Tú serás mía. Por Martha
Un fic dedicado a Albert y Carla. Por Martha
Para el Foro Andrew
Junio 2004
Capitulo 1
¡TÚ SERÁS MIA! FIC.
Name: MARTHA
Date Posted: Jun 9, 04 - 6:45 PM
Message:
El atractivo rubio, respiró aliviado, al fin se había podido escapar de esa aburrida y larga charla de negocios,aunque fuera sólo por un momento , se dirigió a la barra y pidió una whisky en las rocas que apuró de un sólo trago, de pronto al girar su cuerpo, algo llamó poderosamente su atención, en una de las mesas, se encontraba una joven trigueña, quién lucía sumamente aburrida, no era una belleza espectacular como las que solían perseguirlo y de las que solía gozar, pero esa chica tenía algo especial, el joven rubio, no sabía específicamente que era, pero llamaba poderosamente su atención, a él, el hombre inmune al amor, el inconquistable. La joven, de apariencia frágil, piel muy blanca, poseedora de una hermosa cabellera castaña y unos hermosos y grandes ojos negros; que hacían su mirada más profunda y enigmática. Portaba un sencillo, pero elegante vestido en color púrpura que destacaba más la palidez de su piel.
-¡Señor Andrew, qué gusto verlo!. Se acercó a él un elegante caballero de mediana edad.
William, se encontrabá absortó en su contemplación que no se percató de que era tan evidente en quién estaba interesado.
-¡Señor Altman, qué gusto saludarle! ¿cómo ha estado?. Saludo el rubio, visiblemente aturdido por la sorpresivo encuentro.
-Mi querido William, veo que esta muy interesado en la joven Pesqueira, creí que sus gustos eran más refinados, Carla Pesqueira, es una chica sin clase, su prometido Francisco Alvarez, un nuevo rico que ha tenido la suerte de hacer una fortuna considerable, no sé que más nos falta ver, esta sociedad esta en decadencia.
-¡Carla Pesqueira!-Albert, se encontraba sumamente molesto con el comentario del viejo Altman-Lo siento señor Altman, pero tengo que retirarme, gusto en saludarlo. Dejando al viejo con un palmo de narices.
La orquesta empezó a tocar y las parejas empezaron a llenar el salón. Albert, con paso decidido, se acercó a la mesa de Carla Pesqueira, quién en ésos momentos se encontraba acompañada de una dama mayor:
-¡Buenas noches, señoras! Haciendo una reverencia.
-¡Buenas noches, caballero! Respondió la anciana.
-Permitanme presentarme, mi nombre es William Andrew, y le pido permiso para bailar con su hermosa hija.
La joven Pesqueira, abrió más sus enormes y bellos ojos, al ver que un atractivo y elegante caballero de nombre de gran alcurnia, se dirigiera a ellas, que habían sido ignoradas toda la noche, por esa rancia sociedad de pomposos e ilustres apellidos.
-¡Mucho gusto, señor Andrew! Le presentó a mi nieta Carla Lizet Pesqueira . Albert, se acercó tomo la mano de la joven y depositó un beso e hizó lo mismo con la señora Pesqueira- Y agradezco la invitación que le hace a mi pequeña, la pobre esta muy aburrida y yo muy cansada y deseo irme a descansar. Así, ella no estará sola, hasta que Francisco regrese.
-¡Pero, Abuela! El caballero debe estar muy ocupado para hacerse cargo de mí, además no pienso dejarte ir sola, deja y le aviso a Francisco, que nos retiramos. Las mejillas de la joven se tiñeron de un leve carmín, que le hacía ver más interesante.
-¡Claro que no!, no se preocupe señora, yo cuidaré de la niña en lo que regresa su hermano y si gusta le pidió a mi chofer que la lleve a ….
-No es necesario joven, nuestro chofer me llevará, ahora ustedes bailen, en lo que llega Francisco el prometido de Carla. ¡Anda Carla, no te hagas del rogar y cóncedele una pieza a este caballero!
-¡Abuela!
William, tomó del brazo a la joven que no tuvo más remedio que incorporarse y comenzar a bailar, la orquesta interpretaba Blue Moon, Albert, estrechó firmemente la diminuta cintura de la joven y acariciaba sutilmente la mano de ésta.
-Agradezco me halla concedido esta pieza.
-No tuve más remedio. Contestó una Carla visiblemente incómoda por la situación.
-¡Acaso le desagrado!. Deteniendo por un momento el candencioso movimiento.
-¡Sí!¡No me agrada que me forcen hacer cosas que no quiero!
-¡Ah! Es éso, pensé que yo no te agradaba. Continuando con el baile.
-¡Pero que tipo, no entiende que no me AGRADA! ¿Cómo se lo puedo hacer entender? Y además, no me tuteé, que yo no le he autorizado para que lo haga.
-¡Qué carácter! En cambio, tu a mi si me agradas y demasiado, más de lo que yo me hubiera imaginado. Replicó seductoramente el joven.
