Candy pues como bien había predicho Anthony, sentía que el haber estado lejos de Chicago por una temporada no había sido bueno para Candy, la rubia se había mantenido lejos de la sociedad y dedicada al trabajo algo que no era muy bien visto por ella, pese a que Candy le comento que durante esos meses había ayudado a las chicas en algún evento benéfico, algo que la matriarca de la familia les agradecía pero no era suficiente, por lo que dedico muchas tardes de la semana a visitar o recibir a señoras de la alta sociedad, presentándola siempre como la pupila de Albert.
Candy cada vez que asistía esas reuniones se sentía como si la tía Elroy le estuviera buscando candidatos para formalizar alguna relación, algo que le aterraba, pues ella deseaba que esa relación fuera con Albert a quien cada día extrañaba más.
La llegada de Stear le dio un respiro pues en la mansión se hospedo Paty quien siempre se mostraba linda y amable con ella, aun así Candy se sentía sola, ahora Stear, Archie y Anthony tenían a sus respectivas novias y ella no tenia al lado a la persona que más quería y amaba y la actitud de la tía Elroy no le ayudaba en lo más mínimo, cada vez sentía que esas visitas terminaban por ser la excusa perfecta para que conociera a los hijos solteros de las casas a las que asistía, cada noche escribía en su diario.
Albert, Albert por qué no estás aquí, te extraño y me siento sola…Albert siento que la tía Elroy está buscando candidatos perfectos para mi…pero como puede decirle que mi corazón pertenece a alguien más…cada carta tuya es un aliciente para mí pero…pero a pesar de que me pediste que te esperara y lo hare…me gustaría que compartieras conmigo tus sentimientos…será que estoy equivocada y malinterprete tus acciones y efectivamente solo me quieres como una hermana…no puedo creerlo, estoy segura de que me amas al igual que yo….pero no has dicho nada, será que ahora que estas lejos tus sentimientos hacia mi han cambiado…Oh Albert te extraño…
La navidad y el año nuevo pasaron con rapidez, al final Albert no había podido llegar y mando sus regalos con anticipación, Candy al ver su regalo recordó ese otro collar que le había regalado del mismo material, al ver ese brazalete de aguamarina, sabía que él lo había escogido personalmente para ella por una razón su corazón dio un vuelco al darse cuenta de eso y sin poder evitarlo se ruborizo, algo que no paso desapercibido para nadie mucho menos para la tía Elroy quien pese a aceptar a Candy, en el fondo deseaba que la ausencia de Albert le diera tiempo para poder relacionar a Candy con alguien más.
Candy esa misma noche le había escrito una larga carta a Albert comentándole todos los pormenores de Chicago desde que su tía Elroy había llegado y la cantidad de reuniones a las que había asistido, por recomendación de la matriarca, le conto sobre la llegada de Stear y lo bien que lo pasaba con las chicas (Alice, Annie y Paty) así como algunos detalles de los chicos que seguro a él le encantaría saber, al final le dio las gracias por su regalo agradeciéndole que pensara en ella.
Enero 1916
Pocos días después de enero, Candy recibió una carta de Albert, se la llevo al pecho y acariciando la fina caligrafía decidió leerla en su habitación antes de partir al hospital.
Querida Candy
Me alegra haber recibido carta tuya, no tienes nada que agradecer, ese regalo lo elegí pensando en ti, si Candy pienso en ti cada día, cada noche y ansió regresar pronto, me hubiera gustado mucho poder estar contigo en Navidad y pasar las fiestas en casa, pero desafortunadamente eso fue imposible.
Se por tu carta que la pasaste bien y no estuviste sola, aunque por otro lado eso me angustia, seguro entre tantos jóvenes que mi tía te a presentado alguno capto tu atención, recuerdo que prometiste que me esperarías, aunque tal vez eso ahora no significa tanto para ti como para mi.
