Deja que se lo lleve la lluvia x Fran
Deja que se lo lleve la lluvia
Stearfic Guerra Florida 2007
Por Fran
1
Las cosas no habían cambiado mucho. Desde que Stear regresó de Europa, todos lo trataban como si se fuera a romper. No mencionaban la guerra, sus cicatrices, sus pesadillas. Como si esa aventura del joven Cornwell no hubiera sido más que otro capricho en la larga lista de excentricidades que caracterizaba a la familia.
A la gente nunca le importó su sueño de ser inventor, movían la cabeza en forma condescendiente cada vez que ocurría uno de sus típicos accidentes y pasaban de eso, pasaban de Stear. A él le dolía pensar que todas sus acciones sólo fueran para los demás una "fase" de un chico que se está descubriendo y haciendo mayor, buscando experiencias para madurar o ser diferente. Un entretenimiento de esos que los millonarios buscan para no sentirse inútiles.
Realmente le gustaba inventar, pensar que de alguna manera podía ayudar a los demás. Creía que inventar era su don, lo que lo hacía diferente de las demás personas y por eso se empeñaba en cultivar sus conocimientos, en entrenar su habilidades para no perder la practica, o al menos eso hacía en el pasado.
Ahora ha caído bajo el dominio de los demás que lo inducen a ser un Andrew común y corriente, dedicado a los negocios de la familia. Le sorprende que el mismo Albert que vivió al máximo la aventura ahora esté tan comprometido con sus actuales responsabilidades. Le decepciona que después de tanto brío y entusiasmo ese vaya a ser también su futuro inminente.
Sus ánimos de luchar han perecido. La Guerra se ha encargado de demostrarle que no está lo suficientemente preparado para convertir muchos de sus sueños en realidad, que aun debe depender del respaldo familiar.
Después de un corto periodo de recuperación en una estancia de reposo, la familia ha convenido que es tiempo que retome su vida normal, o al menos lo que ellos consideran normal. El 100 aniversario de la fundación del banco es tan buena fecha como cualquier otra. Habrá una celebración a la que ha sido convocada toda la familia y le han sugerido que es la mejor oportunidad para reintegrarse a la sociedad a la que pertenece. Nadie se dará el lujo de faltar y Stear no debe ser la excepción.
Candy tampoco.
Ha estado presente en la discusión entre Albert y la Tía abuela Elroy por la asistencia de su prima al evento. Albert tan calmo como siempre y ella tan llena de prejuicios. Se entera que también se le achacó a ella su partida a la Guerra y quiere decir “¡BASTA! dejen de tratarme como un inepto que no sabe lo que hace”. Pero no lo dice, no encuentra fuerza para oponerse a absolutamente nada. Se ofrece a ir por Candy a la estación del tren y encargarse de ella mientras esté de visita en la mansión asegurando que ninguno de los dos se meterán en problemas, serán como dos fantasmas, si es que no lo son ya. Con eso de que no los pueden ver por ahí.
Fue una ocurrencia notable, a partir de ese día se volvió el mandadero de su tía, su pasión por conducir puesta al servicio de entregas de Madame Elroy.
El tren de Candy llega con retraso a la estación, ella confía que quien la esté esperando no se haya cansado y abortado la espera. Por alguna razón esperaba ver a Albert recibiéndola. No es Albert desde luego el apuesto hombre que la espera en la estación sumido en la lectura de una revista científica indolente a todo lo que ocurre a su alrededor. No le cuesta reconocer a Stear a pesar que no es el Stear de siempre, ojos picaros y sonrisa traviesa. Más alto y más fornido, su cabello extremadamente corto sin rastros de esas ligeras ondas que le daban un aspecto candoroso. Su rostro ahora marcado por ángulos y su mandíbula mas firme dicen claramente que la infancia es el pasado. Es una mirada difícil de descifrar y una sonrisa diferente a todas cuantas recuerda. Es Stear en versión adulta, piel tostada, ojos marrón, pelo azabache, con la sombra de una barba que no se ha afeitado recientemente. Un Stear de tonalidades oscuras como esa carta que le escribió cuando regreso de Europa, donde era fácil encontrar en entrelíneas toda la decepción del mundo y ahora la tenía frente a ella, palpable y dolorosa.
Se colocó junto a Stear, arrebatándole la revista lo hizo levantarse y darle un abrazo antes de que él pudiera darse cuenta de nada.
Si bien a Stear el abrazo lo tomó desprevenido, la memoria de su cuerpo reconoció ese calor con certidumbre. Rodeó con fuerza el cuerpo de la rubia y se permitió por unos escasos segundos hundirse en la melancolía.
Ella no dejaba de murmurar algo. Cuando por fin pudo controlar sus emociones, escuchó con atención la larga sucesión con las mismas palabras - ¡estás vivo! ¡estás vivo! - ¡Si qué lo estaba! la sangre corriendo a borbotones y su corazón latiendo desaforadamente como resultado del impacto de volver a ver a Candy.
¡Stear! Estás enorme, mira tus hombros, no los alcanzo a rodear
Tu estás tan preciosa que muchos se preguntaran como es que alguien como yo recibe tus atenciones
Necesitaba tanto esto, verte, tocarte, oír tus bromas para sentir que es real ¡Estás vivo!
Pues te tardaste mucho en venir a comprobarlo
Si... Bueno... Tu familia estaba primero, Patty, los que son más importantes para ti
Tu también lo eres
Lo sé. Lo sé, temía reaccionar tan patéticamente como lo estoy haciendo ahora, te recomendaron reposo en esa clínica y yo soy todo menos tranquila. Me hubiera gustado ser tu enfermera pero no me sentí capaz de controlar mis emociones y hacerte sentir incomodo
¿Incomodo? Pero si has hecho que todos me miren y me envidien por tener a una mujer tan bella en mis brazos.
Ya verás como puedo hacer más que eso
Candy se paró de puntitas y forzó a Stear a agacharse un poco para depositar un ligero beso en sus labios. Una gran sonrisa ilumino el rostro de Stear y se tornó tan rojo como las luces de advertencia que anunciaban el arribo de los trenes. Ella también lucía ligeramente sonrojada pero su sonrisa no revelaba incomodidad.
Bienvenida
Bienvenido tu también
2
Recuperaron el equipaje de Candy que dejó abandonado en cuanto reconoció a Stear y abordaron el auto. Debido al retraso del tren debieron cumplir con las diligencias que Stear tenia pendientes antes de regresar a la mansión.
Esas son realmente muchas fresas
Y solo son las que adornarán el pastel
¿Cuánta gente esperan que asista?
Demasiada
Harán que la mansión se vea pequeñita
La tía abuela no podía permitirse eso. La recepción será en un hotel. Se usaran los 3 salones, los comedores, las salas privadas y han reservado habitaciones para los que vienen de otras ciudades, de otros países
¡Qué impresionante!
Nosotros también tendremos habitaciones, pero no te hagas ilusiones, a ti y a mi no nos tocará compartirla
Jajaj, si que saben arruinarle la diversión a una. Me hubiera gustado contar contigo y tus manos de inventor para que me ayudaras a peinarme y a cerrar el vestido
La primera reacción de Stear es sonrojarse nuevamente, las bromas de Candy son del todo inocentes pero a él le afectan más de lo que esperaba.
Cuando me escuches gritar por las pesadillas te arrepentirás de compartir mi habitación - intenta aligerar con una broma pero Candy no le está prestando atención y mira a todos lados - ¿buscas algo?
¿cómo?
¿Necesitas algo? Parece que estás tratando de encontrar alguna cosa
Intento adivinar de donde saldrá
¿De donde saldrá qué? ¿el olor?, son las fresas
Espero que no sean fresas, espero al menos fuegos artificiales
¿para qué?
Para mi sorpresa de bienvenida, tu siempre inventas algo espectacular para recibirme, despedirme o que te recuerde
Hace mucho que deje de inventar Candy
¿Por qué?
Me cansé - vio en la expresión de Candy que eso no resolvía sus dudas - Tengo casi 21 años, con esta edad la gente ya se ha establecido, han encontrado que harán el resto de sus vidas. Me he quedado como un mero experimento que nunca alcanzó el éxito
Tu eres inventor
No lo soy. Quise serlo, quise ser muchas cosas y no logré ninguna
No me gusta verte así
Sobreviviré, siempre lo hago
Albert los esperaba impaciente en la mansión. Más tarde confesaría que temió un accidente, la combinación Candy/Stear era un imán para grandes catástrofes. Annie y Archie se reunieron pronto con ellos. La algarabía que llena cualquier sitio donde Candy está presente no podía faltar. El grupo la acompaño a su habitación, la ayudaron a instalarse, le dieron un recorrido por los cambios recientes ocurridos en la mansión y en sus vidas.
Llegó el momento de alistarse para la cena y Albert anunció que tenía una cita con su novia. Ante el regocijo de todos que no dejaban de exclamar felicitaciones entre la tonadita de "Albert tiene novia, Albert tiene novia". Tampoco faltaron las burlas de que ya se había tardado en formalizar con esta chica que lo traía totalmente loco. Invitó a Candy a cenar con ellos para que la conociera. Ella prefirió dejarlo para otro momento, se sentía cansada por el viaje. Antes de despedirse Albert les comentó que la tía abuela aun no lo sabía y que quería ser él quien se lo anunciara más adelante. Se despidió de todos muy sonriente.
La cena ocurrió en tensa calma. Después de la fría bienvenida de la tía Elroy sólo hubo un tema de conversación: la inminente fiesta.
Una vez que sirvieron el ultimo plato Candy se retiró pretextando estar muy cansada. Stear la alcanzó al llegar a la escalera. Para él también era difícil adaptarse a la rutina de la casa y se sentía como un extraño. Ofreció a Candy un paseo en su auto, pero tuvieron que desechar el plan porque necesitaba que lo lavaran primero, entre las fresas y las flores que había transportado se notaba un olor dulzón y penetrante. Candy quiso ir al taller de inventos de Stear, pero él no lo había vuelto a pisar desde que se fue a la Guerra y estaba cerrado con llave. Acordaron la terraza como lugar neutral.
