El Regalo
Por Carolina
Minific inspirado en el tomo 4 de del manga
"La manera de dar vale más que el regalo." Pierre Corneille, Le Menteur
Albert se dirigía al departamento que compartía con George cerca del distrito financiero de Londres, después de haber cumplido con sus labores en el zoológico Blue River. No podía quitarse de la mente la expresión de Candy cuando le dijo que no asistiría al festival de mayo del colegio San Pablo.
Fue tan sorpresivo que no supo como reaccionar en ese momento. Por lo menos tuvo cabeza suficiente para llevarla de regreso al colegio en carruaje.
George se encontraba leyendo el Times en la sala cuando escuchó que abrían la puerta principal.
"Buenas tardes, William, no te esperaba hasta la noche."
"Hola, George."
"Dejaron hace rato el disfraz que usaras para el festival. Lo dejé sobre tu cama."
"Gracias" dijo tumbándose en un sillón. "Pero ya no lo necesitaré."
"¿Te negaron el permiso en el zoológico?"
"No es eso, es que Candy fue a verme esta mañana."
"¿Cómo le habrá hecho para que la hermana Gray le diera permiso de salir?"
Albert se frotó el rostro con las manos. "No pidió permiso, se escapó para verme."
"Qué imprudencia. Debió esperarse hasta el festival."
"Candy no asistirá al festival de mayo."
"¿Por qué?"
"Por proteger a la amiga de una amiga."
"¿Cómo?"
Albert le platicó que Candy había discutido con la hermana Gray porque quería obligar a una compañera de escuela a entregar una mascota que tenía escondida en su habitación, una tortuga llamada Huly.
"Usted más que nadie sabe las reglas sobre conservar mascotas en el colegio."
Albert hizo una mueca. "¡Malditas reglas! Quién sabe que tan desagradable haya sido el enfrentamiento entre la hermana y esa jovencita, para que Candy se viera obligada a intervenir. Lo único que consiguió fue que le prohibieran asistir al festival de mayo."
"La señorita Candy es como usted, no le gustan las injusticias."
"Si la hubieras visto cuando me dio la noticia" murmuró. "Creí que iba a llorar. Pobre pequeña, con lo ilusionada que estaba con ese festival."
"Tanto como usted cuando recibió su invitación, que hasta le pidió a la señora Elroy que fuera a Escocia para que no les estorbara."
"No quería que causara problemas junto con Eliza y Neil. Tanto planear este día para que pasara esto."
Albert fue a su habitación a tomar un baño y cambiarse de ropa. Vio dos cajas blancas sobre la cama. George asomó la cabeza y dijo, "También vino el mensajero de la modista a dejar el vestido que le regalará a la señorita Candy. No se lo llevé porque supuse que le incluiría una tarjeta."
El joven suspiró profundamente. "Sí, eso pensaba hacer." Abrió la caja y retiró las hojas de papel de china para revelar un exquisito vestido corte imperio de seda color esmeralda, acompañado de unas zapatillas del mismo material y un arreglo de flores artificiales para el cabello.
No, no era prudente enviarle a Candy este regalo en estas condiciones, sufriría mucho. Si hubiera una manera de aliviar su pena...
El rostro de Albert se iluminó de repente con una sonrisa, entonces cogió su abrigo y la caja que contenía su disfraz.
George vio a Albert salir corriendo de su habitación con un paquete.
"Préstame las llaves de tu coche, George."
George sacó las llaves de su bolsillo y las dejó caer sobre la palma de Albert. "¿A dónde va a esta hora?"
"Luego te explico, George. No hay tiempo que perder."
Albert llegó a la tienda de disfraces justo cuando la dueña se disponía a cerrar, le dijo que necesitaba hacer un cambio de disfraces y estaba dispuesto a pagar lo que fuera. Esa propuesta y la sonrisa cautivadora del joven hicieron que la anciana aceptará inmediatamente.
De regreso en el departamento, le enseñó a George lo que había comprado: los disfraces de Romeo y Julieta confeccionados con telas y encajes de calidad.
"Candy logró escapar del cuarto de meditación sin ser descubierta, y pensé que podría hacer lo mismo el día del festival usando estos disfraces."
George se sonrió. "Hasta le compró dos pelucas."
Albert asintió. "De esa manera no levantara sospecha entre las hermanas, y podrá convivir con Stear, Archie y sus amigas."
"Me parece una excelente idea. Le llevaré el paquete mañana a primera hora, ¿de acuerdo?"
"De acuerdo, en la invitación dice que los festejos empiezan con un desfile a las diez de la mañana. Tendrá tiempo suficiente para cambiarse."
"¿Quiere incluir una nota con el paquete?" Preguntó George tomando asiento y cogiendo papel y pluma.
"Sí, por favor escribe esto: "A la señorita Candice White Andrew, el señor William, estando muy ocupado, no podrá asistir al festival de mayo, pero me ha encargado enviarle estos atuendos"
George firmó la carta y la guardó en el sobre.
"Con esta carta, no se sentirá tan mal porque no asistiré. Bueno, el tío William."
Entonces George soltó una carcajada.
Albert se sonrió, esas muestras de humor de George no eran muy frecuentes.
"¿Qué es tan gracioso?"
"Usted también oculta su identidad bajo ese disfraz de vagabundo para tener un vida "normal" y estar cerca de su gente. Ahora la señorita Candy hará lo mismo para disfrutar del festival y estar con sus amigos. Otra cosa más que tendrán en común."
La sonrisa de Albert se amplió. "Supongo que sí. Pero estoy dispuesto a hacer lo que sea para que Candy sea feliz, y espero lograrlo con este humilde regalo."
FIN