Preciosa, en verdad te extraño y estoy tratando de terminar todo este trabajo para regresar a la mansión y volver a sentirte, quiero perderme en tus brazos… …Candy tengo tanto que decirte pero no puedo hacerlo por carta, solo promete que me esperaras, no te sientas presionada por aceptar a nadie que te presente mi tía recuérdalo ¿quieres?
Candy yo también te extraño y pienso en ti…
Con Cariño
Albert
Candy tras terminar de leer la carta, lo único que pudo decir fue él también piensa en mí y me extraña, ¿que será eso que desea decirme y no puede hacerlo por carta?...Albert amor mío, ¿será posible?, Candy emocionada guardo la carta y casi como si flotara en una nube salió de la habitación y bajo las escaleras para dirigirse al hospital, al salir la alcanzo el mayordomo quien llevaba en las manos una ramo de violetas
---Señorita Candy este ramo de violetas acaba de llegar es para usted
---Gracias, Alfred, son hermosas –dijo al mayordomo quien enseguida contesto----De nada Señorita, con permiso
Candy reviso la pequeña tarjeta que acompañaba al ramo
Recuerda, siempre pienso en ti
A.
Candy se llevo una mano a la boca para acallar un grito de satisfacción, Albert no solo le había enviado una carta sino también ese ramo para recordarle lo mucho que ella le importaba, con el ramo en las manos volvió sobre sus pasos y subiendo a su habitación coloco las violetas en su mesita de noche de esa manera siempre estarían cerca de ella, al percatare de la hora casi voló para llegar al hospital a tiempo.
Desde ese día las cosas fueron diferentes entre ellos pese a que nadie sabía nada, ella se comunicaba con Albert por medio de cartas que cada día eran más románticas, además que de vez en cuando ella recibía un ramo de violetas, no meolvides, tulipanes y pensamientos así como ramos de rosas rosas, que eran por mucho sus favoritas desde el día en que el mismo Albert le había regalado una por su cumpleaños, todos esos ramos como era habitual terminaban en su habitación, algo que la señora Elroy no dejo de notar.
Así mismo Candy al final de cada día escribía en su diario, que ahora invariablemente estaba lleno de pensamientos para él.
Albert, si pudieras estar aquí, cada día te extraño más y anhelo estar en tus brazos, perderme en ellos, Oh Albert, cuanto deseo que vuelvas, paso los días pensando en los que faltan para tu regreso, si tan solo pudiera decirte en un carta todo lo que siento cada que leo tus palabras o recibo alguno de tus ramos, como se alborota mi corazón deseando tenerte a mi lado, pero solo puedo decirte cosas sin mucha trascendencia, algunas cosas del hospital, pero no puedo sincerarme por carta como alguna vez tu lo dijiste, ¿era a eso a lo que te referías verdad?, tengo que ser paciente y esperar tu regreso…aunque en el fondo deseo gritar a los cuatro vientos cuanto te amo, solo espero que tu sientas lo mismo
Los meses pasaron con asombrosa rapidez y para cuando Candy se dio cuenta ya era marzo, Albert le había escrito que pronto volvería pues esperaba pasar una semana en Chicago, cuando los chicos se enteraron junto con la tía Elroy se entusiasmaron por su visita, después de todo ese viaje lo había mantenido lejos por más de seis meses.
Capitulo 4
Anthony se encontraba en el jardín un día de primavera observando los nuevos capullos de las rosas que no tardaban en abrir, fiel a su cuidado siempre que se encontraba en la mansión dedicaba un tiempo a cuidar y podar las rosas, esas mismas que su madre adoraba y cuidaba antes que él, sumido en sus pensamientos no escucho los pasos que se acercaban por el sendero directo al invernadero donde él se encontraba desde hacía un rato.
Al sentir un par de manos que le tapaban los ojos por detrás, aspiro el perfume de su novia, era una agradable sorpresa que estuviera tan temprano en la mansión llevándose las manos al rostro tomo las delicadas manos de Alice y dándoles un beso en la palma de la mano, volteo para alcanzar a ver sus mejillas sonrojadas por la caricia recibida.