Candy señaló dos árboles muy altos que se distinguían desde donde estaban y comentó con entusiasmo que no tardaría ni dos minutos en llegar a la rama más alta. Stear confesó que mientras huía por Europa había perfeccionado su técnica de trepar árboles. Pero rechazó el reto de Candy para que se lo demostrara argumentando que debido a la oscuridad era él quien contaba con todas las ventajas. Ya medirían a la luz del día sus habilidades. Discutieron el tema por largo rato. Candy no consentiría de ninguna manera que hay alguien mejor que ella trepando árboles ya casi lograba que Stear aceptara el reto, pero el auto de Albert se estacionó justo bajo donde ellos estaban, desviando su atención. Lo vieron abandonarlo con mucha desgana y suspirar al tiempo que se recargaba del vehículo para contemplar la luna, como si su mente se hubiera quedado en otra parte.
Candy y Stear concientes de que no debían espiar las acciones de Albert intentaban infructuosamente esconderse tras una columna. La risa les ganó cuando comprobaron cuan imposible era que dos personas ocuparan el espacio de una y fueron descubiertos por Albert que subió hasta donde estaban ellos, les deseó buenas noches y se retiró tan rápido como llegó con una gran sonrisa y ese aire ausente. Mientras ellos se retorcían uno contra el otro tras la columna hasta que terminaron cayendo al suelo en un nudo de extremidades.
Se ve realmente feliz
¡AHH el amor!
¿Y tu Stear? ¿También te cansaste del amor?
¿Lo dices porque Patty no esta aquí?
Ella te esperó y sin embargo no están juntos
No me perdonó, Candy. No me perdonó que la abandonara, que arriesgara mi vida y la llenara de angustia. No dejó de recriminarme un solo día del tiempo que estuvo conmigo. Después ella decidió que no era lo que quería para nosotros, llevaba mucho tiempo alimentando el resentimiento por mi estúpida "falsa muerte" y no quiso seguirme causando más culpas
Pero lo hiciste por ella y porque creías en lo que hacías
No la culpo Candy, le hice daño y no puedo sanarlo, ni siquiera me puedo conformar yo, ¿cómo puedo pedirle a Patty que ella olvide todo?
¿No la extrañas? ¿No extrañas lo que sentías por ella?
Me siento vacío
Te comprendo a veces me siento igual
¿También te cansaste del amor?
No me cansé, pero sus huellas hacen que sea muy difícil volver a andar por ese camino
Ya te puse triste, mejor vete a tu cuarto antes de que te haga llorar
Tu también debes descansar
Más tarde, mi insomnio no es cosa reciente, siempre lo he padecido
Nos vemos mañana
Candy deposita un beso en la mejilla y siente por primera vez la aspereza de su barba incipiente que le deja un cosquilleo en los labios. Desenreda su cuerpo del de Stear y se encamina a su recamara.
3
Para Candy levantarse temprano es muy difícil. En el hogar de Pony sus obligaciones y el barullo de los niños son su despertador "biológico". En la mansión nadie se tomó la molestia de despertarla, ni siquiera hay un rayo de sol que se filtre por las gruesas cortinas o un ruido que traspase las paredes y duerme hasta que la cama empieza a ser incomoda.
Es el día de la fiesta y los empleados marchan de un lado a otro ultimando detalles. Algunos la saludan con cortesía pero le son tan desconocidos como ella a ellos. Por fin en medio de ese ejercito de gente una cara conocida. Stear llega con varios paquetes que un par solicitas mucamas retiran con rapidez de sus manos.
Buenos días Stear
Buenos días Candy, ¿dormiste bien? - una sonrisa es la respuesta de Candy que motiva la primer sonrisa del día de Stear.
¿Dónde están todos?
Archie va a la Universidad por las mañanas y al Banco por las tardes. La tía abuela en el hotel desde que amaneció, anda muy ocupada con la organización de la fiesta. Nos ha dejado repartidas nuestras asignaciones antes de marcharse. Albert, no te lo puedo decir con exactitud - su sonrisa se vuelve picara y se acerca para susurrarle - pero hace un momento vi a Romica Frelka y no se dedican a revisar su correo precisamente cuando están juntos
A pesar de que Candy quiere sonreír por la insinuación de Stear el resultado es algo parecido a una mueca.
¿Estás celosa?
Jajaja ¿Soy tan obvia? - Stear asiente lentamente y le pide que le cuente que le pasa. Sólo que hay demasiada gente revoloteando alrededor y ella se siente dudosa. La invita a desayunar a la calle, aunque por la hora es más propio llamarle comida. El lugar elegido es un sitio sencillo pero con un menú muy variado. Después de ordenar retoman su conversación.
Alguna vez tuve esa loca idea de ser quien viajara con Albert para brindarle compañía. Él y yo siempre coincidíamos que pese a todo nos sentíamos muy solos. Creí que en algún momento haríamos un pacto de esos donde prometes que si no logras encontrar el amor a determinada edad lo elegirás a él como pareja. Nunca me decidí del todo a tomar la iniciativa y ahora es demasiado tarde ¿no?
Romica lo hace muy feliz con su compañía, entre otras cosas
Me alegro tanto por él. Es extraño ¿sabes? Siempre me he considerado independiente, capaz de hacer lo quiero en el momento que quiero. Pero no es del todo cierto. Siempre hubo alguien condicionando mis decisiones, estimulando mis acciones y casi siempre fue Albert ese alguien. Espero no decepcionarte, pero la principal causa para venir en esta ocasión, aparte de verte, claro, era buscar el apoyo de Albert para decidirme a que hacer de ahora en adelante
¿Tienes algún problema?
No es un problema, sería ridículo que lo llamara problema comparado con cosas más graves que les suceden a otras personas. Sólo es momento de tomar una decisión y no se como hacerlo
A lo mejor te sirve si me lo cuentas, te puedo dar otra perspectiva
Tiene que ver con Patty
Buen punto. Eso compromete mi objetividad. Aun así te puedo escuchar.
Patty se quedo en el Hogar de Pony un tiempo después de .. ya sabes. Los niños, algo de responsabilidad le hacían olvidarse de las cosas tristes. Pero Patty es muy lista y muy organizada, en poco tiempo ella tenía bajo control muchas de las tareas del Hogar. La señorita Pony, la Hermana Maria y yo, nos quedamos en el papel de niñeras y era Patty quien asumía los asuntos importantes, lo cual no estaba nada mal, esas complicaciones provocan dolor de cabeza y muchas preocupaciones. Cuando vino a verte creímos que el hogar sufriría su ausencia, pero no, todo funcionaba como reloj.
¿Te sentiste inútil?
Innecesaria
jaja desde luego, disculpa, continúa por favor
Es todo, soy enfermera, trabajo en el hospital pero ahí sólo se atienden casos simples, los graves son enviados a la ciudad. Los niños tienen a la señorita Pony y a la Hermana Maria y el Hogar a Patty.
¿Quieres regresar a Chicago?
No lo se, no tengo muchos incentivos aquí, todos están adaptados a sus vidas
Yo no
Lo harás, no eres de los que se quedan quietos
Debe haber algo más que quieras hacer
Me atraía la idea de viajar con Albert pero ahora eso sería contraproducente, se prestaría a malos entendidos.
Puedes cargar las maletas de Romica
¿Ella viaja con él?
Es su organizadora de viajes, elige los hoteles, prueba las camas. ¿si sabes cómo se conocieron?
¡Claro! en Nueva Zelanda, Albert tuvo un contratiempo en el hotel donde se hospedaría y ella lo ayudo a conseguir otro alojamiento. Formaba parte de una compañía de suministros para hoteles y tenía muchos contactos. Aunque hubo atracción entre ellos, él prefirió no avanzar porque tenía que regresar a casa y ella le pareció demasiado valiosa para un romance ocasional.
Ella opinó lo mismo de Albert, que era demasiado valioso para estar lejos de él y dejó todo lo que hacía y se embarcó hacia América.
Albert quedo anonadado con la intrepidez de la chica, pero al mismo tiempo un poco confuso, ¿quién en su juicio hacía algo como eso?. Le ofreció hospedaje y se mantuvo alejado de ella.
Pues lo siguió sorprendiendo, no llevaba tres días aquí cuando ya había conseguido empleo en una escuela dando clases de idiomas. Se marchó de la mansión a los pocos días cuando consiguió otro alojamiento.
Albert tan protector como siempre, no podía evitar asegurarse que ella no corriera peligro o sufriera alguna carencia y la visitaba para ayudarla en cuanto fuera necesario. No me lo dijo pero si que la extrañaba cuando lo dejó casi sin motivo y aparentemente se las arreglaba muy bien sola y creo que por eso se empeño en frecuentarla.
La despidieron del trabajo debido a los rumores que las visitas de Albert provocaron y Albert le ofreció trabajo con él y desde entonces son inseparables.
No sabía eso. Albert ya no me cuenta todo como antes. Sólo sabía que ella lo ponía muy nervioso porque lo provocaba y al mismo tiempo le hacía saber que estaba muy bien sin él.
Ya tiene otra confidente, lo siento Candy
No lo sientas por mi. Estoy bien. Un poco perdida pero muy bien.
Así me gusta. Vamos a dar la vuelta a lo mejor ves a algún chico que te haga que desees dejar todo por él y regresar a Chicago.