Entonces, quien detuvó el baile fue la joven:
-¡Es usted un atrevido! Yo estoy comprometida, pronto me casaré. Y se dejó guiar por Albert.
Albert, estrechó con más fuerza a la chica y acercó su rostro al oído de la chica:
-Lo sé, ¡Te casarás conmigo!¡Tú serás mi esposa!.
Carla enmudeció ante tal declaración y quizó abandonar al rubio, pero éste la sujetaba firmemente:
-Vamos, cálmete cariño la gente empieza a mirarnos, seguro estarán comentando que hacemos una estupenda pareja ¿no lo crees preciosa?
Capitulo 2.
¡TÚ SERÁS MÍA! CAP. II
Name: MARTHA
Date Posted: Jun 10, 04 - 7:49 PM
Message:
Al fin, la pieza concluyó para alivio de Carla, William la acompañó hasta su lugar, dónde ya la esperaba Francisco, quién se incorporó de inmediato al ver acercarse a su linda prometida.
-¡Gracias, señorita Pesqueira! Acercándola a su asiento y haciendo una reverencia, para enseguida dirigirse al prometido de la joven- Caballero.
-Francisco Alvarez, a sus órdenes. Extendio la mano el joven moreno.
-William Albert Andrew. Estrechando la mano que le ofrecían.
-Muchas gracias, señor Andrew por hacer compañía a mi prometida, gusta acompañarnos a nuestra mesa.
-¡Francisco! El señor Andrew, debe estar muy ocupado…y
-Gracias acepto. Tomando asiento de inmediato muy cerca de Carla.
La chica no podía creer tal atrevimiento. Los caballeros empezaron hablar de negocios, proyectos, cifras, finanzas. Hasta que Francisco tomó la mano de su prometida y la beso delicadamente.
-Y así se ha dado mi ascenso, fruto de mucho trabajo y sacrificio. Y ahora, soy más dichoso porque próximamente uniré mi vida a esta hermosa criatura.
Carla de devolvia a Francisco una mirada dulce, cuando de pronto dio un pequeño respingo.
-¿Qué ocurre amor?
-Nada, lo siento, me quería dar un calambre.
Lo que ocurría realmente es que al momento que Francisco tomó la mano de su prometida, Albert tomó la otra mano de la chica y después con su rodilla rozaba atrevidamente el costado de la chica, todo esto ocurriá debajo de la mesa.
-Sin duda es usted muy afortunado señor Alvarez, pero no debería descuidar tanto a tan linda criatura.
-Lo sé, pero es que estoy labrando nuestro futuro..¿verdad amor?
-Mmm- Asintió la joven. Quién aún estaba sometida a tan dulce tortura.
La charla continúo muy amena entre los caballeros, se habían simpatizado mutuamente. El joven del servicio se acercó y llenó de nuevo las copas del trío de jóvenes. Fue en ese momento que Carla vislumbró su dulce venganza.
-¡Santo Cielo, señor Andrew! Disculpe mi torpeza- Con un movimiento errático Carla había derramado a próposito toda su copa sobre el regazó de Albert, quién al sentir el líquido frío hizó un respingo.
-¡Pero Carla, cariño! ¡Has arruinado el traje del señor Andrew!
-¡Oh, Dios! ¡Qué torpe soy! Mil disculpas señor Andrew. Carla, remató con un fuerte codazo “accidental” certero y directo al abdomen de Albert y propinando otro sobre su rostro, haciendo que su hermosa nariz sangrará de inmediato-¡Señor Andrew, está sangrado!¡Déjeme ayudarlo!-tomando con una servilleta un puño de cubos de la hielera y colocandóselos sin compasión sobre el entrecejó del rubio.
-¡Ayyyy!
-¡Carla, que tratas de hacer de asesinar al señor Andrew!
-Lo siento, sólo quiero ayudar.
Un mar de gente se comenzó arremolinar.
-Déjeme examinarlo caballero, soy doctor, mmmmm ¡Vaya golpe que recibió caballero! Afortunadamente no fracturó el tabique nasal, sólo es la hemorragía, pero en unos momentos cesará. Y usted, jovencita debería tomar un curso de primeros auxilios, ya que si no llegó, mata a este joven de dolor.
-Lo siento, sólo quería ayudar.
-Pues, me alegra haber rescatado a este joven, veo que la hemorragia ya cesó, ¿se siente mejor hijo?
-Si doctor muchas gracias.
-Bueno, entonces, adios.
¡Santo cielo, señor Andrew!¡Estoy verdaderamente consternado por lo sucedido!
-No se preocupe señor Alvarez, todo fue un accidente ¿Verdad señorita Pesqueira?
-Sí, un desafortunado accidente.
La velada continúo por unos minutos más, hasta que Albert, se sintió mejor, y el trió de jóvenes decidió partir.
Los tres jóvenes se encontraban fuera esperando que el valet parking les trajera su respectivos vehículos.
