Amantes
By Sadness
Para: Poule
Foro Andrew
14 de Febrero
“..Guardamos toda castidad y timidez, al recibir el olor de la figura codiciada, por nuestros dedos, ojos, labios, nuestros cuerpos…”
La frágil silueta femenina yacía en reposo, cubrían su desnudez la sedosidad de las sábanas que se adherían a ella, como una segunda piel. Mantenía cerrados los ojos y se aferraba con desesperación al cuerpo de su amante; solía invadirle un gran temor después del acto, miedo de que todo fuera un sueño, como cuando adolescente y su cuerpo desquiciado por los cambios hormonales le jugara algunas tretas; pero no, esta vez no se trataba de una ilusión, la humedad de su cabellera, la profusa transpiración en su piel, una sensación salaz impregnada en sus labios y su sexo destilado profusamente sus propios jugos, pero lo mejor era sentir la cálida cercanía de él, esto le indicaba sin la menor duda que todo era real-¡Mi amante!- y estos pensamientos le hicieron ruborizarse. Una férrea educación moral-religiosa., complementada por una extrema timidez y acomplejada por su físico, habían hecho de ella una joven introvertida poseedora de una autoimagen devaluada que le hacía obedecer ciegamente las figuras de autoridad e incapaz de rebelarse ante éstas-Bueno, eso fue antes de conocerles a ellos- Sonrío para sí, aún sin atreverse ha abrir los ojos- CANDICE WHITE, sin duda ella marcóle el camino a seguir: Luchar por su propio destino, Stear le obsequió seguridad y ternura y ahora él, le había hecho redescubrirse como mujer.
Poseedora de un intelecto sobresaliente, sentía marchitarse de a poco con el estilo de vida que sus padres habíanle elegido, así que por segunda ocasión en su vida, se rebelaba ante aquellos que arbitrariamente queríanle truncar sus legítimas aspiraciones. Después de una fuerte discusión con su s padres, actitud que no dejó de sorpenderles sobremanera, abandonó las comodidades del hogar paterno, mas cargada de valor y esperanzas, que de certezas, pues su vida de lujos no le habían capacitado para enfrentarse al mundo real, afortunadamente logró colocarse como institutriz y así pagóse sus estudios. El día más grandioso fue cuando graduóse de la Universidad con el título de bióloga y una mención honorífica. Y muy a pesar de su éxito profesional, ella seguía siendo una antisocial y sin mucha suerte en el amor. De aquellos, su s amigos de la adolescencia no tuvo más noticias, cada uno tomó caminos diferentes y no obstante, eligió Chicago para establecerse. Su dedicación e inteligencia le permitieron obtener una plaza en una importante sociedad protectora de Fauna Silvestre Américana.
Y fue así, como aquella tarde, encontrábase ensimismada despachando algunos asuntos; cuando abruptamente irrumpió en su gabinete un hombrazo llevando en brazos un pequeño envoltorio al que trataba con suma delicadeza-Disculpe, señorita necesito de su ayuda- Le suplicó con angustia el hombre, al tiempo que depositaba sobre la mesa de exploración su preciado cargamento. La joven no reparó en aquel hombre, su atención se centro de inmediato en el pequeño bulto de cuyo interior emergía un débil gruñido-¡Pobre criatura, debería darle vengüenza!- Recriminóle sin levantar la mirada -¿Hasta cuando entenderan que los animales silvestres no son aptos para como mascotas? Ellos requieren de vivir en su hábitat natural- Al tiempo que, manipulaba con gran pericia a la pequeña mofeta, que en un principio opuso amenazadora resistencia para finalmente terminar lamiendo afectuosamente la mano de la joven- Tenga cuidado señorita, a ella no le agradan los extraños- advirtióle el hombre, que hasta entonces, había guardado silencio, sin inmutarse ante las recias recriminaciones de la joven -¿Así que eres una bella damita eh?-Acaricióle con ternura, al tiempo que efectuaba exhaustiva exploración-¡Al parecer le ha simpatizado, es extraño a últimas fechas rehuía todo contacto, cuando siempre se caracterizo por ser muy sociable!-Explicóle el acongojado hombre. Fue hasta entonces, que la joven atinó fijar la vista en el hasta ahora ignorado hombre. La joven quedó boquiabierta al contemplar aquella presencia tan perfecta, tan hermosa y rabiosamente varonil-¡Ah!- Sintió como su entrepierna se humedecía y una ligera ola de calor le invadía desde su bajo vientre, hasta posarse en sus mejillas-¡Odio ruborizarme, pero no puedo evitarle!- Reprochóse para sí, la joven. El hombre al percatarse del turbamiento de la antes impasible joven, levantó su varonil rostro y fijó su mirada en ella.
