EL SAINT GASPAR COLLEGE – DIEZ AÑOS MAS TARDE
Hace más de una década (1954) los Padres de la Preciosa Sangre fundaron el Colegio St. Gaspar, en Santiago, Chile.
Un colegio para varones, que comenzó con unas pocas docenas de niños y ahora llega a los 800, está dedicado a la preparación y formación de la juventud de los adultos del mañana, los futuros profesionales, los futuros maridos, los futuros padres de una familia.
Aparte de los Padres CPPS, el cuerpo docente lo forman las Hermanas CPPS, los profesores laicos, hombres y mujeres dedicados, que lo entregan todo en la preparación de los niños. A nuestros primeros egresados les ha ido bien en la Universidad, o en las Escuelas Militares, a medida que comienzan a seguir sus carreras.
Por sobre la preparación intelectual, los Padres se han dedicado a dar una formación espiritual y moral a los niños del St. Gaspar.
El campo para proporcionar esta formación espiritual y moral es muy extenso, exigiendo un estudio constante y una planificación por parte de los cuatro sacerdotes de la Preciosa Sangre que trabajan actualmente en este apostolado. Encabeza el equipo, como rector, el Padre Milton Ballor. Hace dos años, recibió su título en Educación en la Universidad Católica de Chile. Actualmente está terminando su titulación en Administración en la Universidad de Chile. El don de organización del Padre y de planificación es de un gran valor en estos difíciles años de “crecimiento” del colegio.
Le ayuda al Padre Ambrose Lengerich como vice-rector y veterano con veinte años en Chile. Su experiencia, paciencia y caridad, contribuyen enormemente a un manejo sin tropiezos del colegio, y le hacen apreciado por todos aquellos que lo conocen y trabajan con él. El Padre Paul Schaaf ha pasado tres de sus cinco años en Chile en el St. Gaspar. Habiendo obtenido su título en Educación en la Universidad Católica de Chile, el Padre Paul ocupa el cargo de director espiritual y orientador del colegio. El Padre John Falter ahora está en su segundo año en el St. Gaspar. Su relativa juventud, le da un enfoque fresco y vivaz a su trabajo como Profesor de Religión y director orientador de varios grupos apostólicos del colegio.
El rector, el Padre Milton Ballor (mejor conocido como el Padre Luis) tiene la enorme tarea de vigilar toda la operación del colegio. Esto significa que debe coordinar todas las distintas funciones dentro del colegio. Es el hombre que está en el frente; se reúne con los padres de todos los estudiantes, representando a los colegios a nivel local y nacional, y, sí, incluso a nivel internacional. Durante un año ha sido el intermediario en Chile para el programa de intercambio de estudiantes de la Conferencia Católica de los EE.UU. Las reuniones regulares y frecuentes del Padre, con el Centro de Padres, como también las reuniones con el Cuerpo de Profesores, tanto a nivel básico como nivel medio del colegio, a menudo lo apartan de su escritorio, donde siempre hay demasiado que hacer.
Este año pasado, su escritorio ha estado tapado de planos de construcción y cuentas, a medida que dirige la ampliación de las dependencias del colegio. Esta ampliación incluirá más salas de clases, laboratorios, duchas, un comedor, un auditorio y varias bodegas.
Tan importantes como son estos trabajos, el Padre Luis sabe que la razón para la existencia del St. Gaspar es la formación moral y espiritual que está entregando. Así sus mayores esfuerzos están dirigidos hacia estos fines. El Padre Luis se reúne y entrevista con los padres de todos los niños que solicitan admisión al colegio. Mantiene estrecho contacto con el Centro de Padres, porque la cooperación y apoyo de la casa, es indispensable si el colegio quiere lograr sus metas.