-Señor Andrew, ha sido un placer conversar con usted, mire esta es mi tarjeta, lo que se le ofrezca estoy a sus órdenes.
-Muchas gracias, señor Alvarez., señorita Pesqueira ha sido una velada muy amena…gracias.
De pronto, un individuo armado saltó frente a ellos y amago a la chica con una navaja, Albert y Francisco se quedaron inmóviles por la sorpresa.
-¡Quietos y entrengueme todo lo de valor!¡Haber muñeca dame tu bolso y no me mires de esa manera!
-¡ZAZ!
Un fuerte derechazó directo a su mandíbula fue la respuesta de Carla, que dejó noqueado al ladronzuelo ante la sorpresa de los jóvenes y los guardias que corrían ya a prestar auxilio.
-¡Estúpido, yo miró como se me de la gana y no me llames muñeca!
-¡CARLA!¿Te encuentras bien?
-Si.
-Señorita Pesqueira, se arriesgó demasiado.
-No se preocupe señor Andrew, tomó lecciones de box para éstos casos.
-¡¡¡¡¡¡¡!!!!!
Albert, quedó estupefactó ante tal declaración, ahora que entendía que el accidente de su nariz no lo había sido, era un castigo plenamente planificado. Y veía como se alejaba la joven pareja.
-William, ¿te encuentras bien?
Albert, quedó estupefactó ante tal declaración, ahora que entendía que el accidente de su nariz no lo había sido, era un castigo plenamente planificado. Y veía como se alejaba la joven pareja.
-William, ¿te encuentras bien?
-Si, George, un poco maltrecho pero bien.
-Si, observe todo ¡Vaya fiera que resultó la niña!
-Sí y será mi esposa, George¡
-¡Qué dices!
-¡Ten cuidado William, no me gustaría que te lastimaran otra vez! Además, por lo que averigüe esta próxima a contraer nupcias con el señor Alvarez.
-Lo sé, pero te aseguró que no se casará con él.
-¡Qué piensas hacer!William, tu no eres de los que actúan de forma mezquina. ¿por eso quieres ayudar al señor Alvarez?
-¡No!, el señor Alvarez , no necesita de mi ayuda para triunfar, el es muy inteligente y tiene talento para los negocios y de ninguna manera lo voy a perjudicar…pero Carla no esta enamorado de él….
-William, no me gustaría que te ilusionarás como con la señorita Candice….
-No, George, esto es diferente en verdad amó a Carla..
-¡Vamos chico, uno no se enamora de esa forma!
-!Pero es cierto George!
Capitulo 3.
TU SERÁS MÍA CAP. 3
Name: MARTHA DE REGRESO A PONER ORDEN JAJA.
Date Posted: Jun 15, 04 - 6:33 PM
Message:
Mientras, no muy lejos de allí, una joven pareja se dirigían a su hotel.
-Carla, no puedo entender tu comportamiento.
-¡Francisco, no censures mi forma de actuar, no lo tolero, bien lo sabes!
-Cariño, no te enfades, es que no puedo entender esa animadversión que sientes por el señor Andrew, me parece todo un caballero y además es muy agradable…
-¿Un caballero? Ja-ja-ja ¡Es un atrevido!¡Un engreído, como todos los de su clase!. Perdiendo la calma.
-No me lo parece.
-Es un niño rico, que todo se lo han puesto en charola de plata….seguro que no sabe como se gana el sustento….
-Esta bien, cariño, no vamos a discutir por alguien que apenas conocimos…además, hemos llegado.
*
En la mansión Andrew, un hermoso rubio no podía conciliar el sueño, su corazón latía con entusiasmo y su pensamiento volaba hacía aquella linda trigueña. Y acariciaba su rostro herido, como si en lugar de un fuerte golpe hubiese recibido un beso y quisiera recrearlo uno y otra vez.
-Carla, mi amor ¿por qué no puedes mirar en mi corazón enamorado?Estoy, seguro, que me llegarás a amar, sólo es cuestión de tiempo.
Al fin, el rubio cerca del amanecer pudo conciliar el sueño. Al otro día, muy de mañana.
.¡Buen día, George! ¿cómo les fue en la gala de ayer? ¡Por favor, acompañame!
-¡Buen día, señora Elroy! ¡Muy bien! Sólo café por favor
-Me alegra George y dime alguna chica casadera cautivó a mi sobrino.
-Cof-cof, hubo muchas chicas lindas, pero no lo creo…
-¡Oh, George, me preocupa que Albert, no siente cabeza! Creo que lo de Candy le provocó una gran decepción.
-No, se preocupe señora Elroy, pronto sanará esa herida en Albert. ¿Por cierto, dónde se encuentra?
-Aún, no baja, ya lo mande a llamar.
-¡Buen día Tía!¡George!
-¡William !¿qué te ocurrió? ¡Ya te revisó un médico! ¡Mira, cómo quedo tu hermoso rostro!
-Sí, tía, no te preocupes…
-¿Seguro fue en una riña? ¡Albert, no olvides tu posición actual! No puedes darte el lujo de comportarte como un jovencito rebelde.