---Hola, corazón, me alegra verte –dijo tomándola de la mano para conducirla hasta una banca cercana
---Buenos días mi amor, me alegra encontrarte, tu tía me dijo que a esta hora siempre estás aquí entre las rosas --contesto la joven señalando las rosas
---Si, me gustan mucho, como ya lo sabes y en esta temporada empiezan abrir los capullos y me gusta mucho venir y contemplarlos
---Son muy hermosas, Anthony, tienes alguna predilecta---pregunto la chica volteando a ver el rosedal que era digno de ser pintado por la gama de tonalidades que presentaba, sin prestar atención a la expresión del joven quien tras su pregunta había guardado un incomodo silencio, percatándose que él se levantaba del asiento aun sin responder le pregunto
---¿Pasa algo? ¿Dije algo incorrecto?, sé que a tu madre también le gustaban las rosas, perdóname, si… ---Anthony tomándola de las manos la invito a levantarse y acercándola un poco más a él la miro directamente a los ojos y le contesto
---En realidad no pasa nada, corazón, solo que es la primera vez que hablamos sobre las rosas y eso me trajo dos recuerdos, eso es todo…sobre cuál es mi predilecta debo decir que esa –dijo señalando una rosa de tono rosa pálido casi blanca muy hermosa
Alice separándose de él se acerco a la rosa y aspiro su aroma que era muy suave como una caricia, ---Es hermosa Anthony ---
---Si, es hermosa --dijo Anthony con una mezcla de orgullo y melancolía en su rostro
---¿Tu la creaste? --le pregunto su novia al advertir su mirada
---Si…hace algún tiempo ---Anthony recordó el momento en que se la había regalado a Candy aquella mañana por su cumpleaños ---la siguiente pregunta de la joven lo volvió a la realidad
---Tiene nombre ---pregunto aun admirando la rosa en sus manos, Anthony titubeo un poco antes de contestar
---Si…si tiene…---ella volteo esperando que le dijera como se llamaba, Anthony un poco turbado por su posible reacción le dijo el nombre casi en un susurro---se llama Dulce Candy
Alice parpadeo al escuchar el nombre, bajo la mirada por un momento y luego la subió para encontrarse con un par de ojos azules que no le quitaban la mirada de encima, esperando su reacción
---Vaya…dices que la creaste hace tiempo ---el rubio inclino la cabeza en forma afirmativa, por lo que Alice siguió hablando---bueno por lo menos no le pusiste nada que tuviera que ver con cierta pelirroja jajaja ---Anthony tomado por sorpresa la tomo de la mano y acercándola hacia él, la beso en los labios, Alice dejo que él profundizara el beso y acercándose aun más a él paso sus manos por su espalda acariciando ese cuerpo que tanto le atraía, para luego decirle en un susurro---Espero algún día inspirarte para que crees una rosa solo para mí ---Anthony profundizo el beso que era aun más demandante que al principio, al separarse, llevando la mano de Alice al corazón le prometió crearle una rosa solo a ella
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Poco después se dirigieron a la mansión donde un Archie muy elegante esperaba por ellos pues los cuatro habían quedado de ir a desayunar, aunque primero debían pasar por Annie, para posteriormente pasar el día en compañía de sus novias, entre los estudios y algunas fiestas a las que debían asistir como representantes de la familia no habían tenido tiempo para dedicárselo solo a ellas, así que una vez que Annie estuvo lista todos se dirigieron al restaurant donde desayunarían.
Candy mientras tanto llegaba a la mansión tras un extenuante turno de noche, algo que la tía Elory no aprobaba, ya era mucho aceptar que una Andrew trabajaba como para encima dejar que lo hiciera por las noches, pero aunque había tratado de imponer su voluntad la rubia no dejo que lo hiciera, y respaldada por Albert continuo con su rutina en su ausencia, eso sí, un carruaje de la familia siempre estaba dispuesto para llevarla y traerla, así que apenas llego a la mansión Dorothy salió a su encuentro con una bandeja de desayuno que llevo a su habitación caminando con ella a su lado.