El Padre sabe también del valor absoluto del ejemplo, especialmente, sobre la juventud. Ha luchado por construir un cuerpo de hombres y mujeres laicos, que no sólo sean educadores muy capaces en sus respectivos campos, sino que también hablen con sus propias vidas de los principios espirituales y morales profundamente católicos que les sustentan. (Hace poco tiempo atrás, un educador líder muy conocido en la Universidad Católica de Chile, en una discusión pública sobre la juventud, su rol, su operación y su influencia en el colegio, dijo que sin duda el St. Gaspar era el mejor colegio de Santiago).
El Padre Ambrose Lengerich (Padre Ambrosio para los niños) ha estado asociado al colegio durante la mayor parte de su existencia. Oficialmente el Padre Ambrose es el vice-rector, pero sus muchos años de experiencia, junto con su caridad y capacidad, le han calificado para ocupar y realizar prácticamente todos los cargos en el colegio. Actualmente, el principal trabajo del Padre es el programa de preparación religiosa en el colegio a nivel básico.
Los educadores están de acuerdo en que la preparación impartida en el campo de la religión es uno de los que presentan más desafíos. Aquí en un país que es nominalmente católico, por razón de sus orígenes y cultura, pero en donde una falta creciente de clero, ha producido una impresionante ignorancia de la Fe, la clase de religión es un formidable desafío. El estudio constante y la discusión con los grupos diocesanos y catequísticos, exigen mucho tiempo del Padre, pero es absolutamente necesario, si el colegio quiere entregar una genuina base espiritual sobre la cual construir. Para realizar bien estos métodos de cambios y mejoras, el Padre Ambrose tiene reuniones semanales con las Hermanas y los profesores laicos, para instruirles y ayudarles en la preparación y enseñanza de sus clases de Religión. Para mantenerse en estrecho contacto con la situación, el Padre Ambrose enseña Religión en quinto año básico.
Uno de los aspectos más importantes de la programación religiosa es la participación en la vida sacramental de la Iglesia. El Padre Ambrose ha elaborado un programa donde cada clase tiene su propia Misa comunitaria, haciendo los niños mismos turnos para servir y actuar como lectores en la Misa. Esto de nuevo exige tiempo y preparación, pero está dando muchos frutos. Bastante regularmente, el Padre también realiza servicios paralitúrgicos, tales como lectura de la Biblia, servicios de Comunión, etc.
Otro aspecto de la vida sacramental es el extenso programa para la preparación a la Primera Comunión. La parte esencial de este programa es enseñar métodos a los padres para preparar a sus propios niños para la Primera Comunión. El Padre Ambrose tiene reuniones regulares con los adultos explicándoles su rol y los mejores métodos catequísticos para sus propios hijos.
Como si todos estos deberes no fueran suficientes, el Padre Ambrose siempre está listo para ayudar en cualquier problema que pueda surgir, desde sustituir a un Padre enfermo, a curar una rodilla rota. Incluso fuera del colegio, el Padre encuentra tiempo para ayudar en la parroquia de Santo Domingo, en donde vive. Previamente el Padre Ambrose vivió en el Hospital Salvador, en donde fue capellán ayudante por muchos años. Incluso ahora todavía vuelve allí, ocasionalmente, a visitar a los enfermos y llevarles un poco de ánimo por medio de su sonrisa contagiosa. Ah, sí, el Padre todavía se da tiempo para ser confesor regular y director espiritual en varios conventos de monjas. ¡Eso es todo lo que hace!
En el nivel de educación media, el Padre Paul Schaaf y el Padre John Falter trabajan en estrecha armonía en la formación espiritual y moral de los niños…
Los padres están contentos con esta característica del colegio St. Gaspar que es la envidia de muchos otros colegios importantes de la ciudad. De hecho, durante el año pasado, el Padre Paul trabajó medio tiempo en un colegio de niños, bajo la dirección de otra comunidad religiosa. Aparte de la orientación personalizada que hizo en el colegio, se le pidió que ayudara a establecer un sistema de orientación similar al método seguido en el St. Gaspar.
