bioeliza
Eliza. Una Soberbia Antagonista
Cuando a Candy le dijeron que dejaría el Hogar de Pony para ser compañera de juegos de Eliza, una chica de su misma edad, no le pareció del todo mal. Sobre todo si esa familia era de origen escocés, como su príncipe, tenían que ser igual de gentiles y bondadosos.
No podía estar mas equivocada.
Arrojando un balde de agua sobre la cabeza de Candy, Eliza Legan y su hermano Neil, le hicieron saber que no era bienvenida.
Para Eliza no era necesario que una chica, venida de quien sabe donde, le quitara su posición privilegiada como la única damita en la familia. Mucho menos una que se atrevía a tutearla y mostraba tan poco respeto por alguien que estaba por encima de ella.
Era fácil humillarla, después de todo esa chica no tenía nada, no valía nada. Era fácil enfrentarla con su hermano, Candy tenia un carácter explosivo sin el control que te dan los modales, la educación y sobre todo la dignidad. Era fácil que recayeran en ella las culpas, por más que se defendiera nadie la creería más que a los señoritos de la casa. Era fácil hacerla llorar, pero cada vez que esto sucedía Candy se ganaba la lástima y el afecto de sus primos.
Candy no lo adivinaría, pero en el momento mismo en que robó la atención que Anthony debió dedicar a Eliza dio origen a un férreo antagonismo que tendría una enorme influencia en su futuro.
Tratar de separar a Candy y Anthony fue infructuoso, desgastante y un tanto amenazante para la salud mental de Eliza. Cada vez que ella ponía en marcha uno de sus magníficos planes, Candy lejos caer en desgracia quedaba mejor parada ante los ojos de los demás. A nadie pareció importarle que se convirtiera en sirvienta, una dama de establo. Tampoco que recayeran sospechas por agresión, descuido, complicidad o robo. Cada intento por alejarla de la familia llevaba tras de si una complicada red de intrigas, mentiras y manipulación, dignas de una inteligencia superior y lo único que consiguió fue que Candy quedara en una situación en la familia superior a la suya.
La presentación de Candy en la familia Andrew fue un parteaguas en la vida de Eliza. Vio culminado su deseo de separarla para siempre de Anthony y que se regresara al sitio del que no debió haber salido nunca. ¿El costo? Uno que nunca hubiera estado dispuesta a pagar. La muerte de Anthony.
La vida como la conocía dio un giro de 180° a partir de este hecho. Los más jóvenes fueron arrancados del seno familiar para prepararse para su vida adulta en el mismo sitio donde estudiaban los hijos de los nobles, los aristócratas, los políticos, las personas mas influyentes de la sociedad: el Colegio St. Paul en Londres.
Eliza debió sentirse como pez en el agua, rodeada de tanta gente a su altura, igual de distinguidos, finos, notables, mimados, altaneros, soberbios...
En un sitio como este Candy jamás encajaría y así se lo hizo saber cuando meses después de su arribo al colegio, Candy tuvo el mal gusto de aparecerse.
Con más aliadas que pensaban como ella era fácil resaltar las enormes diferencias entre ellas. Tampoco es que fuera lo mas difícil del mundo, la misma Candy no hacía más que enseñar el cobre y cometer infracción tras infracción a las normas del colegio al grado que dejo de importarle fastidiar a Candy y apuntar su mira hacia Terry Grandchester. El hijo de un duque, nada más y nada menos.
Las vacaciones de verano en Escocia trajeron ciertas revelaciónes. Candy y Terry se entendían y él no la miraba como un entretenimiento pasajero, esos encuentros continuaron de regreso a clases.
Cuando Terry hizo caso omiso de la advertencia de Eliza, sobre lo negativo que era estar cerca de Candy y además se burló de ella desencadenó una serie de acontecimientos, cada uno más terrible que el anterior.
Renació con más fuerza el rencor de Eliza por Candy. Motivó a Eliza a tomar cartas en el asunto. Suscitó uno de los mayores escándalos de los que se tengan memoria en el St Paul y que tanto Terry como Candy abandonaran el colegio, por separado.