Candy observo el ramo de violetas en la bandeja, las tomo y aspiro su aroma, en sus labios apareció una sonrisa que quiso disimular pero ya era tarde Dorothy la había visto pero como buena amiga y doncella no dijo nada y solo le devolvió la sonrisa.
Al llegar a la habitación Candy se dirigió a la ducha mientras Dorothy acomodaba su ropa en la cama y dejaba lista la bandeja de su desayuno en la mesita de noche y ponía las violetas en el jarrón que la rubia tenía desde hacia tiempo solo para ese fin, una vez que estuvo todo listo espero que la joven saliera para ayudarla a cepillar su cabello mientras platicaban y ella tomaba su desayuno, al termino casi cuando Dorothy salía de la habitación Candy le recordó que por la tarde pasaría por ella el Doctor Murray para alcanzar a sus primos en la obra de teatro que se presentaría esa noche, Dorothy asintió y salió dejando a la rubia descansar.
Alex Murray había llegado a su casa por la mañana y tras desayunar se había dirigido a su habitación para descansar, ese día después de mucho podría volver acompañar a Candy como su pareja, pues desde que el arribo de la tía Elroy se la había pasado en cenas de amigos y allegados a la familia, algo que a él no le gustaba ya que sentía que tenía menos posibilidades de poder estar con ella, en el fondo sabia que el corazón de la chica tenia dueño y poco o nada podía hacer él por ocupar ese lugar pero se conformaba con ser su pareja oficial en esas salidas, para Candy era más fácil compartir esos momentos con su amigo y no con alguien más que tal vez esperara algo más de ella.
Una vez llegada la hora prevista, Alex paso por la mansión para recoger a Candy quién lucia esplendida en ese vestido color celeste que acentuaba un poco más su piel blanca y hacia resaltar sus pecas, el vestía un tuxedo en color azul marino que dejaba ver su atlética figura de anchos hombros, su cabello perfectamente peinado le daba el toque de elegancia a su atuendo, ambos se saludaron como siempre lo hacían dándose un beso en la mejilla para posteriormente salir directo al teatro no sin antes de que Candy tomara su abrigo para cubrirse la espalda.
Una vez que llegaron al teatro divisaron a sus primos los cuales ya estaban ahí desde un poco antes, ellos se acercaron para entrar todos juntos al teatro donde fueron tomando sus lugares, una vez que el telón bajo y las luces del teatro iluminaron el escenario, Anthony poso su mano encima de la de Alice quien entrelazo sus dedos con los de su novio, el rubio llevándose la mano a la boca deposito un beso que hizo palpitar el corazón de su amada
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Esa noche Candy al llegar de la función, escribió en su diario
Anhelo tanto volver a verte Albert, los días que pasaste en Chicago fueron tan pocos y la mayor parte del tiempo en las oficinas del corporativo que fue poco el tiempo que pudimos disfrutar realmente juntos y solos, siempre había alguien alrededor…deseaba tanto estar a solas contigo…en algunos momentos sentí que a ti te pasaba lo mismo…(suspiro) solo espero que la próxima vez puedas estar más tiempo, deseo tanto pasear por el parque tomada de tu brazo, caminar entre la hierba, disfrutar de un día soleado, pero lo que más anhelo es estar a tu lado…
Capitulo 5
Alice recorría su habitación con cierto nerviosismo, tardo más de lo necesario en escoger su atuendo quería que él se fuera con una imagen de ella resplandeciente, era el ultimo desayuno que compartirían en mucho tiempo, pues ahora que Anthony viajaría a Boston su ausencia sería cada vez mayor, una cosa era verlo solo los fines de semana, cuando el volvía del colegio y otra muy diferente saber que a partir de ese momento solo se verían en vacaciones y en Navidad si eso era posible, como podría aguantar tanto tiempo sola, su doncella entro en ese momento para ayudarla a vestirse, con un poco de calma se paro en medio de la habitación permitiendo que la joven la ayudara, una vez vestida solo retoco su peinado y estuvo lista para salir, bajo con cierta premura las escaleras, camino hasta la estancia donde ya la esperaba su hermano y una vez que todo estuvo listo partieron en dirección de la Mansión de los Andrew.