- No, tía, sólo fue una torpeza de mi parte, por distracción me golpee con una puerta…
-Si una puerta, muy dura por cierto jaja. Agregó un George sonriente.
- Y a tí, George ¿qué te causa tanta gracia?
- Lo siento, señora, lo que ocurre es que fue muy gracioso el incidente…
- Tía…hoy no voy acompañarla, quede de recibir a Candy, recuerda que viene a pasar uno días en Chicago.
- Pero, toma siquiera un jugo, Albert…
- Lo siento, tía, tengo que irme. Depositando un beso en la frente de su tía.
- Te acompañó, William.
- No, George mejor, quédate aquí en Lakewood y encárgate de los pendientes, por favor…
- Esta bien…
- Ah¡ y tenemos una charla pendiente ¡eh!. En tono amenazador.
*
En Chicago, al medio día, en un exclusivo restaurante, una frágil joven trigeña, entraba y se dirigía con el camarero.
- ¡Buen día, caballero! Tengo mesa reservada…a nombre de Francisco Alvarez.. El camarero levantó la vista y la miro con desdén.
- Lo siento, señorita, pero no tenemos ninguna reservación a ése nombre.
- ¡Pero, cómo! ¡Si yo estuve presente cuando confirmaron con una llamada la reservación! ¡Por favor, quiero hablar con el gerente!
- ¡Lo siento señorita, no le puede atender en este momento! ¿Gusta esperar ha que se desocupe una mesa?
- ¡Esta bien! No es que Carla estuviera muy ansiosa de almorzar en ése lugar, pero quería comprobar con sus propios ojos que no se trataba de una descriminación.
Carla, esperaba de pie, muy cerca del ventanal principal, de pronto sus ojos vieron algo que la indigno. Un joven rubio, bajando de un elegante vehículo, para enseguida ser abordado por una rubia hermosísima, que se arrojó a sus brazos y él la tomó en vilo y giro con su preciosa carga, inmensamente feliz..
- ¡William! ¡Tal y como lo imagine! ¡Es un cretino! ¡Sólo trato de burlarse de mí! Y ella es tan hermosa, no puedo competir con ella. ¡Carla, que estupides dices!-Mientras sacudía insistentemente su cabeza, como para sacudir esas ideas.
- ¡Buen día, Señor Andrew! Sígame, le acompañó a su mesa.
Carla, siguio con la mirada llena de furia a la feliz pareja, se econtraba sumamente molesta por esta situación, así que se dirigió al camarero.
- ¡Caballero, usted me mintió! ¡hace unos momentos me indicó que no hacían reservaciones en éste lugar!¡Y a cabo de ver, que no es verdad!
- Lo siento señorita, guarde la compostura, me veré en la necesidad de pedirle que abandone este lugar.
- ¡Pero como se atreve! - Sintiendo que se agotaba su paciencia.
- Señorita, haga favor de abandonar de inmediato este lugar. Replicó el camarero con desprecio.
CONTINUARÁ
Capitulo 4.
TÚ SERÁS MÍA. CAPÍTULO 4
Name: MARTHA.
Date Posted: Jun 16, 04 - 10:31 PM
Message:
- ¡NO, CABALLERO! ¡No antes de que me escuche! ¡Usted me esta descriminando! ¡No porque no pueda pagar por el servicio! Sino porque usted desdeña mi origen. Pero, déjeme decirle que soy norteamericana y por ello exigó mis derechos. Es muy cierto, que soy de origen orgullosamente mexicano. Mi padre, emigró a este país, que se precia de respetar los derechos humanos y de hacer gala de la democracia. Él luchó por este país, dio su vida por él. Y por ello, exigo, ser tratada con respeto y dignidad.
- Señorita, baje la voz, que altera a nuestros distinguidos clientes.
Los comensales, empezaron a prestar atención a la discusión que sostenían el camarero y la jovencita. Pero, en específico una mesa.
- ¡Qué chica, tan valiente! ¿No te parece Albert?. Cuestionaba la rubia.
- ¡Carla!. El joven rubio, asentía en silencio, sin dejar de escuchar con atención tan acalorada discusión.
- Ës muy cierto, lo que exige, merece el mismo respeto, odio ese asunto de la descriminación ¿Hasta cuando cambiaremos nuestra forma de pensar, Albert?
Albert, se levantó de su mesa y empezó a aplaudir, el resto de los parroquianos, le miraban extrañados, Candice, se unió al rubio. Entonces, Albert, se dirigió hasta donde se encontraba la pareja en disputa.
- ¡Caballero, ésa no es forma de tratar una dama! Además, creo que esta cometiendo una injusticia, al no respetar la reservación que hizó, la señorita.
- ¡Señor, Andrew!
- Y, de ninguna manera, voy ha permitir que en uno de mis establecimientos, se de trato desigual a las personas. Por que debe saber, que nuestro país se formó en base a la inmigración, yo mismo tengo mis orígenes en tierras lejanas, así que éso me hace un inmigrante más.
