Desde la Parroquia San José de Garín en Quinta Normal, Santiago, el Padre Thomas Sweeterman escribe que está muy atareado tratando de aprender español, y al mismo tiempo, realizar las actividades que hay en esa Parroquia.
"A pesar de todo lo que Uds. puedan haber escuchado sobre la Parroquia San José, es imposible darse cuenta totalmente de la situación o de las proporciones del trabajo y dificultades que debemos enfrentar. Lo poco que podemos hacer es nada, en comparación a las necesidades de esta gente. Nunca podemos acabar la jornada diaria antes de la medianoche. Tarde en la noche, cuando las actividades comienzan a terminar y la quietud vuelve a la plaza, encontramos tiempo para rezar, preparar la prédica, y estudiar un poco de español. Durante este mes de María yo estoy predicando todos los días. Son prédicas cortas, entre cinco a ocho minutos, pero están hechas en un lenguaje que me era completamente extraño hasta hace ocho meses atrás. Es algo desalentador cuando uno tiene una idea, pero no es capaz de expresarla correctamente. Sin embargo, siempre tengo el consuelo de que luego de unos pocos meses más, y de mucha oración y estudio, será posible que pueda hablar con más facilidad. Todavía estando en el púlpito, me apoyo en mis hojas de papel, para que me den confianza, y también para encontrar las palabras apropiadas, cuando éstas no llegan a mis labios. Las sonrisas de la audiencia están cada vez siendo menos, y esto quiere decir que los errores y mi acento, están siendo menos notorios. Yo sé que todos mis amigos se deben estar acordando y rezando por mí, para hacer que esta mi iniciación sea más fácil"(The Precious Blood Messenger, enero de 1953, pp. 20 -22)