“…Abre, deshoja el placer que te ofrezco. Abre, aspira el aroma oculto de los pliegues. Abre tus labios, abreva en la piel a tus ojos. Abre, da tu cuerpo. Ahí donde la lengua toca…”
El rubio adonis, abrió sus ojos aún somnolientos y miró a su alrededor y esbozó una sonrisa llena de complicidad, al contemplar la silueta femenina reposar entre su s brazos. Gustaba de despertar y sentirle cerca suyo; la calidez que emanaba de la voluptuosa desnudez de aquel cuerpo, le excitaba sobremanera. Le era tan familiar la temperatura, textura, olor y sabor de esa piel, que conocía a la perfección y sabiále hacerle vibrar de placer y a la vez, parecíale una aventura ir desentrañando todos sus misterios. Ella descansaba su cabeza sobre el varonil pecho y con su propia desnudez cubría la de su amante. El con suma delicadeza retiró algunas mechas aún húmedas, del rostro de la joven y con gran dulzura depositó un beso en la frente de ella, este dulce contacto fue el preámbulo de otras tantas tiernas caricias que fueron tornándose cada vez, más demandantes y atrevidas. De súbito ella montóse sobre el atlético cuerpo masculino, colócose a horcajadas, levantando ligeramente sus caderas y ayudándose con una de sus manos acoplóse al miembro varonil, que lucía ya tumefacto por el deseo, que ella generaba con sus caricias, besos y movimientos. El tomóle de las caderas asegurándose de penetrarle bien e indicándole el ritmo a seguir, cuando ella se sincronizó, él se apoderó de sus pechos que suplicaban atención, sus pechos que se ofrecían generosos y sin inhibiciones y que él, con urgencia de ellos nutria su deseo carnal en ascenso; estrujó con desesperación la suave y lasciva redondez de las carnosas nalgas femeninas; buscó la boca de ella, que demandaba ávida perderse en la de él, principio de un beso que tornóse antropófago. El mundo se congeló, los acontecimientos a su alrededor dejaron de existir, la percepción de sus sentidos se agudizó y sintióse caer en plácida agonía y a la vez tan en doliente alivio. Después de eternas caricias y suspiros, de breves minutos, después de desatada la tempestad, la calma se hizo. Y ambos amantes aún entrelazados, reposando uno en brazos del otro, no necesitaban más para alcanzar la felicidad.
***
“Abre, lenguas húmedas, prohibiciones que cicatrizan otras prohibiciones. Colinas penetradas descenso y ascenso de nuestros sentidos. Abre..”