Me parece una buena idea también buscaremos alguien para ti
4
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene pasajes de naturaleza sexual si te incomodan relatos de este género ya sabes que hacer
Una vez en el auto dieron varias vueltas por la ciudad sin encontrar lo que buscaban. De pronto el motor empezó a toser y se detuvo bruscamente. Estaban en una zona alejada de la ciudad y no se veía ningún taller o algún sitio con un teléfono para llamar por ayuda. Stear se negó a revisarlo y tratar de repararlo como Candy sugería. De nada serviría si sólo andaría un par de kilómetros y quedaría peor. Stear pateó con fuerza el vehículo y propuso que empezaran a caminar para buscar ayuda.
Apenas habían avanzado un par de calles cuando una fuerte lluvia se desató. Lo que faltaba. El mal humor de Stear se hizo tan tangible como las nubes en el cielo, oscuras e impredecibles. Gruñó de impotencia y apretó sus puños a los costados de su cuerpo. Candy no se atrevía a tocarlo. Al poco tiempo la misma lluvia obró un efecto calmante en él, alzó su cara al cielo para recibir las gotas directamente y murmuró que esa lluvia se llevaría sus penas. Siempre ha sido así, nunca le dura demasiado un enojo. Fue cuando Candy se animó a tocarlo, puso una mano en su pecho y sugirió que buscaran donde cubrirse de la lluvia.
Stear se quito los lentes para poder ver, ya que la lluvia los empañaba. Candy se sintió de inmediato atraída por sus ojos ahora tan calmos y dulces. Levantó su mano para tocar su rostro siguió las líneas de las ojeras con sus dedos y deslizó el dorso por la mejilla y acaricio los recios trazos de su mentón.
La lluvia se habría llevado sus penas, pero esa caricia se había llevado de golpe unos años y Stear volvía a estar en el colegio y seguía enamorado de Candy. Como a un adolescente sus hormonas enviaron señales a esa parte especifica del cuerpo.
Tienes unos ojos tan expresivos. Seductores
Sigue siendo demasiado tarde Candy
¿De qué hablas?
De nada
Siempre me dices eso
¿Lo recuerdas?
Claro. Buscábamos a Annie bajo la lluvia y te quitaste los lentes. Son muy grandes y cubren gran parte de tu cara ¿no has pensado en cambiarlos? lucirías más guapo todavía.
¿No le basta acariciarlo, mirarlo con adoración ahora le dice que puede verse hasta guapo? ¿Sabe Candy que ha abierto un hueco en el tiempo y lo tiene nuevamente enamorado de ella como hace 5 años? Es un nudo en su estomago apretando y algo más en su pantalón apretando también. Lo que sucede en ese instante lleva cosa de segundos pero Stear lo vivió en cámara lenta.
Un auto aparece por un extremo de la calle y ella se gira para llamar su atención, el coche pasa de largo demasiado cerca de ellos y Stear tiene que acercar a Candy a su cuerpo para que no sea arrollada por el auto. Su espalda en su pecho y el inicio de su cadera justo ahí. Es un gruñido, es un lamento, es un sonido difícil de precisar el que emerge de su garganta. Candy se gira dentro del cerco de sus brazos sin dejar de rozar su cuerpo provocando con la fricción un gemido de placer incontrolable.
¡Stear! ¿Que te sucede?
Stear no responde. Aparta con firmeza a Candy de su cuerpo y se aleja dando grandes zancadas sin rumbo. Escucha que ella lo llama y él trata de esconderse en un zaguán de un viejo edificio.
Pero eso no detiene a Candy y lo encuentra recargado de la pared respirando trabajosamente y manteniendo los ojos cerrados por lo que no se da cuenta que ha sido descubierto hasta que vuelve a sentir el cuerpo de Candy contra el suyo. Por un breve instante cree que es producto de su imaginación pero Candy se apoya en su cuerpo, sintiendo plenamente el abultamiento bajo sus pantalones y esta vez entiende el por qué del comportamiento de Stear, al ver como su cara se llena de carmín.
No tienes porque esconderte de mi
Yo... Candy... No...
Tranquilo, yo te ayudaré
Jamás hubiera previsto la clase de ayuda que le daría Candy hasta que sintió su pequeña mano abriéndose paso entre sus pantalones, trató de detenerla pero sólo ejerció mas presión sobre su erección y una oleada de placer muy intensa. Se abandonó a las caricias de su amiga. Ella sólo lo tocaba y apretaba de vez en cuando, él tomo su mano y la guió en un movimiento ascendente y descendente hasta que ella descubrió el ritmo adecuado y se encontró pidiendo más, más fuerza, más presión, más rapidez.
Candy no veía lo que su mano hacía estaba pendiente de las expresiones de Stear, como apretaba los ojos, respiraba a grandes bocanadas o se mordía los labios evitando gritar. Le pidió que acelerara sus movimientos y él colaboró embistiendo contra su mano hasta que sintió la humedad entre sus dedos, no le importo al ver la paz en el rostro de Stear y como una sonrisa se iba dibujando en su rostro.
Stear en medio de un tono gutural dijo su nombre – CandyCandy Candy ¡Oh dios Candy! – hasta que su cuerpo dejó de sacudirse. Con lentitud sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo ofreció a Candy, aun no abría los ojos, no se sentía capaz de mirarla.
¿Como sabías... porque lo hiciste...?
Alguna vez leí un articulo sobre un doctor que había inventado un aparato para provocar orgasmos en sus pacientes que presentaban algunos comportamientos irregulares y como mediante un desahogo sexual los ayudaban a tranquilizarse
Creo que es tiempo de que me interese en la medicina - Por fin abrió los ojos y vio el genuino interés de Candy por él - Gracias, supongo
No fue nada - si fue algo y fue mucho y Candy tenía que saber lo mucho que para él había significado
Candy, no te.... tengo que hacerlo, no te inquietes
Tomó su rostro en sus manos y la besó. Candy no se negó y poco a poco se fue haciendo partícipe del beso y le permitió ahondar en su boca y sabía que debía detenerse o estaría nuevamente muy excitado
Debo devolverte el favor
No creo que debas... hacerlo Stear... es... - Stear no hacía caso de sus protestas, empezó a buscar bajo su falda hasta dar con los limites de su ropa interior que franqueo rápidamente para encontrar su pubis, introdujo un dedo bajo el y lo deslizó fácilmente - ....detente... yo... yo no necesito... e-eso
Yo creo que si - murmuró en su oído y deslizó su lengua por la línea del mentón hasta alcanzar el lóbulo de la oreja de Candy y morderlo ligeramente - estas húmeda - su voz era tan baja y ronca que aunque apenas distinguió las palabras. Su cuerpo reaccionó con voluntad propia y apretó el dedo de Stear entre sus piernas e intentó levantar sus caderas para lograr más contacto.
La mano de Stear hacía cosas a sus genitales, había un punto que cada vez que lo tocaba le provocaba una corriente que se expandía por todo su cuerpo y cuando uno de sus largos dedos de inventor penetraba en su cuerpo el aire en sus pulmones no era suficiente.
Stear no... no... no te detengas
Haré más que eso
Se deslizó hacia abajo y levantó el vuelo de la falda de Candy. Escondió su cabeza bajo ella, soltó los lazos de la ropa intima de Candy y la desprendió hasta que llegó al suelo. Soplaba suavemente y el movimiento de los rizos de su pubis la hacían jadear pero casi gritó cuando sus dedos abrieron su vulva y algo húmedo, caliente y ligeramente rasposo se deslizó por lo largo.
Si alguien pasaba por ahí los llevarían a la cárcel, pero si Stear se detenía ella se volvería loca. La succión le dio la seguridad que era la boca de Stear la que le estaba dando tanto placer. Se sujetó muy fuerte de sus hombros porque no había nada en las paredes para afianzarse. No adivinaba qué hacía, cómo lo hacia. Sólo veía movimiento de la cabeza de Stear y una extraña necesidad se iba apoderando de ella y era cada vez más y más exigente. Stear lo comprendió porque incrementó sus acciones hasta que algo dentro de ella estalló y la liberó.
Stear no dejó de pasar su lengua hasta que los espasmos se acabaron y Candy casi estaba sobre su espalda con las piernas tan temblorosas como gelatina. Stear se levantó sin dejarla de sostener, la ayudó a acomodarse la ropa y la mantuvo abrazada hasta que sintió que podía hablar.
Gracias, supongo
Estamos a mano. Regresemos al auto.
Candy no protestó ni cuestionó por qué lo harían, se sentía lánguida y relajada. Stear por el contrario no dejaba de hablar, que si el de mantenimiento de la mansión era un haragán que no hacía su trabajo, que si la lluvia dañaba la tapicería, que si tal vez le dieron demasiada importancia al percance y sólo se trate de la gasolina que se agotó.
Abrió el cofre, revisó los cables, algunas piezas y dio un par de golpes a unas de ellas. En el momento que intento ponerlo en marcha, el auto protestó un par de veces pero arrancó.
Listo señorita puede abordar su carruaje
Stear sigue lloviendo
Intentaré subir la capota
Déjalo ya estamos mojados
Jajaja desde luego que si
5
Es muy tarde cuando llegan al hotel. La tía abuela trina contra Stear porque no cumplió con sus ultimas encomiendas. Pero termina cediendo su enfado al verlo lleno de grasa y empapado hasta los huesos. Los conducen a sus habitaciones para que se preparen para la fiesta.
Annie ya está en la habitación de Candy casi lista y le ayuda en todo lo que puede para que su cabello quede limpio y desenredado. Los chicos Cornwell pasan por ellas y se encuentran a Eliza y Neil en el ascensor que casi les exigen que Candy use las escaleras de servicio. Como no desean que los vean junto a ella, dicen que esperaran la siguiente vuelta del elevador para bajar, pero Stear abre el panel de controles y deja inutilizado el elevador por mas de una hora hasta que el servicio de mantenimiento del hotel puede reparar el desperfecto.
