Los lectores regulares de esta ‘Páginas de Misión’ sin duda recordarán los entusiastas informes pasados de los Padres William Schenk y Emil Schuwey contando cómo los programas de Alabanzas Dominicales habían comenzado exitosamente en algunos de los distritos periféricos de las parroquias C.PP.S. en el sur de Chile. La gente del ‘campo’ encuentra difícil en su mayor parte, si no simplemente imposible, venir a las parroquias establecidas. Los medios de transporte, o no existen, o son muy malos, en el mejor de los casos. Y en la estación invernal de lluvias, especialmente, los caminos y los senderos de los cerros son prácticamente intransitables. Los Padres, por lo tanto, han establecido pequeñas capillas en los distritos del campo de manera que la Misa y los sacramentos queden cerca de esta gente. En algunas de estas capillas o centros de misión, es posible decir Misa bastante regularmente; en muchos otros, el misionero puede ir ahí sólo domingo por medio, en otros, sólo una vez al mes.
A través del programa de las Alabanzas Dominicales han estado alentando a la gente a reunirse para las liturgias del domingo – “Servicios sin Sacerdote” – Esos programas de alabanza fueron establecidos en las semanas siguientes a los desastrosos terremotos en el sur de Chile a fines de mayo. Se escogieron líderes laicos y se les instruyó cómo realizar estas instrucciones a la gente para representar al Padre Misionero en estos servicios.
Desde entonces, los misioneros han preparado cuidadosamente estos programas, luchando por mejorarlos de la mejor manera que pueden. Estos esfuerzos ahora están mostrando una real promesa de desarrollo de muchos buenos resultados en estos centros de misión rurales. Los efectos, en no poca medida, vienen del interés mismo de los líderes laicos, que sigue el interés y el aliento de los Padres.
El Padre William Schenk, escribiendo desde Pitrufquén nos entrega un relato muy de cerca sobre las nuevas esperanzas que estos centros de misión llevan a las vidas de los campesinos.
La gran pobreza de la mayoría de esta gente, empeorada por el daño de los terremotos, causa una gran inquietud social. Aquí en Chile podría ocurrir una revolución tipo Castro. El gobierno está trabajando muy fuerte para detener la inflación, traer nuevas industrias, crear más trabajos y disminuir el desempleo. Pero la intranquilidad aquí es grande, particularmente, entre los trabajadores, y muchos observadores temen que los mejoramientos puedan llegar demasiado tarde.
En las áreas rurales, como nuestro pueblo, existe también una gran cantidad de descontento por las tristes condiciones en que se encuentran los pequeños agricultores. Por ejemplo, en invierno, la gran mayoría de los campesinos está completamente aislada a causa de la falta de caminos. Ni siquiera una carreta tirada por bueyes puede llegar a la mayoría de las parcelas durante siete meses al año. De las 800 familias (aproximadamente) de mi área, sólo cinco tienen electricidad. He visto sólo ocho tractores y menos de media docena de camiones. Casi todo el arado de la tierra se hace con bueyes.
Sentimos que nuestro trabajo misionero en Pitrufquén debe tomar en cuenta estas cosas. Como resultado, estamos trabajando duro en un programa combinado Religioso-Social-Económico para nuestra parroquia, con la esperanza que de este modo podamos llevar a esta gente más cerca de Dios. Este programa ha sido posible con vuestra ayuda financiera. Me gustaría darles un breve resumen de lo que se ha logrado desde el terremoto, para que puedan tener una idea cómo ha ayudado vuestra contribución para una ‘reconstrucción’ de largo alcance, tan necesaria, a causa de la pobreza de la gente y por la destrucción que produjo el terremoto.
Una gran parte de las donaciones recibidas en los últimos seis meses, ha ido para la reconstrucción después del terremoto. Parte de esto ayudó a reconstruir las casas que cayeron durante el terremoto, otra parte, a reparar los daños causados en la iglesia, y otra parte, a un fondo para reemplazar el edificio del colegio que resultó dañado.