- ¡Pero, señor Andrew!. Replicó un sorprendido camarero.
- Así, que caballero, tiene dos opciones: Una, le pide una disculpa a la señorita, o dos, tendré que suspenderlo por maltrato a nuestros clientes.
- ¡Lo siento señorita!
- Señorita Pesqueira. Agregó Albert.
- ¡Lo siento señorita Pesqueira! No fue mi intención hacerla pasar un mal rato. Retirándose de inmediato.
- ¡Por favor, señorita Pesqueira acompáñenos a nuestra mesa!
Carla, permanecía en silencio, se encontraba sumamente sorprendida por la forma como Albert, tomó control de la situación y más el conocer que era el propietario del establecimiento donde ella había armado tal alborotó.
- ¡Lo siento, no podría! ¡No me gustaría ser inoportuna! ¡Ya he causado bastantes problemas!
- ¡Vamos, señorita Pesqueira, sería honor para nosotros! ¡Por favor!. Suplicó, la hermosa rubia, que ya se había acercado al grupo en conflicto.
- ¡Por favor, señorita Pesqueira! Sería mi forma de desagraviarla. Agregó, Albert.
Carla, se sentía sumamente cohibida ,algo raro en ella, pues no solía ser así, pero la cercanía con Albert y la belleza impactate de la rubia, le hacía sentir incómoda, y creía no soportar que ellos se dispensarán muestras de cariño frente de ella.
-¡Por favor! Suplicó una vez más la rubia, obsequiándole una amplia sonrisa y Carla ya no pudo negarse.
Carla, sentía sobre sí, la mirada de todos los parroquianos y sus murmuraciones.
- ¡Señoritas! Albert, ayudó a las jóvenes a tomar asiento.
- ¡Gracias!
- ¡Pero, Albert! ¡¿Qué te ocurrió?¡Vaya golpe! ¡Seguro fue por camorrista! ¿No es así? Ja-ja. Abriendo desmesuradamente sus hermosos ojos verdes y mostrándole la lengüa al rubio.
- ¡Fue con una puerta! Respondió el rubio totalmente sonrojado al igual que Carla, que recordaba la causa de tremendo golpe.
- ¡Una puerta! ¡Y luego dices que yo soy la torpe! Jaja. Decía una rubia sumamente divertida.
- ¡Búrlate! ¡Después de tanto tiempo de no vernos y tu actúas así!. Dijó con fingido enojo.
- ¡Lo siento, Albert, yo también te he hechado de menos! ¡Me haces mucha falta!
Carla, hacía el intento por abandonar la mesa, cuando sintió que una vigorosa mano la sostenía de la muñeca, evitando así, que huyera.
- Diculpe, señorita Pesqueira, que descortés soy, no la he presentado.
- Candy, la señorita Carla Pesqueira.
- ¡Mucho gusto señorita Pesqueira! Con una hermosa sonrisa y extendiendo franca su mano- ¡El placer es mío, señorita White!. Agregó Carla.
- Creó que es momento de retirarme, seguro que ustedes prefieren estar sólos…..
- ¡Oh, no señorita Pesqueira! Albert y yo no somos pareja.
- ¡No, Candy, es mi protegida! Replicó, Albert, pero sumamente halagado, porque comprendió que Carla se encontraba celosa.
Capitulo 5.
fffffff
TÚ SERÁS MÍA CAPÍTULO 5
Name: MARTHA, ORGULLOSAMENTE ALBERTFAN.
Date Posted: Jun 20, 04 - 8:33 PM
Message:
- Sí, Albert, fue mi tutor, es como mi hermano, mi amigo. No conocí a mis padres, soy huérfana y Albert me adoptó cuando me encontraba desamparada- Carla se encontraba impactada por una muestra más de la bondad de ese hombre que poco a poco le estaba robando el corazón.
- ¡Oh, cuánto lo siento¡ también soy huérfana, pero afortunadamente yo cuento con mi abuela y ….
- ¿Y…? Cuestionó, Albert con sumo interés.
- Y Francisco, mi prometido.
- ¡Felicidades! ¿Así que pronto habrá boda? ¿No es así?. Agregó una Candy de muy buen humor.
- ¡Sí!. Respondió de forma tímida Carla.
Mientras, Albert, sujetó con firmeza la mano de Carla, que por una extraña razón no había hecho intentos por retirarla de la de Albert.
- ¿Te puedo llamar Carla? ¡Tú puedes llamarme Candy!
- ¡Por supuesto, Candy!
- ¿Dime cómo conociste a Albert? ¿Por qué ustedes ya se conocían? ¿No es así?
- ¡Vamos no seas curiosa! ¡Veo que no has cambiado ni un ápice!¡Sigues siendo muy entrometida, jaja! Replicó el rubio.
- ¡Mjjjumm!¡Al fin que ni quería saberlo!-mintió la rubia-¿Albert, pero cuando compraste este restaurante?¿Por qué no me lo dijiste?