Fue tal como dijo Stear. Todos los salones del hotel se van llenando de gente, lo sorprendente es que en su mayoría son Andrew. Vienen de varios estados del país y del extranjero. Candy descubré como sólo los Andrew que ella conoce son extraordinarios, los demás parecen muy apegados a las apariencias. Pero debe cambiar su opinión cuando escucha una risa reverbar por todo el salón.
Una chica trigueña ríe desenfada y se ve que no le preocupan mucho las etiquetas. Trae un vestido demasiado sencillo para la una fiesta de tal calibre, pero en ella luce muy bien. No se ve que cuide tanto de su apariencia, su piel se muestra bronceada, no lleva mucho maquillaje para cubrir o resaltar sus facciones y eso la hace destacar aun más en un mar de rostros blancos que hasta se adivinan demacrados. Tampoco ha llenado su cabello de lacas y lazos, lo trae corto y dejando que siga su forma natural. Libre de falsas poses, su primera impresión de ella es muy favorable.
Candy pregunta a Stear por ella y él la conduce hasta ella para presentarlas.
Candy te presento a Romica Frelka
Romica ella es la adorable Candy, de quien tanto te hemos hablado
Vaya que si lo han hecho, eres muy famosa pequeña. Deseaba mucho conocerte
Yo también. Albert se ve muy feliz y sé que es gracias a ti.
Albert llega en ese momento y abraza a Romica por la cintura ante el escándalo y desaprobación de algunos. Platican un momento. Albert es el anfitrión y debe ocuparse de los invitados. Romica también conoce mucha gente y es requerida por algunas personas. Stear ha desaparecido y Candy no sabe que hacer entre tantos invitados.
Intenta integrarse a algunas conversaciones pero en cuanto se enteran quien es ella se alejan como si estuviera enferma de algo contagioso. Archie y Annie le aclaran el panorama. Eliza ha estado difamándola ante los miembros de la familia y han preferido creerla. No le han dado el beneficio de la duda a Candy. Eso disgusta a Candy, la estupidez de la gente, sus esquemas tan cerrados y se refugia en uno de los salones desocupados para no tener que fingir ante gente que ni eso se merece.
Stear la encuentra más tarde. Sus manos aun tienen rastros de la grasa del auto o eso cree ella hasta que él le narra con lujo de detalles como acaba de dar un giro a la iluminación del salón principal. Los empleados del hotel habían agregado más lámparas pero estaban mal conectadas lo que provocaba un sobrecalentamiento en los conductores, Stear le cuenta con orgullo como dio con el problema y lo resolvió agregando como bonus ciertos efectos para dar más vida a la iluminación.
Ella no relaciona a este Stear travieso y ocurrente con el de hace apenas unas horas tan taciturno y controlado. Ha recuperado su entusiasmo habitual. Pero él no olvida lo que lo caracteriza así que le recomienda a Candy abandonen la fiesta antes de los fuegos artificiales.
Usan como cuartel general el salón de su piso. Pronto llegan Annie y Archie. Albert y Romica van y vienen alternativamente para convivir con los chicos. Se han enterado de las intrigas de Eliza y han pedido a los Legan que abandonen el sitio de una manera discreta. Las chicas quieren bailar y a Archie y Albert no les queda mas remedio que bajar al salón.
Stear se levanta de su asiento y toma la mano de Candy invitándola a bailar.
No tengo animo de bajar Stear
Eso se puede arreglar - fuerzan la cerradura de una de las habitaciones que queda justo sobre el salón y abren la puerta del balcón para que les llegue la música.
No puede ser más perfecto. El cielo salpicado de estrellas, la luna sonriente creciente, la música filtrándose por la ventana y las cortinas que el viento ondula como acompañando su danza. Stear teme tropezar pero recuerda la infinidad de veces que ha bailado con Candy y en todas ha sido mágico como si sus pies flotaran. Su cintura es tan pequeña y su mano en su mano se acopla como si estuvieran hechas a la medida, piensa que tiene las manos llenas de Candy y le hace gracia. La música se vuelve más melosa y siente la necesidad de ceñirse más a Candy, de perfilar su silueta con sus manos, de besarla suave y dulcemente como las notas de la canción con la que sus cuerpos se mecen.
Candy ajena a los deseos de Stear se acurruca en sus brazos y suspira
Esto ha sido lo mejor de la noche, sentirme a gusto en tus brazos
No debería abrazarte después de que me arruinaste la noche a mi
Yo no hice eso, yo lo pase muy mal
Exacto y debería ser yo el fenómeno de la fiesta, el perdedor que todos señalarían, ya ni eso tuve
No lo necesitas, no de esa gente Stear, no vale la pena
Lo mismo va para ti.
Eres un tramposo
Soy muy listo
Claro. Te quiero Stear
Te quiero Candy.
Bailan hasta que la fiesta se termina abruptamente debido a los desperfectos con la iluminación y deben abandonar su salón de baile particular. Archie ha robado comida de la fiesta y los invita a seguir comiendo en su habitación. Disfrutan narrándoles con detalles las caras de los presentes cuando las luces se apagaban y prendían con patrones tan irregulares. Stear se envanece cuando Archie asegura que muchos reconocieron el águila y la letra “A” que formaban las luces intermitentes. A un par de horas de que amanezca se retiran a sus cuartos. Stear acompaña a Candy a la suya y cuando él esta a punto de marcharse ella le recuerda que lo que le dijo el día anterior sobre compartir la habitación y necesita ayuda para arreglarse el pelo.
Stear entra un poco indeciso, no sabe las intenciones de Candy, no quiere hacerse una falsa ilusión y prefiere quedarse con el recuerdo de esa tarde y esa noche. Le ayuda a soltarse el pelo y anuncia que se retirara. Pero ella lo toma de la mano y le dice que quiere asegurarse que dormirá esta noche y que si es necesario vigilará su sueño.
A Stear lo sobrepasa esa atención de Candy y cede ante la rubia. Se acuestan en la enorme cama y hay mucho espacio entre ambos, al menos más del que él quisiera. Pero no le lleva mucho conciliar el sueño.
6
ADVERTENCIA:
Este capítulo contiene pasajes de naturaleza sexual
si te incomodan los relatos de este género ya sabes que hacer
La persecución, el miedo, lo desconocido, su brazo roto, sus heridas, el dolor. Todo eso es parte de la pesadilla. Grita y aúlla y es su propio grito lo que lo despierta, se incorpora hasta quedar sentado buscando en medio de la oscuridad a sus perseguidores. La voz de Candy somnolienta le suena extraña
Aléjate, vete no te acerques más
Stear soy yo, Candy - ella trata de tocarlo pero él parece ver en la oscuridad y de un manotazo evita el contacto
No me toques, no me atraparan - Candy enciende la luz y Stear tarda un poco en reconocer la habitación.
Candy intenta tocarlo nuevamente, esta vez no la rechaza pero lo siente tenso. Con movimientos calculados se dirige a la bragueta de su pantalón. Stear detiene su mano antes de que lo logre, niega con la cabeza, asegura que ese no es el remedio. Candy se impone y se sube sobre el, en sus caderas para inmovilizarlo y empezar a abrir su pantalón. Stear no tarda mucho en estar excitado, Candy ya sabe lo que tiene que hacer y lo hace muy bien. Con un rápido movimiento la hace caer a un costado y gira para se él quien quede sobre ella. Su intención era detenerla, pero la mirada de Candy es tan confiada que no puede refrenar el impulso de besarla. Es un beso furioso, voraz metiendo la lengua sin pedir permiso, se vuelve invasivo, asfixiante y si estuviera un poco mas cuerdo y un poco menos frustrado temería estarle haciendo daño, pero no es así, ella también responde con una frenética desesperación que se equipara con la suya y su cuerpo se contorsiona bajo el de él y pasa sus brazos debajo de sus axilas para abrazar su amplia espalda.
Candy no es como las otras chicas, de cuerpos frágiles y carnes blandas, es firme, su cuerpo es elástico y fuerte. No se queja ante la rudeza de Stear por el contrario cuando él empieza a frotarse contra ella, ella arquea su cadera para facilitárselo y hacer más intensa la presión. Stear la toma de las caderas y le guía hacia un nuevo movimiento esta vez en sentido contrario al suyo para extender los puntos de contacto. Una vez que han encontrado su nuevo ritmo deja de atormentar la boca de Candy y se hunde en sus pechos, los muerde, los succiona por un resquicio del escote de su camisón. En respuesta la escucha gemir, cada vez más alto y sin control hasta que se transforma en un grito y se arquea clavando sus uñas en su espalda con mucha fuerza antes de quedarse inmóvil y empezar a temblar incontrolablemente. Stear se descontrola y se desespera aumenta la fricción y termina gimiendo el nombre de Candy y dejando su camisón lleno de su simiente.
La besa ahora con más calma, disfrutando de la humedad de sus labios y el sabor de sus besos. Sonríe y la quiere mirar y saber si está satisfecha.
¿Te sientes mejor? - ¿esto va a ser siempre así? cuando él explote ella le dará esta "terapia". Se levanta con celeridad, se arregla la ropa y toma el resto de sus cosas para salir de la habitación.
No Candy, no me siento mejor. Así no se va a resolver nada. No es lo que yo quiero de ti, no así
Deja la habitación muy confuso, se dirige a la terraza necesita un poco de aire fresco. Pero no es el único con esa idea.
A.. A.. Albert? ¿qué haces aquí? - Sentado en una silla con las piernas extendidas y los pies sosteniéndose en el barandal, no se voltea para responder, mientras a lo lejos no queda rastro de la madrugada
Vine a ver el amanecer
¡Ah! ¿y cómo estuvo?
Bonito
¿Romica no te acompaña?
Es un proceso muy lento acostumbrarse a que ya no estás solo. – por fin voltea a mirar a Stear, para saber si el también entiende de soledades. Pero Stear sólo pregunta por educación, se ve igual de distante con él desde que regresó de Europa. Lo mira un poco más detenidamente, su ropa desarreglada, el pelo revuelto y lo inquieto de su actitud como si no quisiera estar ahí pero tampoco sabe a donde más ir - Te ves muy agitado ¿pasó algo?