El atractivo rubio recorrió con disimulo la silueta femenina, pudo observar lo prodigioso de sus pechos y por lo exuberante de las curvas, podía adivinar la sinuosidad del derrié, muy a pesar de lo holgado de la bata que le cubría y que gracias a ella y al descuido de la dama al tomar asiento en un banco demasiado alto, dejó al descubierto un par de voluptuosas piernas, este afortunado accidente hizo que le saltaran los ojos fuera de las órbita; muy a pesar de ser todo un caballero, su cuerpo movido por la carnalidad reaccionó ante la cercanía de aquella desconocida jovencita que jugaba a ser doctora. Con aproximadamente 24 años, cuerpo de tentación y carita de luna, aquella joven provocábale ternura y unos rabiosos deseos de brindarle protección. Definitivamente, aquella jovencita tenía un encanto muy especial, a pesar de lo poco femenino de su corte de cabello y unas horribles gafas que se obstinaban por ocultar un par de ojazos negros, enmarcados por unas abundantes y rizadas pestañas. Albert, había estado observándole con disimulo desde que inició la auscultación de poupet y más de una vez, sintióse excitado por aquella desconocida que le ignoraba soberanamente. El joven rubio estaba consciente de su atractivo físico y también estaba acostumbrado a ser el centro del asedio de las mujeres, jóvenes o maduras; por ello, asombróle la actitud de la trigueña de hacerle caso omiso, esa actitud le turbó sobremanera y fue la causante que el resto de la consulta guardara silencio, hasta que por un extraño acontecimiento ambas miradas se encontraron y puedo observar en ella un leve sonrojo, que le proporciono un toque deliciosamente seductor a su lindo rostro, el sólo imaginar que el fuera el causante de ese leve grana en sus mejillas, le hizo esbozar una sonrisa de satisfacción- Después de todo no le soy tan indiferente a la pequeña luna- Divagaba el rubio, cuando fue interrumpido por aquella vocecita tímida, apenas audible- Disculpe caballero, pero tengo la ligera sensación de conocerle de antes, su rostro me es familiar ¿Ha estado alguna vez en Londres?-¡¡¡!!! ¿Londres?( A como no identifique el típico acento británico) Sí, alguna vez, pero me temo que.. -No bien, hilvanaba sus propios pensamientos, cuando fue interrumpido de nuevo- ¡Sí, ya lo identifique! ¿Acaso no es usted Albert?-Sí, señorita, pero….- ¡Albert, el amigo amnésico y vagabundo de Candy! ¿Recuerda C-A-N-D-Y?-
Y esta forma de deletrearle pausadamente como si se tratará de un retrasado mental, incomodo al joven, quién le respondió de igual forma- Sí la RE-CUER-DO SE-ÑO-RI-TA- Al percatarse la trigueña de su falta de tacto, hizo que sus mejillas se tornaran aún más coloridas- Disculpe Albert, no fue mi intención ser grosera, pero me emocionó encontrar un rostro amigo después de tanto tiempo ¿Dígame como se encuentra Candy? ¿Sabe algo de ella? ¿Aún se frecuentan?-Ese alud de cuestionamientos sobrecogieron al rubio- Sí ella esta bien-respondió en forma seca-¿Ahora lo que me interesa saber es como se encuentra mi pequeña amiga, doctora?- ¡Oh! Es cierto, disculpe usted mi distracción. No le voy a mentir Albert, la pequeña poupet presenta lo síntomas naturales de envejecimiento, no hay mucho que podamos hacer, de hecho al tenerle usted excelentes cuidados ha prolongado en cierta manera su promedio de vida. Los transtornos digestivos, así como su aparente apatía e inapetencia son debido a la degeneración de las funciones básicas, ella no esta sufriendo ahora, pasará por largos períodos de aletargamiento y su deterioro se irá haciendo más evidente. Como profesional le sugiero sacrificarle y no prolongar el sufrimiento, como amiga se que esta decisión es difícil cuando alguien ha amado a esta criatura como usted lo ha hecho, la decisión a tomar no es nada sencilla- La joven retomó su actitud profesional y con hablar pausado, procedió a darle su parte médico.
Albert accedió a la difícil decisión, pero sabía que prolongar el sufrimiento de poupet sería egoísmo de su parte, tomó al pequeño animalito, le acarició y agradeció todos los años que le brindó su cariño de forma desinteresada-Poupet gracias amiga entrañable, te echaré de menos pequeña, pero es tiempo de partir linda-No pudo evitar que la voz se quebrará y de sus ojos manaran lágrimas. Era una lucha interna de sentimientos, la que ocurría en esos momentos en su corazón, desprendiáse hoy de su amiga fiel y muy querida y también, el día de hoy tenía que dejar ir la oportunidad que vislumbró al conocer a la joven doctora, no podía intentar iniciar una relación sentimental, no con ella, ¡Patricia O´Brian, la novia de Stear! Sería cometer una clase de incesto- ¡No! ¡Por Dios! No puedo dejarla ir, no ahora que sé como es sentirse en sus brazos, percibir su calor, su fragancia y esa paz que transmite, no puedo renuciar a ella, nadie antes había provocado en mí esa ambivalencia de sentimientos: Ternura y Deseo, no debo renunciar- Paty, no pudo evitar conmoverse ante las lágrimas de aquel coloso y de forma espontánea le cobijo entre sus brazos, tratando de brindarle un poco de consuelo.