Otro trabajo de primera importancia es la preparación de líderes. Este tema también recae sobre el Padre Pablo, quien a través de su contacto con los jóvenes, busca a aquellos que tienen calidad de líderes y que muestran un espíritu apostólico. Estos jóvenes son invitados a formar una red estrecha unida que se reúne semanalmente en un grupo de formación intensa, tanto en grupo como personal. Una salida de fin de semana ocasional con ellos puede lograr mucho.
Estos niños van a ser entonces la levadura de la masa. Son los que realmente tienen una gran influencia dentro y fuera del colegio. Son estos líderes entrenados los que son dirigidos hacia los trabajos apostólicos aquí en este país de misión. El verano pasado un grupo de ellos trabajó con nuestros Padres en una de nuestras parroquias sureñas de Pitrufquén. Allí los muchachos cubrieron muchos kilómetros a pie, visitando las casas de los indígenas e instruyéndoles en la Fe durante las reuniones de la tarde. El Padre John Falter, que los acompañó y trabajó con ellos, informó favorablemente su trabajo.
Tanto el Padre Paul como el Padre John tienen reuniones semanales con los profesores de asignaturas. El principal tema es el tema espiritual o moral que debe ser tratado por los profesores laicos durante el período de guía de grupos en la sala de clases. En estas reuniones también se planifican las salidas de fin de semana con los muchachos. Estas salidas a menudo toman el carácter de un retiro.
Durante esos retiros el profesor laico da una breve charla, después de la cual, la clase se divide en grupos de discusión sobre el tema. Luego un juego de pelota o algún otro tipo de entretención. Luego hay otra charla con un período de discusión después. Ambos o al menos uno de los sacerdotes, siempre los acompaña en estas salidas para ayudar en las discusiones de grupo o generales., como también para llevar la Misa y los sacramentos a los niños.
El Padre John Falter tiene como su tarea particular la enseñanza de la religión en Educación Media. Le ayudan dos profesores laicos. Uno es el Jefe del Departamento de Inglés en el colegio; el otro es un conocido profesor laico en la Universidad Católica de Chile, quien pidió si podía ser admitido para enseñar en el departamento de religión del St. Gaspar.
Con los estudiantes del nivel superior, el Padre John a menudo arregla foros de discusión sobre temas religiosos con otros colegios. Estos han probado ser muy beneficiosos a los estudiantes, siendo a menudo la ocasión en que forman sólidas convicciones personales sobre su Fe.
El Padre Juan también es orientador del Grupo Scout. Esto requiere reuniones semanales con los líderes al igual que viajes frecuentes con los scouts a sus campamentos. Algunos de los mejores niños del colegio han pasado por las filas de los scouts. El tiempo y la atención que les da el Padre John bien vale la pena por los resultados que produce.
Este resumen del trabajo de los Padres de la Preciosa Sangre en el Colegio St. Gaspar muestra claramente la importancia de este apostolado en todo el esfuerzo misionero de nuestros sacerdotes en Chile. Compartiendo el trabajo de los Padres, las Hermanas de la Preciosa Sangre han trabajado junto con los Padres desde los primeros días del colegio. Con un profundo sentido de gratitud los Padres reconocen el trabajo generoso de las Hermanas.
Una de las principales lecciones aprendidas en la Gran Misión que se realizó en todo Chile, hace varios años atrás, es que ya no era suficiente tratar de preocuparse de grandes masas de gente. Un porcentaje cada vez menor del número de sacerdotes por persona, exige que dediquemos gran parte de nuestro tiempo a encontrar y preparar los líderes que multipliquen y extiendan la obra de Cristo.
Todos los Padres de la Preciosa Sangre aquí en Chile están siguiendo este método, ya sea en nuestras parroquias grandes o en las más pequeñas, parroquias rurales, o en nuestro trabajo en educación en la Universidad Católica de Chile o en el Colegio St. Gaspar. Con la gracia de Dios y el esfuerzo decidido de los Padres, el trabajo avanzará. (Precious Blood Messenger, diciembre, 1967, págs.363 a 367)