- ¿Por qué y aún lo preguntas pequeña? ¡Por qué tu siempre tienes apetito y me ibas a llevar a la banca rota ! Y me ví en la necesidad de adquirir este negocio, JA-JA
- ¡Mjjummm, grosero!. Enseñando su lengüa al rubio y tornando su mejillas muy rojas.
- Candy, siempre goza de muy buen apetito, pero es porque es incansable, es una jovencita muy activa. ¡Sabe señorita Pesqueira…….
- ¡Vamos Albert no seas tan formal, llámale Carla!. Albert, volteo a mirar a la chica, esperando su aceptación.
- ¡Por supuesto, señor Andrew!. Respondió una tímida Carla.
- Entonces, Carla, no me llames señor Andrew, sólo Albert, por favor. Obsequiándole una cautivadora sonrisa y aplicando un poco más de presión sobre la pequeña mano que sostenía desde hacía rato.
- Esta bien….Aalbert. Con una tímida sonrisa y bajando de inmediato su rostro.
- ¡Pero que descorteses hemos sido! ¡Hemos acaparado la conversación! ¡Debes estar muy aburrida, ¿no es así, Carla?!. Comentó una rubia muy sorprendida.
- No, no …continúen por favor. Agregó Carla.
- ¿Carla tu prometido debe ser un hombre muy especial, para haber conquistado el corazón de una joven tan valerosa?. Cuestinó Candice.
- Sí, Francisco es un hombre magnífico, muy trabajador y un excelente ser….
- Un hombre muy afortunado. Agregó Albert. Carla, se ruborizó ante tal comentario.
- ¿Y tú Candy, no tienes un amor? Preguntó Carla.
- YOOO….UN NOVIO…..atragantándose por semejante pregunta- ¡No, es que yo…….
- Es que Candy, no dispone de mucho tiempo para las relaciones…ella se encuentra estudiando actualmente medicina en Paris. Agregaba un Albert, sumamente orgulloso de su pupila.
- ¡Medicina! Candy, tu si que eras valerosa. Respondió una Carla muy sorprendida y para quién no le había pasado desapercibido la gran satisfación del rubio por su joven protegida.
- ¡Sí, así es ella una joven decidida, fuerte, valiente y con una corazón bondadoso! Y algún día llegará el hombre indicado para ella, se lo merece. Agregó un Albert, sumamente conmovido. Carla pudó observar en él, un dejo de melancolía y profunda devoción por la chica rubia-¡Oh, Albert, gracias!
- ¿Y qué hay de usted Albert? ¿Existe una chica afortunada que le haya robado el corazón? Se atrevió a preguntar Carla, dejando su timidez a un lado y recuperando su fuerte carácter.
- ¡Carla, es que no sabes que estas hablando con el señor rompecorazones! Ja-ja. Albert, lanzó una mirada fulminante a la chica rubia. ¡Tiene una legión de admiradoras que suspiran por él, y que no pierden la esperanza de convertirse en la futura señora Andrew, pero él ni enterado!
- ¡Vamos Candy no molestes!
- ¡Pero, es cierto! Además, yo no te conozco ninguna relación……
- ¡Quizá es porque para el señor Andrew es más cómodo, enamorar una chica diferente cada día a comprometerse en definitiva!¿No es así?
- ¡Se equivoca señorita Pesqueira!¡Nunca me ha gustado jugar con los sentimientos de las personas! Y es cierto, que he tenido algunos romances fugaces, pero siempre he hablado con la verdad. Y también me he enamorado, de la chica equivocada- mirando directamente a una Candy que se encontraba muy entretenida saboreando un delicioso sorbete- y por amor la he dejado partir.
Carla, se encontraba sumamente sorprendida por la confesión del rubio, quién le había revelado con su mirada el amor que sentía por su protegida. La joven trigueña, no podía articular palabra ante semejante secreto.
- ¡Otra vez, ya empezaron con sus formalidades! Y por cierto, Albert no es así cómo lo describes Carla, es que no le conoces bien. Albert, es una maravillosa persona.
- ¡Carla, amor…siento llegar tan tarde!. Se acercaba un joven alto, de piel apiñonada y cabellera y ojos negrísimos.
- ¡Francisco……….!
- ¡Señor Alvarez, bienvenido! Saludó Albert.
- ¡Señor Andrew, que sorpresa!¡Creo que una vez más debo agradecer que le haya hecho compañía a mi prometida.!¡Oh, diculpe señorita, Francisco Alvarez a sus órdenes!-dirigiéndose a la rubia.
- ¡Candice White Andrew, es un placer señor Alvarez! Obsequiándole una impactante sonrisa- Por favor acompañenos.
- Lo siento, pero ya es muy tarde y tenemos que retirarnos, será en otra ocasión. Respondió Carla. Fue un placer conocerla Candy, señor Andrew, gracias por todo., adiós.
- Adiós.
Capitulo 6.
¡TÚ SERÁS MÍA! 6o, PARTE.