***
“…Si el olor no fuera un despertar, un amante dormido entre los poros se hundirían los cuerpos. Si no existiera….aaah..liento verás, húmedas exhalación, albergue de las caricias dónde el deseo crece día a día..”
No puedo mentirme, me agrada sentir la calidez de su cuerpo desnudo, el sabor de su piel, impregnarme de su olor, memorizar con mis manos la textura y relieve de su amplia espalda, acariciar la redondez de sus nalgas con mis piernas, sujetarle y no dejarle ir jamás….Nutre mi propia lascivia escuchar su respiración agitada y observar ese brillo que adquiere su mirada celeste cuando esta excitado y luego, ese beso tierno que de a poco se va convirtiendo en demandante y apasionado. Beso, muerde, hurga en mi boca, su lengua en busca de la mía, beso, mordida, encuentro de lenguas…muerde mi cuello, mis hombros; luego, se hace de mis senos con desesperación, besa, estruja, muerde y yo me ahogo en mi propio placer, destilo deseo. Y entonces, con su lengua, sus manos, su s piernas me acaricia en claro descenso por mi cuerpo desnudo-¡Ah, necesito sentirme tuya, sentirte dentro de mí! ¡Albert…ahhhhh!-Esa lengua atrevida hurga donde nunca antes había llegado nadie, su lengua dentro mío..hace estragos y no puedo controlar mis impulsos..no creo ser yo…me gusta ….y él, cual colibrí a una flor, liba cual si de ello dependiera su vida de los jugos que destila mi sexo..ya no soy dueña de mí…ahora él, dentro de mí….¡AHHHHH! siento que me invade una angustia y a la vez la sensación más placentera jamás antes experimentada, similar a como si abandonáse mi cuerpo…acaricio, muerdo, araño, rasgo su piel y gimo…olvido por un momento, lo que ocurre a mi alrededor, sólo importar percibir, nutrirme de esas sensaciones. Luego, de a poco recobro la conciencia y percibo de nuevo la calidez de su cuerpo desnudo y me abraza a su cuerpo, ambos transpiramos copiosamente, me acaricia el rostro y me observa como si fuera la primera vez, besa mi frente y me obsequia la más radiante de las sonrisas-Te amo mi pequeña Luna y deseo hacerte el amor, cada vez que tu piel y tu boca busquen mi piel dormida y mi boca despierta. Deseo amarte por una eternidad-
- Sé que sus palabras son ciertas y que ésto no es un sueño, también sé que soy su amante y no me importa, fue mi elección y lo quiero libre a mi lado, sin que exista de por medio ningún convencionalismo social. También hoy sé que soy mujer…una mujer apasionada y una mujer capaz de ejercer su propia libertad y enfrentar sus temores, él, me hizo redescubrir lo valioso de mi ser- También te amo mi brillante estrella fugaz y deseo amarte sin palabras, sin pausas ni silencios y sólo con la muda presencia de mis actos, te amo Albert Andrew-Y un beso tierno en sus ávidas y despiertas bocas selló este pacto de amor.
***Fin***
¡¡¡¡¡¡Feliz Día de San Valentín querida Poule!!!!!
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Nota: Los frases de introducción, son fragmentos del poema Abre de María Belmonte, joven poeta mexicana, extraídos de su libro: La visión de la Bestia.
**La última frase de Albert: "...Deseo amarte..." es fragmento de mi admirado poeta mexicano Xavier Villaurrutia de su poema Nocturno Mar.