Eliza no volvió a saber de Candy por un largo tiempo. Hasta que la guerra los hizo abandonar el colegio y regresar a América donde la vida transcurría entre fiestas, compras y ese tipo de actividades exclusivas de las damas de alta sociedad. Y fue así, estando en Chicago, en la víspera de un acontecimiento exclusivo de la alta sociedad, que Candy reapareció de la mano de los hermanos Cornwell.
A Eliza no le hubiera causado ninguna gracia saber que fue ella quien brindó la información a Candy, Annie y los chicos Cornwell con la cual Candy y Terry se pondrían nuevamente en contacto. Sin embargo era mucha tentación no restregarles en su cara que ella, junto con los miembros de las más destacadas familias habían sido invitadas a la obra de teatro que se presentaría pronto en la ciudad y que Terry formaba parte de esa compañía.
Aunque habría disfrutado mucho al enterarse que no pudieron verse y por más que intentaron un reencuentro.
Nadie debe negar el buen gusto de Eliza por los hombres. Terry ahora era no sólo el hijo de un duque, era uno de los hombres más atractivos a los ojos femeninos, una promesa de la actuación que levantaba suspiros y pasiones donde quiera que se presentara. Él pronto se convertiría en una leyenda de la actuación. Acababa de conseguir su primer protagónico y ella se presentaría en ese espectacular debut. Con que saña le recalcó a Candy ese hecho y como tuvo que soportar verla en el estreno. Por suerte Neil evitó que esos ojos se presenciaran tal derroche de talento al romper el boleto de entrada de esa pretenciosa.
Si ella tiene un excelente gusto, Terry es todo lo contrario, no sólo sintió alguna vez preferencia por Candy si no que ahora sucumbió ante los chantajes de su compañera que exigía un pago por salvarle la vida. Simplemente patético, ¿cómo podía escupirla a ella en la cara y postrarse ante una perdedora como Susana Marlowe? Su prometedora carrera declinó por no rodearse de las personas adecuadas, ¡qué no hubiera hecho ella por encumbrarlo dentro del gusto de la sociedad a la que pertenecía!. Leía con avidez lo que se publicaba en los diarios y revistas, lo compartía con su hermano que como siempre se mostraba muy interesado en sus problemas. Muy tarde comprendió que su Neil estaba tratando de conseguir otro tipo de beneficios con esa información.
¡Se había encaprichado con ese remedo de enfermera! ¡Encontraba atractiva a Candy! ¿El mundo se ha vuelto en su contra?
Las influencias de los Legan bastaron para echarla del hospital donde trabajaba y coaccionar a los demás hospitales para que le negaran el trabajo, ese tipo de practicas siempre han sido habituales en su familia. Con eso bastaría para alejarla de la ciudad y de su hermano.
Se dice que la suerte es de quienes saben buscarla y para Eliza resultó favorecedor el nuevo capricho de su hermano. Al ponerse Neil en un plan terrible al grado de anunciar que se enrolaría en el ejército si no se casaba con Candy. Su posición cambiaba desde luego, estarían emparentados legalmente con la heredera directa del Clan Andrew y esa fortuna era casi palpable debido a que el viejo tío William parecía habérselo tragado la tierra. Después de todo la suerte siempre la volteaba a ver y conseguía salir beneficiada de todo lo que a Candy se refería.
Pero si hay alguien con más suerte que Eliza, esa es Candy. En plena fiesta de compromiso rechazó casarse con su hermano, ¡vaya atrevimiento! Lo peor vino después. El vagabundo con el que vivió durante mucho tiempo manchando el nombre de la familia resulto ser el viejo TíoAbuelo William, que de viejo no tenía nada. El escándalo, el oprobio, la vergüenza cayeron sobre su familia cuando William Albert proclamó su protección a Candy y su desacuerdo con la mala actitud de los Legan.
¿Qué quedaba? ¿Vivir siendo señalados? ¡Jamás! Una retirada estratégica a la Florida en busca de recoger los pedazos de orgullo que aun les quedaba. Por el momento.
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+++++Fran(2007)