La señora Britter terminaba de ayudar a su hija arreglarse, pues al igual que Alice ella también iría a desayunar con Archie, Annie había llorado esa noche, sabía que esa separación era momentánea y no definitiva, pero amaba tanto a su novio que le costaba separarse de él, su madre la animaba tratando de hacerla sonreír pero en su semblante se adivinaba la tristeza que ella sentía. Cuando estuvo todo listo partió en el carruaje en dirección a la mansión Andrew donde ya la esperaba un impaciente Archie, Alice ya había llegado y solo faltaba ella para poder pasar al comedor y no quería que la tía Elroy les llamara la atención por impuntuales, al verla llegar salió a recibirla, al notar en sus ojos la tristeza que sentía la tomo entre sus brazos y la acerco a él acaricio su largo cabello negro, mientras le daba un beso en la sien derecha.
Albert al ver que tardaba un poco más de lo esperado salió a buscarlos, tosiendo de manera ligera se hizo presente, momento que aprovecho Archie para tomar la mano de la joven y entrar en la mansión directo al comedor seguidos por el rubio, al entrar al comedor saludaron a los presentes quienes ya estaban dispuestos en sus lugares, Albert se sentó en la cabecera de la mesa y soltando el aire dijo
---Comencemos ya no falta nadie ---después poso su mirada en la rubia sentada a su derecha y todos empezaron lo que sería el último desayuno en familia por un buen tiempo.
Cuando todo estuvo listo partieron hacia la estación de trenes para despedirlos.
Annie un poco más calmada tomo asiento en el carruaje al lado de Archie, quien enseguida le tomo la mano para acariciar su palma, Alice quien iba sentada al lado de Anthony se recargo en su hombro mientras él le acariciaba su sedosa cabellera.
Candy y Albert compartían junto con Alex y George el otro carruaje, Albert deseaba internamente tomar la mano de Candy, pero al tener a Alex enfrente lo pensó dos veces, por lo que tratando de concentrarse en el camino platico con George de los últimos contratos que debían revisar en esos días pues ahora que había terminado por fin su largo viaje visitando clientes y oficinas por varias ciudades del país, planeaba por fin pasar una larga temporada en Chicago.
Candy miraba a Albert admirada de todos esos detalles que comentaba con George y sintiéndose internamente orgullosa de ese hombre que estaba a su lado, quien irradiaba luz en cualquier parte que estuviera aun encerrado en ese carruaje a sus labios asomo una sonrisa pensando en lo atractivo que lucía Albert, el rubio al percatarse de su mirada, giro su cabeza para verla de frente y le devolvió la sonrisa.
Cuando ya se encontraban en la plataforma a punto de subir al tren Annie sin poder evitarlo empezó a llorar, no lograba hacerse a la idea que se separaba de su novio, Archie al notarla cada vez más triste, tomo su rostro entre sus manos y acercándose cada vez más a ella la beso en los labios, algo que sorprendió de momento a la chica pues esas muestras de amor en público no eran tan comunes pero sobreponiéndose a la sorpresa correspondió el beso con inusitada pasión, sin importarle quien estuviera presente y si era correcto o no, su corazón deseaba transmitirle todo su amor a ese chico elegante que era dueño del mismo.
Anthony volteo a ver a su amada quien trataba de controlar las ganas que tenia de correr tras de él, Alex se hizo ligeramente a un lado al ver las intenciones del rubio quien cada vez disminuía la distancia entre ellos, y sin pensarlo mucho la beso de manera menos efusiva que su primo, pero con igual ardor en su corazón, Alice correspondió el beso que duro menos que el de la otra pareja, la rubia a diferencia de la pelinegra tendría a su hermano para hacerle compañía, así que tomados de la mano se dirigieron hasta el vagón correspondiente donde una vez más Anthony la volvió a besar.