Una pesadilla
¿Las pastillas para dormir no ayudan?
No lo sé, no las he tomado
Típico. ¿Te quieres sentar un momento? - Stear arrastra una silla y toma la misma posición de Albert, miran al frente para no mirarse entre ellos. Albert tiene una botella vacía y una copa a medias junto a él. Su costoso traje lleno de arrugas, la corbata suelta y la camisa desabotonada, tal como el propio Stear y tal vez por las mismas razones que él.
¿Por que típico? ¿También eso es lo que haría un fracasado como yo, entorpecer su curación?
No eres un fracasado, todo lo contrario. Alguien como tu buscaría salir de esas pesadillas por su voluntad sin recurrir a placebos - a Stear le agradó que Albert pensara eso de él, que no lo considerara un fracasado. Antes no había tenido oportunidad de saber la opinión que su tío tenía de él porque desde que regresó lo único que pasaba por su mente cuando estaba cerca era la increíble historia que debió ser que este hombre resultara ser el mismísimo Tío Abuelo William - aunque también eres muy terco y persistente.
jaja pues ya ves como he cambiado. Mi terquedad por ser inventor ha muerto. Mis inventos son peligrosos, el último de ellos casi acabo con mi vida.
¿No me digas qué los alemanes se robaron los diseños de tus aviones?
¿Qué?
Lo que te derribó fue un avión alemán ¿no es así?
Pero lo que me puso al borde de la muerte fue mi último invento, un chaleco inflable, en el momento que tocó el agua se infló a su máxima capacidad y casi me asfixia, de hecho me desmayé por que no me dejaba respirar y el sistema de pequeñas bolsas que tenía hicieron imposible que lo pudiera purgar y liberarme.
¿Eso piensas? ¿no has hablado con los doctores?
No ¿por qué?
Habrías muerto desangrado si el chaleco no hubiera actuado como torniquete. Todo lo que traías en ese momento puesto fueron grandes aliados para que no murieras.
Mi chaleco, mi paracaídas, mi gorro, mis googles, eran inventos míos, y como todos mis inventos no sirvieron.
Sin el chaleco te hubieras hundido y desangrado. El agua fría de los mares del norte actuó para inducirte una ligera hipotermia que mantuvo bajos tus signos vitales y tu cuerpo pudo encargarse de estabilizarse por si solo, cosa que no hubiera sucedido si hubieras estado consciente y asustado. El sombrero y los googles te previnieron de una insolación y gracias al paracaídas fue que te encontraron, era visible a millas de distancia. Supongo que los pescadores que te encontraron buscaban ballenas.
Eso creo
Además el sistema de compartimentos individuales facilitó que el restablecimiento de la circulación fuera paulatino. El paso brusco de la circulación favorece la contaminación de la sangre y eso es en la mayoría de los casos causa de muerte por envenenamiento.
¿Cómo sabes todo eso?
Sobreviviste dos días en el mar, herido. Despertaste mucha curiosidad en la comunidad científica. Les agrado saber que eras uno de ellos y han tratado de reproducir las condiciones de tu accidente, pero no lo pueden hacer porque tus diseños están perdidos.
Archie me dijo que les habían enviado todas mis pertenencias cuando me creyeron muerto
Activaron una trampa de tu taller cuando los guardaron y desde entonces nadie ha podido abrir esa puerta.
Pero es muy fácil... hey funcionó, jaja con muchos días de retraso pero funcionó jajaja
Es bueno verte reír de nuevo. También saber que te interesas de nuevo por temas mecánicos o eléctricos
¿De qué hablas?
El elevador y los chispazos de la iluminación tenían tu marca personal. ¿Todo lo tienes que hacer a lo grande?
Que quieres que te diga, soy muy ambicioso
¿Tan ambicioso como para no permitir que alguien trabaje contigo se encargue de los ajustes tediosos que no te agrada cubrir?
Un asistente no estaría mal – Lo dice pensando más en un conejillo de indias para que pruebe sus experimentos
Muchos asistentes, ¿te interesaría montar un laboratorio de investigaciones? algo grande, como a ti te gusta
Pero mis inventos no sirven
Para eso contarás con ayuda. El dinero no es problema, lo sabes
¿Por qué?
Tienes visión Stear y eso es muy necesario. ¿A quién si no a ti se le hubiera ocurrido poner un chaleco salvavidas en un avión? Muy pronto los aviones podrán cruzar los océanos y se necesitaran mejores salvavidas que con los que cuentan los barcos. Equipo de supervivencia en general. Es el futuro sobrino hay que estar preparados.
¿No deseas que trabaje contigo en las empresas de la familia?
No. No tardarías en intentar poner electricidad a las maquinas de escribir o poner turbinas a los elevadores. La vida corporativa no es para ti.
Pero tu te adaptaste a ella.
Porque así lo quise
Eres un aventurero ¿cómo dejaste esa vida así sin mas?
Hay aventuras todos los días Stear. Las selvas, las montañas, los ríos y los animales estarán ahí por mucho tiempo. Pero no es todo lo que quiero hacer en mi vida. Créeme que viví tan intensamente esa parte de mi vida que no me queda ningún antojo, nada que me faltara por hacer. Ahora hay otras cosas que quiero probar
Romica
Si. Una familia
Te envidio. Tienes un futuro que te sonríe.
Tu también lo hallarás, lo sé
No creas que me conoces tan bien
Puede que no. Pero tu pasión por los inventos ha sido siempre muy grande, cuando estás motivado es tu modo de expresarte. No puedes abandonar las pasiones si no te han dejado satisfecho, siempre serán ese ¿y si hubiera...? que no dejarán concentrarte en algo nuevo.
¿Por que no me dijiste lo del laboratorio antes? Todos presionaban con que trabajara en alguna de las oficinas, que me olvidara de los inventos, de los aviones, de querer mejorar el mundo. Me hicieron sentir que había estado equivocado.
Tu no necesitas que nadie te diga lo que tienes que hacer, sabía que un día recuperarías la confianza y ese día creo que llego. Los demás necesitan de la aprobación ajena, que les celebren sus decisiones, por eso sólo transitan por caminos seguros. Tu eres de los que ven el cielo y el espacio como una posibilidad.
Que equivocado estaba, contigo y conmigo. Puede que si me conozcas tanto después de todo, pero te aseguro que te llegaré a sorprender.
Esperaré ansioso ese día. ¿Alguna vez has intentado controlarla?
¿A quién?
La pesadilla, ¿es la misma o son varias?
Es la misma
Inténtalo alguna vez, por más asustado que estés no despiertes, enfréntala.
Eso haré. Gracias por todo.
No hice nada
Precisamente por eso. Me voy, tengo otra pesadilla que enfrentar y no saldré ileso en esta ocasión.
Suerte
7
Se fue a bañar y trató de dormir un poco. Muchas cosas no lo dejaban descansar. Se dejó de hacer el tonto y fue a hablar con Candy, le debía muchas explicaciones.
Tocó con suavidad a la puerta, sabía lo dormilona que era Candy y no quiso despertarla, pero ella abrió la puerta inmediatamente. Se abrazó a él con fuerza y empezó a sollozar.
No quise hacerte sentir un enfermo, un loco, lo siento, lo siento
No digas eso, yo me porté como un estúpido, tu intentabas ayudar
Nunca más lo intentaré, no te tocaré
¡Oh Dios!
Dije algo malo. Lo sabía. No tenía que verte todavía, estoy causando más problemas con tu recuperación. Tu quieres paz y yo te excitó y te provocó a hacer cosas que no quieres.
Dejemos el tema por favor Candy. Tu vitalidad es contagiosa, me has despertado muchas cosas
No has dormido ¿verdad? Te fui a buscar a tu habitación, no estabas ahí.
No logro dormirme después de las pesadillas.
¿Fue tan horrible?
¿La pesadilla? Es como si estuviera reviviendo ese horror
Debemos desocupar la habitación a la una, ven tenemos tiempo
¿Para qué?
Para que me cuentes como fue que lograste salvar tu vida. Nadie me ha contado nada
No lo saben, no quiero que sientan lastima por mi – a Stear le bastaban las pesadillas para recordar lo que vivió, no quería verse sometido a la curiosidad de la gente, a tener que darle voz a esa etapa tan traumatizante
Por ti, un sobreviviente – la admiración y el respeto que Albert y Candy demostraban no tenían razón de ser, tal vez si oyeran lo atemorizado que estaba su opinión se derrumbaría
No sé como lo logré, tenía tanto miedo
Cuéntamelo todo – pero era el momento de darle una cara al miedo, de saber que de todo en realidad era lo que había acabado con su voluntad de seguir adelante, si cuando estuvo en esas condiciones solo pensaba en continuar
"Mi avión fue derribado cerca de la frontera con Bélgica. Estaba herido pero salté del avión y mi paracaídas funcionó y también mi chaleco salvavidas. Otro invento mío, se supone que es como una camisa pero cuando toca el agua se llena de aire y me mantiene a flote. Tiene un mecanismo especial, una bomba de aire, lo inyecta y flotas, pero mientras no lo necesitas esta bajo tu ropa sin estorbar, todo un diseño Alistear. Dicen que eso me mantuvo con vida, términos médicos que tu entenderás mejor que yo, no me desangré, mantuve comprimidas mis heridas. No tenía hemorragias internas, sólo un brazo roto en varias partes, varias costillas rotas, una fisura en una pierna y heridas semisuperficiales en el tronco. Todas producto del tiroteo con el otro avión.