Name: MARTHA, ORGULLOSAMENTE ALBERTFAN
Date Posted: Jun 22, 04 - 9:33 PM
Message:
Tú serás mía parte 6.
Albert, siguió con sumo interés como se retiraba la joven pareja y a su vez, Candy no perdía detalle de los actos de su amigo. Y al fin rompió el silencio.
- Albert, ¿Te gusta Carla, verdad? ¿Desde cuando la conoces? Preguntó una Candie sumamente preocupada.
- ¡Hee!. ¡Candice, no digas tonterías! Respondió un Albert muy turbado.
- ¡Es cierto, estas enamorado de Carla! ¡Oh, Albert, pero ella esta comprometida!
- Lo sé, pero de verdad me interesa, es una chica muy especial. Al fin se sincero Albert.
- ¡Cuánto lo lamento Albert! ¡Entiendes que está próxima a contraer matrimonio.
- ¡Sí. Pero ella será mi esposa!. Afirmó un Albert muy seguro de sí; y dando un giro a la conversación- Y ahora señorita entrometida, dígame como le ha ido a usted en Paris, porque según recuerdo este almuerzo era para charlar acerca de su estancia en la Ciudad Luz”.
Candice, comprendió que su rubio amigo quería reservar sus sentimientos y termino por seguirle la corriente, ella sabía que cuando el estuviera listo para hablar lo haría.
- ¡Oh, Albert, es una hermosa ciudad y aunque ya tengo poco más de dos años radicando allá, los
estudios requieren todo mi esfuerzo y no la he terminado de recorrer!¡Ah, pero si te puedo decir, que
la comida es DELICIOSA!….
- JA-JA-JA, me hubiera extrañado sino lo hubieras mencionado, señorita glotona JA-JA-JA ¡Con razón
- te noto algo llenita de carnes…y luego cuando te alce en mis brazos, me costó un poco más de esfuerzo JAJA.
- ¡Grosero, Mjjjjummmm!¡No mereces que te extrañe!. Mostrando su lengua en señal de desaprobación un gesto muy característico en ella y con fingido enojo.
La verdad le fascinaba ver a su querido amigo reír de tan buena gana. Y estaba completamente segura, de que sino hubiera nacido en ella la aspiración por continuar una carrera profesional, tan absorbente y demandante como la de Médico Cirujano, ella hubiera terminado por aceptar a Albert, porque lo había aprendido amar, no sólo como el amigo leal, sino como hombre. ¡Sí, Candice White se había enamorado de Albert!, pero no podía permitirle que la esperara a que terminara la carrera, no él merecía una mujer que lo amará sólo a él, por sobre cualquier cosa y ella, no podía por ahora ofrecerle éso y tampoco tenía la seguridad de poder ofrecerlo en un futuro, por ello tomó la determinación de alejarse de él, para no seguir causándole más sufrimiento. Pero, ahora al ver a su amigo entusiasmado por una nuevo amor, le preocupaba que él sufriera una nueva desilusión.
- Lo siento, Candy yo también te he hechado mucho de menos. Con la más hermosa sonrisa- ¡Ven vamonos!
- ¡Y tu automóvil Albert!-Preguntó una Candy extrañada, al ver que el joven la toma del brazo y emprendiendo camino a pie.
- ¡Qué pasa Candy, tanta comida francesa te hizó perder la condición física!-Al ver que la chica la emprendía contra él a golpes-¡Pero sí es sólo una broma! JAJAJA, lo que pasa es que le dije al chofer que se podía retirar, de regreso tomaremos un de alquiler, porque deseaba dar un paseo contigo, como en los viejos tiempos.
- Albert, también añoró nuestras charlas y nuestros paseos. Respondió una Candy muy emocionada.
- ¡Candy, veo que sigues siendo una llorona! ¡Recuerda que luces más hermosa con tu bella sonrisa!
La rubia correspondió a tan dulce piropo con una maravillosa sonrisa, que la hacía lucir más hermosa. Albert, no resistió depositar un beso en su frente. Y el tiempo pareció detenerse en ese instánte para la bella pareja, los recuerdos vinieron a sus mentes, pero tan sólo era éso, bellos recuerdos. De pronto, algo rompió tan mágico momento.
- ¡Qué hermosa pareja forman! ¿Son recién casados?-Preguntó una vendedora de flores-¿Señor, no gusta compra un ramito para su esposa?
Ambos jóvenes se ruborizaron, ante la ocurrencia de la simpática anciana.
- ¡Su esposa! ¡NOOOOO! Es que….-Candice no sabía que decir y actuaba como si la hubieran sorprendido en una situación muy comprometida.
- Si deme éste- respondió Albert, dejando su turbación y actuando de lo más normal- Tenga, quédese con el cambio- Dando a la anciana algunos billete de alta denominación.
- ¡GRACIAS, SEÑOR! ¡Señora, usted es muy afortunada, tiene un esposo muy generoso! Agrego una anciana muy sorprendida por la generosidad del joven caballero.