Candy desde su lugar pudo darse cuenta de esos momentos tan íntimos que ambas parejas compartían con ellos aun sin saberlo, por impulso llevo su mano a los labios recordando la suave presión de unos dulces labios oprimiendo los suyos, sintió las palpitaciones de su propio corazón recordando el momento, las imágenes se sucedieron una tras otra en su mente, podía volver a verse a ella misma correspondiendo ese beso, ese dulce beso que añoro por tanto tiempo, Albert se encontraba sujetándola por la cintura mientras ella enredaba sus dedos en su corta y rubia cabellera parándose sobre sus puntas y acercándolo más a ella, todo a su alrededor dejo de existir.
El silbido del tren la volvió a la realidad y trato de ocultar su sonrojo levantando una mano para despedir a sus primos, Albert al darse cuenta de sus pensamientos tomo disimuladamente su otra mano dándole un ligero apretón y soltándola casi de inmediato. Las chicas se acercaron a ellos y desde ahí despidieron a sus respectivos novios con lágrimas en los ojos, si todo salía como esperaban ellos volverían para Navidad, pero aun faltaban cinco largos meses.
El tren con desino a Boston se perdía cada vez más en la distancia, Anthony y Archie llegarían muy pronto a su destino donde los estarían esperando Stear y Paty para conducirlos a MIT, Anthony se había decidió por estudiar Leyes y Archie estudiaría Economía, ambos deseaban al termino de sus estudios poder incorporarse a las empresas Andrew después de todo ahí estaba su lugar y su futuro ayudando a Albert a consolidad el gran emporio y llevar las riendas del mismo.
Al salir de la estación de trenes, Alice y Annie aun llevaban los ojos húmedos por las lágrimas, Alex trataba de reconfortar a su hermana, Albert se acerco a George y le dijo
---George, podrías llevar a las señoritas a su casa junto con Alex, yo llevare a Candy a la mansión
---Claro que si, William, yo me encargare de llevarlos
Candy se despidió de sus amigas y dirigiéndose junto con Albert al otro carruaje le pregunto casi en un susurro
---En verdad iremos a la mansión –dijo con una ligera tristeza
---Claro que no, tengo intenciones de pasar el resto del día contigo ---dijo guiñándole el ojo
---¡Lo tenias todo preparado! no es así –dijo ella sorprendida
---Si, así es, ahora vamos, te gustaría ir al parque, demos una vuelta ¿quieres?
---Si vamos, tengo el día libre
Una vez que llegaron al parque, Albert le ayudo a bajar del carruaje, la tomo del brazo y empezaron a caminar en dirección de la entrada, iban platicando de los proyectos de los chicos, de las esperanzas de Albert para que se incorporaran una vez terminados los mismos en las empresas, cuando de súbito y sin pensarlo, Albert se paro en medio del sendero, giro para quedar de frente a ella y tomando su rostro entre sus manos, se acerco a una sorprendida Candy quien al ver la proximidad de esas pupilas azules, cerro los ojos y entreabrió los labios para corresponder el beso tan anhelado por los dos, era suave y delicado como el primero que habían compartido, entre murmullos Albert le dijo
---Deseaba hacer esto en la mañana, preciosa, pero había mucha gente a nuestro alrededor
---Lo sé, yo también deseaba un momento a solas para volver a sentir tus labios
---Por favor Candy, deja que le cuente a todo mundo que te amo y que soy el hombre más feliz del mundo porque tú también me amas
---Mi amor estuviste de acuerdo conmigo en guardar el secreto…
---Pero…
---Pero lo importante es que nos amamos Albert, recuérdalo si
---Esta bien, seguiremos adelante con lo acordado –dijo no muy convencido el rubio y volvió a besarla de manera suave pero firme y demandante a la vez
Fin?