11. Inicios de la Parroquia San Sebastían de Purranque

INICIOS EN LA PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE PURRANQUE

                        De la Iglesia de San Sebastián en Purranque, tenemos noticias concernientes a los Padres Ambrose Lengerich y Alphonse Jungwirth. Debido a su continua labor y celo, finalmente tienen un lugar donde vivir y una iglesia que ahora pueden llamar parroquia. El Padre Lengerich nos cuenta sobre su última dificultad:   “desde la llegada del Padre Alphonse a Purranque las cosas nunca han sido las mismas. Quiero decir que él siempre está ocupado reparando o construyendo. Estuvo aquí un corto tiempo y le puso electricidad a la casa. Pero todavía nos sentamos a leer con velas porque las autoridades no son como el Padre Alphonse. Tienen mucho tiempo y mucho que decir. Aquí las regulaciones para instalar luz eléctrica son algo diferentes que en los EE.UU. Chile quiere superar a todas las otras naciones. Pero finalmente tenemos nuestras luces.

                  “Como los niños están gozando de tres semanas de vacaciones en esta época, estamos ocupados arreglando los bancos y ventanas del colegio. Recibí donaciones de mis amigos, que me permitieron poner una pequeña estufa en cada una de las seis salas de clases. La madera la proporcionan en su mayor parte los niños. Cada uno que puede trae un poco de madera cada semana. Algunos, pueden traer dos o tres troncos.  Las estufas han aumentado enormemente la asistencia. Probablemente recibiré un poco de ayuda del gobierno este año para ayudar a pagar los sueldos de los profesores.                   “A pesar del hecho de que muchos tenían la impresión de que Purranque era una parroquia, en realidad, era sólo una misión de Río Negro. Fue formalmente erigida como parroquia el 25 de septiembre (1949) y el Obispo de Valdivia presidió las ceremonias. En realidad, fue la primera parroquia que nuestros Padres han formado en Chile.

                  “El domingo pasado estuve en una de nuestras misiones, en Corte Alto. Aquí no hay capilla, pero ofrezco Misa en una antigua casa a las 9:30. Tengo que llevar la pequeña campana de Misa y caminar con ella por la calle para hacerle saber  a la gente que va a haber Misa. A las 10:00 hay alrededor de treinta niños para asistir a Misa, pero los padres están ausentes. ¿Será que piensan que una campaña pequeña sólo, llama a la gente pequeña? ¿Debería estar pidiendo una campana? Una capilla estaría mucho mejor, pero me quedaré con la campana.

                  “Dios les bendiga a todos ustedes por sus oraciones y su ayuda.”

                            (The Gasparian, Vol XII, septiembre, 1949, Nº8, págs.7-8)