Durante los meses pasados, nuevamente con vuestra ‘ayuda a las misiones’, hemos podido tener seis misioneros laicos trabajando a tiempo completo en las áreas rurales de la parroquia, ayudando en el programa Religioso-Social-Económico. Han ayudado a organizar los ‘Centros de Comunidad Rural’. Estos Centros ahora tienen ‘Alabanza Dominical Sin Sacerdote’, todos los domingos, excepto, por supuesto, cuando tienen Misa. También, estos misioneros laicos, que llamamos ‘Delegados’ han formado grupos especiales de juventud en la mayoría de estos centros. Tienen reuniones con cada grupo cada dos semanas. En cada reunión, el Delegado dedica 40 minutos a dirigir la discusión sobre alguna parte de la doctrina católica. Cada Delegado pasa una gran cantidad de tiempo visitando las casas de la gente, tratando de ayudarlos de cualquier modo posible a través del contacto personal directo.
A los grupos de mujeres, les están enseñando a coser, jardinería y conservería; a los grupos de muchachos, a mejorar sus gallineros y huertos. También los Delegados están preparando a varios adultos y niños para recibir su Primera Comunión este año.
Reuniones Mensuales. En agosto tuvimos la primera reunión mensual con todos los Presidentes de los Centros de Comunidad Rural. Estos son los hombres que lideran la Alabanza Dominical cada semana en sus distritos. Le dimos a cada Presidente una Biblia, y les explicamos cómo usarla. Luego le mostramos como bautizar en caso de emergencia, porque si se enferma una guagua en el campo, no hay esperanzas de obtener un doctor o un sacerdote con rapidez. En la mayoría de los sectores, no hay autos y viene al pueblo sólo un bus al día. La asistencia a estas reuniones mensuales ha sido perfecta. Además de la parte religiosa, tenemos una ‘parte agrícola’. Uno o dos agrónomos y el Veterinario Provincial vienen a dar charlas todas las veces. Como resultado de estas charlas, ahora tenemos una campaña para hacer que los campesinos siembren trébol, alfalfa, etc., pasto artificial, y también para que vacunen a sus animales. En nuestra parroquia, el trébol y la alfalfa son prácticamente desconocidos y sólo una docena, o algo así, de agricultores han vacunado a sus animales alguna vez. Es fácil ver por qué la gente es tan pobre cuando uno ve los métodos agrícolas anticuados que están en uso.
Vuestra ‘ayuda misionera’ nos ha permitido tener estas reuniones con los Presidentes, para ayudar a proporcionar transporte para poder juntarlos, para comprar las Biblias que hemos repartido, para proporcionar las tarjetas de oración que ahora se usan en cada Centro Comunitario Rural los días domingos.
Asociación de Profesores Rurales. También hemos tenido reuniones con los Profesores Rurales y con los profesores de colegios fiscales, y ellos también están interesados en tener reuniones mensuales regulares. En estas reuniones, les mostramos cómo enseñar catecismo, jardinería y otros temas útiles para las áreas rurales.
Necesidades Urgentes. Para continuar el trabajo que hemos comenzado, debemos confiar en la ayuda que ustedes ‘amigos de las misiones’ nos dan. No tenemos otra manera de mantener estos proyectos.
Centros Comunitarios Rurales. Para mantener estos centros funcionando, con servicios religiosos semanales e instrucciones, debemos continuar asistiéndolos a través de nuestros misioneros laicos; nuestros ‘Delegados’. De manera que debemos continuar manteniendo a los Delegados, proporcionándoles transporte y el equipo necesario.
Instrucción Religiosa para Adultos en el Campo. Debemos proporcionar materiales religiosos para nuestros grupos de gente joven, especialmente Biblias y otra buena literatura.
Programa Social - Económico. En orden a que los “Delegados” puedan extender este Programa de desarrollo – un programa que está bien diseñado para contrarrestar la propaganda comunista y tipo Castro -, necesitamos ayuda para obtener elementos básicos como jeringas para vacunar a los animales, semillas para pasto artificial, literatura sobre agricultura y similares.
Clases de Religión en los Colegios. Se supone que la religión se enseña en todos los colegios, pero muy pocos profesores cumplen con las exigencias. Esto se debe en gran parte a su propia ignorancia de la doctrina católica y también a la falta de material catequístico. De las reuniones que hemos tenido con los profesores rurales, encontramos que ellos cooperarán con esto si les damos los materiales catequísticos y la ayuda pedagógica.
Hace sólo dos años atrás, habría pensado que un programa tan ambicioso era imposible. Pero con un verdadero trabajo esforzado, con mucha ayuda y oración de nuestros ‘Amigos Misioneros’, se ha hecho un comienzo muy alentador (Precious Blood Messenger, abril, 1961, págs.113-114-115-116-117, Vol.II).