El nuevo ayudante de Santa x Loly
El nuevo ayudante de Santa
Por Loly
El otoño estaba llegando a su fin, en algún lugar las doradas hojas que cubrían los árboles, empezarían su lento y grácil baile, y cubrirían con un manto dorado los campos, la nieve pronto empezaría a caer y el invierno haría su entrada triunfal.
Eso ocurriría en algún lado del planeta, menos aquí, en el Polo Norte, donde sin importar la estación del año, siempre era invierno, la nieve cubría los tejados de la aldea, las chimeneas se mantenían encendidas día y noche, para espantar al frío que se mantenía siempre oculto, esperando que una puerta o ventana se abriera para entrar y adueñarse del lugar.
¡Es hora de que vuelva a trabajar! - Exclamo casi con un suspiro, la rolliza figura que se encontraba de pie ante la ventana contemplando el níveo paisaje. ¡Tengo listas que revisar! y pronto empezaran a llegar las cartas de los niños - se dijo alejándose de la ventana y encaminándose hacia su escritorio. La silla crujió como recordándole que no resistiría por mucho mas tiempo el peso de su voluminoso cuerpo, si no hacia algo al respecto - ¡Debería ponerme a dieta o tal vez hacer un poco de ejercicio! - de repente a su mente le llegaron imágenes de aquel día en que uno de sus ayudantes le trajo un maquina para hacer ejercicios y todo su cuerpo se estremeció - ¡Los niños están acostumbrados a verme así, si rebajara no me reconocerían, así que manos a la obra - dijo para acallar su conciencia.
Arrimo la silla al escritorio y con las dos manos, con mucho cuidado, coloco delante de él, una extraña caja de madera, la cual en su superficie tenia unos cuadritos de metal y cada uno estaba identificado con una letra, tomo una hoja de papel y la enrollo en un cilindro que se encontraba incrustado en la caja, comenzó a escribir el nombre de un niño, en seguida oprimió con un dedo una tecla de color verde que tenia la letra "B" escrita encima y cerro los ojos, si alguien lo viera diría que estaba orando. La maquina emitió un extraño sonido, parecido a un gato que le hubieran pisado la cola e inmediatamente al lado del nombre del niño apareció una letra "B" en dorado, el hombre abrió los ojos y suspiro aliviado, en seguida escribió el nombre de otro niño, solo que esta vez oprimió una tecla roja identificada con la letra "M", volvió a sonar ese extraño sonido y al lado del nombre del niño apareció en rojo y entre dos signos de interrogación la letra "M".
El hombre complacido, siguió trabajando por casi dos horas, del otro lado de la puerta, sus ayudantes levantaban la cabeza cada vez que oigan el extraño sonido que emitía la maquina, pero ninguno se atrevía a llamar a la puerta para averiguar que estaba pasando, ellos sabían que cuando "El Jefe" estaba trabajando en "La Lista" no debía ser molestado, a menos que hubiera una emergencia.
¡Vaya¡ ese chico tenia razón, en solo dos horas hice el trabajo que normalmente me lleva tres días - exclamo contento, emitiendo unos sonoros JO JO JO JO que se escucharon hasta el otro lado de la puerta - Ahora solo tengo que oprimir esta tecla amarilla y el trabajo estará terminado - dicho y hecho, el sonriente hombre oprimió la tecla amarilla, la maquina extrañamente, no emitió ningún sonido, el hombre espero unos segundos y frustrado volvió a oprimir la tecla, la maquina seguía sin moverse, las mejillas del hombre de un tono normalmente rosado, comenzaron a volverse coloradas, oprimió varias veces la tecla y furioso se quedo contemplando la caja, de repente esta comenzó a emitir el consabido ruido del gato al que le pisaron la cola, seguido de unos chirridos parecidos a un tren frenando de golpe, el hombre asustado, separo su silla del escritorio, ya que las teclas comenzaron a moverse solas y una salio despedida hacia la ventana - En ese mismo momento, una cajita que estaba al lado derecho del escritorio, emitió un tímido ¡Pipiiiii! - El hombre, esquivando una tecla que estuvo a punto de darle en un ojo oprimió un botón azul que había sobre la cajita e inmediatamente recibió una descarga eléctrica - ¡Por las astas de los renos! - exclamo adolorido, y coloco el dedo en su boca para ver si se calmaba el ardor, con la otra mano, tomo un lápiz y con mucho cuidado volvió a oprimir el botón y molesto pregunto - ¡DIJE QUE NO QUERIA SER MOLESTADO!.
¡Disculpe Jefe! - Dijo una temerosa voz que parecía venir desde dentro de la cajita - es que necesitamos que venga un momento a los establos, tenemos un pequeño problema.
¡ESTA BIEN! ¡SALGO PARA ALLA! - le contesto el hombre, levantándose y saliendo deprisa de la oficina, ya que la caja, que ya se había quedado sin municiones, perdón, digo... sin teclas, amenazaba con lanzar el cilindro.
Al salir de su oficina, se le unió un singular personaje, no mediría mas de un metro de altura, sus orejas terminaban en punta e iba todo vestido de verde - ¿Qué hace toda esta nieve delante de la puerta? - pregunto molesto el hombre a su ayudante - ¿Dónde esta la brigada de limpieza?
Tienen un pequeñito problema con las barredoras de nieve - se disculpo el hombrecillo
¿Pequeñito Problema? - La cara de su Jefe se estaba volviendo cada vez mas colorada.
Las maquinas en lugar de retirar la nieve... - el hombrecito trago saliva y casi en un susurro termino diciendo - hacen que aparezca más nieve, cubriéndolo todo a su paso, los operarios las están revisando para ver que pasa.