Me encontraron unos pescadores, me cuidaron porque por mi uniforme creían que era del ejercito francés. Esperaban que los ayudará a contactarlos y echar a los alemanes de su territorio, pero cuando recuperé el sentido y empecé a hablar en ingles, su opinión de mi cambio. Era de los entrometidos que buscan extender la guerra por todo el mundo. De todos modos iba a servirles, me entregarían a los alemanes como si fuera un espía, como un acto de lealtad u obediencia. Yo no me enteré de esto en un principio y estaba tan agradecido de que me cuidaran.
No me podía comunicar con ellos, no entendía su idioma. Es irónico no. A los Andrew nos enseñan muchos idiomas, francés, italiano, español, hasta alemán y un poco de ruso, pero cuando mi vida dependió de ese tipo de conocimientos no tenía la educación correcta. Un chico que apenas hablaba francés me advirtió de lo que planeaban hacer conmigo. Ya habían mandado un comunicado a las tropas alemanas, pronto estaría ahí un escuadrón y me ejecutarían o torturarían o ambas cosas.
A la madrugada siguiente escapé. Sin mis lentes, una ligera cojera, y el brazo derecho completamente inutilizado mis ventajas eran muy pocas. Andaba de noche, dormía de día, a veces dormía por días, la fiebre y el dolor a veces me impedían moverme. Seguí el curso del río hasta que me di cuenta que tenía que salir de territorio belga para encontrar un aliado y claro para poder comunicarme. Me orienté con cosas básicas, el limo de los árboles, la salida del sol. La posición de las estrellas me habría sido útil si hubiera contado con mis lentes pero no distinguía con claridad ese cielo que tan bien conocía. A veces oía a los soldados, los disparos. Evitaba la gente, no podía confiar en que me ayudaran o me llevaran ante los alemanes y el ladrido de los perros era como una alarma y un motivo de gran temor, significaba gente cerca, depredadores y sobre todo existía la posibilidad de que me estuvieran rastreando.
Mis heridas se infectaron por más que trate de mantenerme limpio. Por fin salí de Bélgica pero entonces se volvió más complicado aun. Llegué a territorios ocupados por alemanes. Había enfrentamientos entre ambos bandos y no siempre me libraba del fuego cruzado.
Una vez... Una vez me descubrieron... era un chico... quizá menor que yo. Me apuntó con su arma, yo le arroje la rama que usaba como bastón y lo desarmé. La pistola cayó cerca de mi pero... el chico se arrojó por ella... tuve que adelantarme. Él intentó despojarme de ella, forcejeamos y el arma se disparó.... Él quedo muerto en el instante. Las voces y las pisadas de las botas no se hicieron esperar, trepé a un árbol, aun no sé como y ellos se despistaron siguiendo los rastros de otros que habían pasado por ahí.
Tenía que mantenerme cerca para saber que tan lejos estaba de los territorios aliados, escuchaba con atención para reunir información para poder escapar. Si me hubieran descubierto una segunda vez no habría corrido con la misma suerte.
Esta vida tan cómoda no te prepara para vivir algo así. Lo tienes todo a la mano, comida, gente que te cuida, dinero, nombre, encanto para conseguir cumplir cualquier capricho. Nada de eso me servía, ni mis conocimientos científicos si no tenía a mi alcance herramientas e instrumentos para inventar algo, ni mi inventiva sabía que hacer en esta situación. Todo cuanto sabía era tan útil como un refrigerador en el polo norte.
Finalmente me hice de un mapa y robé un vehículo, conduje hasta agotar el combustible y con un par de trucos lo hice andar varios kilómetros más hasta llegar a un sitio seguro. Encontré gente que me ayudó y curó un poco mis heridas. Mi meta era reintegrarme de nuevo a mi escuadrón pero cuando estuve ante ellos no pude hablar con ningún superior ni identificarme, no me creyeron y me querían mandar a un hospital. Que si bien allá es donde debería estar, si no comprobaba que había sido herido en combate no recibiría la atención por parte de el equipo médico del ejército y eran los únicos que podían ayudarme a reincorporarme a la vida militar.
Me propuse recuperarme e intentarlo pero fue imposible. No tenía dinero y apenas había encontrado un trabajo de mensajero que no requería esfuerzo físico pero si exponerme al cambiante clima, caí enfermo de neumonía. Estuve en un sanatorio de una comunidad religiosa varias semanas apunto de morir por la severidad de mis infecciones. Pensé en llamar a casa por ayuda pero aun creía que podía recuperarme y cumplir con el destino que me había traído hasta aquí.
Sólo pedía una oportunidad más. Mi brazo debido a la mala atención estaba en un punto critico que sólo la cirugía podía ser útil, por mi salud tan quebrantada la operación era un gran riesgo así que cuando me dieron de alta estaba en peores condiciones que antes.
Comencé de nuevo, siguiendo el mismo patrón, buscar trabajo, reunir dinero para operar mi brazo, encontrar a alguien que me ayudara pero no le contara nada a la familia, volver al ejercito. Nunca me paso por la cabeza que ustedes me habían dado por muerto. Mi mayor temor era que si me localizaban enviarían a alguien por mi y me frustrarían mi empeño de volver a pilotar un avión de guerra. Otro motivo para mantenerme encubierto era ese, que hubieran mandado detectives a hallarme. La familia es muy poderosa y nunca estuvieron de acuerdo.
¿Sabías que a la gente le era mas fácil creer que perdí el movimiento del brazo en una riña callejera a que lo hice peleando por su libertad en la guerra? Era increíble la cantidad de mentiras que tuve que decir para que la gente no desconfiara de mi. Acepté empleos horribles, mal pagados, cuando empezaba a dar muestras de inteligencia era echado a la calle por temor a que me convirtiera en una amenaza para ellos una vez que sus jefes vieran mi deseo por superarme e implementar mejoras en los arcaicos métodos de trabajo. Tal vez les atemorizaba la perspectiva de saber que no eran tan indispensables y que alguien con mis limitaciones físicas pero con inteligencia y educación pudiera reemplazarlos.
Volví a caer enfermo, mis pulmones estaban bastante dañados, comía mal y dormía muy poco por las pesadillas. Utilicé el último dinero que me quedaba en poner un telegrama a Archie y aceptar con esto que esta tontería de ir a la guerra había sido mala idea desde el principio.
Al día siguiente un doctor se presentó en nombre de la familia, me revisó, me llevaron a un hospital muy grande. Me tuvieron bajo tratamiento. Papa y mama llegaron una semana después y Archie y George a la siguiente. Fui operado con bastante éxito. Me sentí culpable por darles este dolor de verme así, de ser ellos los que tuvieran que recoger los pedacitos de lo que alguna vez fui, me sentí en deuda con ellos y me convencí que haría cuanto estuviera a mi alcance por no volver a decepcionarlos. Regresé a América e hice todo lo que ellos me solicitaron.
Es doblemente difícil, ellos intentan ayudarme a buscar algo en que ocuparme pero lo que me ofrecen no es para nada atractivo y no quería volver a lo de antes y volver a fracasar y darles un nuevo dolor.”
Stear termina su relato. Candy escuchó sin interrumpirlo ni una sola vez, sin atreverse a abrazarlo para no romper su concentración. El Stear adulto que a veces se asomaba cuando no trataba de disimular la seriedad de su mirada y el gesto contrito de su cara le contaba con voz algo desgarrada una historia llena de situaciones que no cualquiera soportaría.
Tras un largo silencio pudo por fin decirle algo al hombre valiente que tenía enfrente.
8
¿Aun sientes miedo?
Mucho
¿a qué?
No lo sé. Nos educaron para ser los mejores en todo lo que hiciéramos y que los obstáculos no eran nada para nosotros. Pero cuando estás solo, cuando no tienes el respaldo...
Pero antes, estuviste en territorio enemigo, no tenías todas las comodidades y recursos de los que dices depender y saliste por ti mismo
Tenía una sola meta, regresar a pelear y no permitir que el enemigo se saliera con la suya. Ser parte de la gente que cambiaria el curso de la historia. ¿demasiada pretensión no? Aun confiaba en superar el reto, pero cuando las puertas se me fueron cerrando, cuando ser quien era no servía de mucho fui perdiendo el valor. Si me quitas lo que me ha dado la familia, el dinero, la educación, no queda mucho de mi
Creo que viviste cosas que personas más adultas no superan. Que hayas acudido a tu hermano creo que no fue una debilidad ni un acto de rendición. Fue la necesidad de estar cerca de las personas por las que estabas luchando. Reafirmar el motivo por el cual te arriesgaste, necesitabas estar cerca de ellos, necesitabas de su cariño
Pero los decepcioné
No lo hiciste. Stear eres capaz de llegar a tus limites por una convicción. No los decepcionas y no tengas miedo de querer hacer más cosas, aun si son disparatadas y arriesgadas. Ellos no te juzgan, no te juzgamos. Te queremos tal como eres
Aun si son cosas terribles como matar
Era tu vida o la del enemigo
Por ustedes, en su nombre, los usé de pretexto para una acción violenta
¿Es eso lo que te asusta? ¿Lo que puedes llegar a hacer por lo que consideras justo?
Soy terco y obstinado y no me detengo hasta conseguir algo. No importa si hago daño, no importa si los demás me piden que no lo haga. No me doy cuenta si mis inventos son peligrosos. Sinceramente Candy creo que toda mi vida he estado equivocado
¿Lo volverías a hacer?
¿Ir a la guerra? ¿inventar artefactos imposibles de usar? Me temo que es lo único que sé hacer. No me atrae la posibilidad de una vida tranquila o dedicada al mundo de los negocios.
No te castigues más con eso. Si deseas inventar hazlo, sólo sé más cuidadoso
Si vuelvo a fallar, a hacer daño
Que eso no te de miedo. Tu eres un inventor, es tu sueño. No más miedo ¿me lo prometes?