Candice aún, no podía emitir palabra alguna, Albert, no dejaba de sorprenderla. Continuaron caminando, reían y no paraban de charlar. En verdad, parecían una pareja de enamorados y esta misma apreciación no había pasado desapercibida por unos hermosos y profundos ojos negros, que habían observado con un dejo de enojo, desilusión y celos ésta escena, desde la vitrina de una pequeña librería.
Capitulo 7.
TÚ SERÁS MÍA 7.
Name: Martha.
Date Posted: Jun 27, 04 - 10:52 PM
Message:
Tú serás mía 7
Varios días después, el joven rubio languidecía en su despacho, su escritorio estaba cubierto de documentos en desorden, algo muy raro en él, ni siquiera se le veía concentrado en lo que hacía y la llevaba algunas semanas con ese talante y se agudizó con la partida de Candice a Paris.
-¿Albert, has terminado de leer las cláusulas del contrato Pryor-Nour? Se acercó a preguntar su siempre fiel George- Esta pregunta tomó por sorpresa a un ensemismado rubio, quién al dar manotazos por la sorpresa regó la pila de papeles que descansaban sobre su escritorio.
-¡Aaaaaahhhhhhhh!¡Nunca hagas éso otra vez George!. En tono molesto y tratando de atrapar algunos documentos que salieron volando.
-¡Vamos Albert, no te comportes como una criatura berrinchuda!¡Se supone que estabas ultimando detalles del contrato, recuerda que éso debe quedar finiquitado a más tardar esta semana- Y agregó en torno sárcastico- ¡Y no dibujando corazoncitos como todo un colegial enamorado!- Este último comentario si que hizó mella en el joven rubio que lo miró con fiereza.
-¡George, mucho cuídado te estas pasando!¡Y de ninguna forma estoy dibujando corazoncitos….!- Bajando el volumen en su voz, al mismo tiempo que recogía los documentos regados por el suelo-Es que me tomaste por sorpresa- Realmente el chico no podía durar con enfado por mucho tiempo, además reconocía que no estaba concetrado al cien por ciento en lo que hacía-¡Y aquí tienes cotejado y corregido, sólo falta que Archie se traslade a las oficinas del Consorcio Pryor para su aprobación y este asunto quedará finiquitado tan pronto estampemos ambos nuestras respectivas firmas-Entregando una carpeta a George.
-Lo siento Albert, es que deseaba hacerte reaccionar, has estado ausente, y lamentablemente para tí, no hay tiempo para duelo y sanar así tu afligido corazón, sobre tus hombros descansa el futuro de la familia- Trataba de explicar así su conducta George- ¿Es por la señorita Candice, que te encuentras afligido verdad?¡Lucías radiante durante su estancia aquí en América! ¿Aún no la has dejado de amar?- Cuestionó de forma cautelosa George.
El joven rubio se desplomó en su asiento, en una posición de franco abandono y exhaló un profundo suspiro.
-¡Oh, George, a tí no puedo mentirte amigo!¡Es cierto que disfrute en verdad de la estancia de Candy! Recorde los viejos tiempos, aquéllos largamente añorados, en ocasiones surge en mí el deseo de ser libre como lo era antes, pero es sólo éso, ahora disfrutó de las labores que desempeñó como cabeza de familia, no es fácil, es vivir en constante presión, pero es apasionante visualizar nuevos proyectos que mejoren nuestra economía. Y también estoy consciente que nunca más seré aquél joven que gustaba de vivir en completa libertad, y con ésto no estoy renunciando a mis principios, pero el ser humano debe evolucionar y esa evolución es la madurez, es asumir con responsabilidad nuestras obligaciones. La presencia de Candy fue un dulce bálsamo, recordar un pasado hermoso, pero sólo eso …el pasado. Ahora vivo el hoy, el presente y Candy forma parte de mi pasado, aún siento cariño por ella, pero este también ha sufrido cambios del amor apasionado que sentí por ella, casí una obsesión, sólo queda un lazo fraterno, para mi es y será mi dulce hermana.
-¡Entonces, el porqué de tu tristeza!¡No lo entiendo, si dices que la presencia de la señorita Candice ya no te afecta!- Cuestionó un asombrado George.
-¡Porque estoy enamorado!- Lanzando un suspiro aún más profundo.
-¡Es cierto lo de Carla! ¡Creí que sólo se trataba de una broma!
-¡Ya ves que no y si estoy profundamente enamorado de ella!
-¡Lo mismo decías de la señorita Candice!
-¡Pero ahora estoy absolutamente seguro, no es obsesión y por ello, he mantenido mi distancia, necesitaba saber que era lo que realmente sentía por ella, ¡No es atracción física, como ocurrió con Candice! ¡Es algo más profundo, admiró en ella su voluntad férrea, su dignidad…
-¡No olvides que ella esta comprometida!
-¡Lo sé y lo peor es que no he podido acercarme a ella…siempre me rechaza!
:-< Continuará……..:-<