112.  Gracias, Padre Emil Dinkel

GRACIAS, PADRE EMIL DINKEL

Por Ambrose Lengerich

 

 

              Otra pluma que vuela del Vicariato Chileno, especialmente, porque el Obispo de Dodge City, Kansas, debía buscar en Chile un misionero capaz de coordinar la pastoral entre la gente de origen español o mejicano. Después de una entrevista personal con el Obispo en enero, el Padre Emilio decidió dejar el apostolado chileno por segunda vez. Su primer período se extendió desde 1954 a 1966 y ahora su segundo período es  desde 1976 a 1978. Esta última vez fue invitado a reemplazar al Padre Ambrose Lengerich en la rectoría del Saint Gaspar College, quien recientemente fue elegido Superior del Vicariato.

 

              Los padres, los profesores y los estudiantes  recordarán los muchos y variados logros y mejoras que el Padre Emilio le dio al colegio en dos años.

 

              Al crear, más espacio para las secretarias, pasan menos tiempo conversando.  Los profesores son los beneficiarios de la permanencia en las salas de clases, en vez de los estudiantes, debido a la instalación de lockers privados para los estudiantes de los niveles superiores. Una nueva sala cuna hace que las profesoras con guaguas lleguen a tiempo a las clases. Un profesor a tiempo completo recibe un 5% de aumento en el sueldo y otro 5% por cada cinco años de servicio continuado en el colegio. Al hacer tres canchas de básquetbol con baldosas ha disminuido en un 50% el polvo que se juntaba en las salas de clases proveniente del patio. Para asegurar el pago de la colegiatura, a tiempo, los padres están obligados a firmar letras bancarias de antemano. La muralla de cierre que daba la impresión de un reformatorio ha sido reemplazada por una combinación artística de rejas de fierro con ladrillos.

 

              Ahora, ¿cómo logró todo esto en dos años y con una inflación de un 25% el primer año, en 1976, y un 148% en el año 1977? Es como una máquina IBM cuando se trata de finanzas.

 

              Además, el Padre Emilio se hace notar por alentar y usar la iniciativa privada, ya sea que venga de un apoderado, de un profesor o un estudiante. Con esto ha desarrollado en el colegio un Comité Pastoral que es la envidia de otros colegios católicos. La Hermana Dorothy Schmitmeyer, ayudada por la Hermana María Luisa Miller (ambas Hermanas de la Preciosa Sangre), el Padre Barry Fischer y un grupo de laicos, son llamados para dar misiones en otros colegios. Sin embargo, en el St. Gaspar la religión toma vida en grupos dinámicos de doce a quince estudiantes. Los padres están aprendiendo a ser profesores de religión de sus hijos, los profesores promueven sus propios días de reflexión y los estudiantes preparan celebraciones litúrgicas.

 

              El Padre tiene suficientes proyectos en el papel para los próximos cinco años. La pérdida del Saint Gaspar College es la ganancia de la Diócesis de Dodge City.

 

              El Vicariato Chileno reconoce su deuda de gratitud con el Padre Lawrence  Cyr,  por prestarnos los servicios del Padre Emilio. Al Padre Emilio Dinkel le decimos: Dios se lo pague y hasta la vista. Que sus años de servicio en Sudamérica sean  una ventaja para revelar y ayudar en las necesidades de la gente menos afortunada de origen hispánico en Kansas.

 

(Cincinnati CPPS Newsletter, Nº78, abril 14, 1978, pág.611)