Trataré
La escena de superar el miedo no puede durar mucho tiempo. Deben volver a casa y Stear sabe que debe dar más explicaciones que nunca. Pero nadie se las pide. La tía abuela no parece estar molesta por el repentino final de la fiesta y las reseñas de los periódicos no dejan de alabar el gran derroche que hicieron los Andrew y ponen en duda que en los próximos años se pueda superar un evento como ese.
Albert notifica que ha invitado a la familia a cenar esa misma noche. Tiene un anuncio importante. Se encierra unos minutos antes con madame Elroy y cuando salen ambos parecen muy satisfechos del resultado de la charla.
El motivo de la cena no es otro que el anuncio del compromiso de Albert con la señorita Romica Frelka. El anuncio se hará publico más adelante pero por lo pronto la familia más cercana da muestras de aprobación y contento por el futuro matrimonio del joven patriarca de la familia.
Una vez concluida la cena formal se liberan un poco de los protocolos y dan paso a una celebración privada que los mantiene despiertos hasta altas horas de la madrugada.
La mansión ha cambiado ahora que hay noticias y personas que rompen con la rutina. Es eso o que Stear ya no se siente tan apesadumbrado como días antes y puede disfrutar de lo que lo rodea.
Stear miró su reloj, habían pasado 37 segundos desde que lo miró por última vez. Llevaba 20 minutos frente a la puerta de su laboratorio sin atreverse a abrirla.
Quería abrir la puerta y ver sus inventos que sólo esperaban por él, pero no quería sentir ese sabor a derrota que se presenta cada vez que recuerda lo poco hábil que ha sido.
Finalmente introdujo la llave y giró el pomo de la puerta, derecha izquierda, izquierda derecha a determinados grados, una combinación secreta para una trampa que nunca antes se activó y cuando lo hizo él no estuvo cerca para gozar ese éxito. Empuja con fuerza la puerta, que rechina debido a su peso, por eso tampoco intentaron derribarla, era a prueba de explosiones para la seguridad de la estructura de la mansión.
Su mesa de trabajo, sus repisas, sus herramientas, sus instrumentos de medición, de corte, de análisis, sus libros todo tal como lo dejo hace casi 3 años. La capa de polvo que los cubre confirma que ha pasado mucho tiempo. Busca entre los cajones un lienzo para limpiar, una vez que lo encuentra abre las cortinas e intenta abrir una de las ventanas, pero se da cuenta que hay alguien en la otra ventana intentando abrirla. No tiene buen ángulo de visión pero sólo alguien de pelo rubio rizado puede llegar con facilidad trepando por los árboles.
Abre la otra ventana y confirma que es Candy con una expresión pánico en la cara.
¿Niña que haces ahí?
Intento no caerme ¿cómo lograste entrar? dicen que la puerta está atorada
Manos mágicas - mueve sus dedos para reafirmar sus palabras - ¿intentabas entrar por la ventana?
Si. Parecía algo fácil
Tienen barrotes. ¿Por qué querías entrar?
Para abrirte la puerta, para que pudieras... todo era innecesario ¿no?
Un poco si. Baja y usa los métodos comunes para entrar a este taller
Tengo un pequeño problema. La rama esta apunto de romperse y las cornisas son muy delgadas para apoyarme. No hay otra cosa de la cual sujetarme
Sujétate bien, voy por ti
Stear bajó con rapidez, fue a la cochera por la escalera más larga que encontró y ayudó a Candy a bajar sin que se presentara ningún incidente.
¿Estas bien?
Claro. Esto me pasa por imprudente. Tu sabías cuando estarías listo para regresar al taller. Yo... yo quería darte una sorpresa
Pues me la has dado jajajaj - no sabia a ciencia cierta como era que Candy en lugar de alejarse de él, de tratar de poner distancia entre ellos por todo lo que había sucedido y que ambos sabían no debía llegar a más, seguía insistiendo en hacer cosas por él, haciendo que fuera cada vez mas difícil el proceso de eliminar estos sentimientos que estaban renaciendo en él - Gracias
¿De qué? Gracias a ti, me acabas de salvar de una dolorosa caída
Por tu intención de ayudarme. Eres buena enfermera Candy, tienes el tratamiento adecuado para cada momento - Candy enrojeció al recordar ciertos tratamientos, no se reconocía a si misma. En ella siempre estaba la intención de ayudar pero jamás se hubiera atrevido a hacer lo que hizo con Stear. No. De ninguna manera. - Extrañaba mi taller. Pero temía descubrir que en realidad no lo extrañaba, que su impacto no fuera tan evidente y que en realidad mis ganas de inventar en realidad hubieran muerto. Pero no más miedos ¿cierto?
Me da gusto que lo intentes superar y que encuentres en ti el valor. Espero no haber interrumpido la creación de un invento importante
Para nada, apenas empezaba a limpiar
¡En eso si puedo ayudarte!
Otro día, creo que han sido muchas emociones por hoy ¿quieres ir a pasear por el lago?
¡Claro! ¡Vamos!
Caminan y están por llegar al lago cuando la lluvia los sorprende, a Stear le recuerdan las ráfagas de metralleta la forma sistemática en que las gotas van aplastando el césped y contiene un ligero estremecimiento. Enfréntalo, fueron las palabras de Albert. No más miedos la promesa que le hizo a Candy.
La lluvia trae algo contra nosotros ¡Vamos corre! - lo toma de la mano para ir juntos pero Stear no se mueve de su sitio, hace otra vez eso de levantar la cara para recibir la lluvia en ella
No. La lluvia se lo lleva todo - Levanta los brazos y Candy que lo tiene sujeto de la mano es jalada y puesta muy cerca de él - A veces cuando llovía en el campo de batalla la lluvia se llevaba la sangre y el olor a pólvora y cuando sentías el olor a tierra mojada tenías la seguridad que eso no iba a ser por siempre que la lluvia siempre vendría a borrar todo lo que habíamos hecho mal, se desharía de la devastación y nos dejaría todo limpio para que empezáramos de nuevo y tratáramos de hacerlo mejor
Stear se quita los lentes y se los guarda en el bolsillo del saco y Candy nuevamente se queda prendada de sus ojos tranquilos. Tan maduro para haber pasado por el horror de la guerra y apenas haber quedado decepcionado de si mismo pero no del mundo. Tan soñador que dejaba que la lluvia le limpiara el alma y se llevara sus pesares.
Permaneció junto a el recibiendo en la piel el golpeteo inclemente de las gotas de agua. Comienzan los truenos y es cuando Stear reacciona. Corren para refugiarse, deben hacerlo dentro de la casa, los árboles también son peligrosos.
9
ADVERTENCIA:
Este capítulo contiene pasajes de naturaleza sexual
si te incomodan los relatos de este género ya sabes que hacer
Entran por el invernadero, se sacan los zapatos, se exprimen un poco la ropa e intentan sacar el agua lo mas posible del pelo de Candy. Cuando han dejado de chorrear, entran a la casa para cambiarse rápidamente de ropa.
Stear acompaña a Candy hasta la puerta de su recamara, sin importarle arruinar los tapices se recarga de la pared y la mira calentarse un poco las manos friccionándolas entre si para poder sujetar la perilla de la puerta. Escucha a Stear suspirar y morderse el labio
¿Me quieres decir algo Stear?
No. Sólo pensaba ¡oh dios! – su subconsciente lo traiciona, no deja de repetirle que no tenga miedo y le diga que la ama
Vamos dímelo – No. No puede decírselo aun. Se va por un atajo, algo que ya conocen y les es familiar
Me... me gustaría verte desnuda - Candy le sorprende no sorprenderse de las palabras de Stear. Sonríe lentamente con coquetería, algo no muy común en ella, se remoja los labios y se acomoda el cabello y recuerda que lo debe tenerlo hecho un asco y desea sentirse bonita para que Stear no deje de mirarla como lo está haciendo con los ojos tan brillantes que parecen unos bombillos nucleares inventados por él.
Abre la puerta, entra caminando con ligereza y la deja abierta sin dejar de mirar hacia Stear que tampoco le quita la vista de encima y entiende la invitación. Entra y cierra la puerta tras el, pero no da un paso más y se queda así, estático recargado de la puerta.
Candy se comienza a quitar la ropa mojada, su piel sonrosada por el frío va mostrándose cada vez más y más. Duda un poco antes de empezar a quitarse la ropa interior pero la mirada de Stear ya esta ahí bajo sus pechos traspasando su ropa. Lo hace con lentitud desata los lazos y retira un tirante primero y luego el otro. Los desliza con suavidad hasta que los suelta para que lleguen al suelo y sigue, se agacha levemente para aflojar los lazos y recuerda que Stear ya lo ha hecho anteriormente y lo invita a hacerlo de nuevo.
Él camina vacilante era un deseo pequeñito el verla desnuda pero ha aumentado en proporciones gigantescas. La toma por la cintura y ella se estremece ante el contacto por la frialdad de sus manos. La besa con delicadeza tratando de contenerse. Se promete a si mismo que sólo la verá completamente desnuda y se largará de ahí. La desviste por completo, se echa un paso atrás y la mira, la acaricia con la mirada, la devora con esos ojos color marrón que han tomado la espesura del chocolate fundiéndose.
Candy sonríe y le dice que a ella también le gustaría verlo desnudo. Stear se niega, no quiere que vea sus cicatrices pero ella le habla dulcemente, acaricia con su aliento en su oído y lo pide 'por favor' y Stear se rinde ante Candy y se deja desvestir. Lo primero que ve son las marcas en su pecho visibles bajo su vello, impidiendo su crecimiento en algunos casos. Algunas próximas a desaparecer otras blancas y con bordes que quedaran ahí para siempre.
Cuando retira las mangas de la camisa comprueba la gravedad de las lesiones en el brazo derecho. Seis largas cicatrices, tres en la parte interna y tres en la externa atravesadas por los puntos de la sutura que las hacen ver como ciempiés gigantes. Stear voltea en dirección contraria a su brazo y tampoco mira a Candy, su reacción. Ella vuelve a decirle - no más miedos - lo acaricia sigue con la punta de los dedos la piel sensible de cada una de ellas, lo toma y lo coloca alrededor de su cintura y se acurruca junto a él. Mientras continúa con su tarea con los pantalones.