El hombre dijo algo ininteligible y le ordeno - diles que dejen lo que están haciendo y busquen cada uno una pala y que comiencen a retirar la nieve del camino de inmediato.
Si señor - dijo el hombrecillo y salio corriendo a cumplir las ordenes
Con bastante dificultad (por la nieve que cubría el camino), al fin el hombre logro llegar a los establos y se dirigió a un hombrecillo (que era muy parecido al otro ayudante, solo que un poquito más gordo y más viejo) - ¿Cuál es el problema?
Es la maquina que alimenta a los Renos - Le respondió el Jefe de los Establos
¿No funciona?, pero si la probamos y funcionaba perfectamente - exclamo el hombre cada vez más molesto.
¡No! Si funciona perfectamente - exclamo el Jefe de Establos - funciona demasiado bien, fíjese señor - y tomándolo del brazo lo llevo hacia un lado del establo, mire, cuando el Reno tiene hambre, solo debe oprimir este botón grande anaranjado con la pata y sale una porción de avena.
¡Entonces! ¿Cuál es el problema? - le pregunto el hombre a punto de perder la paciencia
El hombrecillo no contesto, solo se volteo y con el brazo señalo hacia el establo, el hombre, se volteo para mirar hacia la dirección que le mostraban y su rostro cambio de rojo a púrpura - resulta que la maquina funcionaba perfectamente, solo que no habían contado con la glotonería de los Renos y en una semana se habían comido la reserva de avena de un mes, por consiguiente, el pobre hombre tenia ante sus ojos a doce renos tan gordos que no podían ponerse en pie - ¡DESCONECTEN INMEDIATAMENTE ESA DICHOSA MAQUINA! Vocifero el hombre - me los ponen a todos a dieta, solo comerán de aquí a navidad heno y vegetales, también quiero que a partir de hoy hagan 4 horas de ejercicio diario - termino diciendo el hombre, saliendo furioso del establo. Los encargados de quitar la nieve al ver lo furioso que venía su jefe, corrieron a limpiar la nieve del camino que había entre el establo y un edificio que tenía un letrero que decía "Taller" que era hacia donde se dirigía el hombre.
En cuanto llego, fue atendido por otro hombrecillo que después del jefe, era la persona más alta de todos los demás ayudantes (mediría un metro con diez centímetros) - ¿Por favor dime que me tienes buenas noticias.
El hombrecillo se saco el sombrero (tenia forma de cono y en la punta tenia una bolita de lana) lo apretujo entre las dos manos y mirando hacia el suelo dijo -Lo siento mucho Jefe, hemos intentado de todo y siempre regresa.
¿Pero como es posible? - Exclamo desconcertado el hombre - ¿Lograron hablar con la Dama de las Nieve como les dije?
Si señor - le contesto sin dejar de mirar al piso el hombrecillo - ella es la que más lejos ha logrado enviarlo, pero vuelve a aparecer en el taller.
En un mes será navidad - exclamo el hombre - ¿Algo debe poder hacerse?
Si me permite una sugerencia señor
En este momento, acepto cualquier cosa
Como lo pidió, todos nos reunimos y hemos llegado a la misma conclusión
¿Y cual es?
La única forma es que se vaya de la misma manera que regreso
Pero.... Pero... tendríamos que esperar hasta el año que viene - se quejo el hombre, viendo que la esperanza se le iba - y en poco tiempo es navidad y si esto sigue así... no quiero imaginar lo que pasará...
También hemos pensado en eso... la única solución es que lo coloquemos en un lugar donde no pueda hacer daño o por lo menos, que afecte en lo mínimo posible el trabajo de los demás.
Bien, haremos lo que dices, quiero que le avises a todo el mundo y también crea un Comité para que se encargue de averiguar que paso ese día, para que en mayo del año que viene, repitamos todo, no debe fallar nada, todo deberá ser exactamente igual, hasta el más mínimo detalle.
Entendido Jefe
Ahora iré a hablar con él, para ver si logro sacar algo que nos pueda ayudar - dicho y hecho el hombre se encamino hacia el fondo del taller, llego ante una puerta, la abrió y con cautela entro. Era difícil caminar por la habitación, por todo el piso estaban regados papeles que parecían planos de extraños artefactos, al fondo había un escritorio y sentado ante el se encontraba un apuesto joven, de cabello negro y con un par de anteojos que casi le colgaban de la punta de la nariz, el hombre se acerco y se coloco detrás del joven, para ver que estaba haciendo. Sobre el escritorio había una hoja de papel muy parecida a las que estaban en el piso, y en la que el muchacho se encontraba tan concentrado trabajando que no se había dado cuenta que el hombre estaba a su espalda - ¿Qué estas haciendo hijo? - le pregunto temeroso de la respuesta el hombre al ver el extraño dibujo.
¡Ahhh! - disculpe señor no lo vi. - Replico el joven - estos son los planos para su nuevo trineo - y orgulloso le mostró el dibujo.
¿Esas cosas a los lados que son? - pregunto asustado
Son cohetes señor - respondió el joven - llevara uno a cada lado del trineo, con eso ira más rápido y terminara de entregar los regales en menos tiempo.
¡Ah! Ya veo - dijo el hombre, mientras pensaba - Debo hablar con los chicos para que escondan el trineo. ¡Stear hijo! quisiera preguntarte una cosa.
Dígame señor
En tú cumpleaños, cuándo soplastes las velas del pastel y formulaste tú deseo ¿Qué pediste exactamente?
Que quería ser ¡EL NUEVO AYUDANTE DE SANTA CLAUS!
P.D. Se que la historia la escribi hace añales, es que cada vez que la leo, no puedo aguantar la risa y oi queria hacer algo alegre.