Sigue encontrando más cicatrices. Una en forma circular entrando por su cintura en el costado derecho y saliendo a escasos centímetros de ahí, la reconoce como una herida de bala, ha visto otras antes. Otra más cerca de su ingle, por sus piernas hay pequeños rasguños. Pero son eso solamente, cicatrices, heridas que no fueron mortales. Stear está sano, vivo, y tan bronceado que Candy se pregunta que hizo en esa estancia de reposo para asolearse hasta que no se marquen las líneas blancas de los limites de la ropa.
Lo mira de arriba abajo y se descubre tan emocionada por ser ella quien lo provoque y lo haga reaccionar tan rápidamente. Sonríe maliciosamente y desliza su mano desde el pecho hasta la entrepierna y le pregunta ¿qué harán ahora que ya se vieron desnudos mutuamente?.
No saben quien busco a quien, si sus bocas cobraron vida propia o si ese beso hambriento se creo por una antigua magia. Amoldan sus cuerpos, vibran con la tersura de sus pieles y sienten como la calidez va naciendo del interior para borrar los rastros de frialdad que les dejó la lluvia vespertina. A veces tropezando, a veces danzando se conducen hasta la cama, ruedan, juegan y descubren cosas sobre si mismos que nunca habrían conocido de no haberse permitido este momento, como la siempre cristalina risa de Candy transformada en un gemido ahogado y donde antes sólo tenía cosquillas y ahora las manos de Stear la hacían estremecer. Para él esas cicatrices dejaron de ser marcas de recuerdos grises para convertirse en el camino por donde Candy desliza su lengua y desearía tener más cicatrices para eternizar esas voluptuosas sensaciones.
Son vueltas y mas vueltas en la cama, punzantes deseos que no son satisfechos con el tacto, con las caricias, ni con esos besos arrebatadores. Es desear ocupar el mismo espacio con los mismos sentimientos, ser parte del otro. Se consultan con la mirada, si hay dudas, si hay miedos. Si, los hay, pero también está fuerza rugiendo dentro de ellos exigiendo consumar su unión.
Él sabe que dolerá y ella dice que debe ser despacio. Stear trata de ser cuidadoso y quiere dejar que sea ella la que controle todo para no sentirse tan preocupado de hacerle daño; pero también sabe que esta en su poder brindarle tanto placer que olvide ese inevitable dolor de la primera vez.
Toca sus puntos más sensibles, le habla suavemente, la llama preciosa y espectacular, la distrae hundiéndose en su boca y la embiste despacio hasta que la siente moverse junto con él y Stear por fin se deja ir. Ambos alcanzan el climax en forma repentina y se mantienen abrazados hasta mucho tiempo después de que sus cuerpos se han recuperado.
10
Quédate un poco más
Esta es mi recamara, nos quedaremos todo el tiempo que quieras
¿Te quedarías en Chicago si te lo pidiera?
Pero Stear, tu y yo…
Shhhh escúchame, sólo quiero que estés cerca de mi. No importa si no me vuelves a tocar si no volvemos a estar juntos… así. Te amo Candy y no quiero dejar pasar otra vez la oportunidad de hacer que te enamores de mi
¿otra vez?
Eso que nunca te pude decir bajo la lluvia en el colegio y hace unos días. Siempre me has gustado Candy, pero estaban ellos, Anthony, Archie, Terry y luego Patty y estaba bien, todos estábamos bien, sentía que si pedía más el destino me lo cobraría.
No ha sido el destino, queríamos otras vidas, nuestros caminos los hemos hecho a nuestro modo. No era el momento en aquel entonces
¿Y ahora?
Ahora sabemos más de nosotros mismos Stear y lo que falta lo podemos aprender juntos
¿Es eso un si? Te quedas para intentar enamorarte de mi
Me temo que eso no será posible
¿Qué… que no será posible?- esa no era la respuesta que esperaba, se queda quieto por un momento tiene que recordar respirar y esperar que no se le note mucho la desilusión
Intentar enamorarme de ti, guapo, ya lo estoy
Pero…. ¿En serio? – toma sus manos entre las suyas y las besa. Para Candy ese gesto significa una más de las cosas que hacen que sea tan fácil enamorarse de él. No es posible que en una cama donde ambos están desnudos él reciba su declaración de amor de manera tan adorable.
Jaja Fue algo imposible de imaginar, yo quería recuperar al Stear de antes, ese chico que me regalaría una maquina estrafalaria para que lo recordara pero también sabía hacer cosas pequeñas y delicadas como una cajita de música para un adiós. Al chico divertido que nunca discute y nada lo podía hacer enfurecer. Pero me metí muy dentro de ti para encontrarlo y entonces vi que todo lo demás que también eras me gustaba
¿Te gusta mi amargura y mi impotencia?
Me gusta verte serio, saber que tu mente siempre esta puesta en algo. Me gusta la fuerza de tus manos y lo irreverente que a veces eres. Me gustan tus ojos, amo todo lo que pasa por ellos, tu melancolía, tu curiosidad, la forma en que me miras... me vuelve loca
¿Todo eso ves en mi?
Lo veo y lo siento
¡Oh cielos!
Te has vuelto muy religioso últimamente
Jajaja, no linda. Lo que me provocas cuando haces o dices cosas como esa, me sube el calor – sin darle tiempo a preguntar toma su mano y la lleva a su entrepierna
¿Necesitas...?
No, no, hablemos. Solo pongámonos un poco más cómodos – rueda sobre el cuerpo de Candy y la coloca sobre él, amoldando ambos cuerpos – Esto es muy serio, tu y yo... no será fácil. A la tía abuela no le gustará saber que me sedujiste sabiendo el momento de vulnerabilidad por el que estoy pasando y serás la mala de la historia nuevamente
¿Qué yo.. qué..? A Albert tampoco le agradará saber que indujiste a su protegida a realizar practicas medicas poco confiables.
Desde luego, eso fue un abuso de confianza y debemos contárselo a Archie, Annie y ...
Patty
No puedo ni siquiera prometerte que lo haremos bien, tengo que empezar de nuevo, hacer mi propio futuro, saber soy capaz de llevar un laboratorio, manejar más gente, si Albert me exige resultados tendré presión y no seré tan agradable como lo era hasta ahora, no sé si podré estar contigo el tiempo que queramos...
Si encontraré un puesto en un hospital, si no me molestaré porque te encierres en tu laboratorio por días, si no coinciden nuestros horarios
Puedes trabajar conmigo
¿Probando tus inventos?
No. Contrataré gente para eso. Pero ellos talvez necesiten primeros auxilios, una enfermera será muy útil y un doctor ¿no te gustaría estudiar medicina? No crees que…
Momento, momento no te adelantes tanto. Tenemos mucho tiempo y muchas cosas aun que pensar. Creo que en unos días volveré al hogar de Pony para comunicarles mi decisión a la Señorita Pony y a la hermana María y … a hablar con Patty
Te acompañaré
No Stear. No es necesario. Su historia ya llego a su fin, creo que ella lo entenderá así
Claro, es muy lista. ¿Sabes? No está funcionando
¿Qué no está funcionando? – ¿Por qué no podría funcionar? No esperaban un cuento de hadas y ya habían dado un par de pasos muy importantes en cuanto a su compatibilidad como pareja. Había confianza, amor y físicamente… Candy pudo darse cuenta de lo que él hablaba. Cada centímetro del cuerpo de Stear estaba latiendo y justo bajo su vientre la rigidez se acentuaba - ¡oh!...
Bésame
Tal como habían previsto no fue fácil dar a conocer su relación al resto de la familia. Fue un paso demasiado acelerado decían y sobre todo les recomendaban que lo pensaran muy bien. Pero no hubo oposición.
Juntos limpiaron el taller donde Stear empezaría a planear lo que seria su futuro laboratorio y cuando Candy volvió al hogar de Pony Stear la acompaño a la estación del tren. Dejo algo en su bolsa y cuando abandono la ciudad, el artefacto empezó a hablar. Ella lo tomo desconfiada, la voz al otro lado le indico que para hablar debía presionar un botón rojo
Stear ¿Dónde estás?
Mira por la ventanilla – por la carretera paralela el coche de Stear iba al parejo que su vagón
¿Cómo se te ocurrió esto?
Para comunicarme contigo. No está listo y sólo funciona a distancias cortas. Pero pronto lo perfeccionaré y podremos hablar cuando estés en el hogar de Pony
Es increíble
Se despidieron mil veces hasta que ambas vías se separaron y pronto la señal dejo de escucharse.
En el hogar de Pony se alegraron mucho por Candy. Patty estuvo de acuerdo que sólo alguien como Candy podía recuperar a Stear, sacarlo de ese estado en que se encontraba. El Hogar de Pony había sido su refugio incontables veces. La vitalidad de los niños la renovaba, sus travesuras, sus risas. Siempre eran un impulso para no detenerse. Ahora había algo lejos que también le provocaba ese deseo de ir siempre adelante, de seguir creciendo y tener algo totalmente suyo en el futuro.
Stear pasó días enteros en su taller y cuando llovía se iba a la terraza a sentir la frescura de la lluvia contemplar como reverdecía el bosque y parecía brillar con mas luz, le recordaba a los ojos de Candy. Llevaba varias horas trabajando sobre uno de sus planos cuando escucho el ruido carraspeante de su radio transmisor.
¿Candy?
¡¡Hola!! ¿Mucho trabajo?
Si. ¿Cómo…
Dime amor, pudiste arreglar el problema de la distancia de los radiotransmisores
No…
eso significa que…
Estoy muy cerca de ti…
Fin
Abril 2007